Partida Rol por web

Escucho a Jacklin, me parece una buena idea lo que me propone.

- ¡Eso es una gran idea! Ahora mismo me pongo a ello, pero necesitaré saber vuestras opiniones sobre la gente que conocemos, la tuya, la de Cran y la de Ed, no solo la mía. Y yo al dueño de ese sombrero apenas le conocí, asi que... ¿qué puedes decirme de él? ¿cómo le describirías?.

Cojo mi libreta de nuevo, pero esta vez la abro por el final, en la última hoja pongo el siguiente título: Amigos, enemigos y conocidos de nuestro gran viaje y empiezo a escribir.

Me incliné un poco hacía delante y empecé a describir a aquel pirata de pies a cabeza.

-Además el no era el capitán como tal, ese barco pertenece a la flota de algún otro corsario. Y el lo mas probable es que solo estuviera a cargo de ese barco. Por lo demás su personalidad de la típica de un pirata y el aliento le apestaba eso te lo aseguro. Eso es todo tampoco tuve mucho tiempo para charlar con el.

-Pues habéis tenido suerte, porque los piratas de por aquí no suelen dejar ningún testigo. Aunque también es raro. No suelen atacar por este lado de la isla. Al no estar el puerto cerca no suelen pasar apenas barcos y no suelen tener interés.- Railey dio unos pequeños toques más en la comida y tras eso comenzó a servirlos en algunos platos. Tras eso los colocó en la mesa, donde solo había 5 sillas y sin embargo sirvió para todos.- Siento no tener más sitio para sentarse. Voy a avisar al resto.

Tras eso Railey salió de la casa y al poco se le pudo escuchar gritando llamando a sus hijos y a Ed y Cranberry. Al poco tiempo volvieron a entrar todos y se acercaron a la mesa.

A pesar de que el chico no parecía con intenciones de hablar mucho, la conversación la cortó un grito de Railey, que estaba fuera de la casa.

-¡Chicos! ¡La cena ya está lista!

Tras la llamada, tanto los niños como Ed y Cranberry siguieron a Railey dentro de la casa. Allí dentro les esperaba una mesa con cinco sillas y tantos platos servidos como personas eran. Parecía que no había hueco para sentarse todos.

En cuanto me di cuente del número de sillas, me levante de inmediato con mi plato en la mano. Volví a donde estaba antes, apoyado en la pared junto a la puerta y empecé a comer. Muy pocas veces se veía a un noble renunciar a su comodidad para cederla a otro. Pero así era yo y al menos Khya estaba acostumbrada a eso. En incontables ocasiones me había puesto en peligro por ayudar a los campesinos, tanto era así que todo el pueblo vino a despedirme a nuestra salida. En cuanto el chico mayor entra le hablo:

-No te fías de nosotros ¿verdad? Piensas que acabaremos como todos los demás viajeros. Trabajando como mercenarios y haciendo la vida mas difícil a todos. ¿O me equivoco?

Cierro mi libreta una vez he acabado de escribir y cuando estamos ya todos en la mesa, salvo Jacklin que ha decidido cedernos el sitio, y empiezo a cenar.

- ¡Está delicioso! Muchas gracias por tu amabilidad.

Entonces me giro hacia el chico, tengo curiosidad en saber que le va a responder a Jacklin, la verdad es que parece que nos odie, quizás tenga algo que ver con lo de los extranjeros.

El chico se detuvo un momento ante la pregunta de Jacklin para luego ignorarlo y sentarse en la mesa. Railey, preocupada por la situación, se acercó a Jacklin y le susurró algo al oído. Tras eso se dirigió hacia su hijo y también le susurro algo. Tras eso el hijo parecía algo molesto pero no dijo nada.

-Por favor, no se lo tengáis en cuenta. Hace poco se enteró de algo y... está así desde entonces.

A la llamada de la granjera no tarde en ir hacia dentro de la casa para tomar agradecida aquellas viandas. Mientras pasaba vi a Khya como cerraba su diario y en mi rostro se compuso una media sonrisa. Aquello me acababa de dar una idea.

Al ver como en la mesa no había sitio para todos y al ver como Jaklin se levantaba para dar sitio a los demás hice lo mismo aunque me quede pensando un momento. Eran cinco asientos, Railey, sus dos hijas y su hijo. Posiblemente la quinta silla habría pertenecido al padre pero intente no indagar en el asunto.

Termine rápido de comer y mientras mis compañeros empezaban a terminar saque mi instrumento.- Si no les importa me gustaría tocar un poco para ustedes.- Dije tranquila mientras afinaba las cuerdas de forma metódica.- Creo que la ultima canción que intente tocar fue interrumpida, así que también os debo una a vosotros.- Dije ahora refiriéndome a mis compañeros.

