Partida Rol por web

Sonrío al ver que nuestros compañeros se las están apañando perfectamente solos.

-¿Ves? Saben arreglarselas solitos, y los otros parecen estar despejando el fuego, todo va tiempo en popa, aquí es donde debemos estar sino sucede nada raro- digo mientras saco mi arco apuntando al de la entrada- eso sí, por si lo necesitan deberíamos vigilar la entrada. Y ahora a esperar...

Seguí a Jacklin aun algo nerviosa habíamos pasado la entrada sin mucha dificultad, pero podía decirse que ahora si estábamos en la boca del lobo y, si continuásemos con aquel símil, no sabíamos como llegar hasta su corazón, es decir el jefe de aquellos bandidos. Me mantuve callada pero una vez llegamos a la gran sala mi mirada se desvió hacia las escaleras, a las cuales no tardamos en empezar a marchar.

Una vez subiéramos habríamos de seguir buscando pero había algo en las palabras del guardia que me habían dejado pensativa. Su pregunta había sido “¿Una esclava nueva?” Algo me decía que había allí otras chicas retenidas e íbamos a incendiar aquel sitio.- Jacklin…- Susurre mientras me acercaba a el. Aunque no hubiera nadie cerca no quería hablar muy alto.- Las palabras del guardia, es probable que haya otras chicas retenidas aquí y vamos a incendiar el sitio ya… ya no me parece tan buena idea.- Pero era demasiado tarde para informar a Ed y a Khya de que no lo hicieran… sin mencionar que si no lo hacían nos quedaríamos sin la distracción.

- Tiempo en popa? - pregunté algo extrañado desviando mi atención por unos instantes.

La tensión me estaba matando... aunque acostumbrado a ser paciente en la caza, esta situación era todo lo contrario ya que mi función ahora simplemente era esperar a que todo fuese bien, pero Jacklin ya había demostrado antes saber combatir, y como decía Khya, de momento todo parecía ir como lo planeamos. - Supongo que tienes razón - acepté con algo de resignación a  seguir manteniendo la posición en el puesto de vigía.

Jacklin y Cranberry comenzaron a subir las escaleras cuando a la chica le comenzaron a entrar dudas sobre todo. Pero en ese momento se les cruzó un bandido que bajaba, por lo que tuvieron que seguir fingiendo. Una vez llegaron al segundo piso, llegaba la hora de la verdad. Entraron a un pasillo con unas cuantas puertas, pero enseguida pudieron reconocer donde se encontraba el líder. Al lado de una de las puertas, dos mastodontes hacían guardia para que nadie entrara y ambos tenían mala pinta.

Mientras Ed y Khya seguían de vigía, parecía que todo andaba tranquilo por allí. Pero entonces, desde su posición, pudieron ver llegar a un par de bandidos con algunos sacos y, detrás de ellos, una mujer con las manos atadas que les seguía debido a una cuerda. Parecía ser su prisionera y desde allí se podían ver sus ropas rasgadas. Parecía que se dirigían hacia la casa, pero ellos dos eran los únicos que los habían podido ver aún.

Sin pararme ni por un solo instante sigo avanzando por el pasillo mirando a los dos mastodontes sin mirarlos directamente solo con la visión periférica. Y al momento de llegar hasta donde están ambos me paro a mas o menos metro y medio de ellos miro a ambos con cara de indiferencia y me dispongo a dar una par de pasos mas para tocar a la puerta.

Detrás de esta puerta estaba el líder con el cual debía batirme y derrotar aunque ahora sabiendo que estaban dos guardias como estos a las puertas debía pensar en algo para que no entraran y le ayudaran durante la pelea ya que estaba convencido de que no iba a ser fácil y de que quien fuera el que estaba al otro lado de esta puerta iba a suponer un duro reto para mi. Pero aún así no dudaba de todo mi grupo era evidente que era el mejor luchador, ya que Ed estaba acostumbrado a cazar animales y en cuanto alguien llegara cerca suya para buscar enfrentamiento cuerpo a cuerpo tendría problemas, solo yo podía hacer esto así que no tenía permitir dudar ni vacilar.

