Continuas unos pocos pasos más. Y te quedas paralizado.* Aunque logras imponer tu ferrea voluntad sobre el miedo que te produce el bosque llegas a un punto donde tienes la absoluta certeza que es el propio bosque lo que te impide continuar. Esta oscuro y las formas son sugerentes. Parece como si te estuvieran mirando los arboles y las plantas, todos con caras tristes y melancolicas, como si les hubiera sido arrebatada la alegria de la primavera o los colores otoñales. Los arboles parecen muy tristes. Algo esta torturando ese bosque, y sea lo que sea ese algo, tiene mucho poder para hacer que un bosque de robles tan ancianos como aquel muestren esos sintomas de una presencia de la muerte tan palpable.
* sin salvacion posible
¿Es el bosque el que llora?, ¿Quién podría haber hecho algo tan inverosímil?, hacer que un bosque se apene no es un juego de niños, crueles maldaddes se han debido de ejecutar dentro de la frondosidad de las ramas y los troncos.
No me amedrenta y sigo mi incesante camino.
el sonido es incesante, es un llanto de una persona infantil sin lugar a dudas.
Continúo buscando el origen de aquel lastimero sonido. Era el ruido de la desesperación, de la amargura, de la impotencia. El llanto -me dijo un día mi padre- puede ser utilizado para convencer a las personas, para emocionarlas, para que sientan compasión; sin embargo, hasta el hombre más poderoso del mundo llora, y no lo hace para que alguien se compadezca de él.
Cabía la posibilidad de que alguien me estuviera atrayendo, pero era raro, llevaba ya un rato andando y aun no había encontrado el foco del ruido, y eso que en el campamento el sollozo se oía levemente, debo de estar a punto de terminar esta búsqueda.
Me dirijo hacia el origen del sonido, no sin antes vestirme y coger mis armas
Berguert sale de su carromato con sus armas dispuesto a encontrar tambien la fuente del llanto. Pero esta oscuro y no ve mucho, aunque se va guiando por el sonido y la luz de la luna es suficiente como para poder ir guiandose. En breve se encuentra con su compañero Eryion el cual esta caminando nerviosamente de un lado a otro pero sin avanzar.
El sonido de pasos que rompen ramas y pisan hojas se acerca, por el ruido se notaba que llevaba botas.
Un paso, otro paso, cada vez se acerca un paso más, otro, otro, otro más cerca de mi.
Me giro bruscamente en el momento en el que Berguert aparece tras un tronco de un árbol casi caído.
-¿Tú también lo has oído?- pregunto, un poco más tranquilo.
Los sonidos del bosque os envuelven con su melodia. Los ruidos de las criaturas de la noche son tal palpables que podeis sentir su presencia. Lobos sabeis que rondan el bosque y los buhos no andan muy lejos. Algun raton podeis oir por ahi ahogando un gripo cuando una lechuza lo agarra con sus garras y se dispone a cenar. Pero el llanto...eso es otra cosa. No sabeis como ni porque, pero por ahi esta, una niña llorando.
Le hago un gesto a mi compañero para que me siga mientras me dirijo hacia la niña
Continuais avanzando lentamente hacia la fuente del llanto. Rápidamente te percatas de que tu compañero no avanza.
yo ya lo estoy obviando, no me pararé hasta encontrar a la niña...
Mal camino llevas, algo que no sabes lo que es te impide adentrarte más en el bosque, pero sin embargo tu compañero avanza sin dificultad.
Tras el choque, aún sigo viendo a mi compañero Beguert que iba delante mía. Por un instante no logro comprender lo que pasa, pero un segundo choque aclara mi pensamiento.
-Para, Beguert, no puedo pasar...
Espero a que mi compañero se de la vuelta.
Me giro alarmado
- ¿Cómo que no puedes pasar?
El rostro de Eryion refleja un miedo contenido que no es ni normal.
- Vamos, ven.
Voy hacia él y trato de que avance.
Las piernas del elfo no contestan y todos sus musculos estan en tension. Unos sudores frios recorren su espalda y las venas de la sien las tiene muy marcadas. Ahora mismo, el elfo podria doblar la hoja de una daga con la palma de la mano, manos que por cierto, esta sintiendo como cada vez se le entumecen por el frio.
-Dé..déjalo, e-e-el bo..bosque no quie-e-e-re que entre- la respiración agitada, mezclado con el miedo y el nerviosismo que sentía impedían que hablara correctamente.
Retrocedí lentamente, para comprobar si alejándome de la barrera invisible, podría relajarme.
Murmuro una palabrota cabreado.
- Vale, espérame aquí y, si te doy un grito, ve a buscar ayuda...
Avanzo solo hacia el origen de los gritos, con la espada desenvainada y una antorcha en mi mano izquierda, para ver en el oscuro bosque...
Begret continua avanzando solo en busca de ese misterioso llanto...