Partida Rol por web

No me esperaba una reacción tan rápida por parte del bandido, ni tampoco que teniendo un cuchillo clavado en los riñones pudiera mostrarse tan hábil. El manotazo me impulso contra la propia pared pero fue el golpe contra esta lo que más me dolió. El impacto hizo fuerza en mi espalda quedándome por un momento sin aire. Estaba aturdida ante tal golpe pero no podía quedarme sentada allí, si no me levantaba probablemente acabara conmigo.

Estaba herido tenía que conseguir tiempo a que no pudiera aguantar el dolor o… o que llegara Jacklin. Esperaba que el grito que habíamos escuchado escaleras abajo hubiera sido el encargándose del otro bandido. Si no era así probablemente estuviera en muy mala situación. Desarmada y contra un individuo que fácilmente podría hacerme trizas si se lo proponía.

Debido a que Cranberry no se levantó del suelo, el bandido, cabreado, se agachó hacia ella para cogerla del cuello. Cranberry se vio aprisionada por aquella manaza que pronto la alzó arrastrándola por la pared hasta que sus pies dejaron de tocar el suelo. Pero de pronto, con el rabillo del ojo, pudo ver a Jacklin y Ed al fondo del pasillo.

-¡Ni de coña te venderemos como las otras! ¡A ti te voy a matar!

Al correr los dos escaleras arriba, cuando llegasteis al piso de donde había venido aquel grito, los dos pudieron ver a Cranberry siendo agarrada por el cuello y contra la pared. El bandido parecía tener clavado en la espalda un cuchillo.

-¡Ni de coña te venderemos como las otras! ¡A ti te voy a matar!

El bandido, despistado, recibió la patada de Khya de lleno en la cara. El golpe le hizo perder el equilibrio un instante haciendo que soltara sus manos. Pero en el último instante, se agarró de nuevo a la escalera de mano. Entonces volvió a alzar la mano para coger de nuevo la pierna de Khya. Mientras tanto, el otro bandido que había salido, aprovechó aquel momento para salir corriendo de allí.

-¡Hija de puta!

Refunfuño malhumorada, no había sido suficiente, no había conseguido zafarme de él, bueno sí lo había conseguido pero solo un instante. Tendría que poner más empeño esta vez, no podía permitirme aquello...

Cuanto más alto me alzaba más notaba como la mano que aprisionaba mi cuello empezaba a negar el acceso de aire a mis pulmones. Mis dos manos se alzaron cogiendo su muñeca en un vano intento de liberar algo de presión de sus manos mientras mis pies se intentaban estirar intentando conseguir tocar el suelo.

Unas pequeñas gotas de saliva cayeron sobre mi rostro ante las enfadas palabras del bandido. Si no hacía nada me mataría allí mismo. No sabía si por fruto de la desesperación vi como aparecían Jacklin y Ed por el pasillo, pero no sabía si llegarían a tiempo. Tenía que conseguir que dejara con fuerza mi garganta. La falta de aire era una cuenta atrás, pero el reloj que marcaba lo que mi cuello aguantaría sin romperse ante las manos de aquel gigante se estaba vaciando mucho mas rápido.

Me encontraba mareada pero aun podía pensar. Uno de mis pies se apoyó contra la pared para obtener algo de equilibrio mientras mi otra pierna se abría ligeramente trazando un arco para dar una patada en el lateral al bandido. Justamente en el mismo lado que donde había clavado el cuchillo. Quizá el dolor de golpear una herida le hiciera aflojar su agarre.

Mientras corríamos pude ver como Cran estaba contra la pared por el bandido y sin dudar ni por un instante me lance contra el haciendo un tajo vertical ascendente en dirección al brazo con el que sostenía a la chica.

- Ni lo sueñes -le grite a la vez que le atacaba

Justo tras el ataque me puse en guardia listo para combatir con el ya que estaba vez no iba a ser tan fácil como con el anterior.

Aunque no sabía muy bien que me iba a encontrar entré sin pensarlo en la habitación junto con la irrupción de Jacklin.