Mientras seguíamos a la espera en la torre de vigilancia, un pequeño grupo que se dirigía hacía el edificio principal captó mi atención - Pst! mira allí - comenté haciendo un movimiento de cabeza para señalar la dirección, no quería ponerme a llamar la atención señalando como un loco - parece que unos bandidos regresan de saquear... - y justo en ese momento me quedé helado... - aquella prisionera podría ser...? - entrecerré los ojos para intentar vislumbrar la identidad de la mujer, aunque debido a la distancia, era algo complicado - tenemos que ayudarla - comenté algo más decidido.

Aunque no se tratase de Railey, seguro que esos bandidos iban a enseñar el botín a su jefe, por lo que podrían poner en peligro todo el plan si Jacklin y Cran seguían allí dentro.

No necesite fingir miedo o terror al ver a los dos guardias que estaban en la puerta, incluso trastabille haciendo que Jacklin tuviera que tirar de la cuerda para que siguiera caminando. Le seguí sin mucho ánimos, sabía que habíamos ido allí a pelear contra su jefe y era consciente de que no estaría solo. Si conseguíamos entrar debía pensar en una forma rápida de bloquear la entrada o seria yo misma la que enfrentara a aquellos dos brutos.

Y quien decía enfrentarse decía entretenerlos. Ya que con el cuchillo que tenía como arma dudaba mucho poder hacer siquiera a aquellos mastodontes. Por otro lado aunque si bien era cierto que en el exterior uno de los bandidos había sido reclamado, no parecía haber en el lugar tanto revuelo como pensaba si un incendio hubiera comenzado. Aquello no me gustaba.

Mierda, mierda, mierda, mierda, ¿por qué no podían seguir las cosas tranquilas como hasta ahora?

Suspiro frustrada tras intentar ver quien era aquella mujer sin conseguirlo, miro entonces a Ed con cara de circunstancias.

-Sin duda, no podemos dejarlo pasar-digo susurrando mientras apunto mi arco hacia uno de ellos-¿crees que deberíamos abatirlos?-No estaba muy segura después de lo que había ocurrido no hacia mucho, pero no tenía más ideas en aquel momento.

Por unos momentos desconecté, sopesando rápidamente nuestras opciones - preparar una emboscada? imposible; distraerlos con más fuego? descartado; interceptarlos e improvisar sobre la marcha? - me entró la duda, pero sabía de sobras que en combate cuerpo a cuerpo estaríamos en desventaja, así que asentí de forma sombría ante la pregunta de Khya.

Un par de respiraciones para templar los nervios fueron suficientes para eliminar cualquier atisbo de escrúpulo.- Hagámoslo igual que antes - susurré para intentar sincronizar los flechazos - apunta al que va delante - sentencié de forma calmada, carente de toda emoción - es preferible que se escondan en el bosque a que lleguen al edificio.

Cuando Jacklin llegó junto a la puerta tirando de de Cranberry, la mano de uno de esos grandullones se le plantó en el pecho, deteniendolo.

-¿Dónde te crees que vas?- dijo el bandido.- El jefe no quiere que le molesten hoy. Si quieres enseñarle a esa chica tendrá que ser esta noche. Llévala a las celdas de siempre.

Tras decir eso, el bandido no apartó la mano, evitando que entraran. Mientras tanto su compañero les miraba con una mirada bastante amenazante, posiblemente para imponer.

Lo primero que hice fue recorrer el brazo del grandullón con la mirada hasta sus ojos sin dudar ni por un instante, me baje el pañuelo hasta el cuello por lo que toda mi cara quedaba al descubierto. Trataba de pensar a toda velocidad en algo que pudiera funcionar y en realidad lo hacía desde que los había visto antes por lo que mas o menos tenía algo.

- ¿Entonces vas a ser tu el que de explicaciones cuando todo el bosque a nuestro alrededor este ardiendo? Estoy deseando ver la cara del jefe cuando se entere de que por vuestra culpa el no se entero de que teníamos a gente quemando los alrededores. Seguro que sera muy divertido -dije en un tono de cierta molestia y plantandoles cara, otra cosa pero valentía me sobraba por lo que estos dos no me iban a dar miedo alguno

Intentando no pensar en lo ocurrido la última vez que había disparado mi arco, tenso la cuerda y apunto al individuo que me ha indicado Ed.