Inicialmente empecé a tocar tranquila las cuerdas creando una melodía tranquila pero hogareña cuando mis dedos ya habían tomado temperamento mi voz empezó a acompañar las notas. No era algo preparado, estaba improvisando con la idea que había tenido al ver el diario de Khya

De nuevas tierras hablaron
y los aventureros zarparon
Unos buscando riquezas
Otros realizando proezas.

Escuchando sobre esos,
Decidí cantar los sucesos
Sin dudarlo un momento,
Me embarque en el puerto

Y la aventura comenzó,
Y rápido se torció.
Lo que allí aconteció,
Se contara en otra canción.

No tardaron en despertar,
En lo que parecía un hogar
De los problemas de sus salvadores se enteraron,
Y con un firme propósito se llenaron

Sin querer dejar nada pendiente
Partieron a la mañana siguiente
intentando demostrar lo que sienten.

Seguí tocando durante un momento callada hasta finalmente terminar. Abrí los ojos que había cerrado mientras tocaba y mire a mis compañeros.-¿Os parece correcto el final… o lo cambio?.- Ya habíamos tenido la negativa de la mujer que no iría hasta dentro bastante al pueblo, y no podríamos quedarnos allí mucho más tiempo abusando de su generosidad.

Quizá podía ir alargando aquella canción poco a poco mientras seguíamos nuestras aventuras. Seria algo bonito de ver una vez finalizado el trayecto.

Sonreí al empezar a oir a Cran, tenía una bonita voz y sin duda le había puesto una letra perfecta a lo que llevábamos de viaje.

- ¡Qué preciosa melodía! Me encantaría que continuáses la canción conforme avanza nuestra aventura Cran, me parece una idea maravillosa, asi si alguna vez se me olvida escribir algo solo tengo que consultarte, y tú a mi claro, si quieres.

Voy acabando el plato, tenía mucha hambre y estaba todo muy bueno. Pero no puedo evitar fijarme en el comportamiento del joven quien no parece muy cómodo con nuestra presencia, quizás la música de Cran ayude a cortar la tensión...

Asentí en silencio a las palabras de Railey. Comí con lentitud mientras escuchaba a Cran cantar desde luego su presencia iba a hacernos el viaje mucho mas ameno.

-El final esta perfecto no hace falta que cambies nada. Y si piensas relatar todas nuestras aventuras en tus canciones mantente cerca mía a la gente le encantan las canciones sobre caballeros y yo pienso convertirme en uno de los mas famosos.

Al decir las últimas palabras posó mi mirada en el joven durante tan solo unos pocos segundos antes de volver a mirar mi comida.

El cazador, silencioso como siempre, entró en la estancia cuando Railey llamó.

Igual que sus compañeros, se percató de que el número de sillas y el de comensales no estaba igualado, por lo que decidió imitar a Jacklin cogiendo uno de los platos para comérselo con tranquilidad apoyado en algún lugar próximo a la mesa para no quedarse fuera de la conversación.

- No os preocupéis por mi, no me molesta comer de pie. comentó mientras apoyaba su espalda contra la pared.

Estaba acabando de apurar el delicioso plato que nos había preparado nuestra anfitriona cuando Cran se preparó para tocar... no pude evitar esbozar una ligera sonrisa mientras levantaba ligeramente la cara y cerraba los ojos para escuchar y sentir la canción que nos estaba apunto de regalar.

- Yo tampoco cambiaría nada Cran respondí compartiendo opinión con el resto del grupo - Y si tienes la intención de continuar cantando estas aventuras, no me quedará más remedio que acompañarte para seguir escuchando tus canciones.

El chico comió todo lo rápido que pudo y tras la canción de Cranberry se levantó de la mesa, recogió su plato y salió de nuevo fuera. Se le notaba todavía mosqueado, mientras que Railey le miraba con preocupación. Poco más tarde las dos chicas terminaron también su comida y entonces Railey les dijo:

-Todavía no es hora de acostarse. ¿Por qué no salís un poco a jugar con vuestro hermano?- Las niñas salieron de la casa también detrás de su hermano. Tras eso Railey se dirigió al grupo- Siento el comportamiento de mi hijo... Hace unos meses unos hombres del rey vinieron para hablar con él.- Railey parecía bastante triste en ese momento.- Le informaron de que en un mes, cuando cumpla los 16 años, tendrá que ir a la guerra igual que su padre. Mi marido murió hace dos años tratando de proteger a un compañero y...- la voz de Railey se entrecortó por un instante. Casi se le podía ver una lágrima en los ojos.- Mi hijo es un buen chico. Solo está preocupado por nosotras.