Viendo que mi compañero se encargaba del bandido, me abalancé hacía Cran para comprobar su estado. - Como te encuentras? Estás herida? 

En esta ocasión, el en la cabeza que le dio Khya fue suficiente como para que éste le soltara y cayera de espaldas hacia el suelo. La altura no era mucha, pero el golpe que se llevó en la cabeza hizo que el bandido perdiera la consciencia. Mientras tanto, el otro bandido que había salido del edificio corría en dirección al bosque, huyendo de todo lo que sucediera. Por lo demás, parecía que no había nadie más cerca y todo estaba despejado.

En el momento en el que Jacklin avanzó corriendo hasta el bandido, éste giró la cabeza y recibió una patada en el costado de Cranberry, cerca de donde tenía clavado el cuchillo. Con aquel golpe, el bandido no pudo reaccionar, y el golpe de espada en el brazo, hizo que éste se cercenara, acompañado de un grito de dolor. De pronto, el bandido, ante aquello, cayó en redondo al suelo, desmayado por el shock mientras perdía sangre por su brazo amputado. Cranberry, mientras, cayó junto a Ed, junto al brazo del bandido.

El pequeño brillo de alegría al golpear al bandido en las costillas heridas paso rápidamente a cambiar a miedo cuando vi como el brazo del bandido se separaba de su cuerpo. La mano que aprisionaba mi cuello dejo de apretar y pude tomar unas rápidas bocanadas de aire mientras Ed me recogía. Aún estaba algo conmocionada por todo aquello. Mi mirada se dirigió temerosa hacia el cuerpo del bandido del que aparte la vista rápidamente.

Medio asfixiada, con cara de miedo, respirando agitadamente y sujeta por Ed, mis palabras no tenían mucha relación con la situación.- ¿Es…Estáis todos bien?.- Parecía algo tonto que la que acababa de ser salvada de morir fuera la primera que preguntara por el estado de sus compañeros.

Aunque me esperaba algo mas de batalla mi corte fue mas "limpio" de lo que esperaba por lo que relaje la postura empezando por los hombres, ahora mi espada ya estaba manchada de la sangre de dos bandidos y faltaba la de otro mas antes de poder acabar como mínimo. Pero antes de eso debía asegurarme de que Cran estuviera bien por lo que me arrodille a su lado.

- No te preocupes por nosotros estamos bien, tu eres la que estaba en problemas -le sonreí- Menos mal que llegamos a tiempo -entonces me volví a poner en pie y mire en dirección al cuarto del jefe- Pero aún no hemos acabado, si queréis podéis quedaros a descansar aquí... yo me encargo del resto -camine hasta el bandido inconsciente para sacarle el cuchillo que tenía clavado limpiarlo con su propia ropa y devolverselo a Cran- No hace falta que os expongáis ni que os manchéis las manos, nadie mas que yo debe cargar con el peso de arrebatar una vida...

Me alegraba ver que Cran estaba de una pieza y tras un par de refriegas en los hombros para hacerla sentir más tranquila, la ayudé a incorporarse de nuevo.

Después de eso tragué saliva viendo al bandido ahí tendido con el brazo cercenado - no podemos dejarle así - comenté mientras me quitaba el cinturón de cuero y le hacía un torniquete a lo que le quedaba de brazo.

Con el bandido moribundo pero con un sangrado menos exagerado solo quedaba acabar de una vez por todas con todo aquello. -  Te cubro las espaldas - dije a Jacklin mientras preparaba el arco.

Bajo con precaución hacia el tipo que acabo de noquear y me aseguro de que no va a despertarse en un rato, una vez hecho esto le ato las manos con la tela que llevaba para el humo del fuego. No quiero que una vez despierto nos persiga, le quito las armas, me las quedo y con precaución me acerco a ver si consigo encontrar a mis compañeros.

Al abrir la puerta, pudieron ver que se encontraban en una habitación algo medio decente en comparación con el resto del edificio. Allí parecía que había una cama, pero lo más sorprendente era que había una mujer, de cabellos púrpura, con los ojos vendados, los brazos esposados al cabecero de la cama y completamente desnuda. Por el suelo parecía haber ropa tirada, pero no había rastro de nadie más por la habitación. Al escuchar pasos, la mujer se sobresaltó y parecía asustada.