Las dos flechas salieron disparadas al mismo tiempo, cada una de ellas dirigidas a uno de los bandidos. La de Khya acertó de lleno en el pecho del bandido al que apuntó, haciendo que cayera directamente al suelo, soltando la cuerda con la que tiraba de la chica. La de Ed, acabó acertando en un hombro, apenas hiriendo al bandido el cual, sorprendido, miró hacia las torres y corrió hacia uno de los árboles para ponerse a cubierto. La mujer, viéndose libre del bandido que sujetaba su cuerda, comenzó a correr, huyendo de aquel sitio.

-¡Maldita sea! ¡Nos atacan, nos atacan!

Al gritar de esa forma, el bandido que estaba adormecido en la puerta se despertó de un sobresalto sin saber muy bien donde estaba. Todavía estaba algo aturdido y no sabía muy bien que sucedía.

Como era obvio, no iba a ser tan fácil acceder al jefe, aunque por otro lado me alegraba que por el momento la idea de que Jacklin se hiciera pasar por uno de ellos estaba funcionando... Demasiado bien a decir la verdad, parecía que la gente de allí no se conocía mucho. La mención de las celdas me hizo volver a pensar en si tenía a más gente encerrada allí pero delante de aquellos grandullones no podía distraerme.

Jacklin no tardo en encontrar una forma de intentar hacernos pasar, y parecía que no se achantaba ante el tamaño de aquellos guardias. Ojala la idea funcionara, aunque cada momento que estaba allí menos segura estaba de que todo fuera una buena idea.

- Tch - mascullé al ver como el bandido se giró en el último momento para acabar con la flecha clavada en el hombro y no en el pecho como había calculado. Sin despistarme en nada más que su posición buscando cualquier punto de visión, cualquier espacio o hueco por pequeño que fuese cargue otra flecha, expiré y disparé, cerrando los ojos momentáneamente como esperando un milagro mientras lo ignoraba todo... Khya, la mujer, los gritos, el bandido de la puerta...

lo siento chicos.

Mi disparo derribó al enemigo en silencio, lo cual confirmaba que lo habia vuelto a hacer, habia matado a alguien otra vez. Mi corazon latia super fuerte pero no tuve tiempo de pensar. El otro guardia empezaba a dar la alarma, apunte rapido, casi por instinto y solte una segunda flecha.

-Cállate, cállate, cállate...

En pleno enfrentamiento de miradas, de pronto, del exterior del edificio se escuchó un grito de un hombre:

-¡Maldita sea! ¡Nos atacan, nos atacan!

Al escuchar aquello, el hombre giró un instante la cabeza e hizo una mueca de disgusto. Tras chasquear la lengua volvió a mirar a Jacklin.

-Pues parece que no solo están quemando los árboles. Tú- refiriéndose a Jacklin.- y tú.- Refiriéndose al otro grandullón que estaba junto a él.- Id a mirar que ocurre y cargaros a los intrusos. Yo me quedaré con la chica mientras tanto.

Tras decir aquello, el otro hombre se crujió los nudillos y el cuello como preparándose para combatir. A su vez, el que no dejaba pasar a Jacklin, llevó su mano para coger la cuerda con la que sujetaba a Cranberry.

El bandido herido que se encontraba detrás del árbol seguía gritando y quejándose de la herida. Ambos entonces le apuntaron pero las flechas volaron para impactar en el tronco del árbol. Parecía que desde allí sería difícil acertarle.

Mientras tanto, el bandido atolondrado, por fin pareció reaccionar y vio a Ed y Khya encima de las torres de vigilancia. Algo apresurado, casi sin saber que hacer, acabó metiéndose dentro del edificio saliendo de la vista de los dos.

La noticia del ataque era literalmente lo último que me esperaba ¿que demonios estaba pasando? ¿quien los estaba atacando? De todas formas no tuve tiempo para pensarlo, me estaban mandando a por los intrusos y uno de estos dos se iba a quedar con Cran, lo cual no iba a permitir. Pare la mano del mandón y le retorcí la muñeca*.

- Ni se te ocurra -si algo había aprendido en mi escapada al bosque cerca del pueblo era como intimidaban los animales y ahora mismo eso era lo que parecía, un animal al que le querían robar la comida- yo me quedo con ella, vosotros dos seguro que solucionáis antes el problema que yo.

No pensaba alejarme ni por un instante de mi amiga y si eso tiraba por el suelo nuestra coartada que así fuera pero valoraba mas su seguridad que cualquier otra cosa.