Mire a Railey a los ojos mientras contaba lo que pasaba. El chaval se sentía oprimido, no tenía elección, estaba frustrado y a la vez sentía miedo por si moría como su padre y preocupación por lo que le pasaría a su familia si el no volvía de la guerra.Quería ayudarles pero desde mi posición poco podía hacer, solo se me ocurrió una cosa. Sería muy difícil que el chico admitiera mi ayuda peor por lo menos lo intentaría. Deje el plato vacío, me dirigí a la puerta antes de salir mire a Railey y dije:

-No podemos ayudar mucho con ese problema pero ayudare a que tu hijo este mas preparado para ese momento y tenga menos posibilidades de morir. Intentare enseñarle un poco de técnica con la espada, cosas que en el ejercito no le enseñaran. Es todo lo que puedo hacer.

Salí tras el chaval esperando que aceptara mi ayuda.

Las palabras de la granjera hacen que me compadezca de la familia, entiendo que el pobre chico esté enfadado con el mundo, es demasiado joven para ir a la guerra, malditas sean las guerras... Veo como Jacklin corre a ayudarle, espero que se deje, tiene buenas intenciones, siempre las ha tenido.

- Lo siento mucho Railey - entonces se me ocurre una idea loca - y si... veamos, no quieres que tu hijo vaya a la guerra, él no quiere ir a la guerra, nosotros somos extranjeros... ¿podríamos secuestrarle?, claramente no de verdad, pero podría pasar una temporada con nosotros y cuando las cosas se calmen que vuelva a casa, aunque quizás nuestras aventuras también conlleven peligros. No lo sé, se me ha ocurrido de repente, quizás sea una tontería...

Tras hacer la canción y recibir las palabras de mis compañeros no puedo mas que hacer una pequeña reverencia. Cuando el muchacho sale de la habitación y Raylei nos cuanta realmente lo que ocurre no puedo mas que torcer el gesto y quedarme callada. Ahora cobraban sentido bastantes cosas.

Agito la cabeza negativamente cuando Khya habla sobre que venga con nosotros.- Supongo que su preocupación es dejarlas solas. Si nos acompañara tendría las mismas preocupaciones.-Digo mientras me llevo la mano a la boca y muerdo ligeramente la uña de mi dedo pulgar pensando. No se me ocurría en aquel momento ninguna buena opción para resolver el problema.

Miro a Cran negando con la cabeza.

- Creo que me expliqué mal, si viene con nosotros, cuando pasen unos días o semanas, supongo que podría volver, ya que no tendrían porque enterarse de que ha desertado, pensarían que le secuestraron y ahí se quedaría la cosa, no creo que investigasen mucho la desaparición de un niño granjero. Aunque solo era una idea un tanto loca, no me gusta la situación.

Railey agradeció las palabras de ánimo, pero no era tan simple:

-A mi hijo le ofrecieron otra opción si lo prefería. Pagar al ejército tanto como el valor de estas tierras... Sobra decir que no poseemos tanto dinero. Si no se presenta, pase lo que pase, optarán por la segunda opción.

Railey parecía algo más calmada que antes. Estaba claro que ya se había hecho a la idea de la situación hacia tiempo, aunque le pesara. Tras la partida de su hijo, solo ella y sus dos hijas se quedarían en la granja y con los bandidos cerca no se sabía que podría pasar.

Jacklin salió fuera y vio al chico jugando con sus hermanas a pillar. Parecía que se estaban divirtiendo aunque el chico parecía que no lo disfrutaba del todo. Cuando por fin se percató de la presencia de Jacklin, el chico atrapó a una de sus hermanas.

-Seguid jugando vosotras. Voy a hablar un momento y ahora vengo.- El chico se alejó de ellas y se acercó a Jacklin. Y de nuevo con voz de enfado preguntó- ¿Qué quieres?

Miro sonriendo como juegan hasta que el chaval viene hacía mi momento en el cual mi expresión cambia a una mas seria.

-Lo que quiero es que tus hermanas y tu madre no pierdan a nadie mas de su familia. Se lo que te pasa con el ejercito, te puedo ayudar, si me dejas enseñarte a pelear con la espada es mas probable que vuelvas vivo de la guerra. Tu decides si aceptas mi ayuda o no, pero antes de decir nada piensa en tu familia. Te estoy proponiendo algo con lo que es menos probable que ellas sufran por la pérdida de un ser querido ¿que dices?

Me cruzo de brazos y espero su respuesta.