-¡¿H...hay alguien ahí?!

Tras comprobar que el bandido seguía vivo, Khya entró en el edificio con cuidado, viendo que no estaba para nada cuidado. Pasando por un pasillo con algunas puertas, de pronto llegó a una donde parecía que había un pequeño charco de sangre. Al abrir la puerta, pudo ver a un bandido muerto al que parecía que le habían atravesado la espalda. Por suerte no era uno de sus compañeros... Entonces volvió a cerrar la puerta y siguió avanzando. Finalmente llegó a la sala principal, donde unas grandes escaleras principales subían, además de tener otro pasillo delante de ella que cruzaría todo el edificio y saldría por el lado del incendio.

No tenía ni la más remota idea de donde podían estar mis compañeros, y claro no era plan de empezar a llamarles a gritos y atraer la atención de todos los bandidos del edificio. Así que me encojo de hombros y sigo por el pasillo que cruza el edificio, si veo muertos es que han pasado por allí, si al cabo de andar un rato no veo nada retrocederé y subiré por las escaleras hacia el siguiente piso.

Tanto Jacklin como Ed no tardaron mucho en hacerse con la situación. Jacklin me acabo devolviendo la daga, la cual cogí con poca fuerza mientras observaba como Ed paraba la hemorragia del bandido con un torniquete. No pude evitar fijarme en la herida del costado la cual también empezaba a sangrar. No podía quitarme de la cabeza la idea de que yo había sido en parte responsable de la muerte de aquel bandido.

A duras penas me levante para seguir a mis compañeros al interior de la sala. Mis ojos se abrieron ante el panorama del interior de aquella habitación. Mi mano se cerró con fuerza sobre la empuñadura  de la daga hasta que escuche como la muchacha preguntaba asustada, guarde la daga en su funda y avance hacia la cama donde estaba aprisionada.- No te preocupes, te sacaremos de aquí.- Dije mientras me acercaba a ella, colocaba la rodilla sobre la cama para aproximarme a ella y le quitaba la venda que le tapaba los ojos.

Quizá aquello consiguiera tranquilizarla aunque dada la situación no tarde mucho en comprender aquel, en la posición que estaba, no le resultaría agradable que tres desconocidos la observaran desnuda. Me agache para recoger una de las prendas del suelo y colocarla por encima de ella mientras empezaba a intentar des esposarla de la cama.

De un solo golpe abrí la puerta ya con la espada alzada preparado para usarla de inmediato pero lo encontré dentro fue lo último que esperaba, no había ni rastro del jefe en su lugar había una de esas chicas que habían secuestrado, la visión de verla sin ropa me hizo sonrojar por completo y tras asegurarme de que no hubiera nadie di un giro sobre mi propio eje para vigilar que nadie viniera a la sala usando la espada como una especie de bastón mas o menos como describían esa misma acción en los caballeros de los libros y como ya no me servía de nada me quite el pañuelo de la cara y me lo ate al brazo.

- Así que para eso querían chicas... debemos salvarlas.

Estaba vigilando en dirección contraria cuando abrieron la puerta, cubriendo nuestra retirada o la posible llegada de refuerzos del enemigo cuando Jacklin abrió la puerta. No pude evitar echar un rápido vistazo para saber a qué iba a enfrentarse, pero aquello era lo último que me podía imaginar. Centré de nuevo mi atención a la puerta de salida, ruborizado bajo la capucha y el pañuelo… aunque mi compañero ya me había avisado que tenían mujeres secuestradas, no esperaba esa escena aquí.

- Tienes razón, debemos detener todo esto... antes de entrar en el edificio, estaban llevando a otra... aunque gracias a Khya logramos liberarla y pudo huir. - Cada vez estaba más preocupado por Khya, a saber que le iban ha hacer si esos bandidos llegaban a cogerla - solo espero que no la capturen a ella también.