Partida Rol por web

Compañeros, -digo al fin- parece que no tenemos muchas opciones, al menos por el momento. Podemos ir a buscar a Johannes, pero... ¿Por dónde empezar?. No creo que sea una opción valida. Ahora mismo, yo solo veo dos posibilidades. Seguir esperandole, con todos los riesgos que eso supone, aunque disfrazados como vamos son mucho menores, o recurrir a la ayuda de nuestros amigos los ladrones. Recordad que nos deben un favor, y que seguramente que ninguno de nosotros vuelva aquí en mucho tiempo. Y ya sabéis que, y si no lo sabéis os lo cuento, en las organizaciones de ladrones y demás, los líderes y miembros no suelen ser muy duraderos. Creo que es mejor cobrar ese favor ahora que se acuerdan de nosotros, que dejarlo para después, y que dentro de varios años nadie se acuerde de que les salvaron el pellejo unos tipos en las alcantarillas.

No se, yo solo veo esas dos posibilidades. ¿Qué me decís? ¿Tenéis una propuesta mejor o hacemos algo de lo que os he dicho?

Te acercas hasta una ventana de la posada y te asomas, pero no es de mucha ayuda, el mugriento cristal no permite ver mucho en su interior y la veintena de personas que se encuentran bebiendo y/o charlando están disfrazadas de elfo, exactamente igual que tú y tus compañeros, sus ropas no serán de la misma calidad, pero no te permiten distinguir a tus compañeros entre ellos.

En ese momento tres guardias acuden al puerto y se juntan con los dos ya existentes, seguramente son el relevo, pues ninguno de ellos es un oficial...

Esta bien. ¿Como podemos contactar con ellos? ¿alguna idea? dice Rainer mirando a su alrededor buscando algun peligro inminente... si obviamos claramente a la guardia...

Lo suyo no son los tratos sociales... es obvio.

Bah, no se distingue una mierda y encima han llegado más guardias. Hora del plan B: contacar con los Huyderman. Con un poco de suerte a los demás se le habrá ocurrido lo mismo y podremos reunirnos así...suponiendo que el clérigo no haya dado mucho la lata. - pienso disgustado.

Me alejo del puerto mientras pienso cómo contactar con los Huyderman.

Dijeron que preguntáramos por ahí. No es tan fácil como parece, las preguntas equivocadas en el lugar incorrecto pueden traerme problemas. Pero tendré que arriesgarme. ¿Por donde empezar? - una idea brilla en mi mente.

¡El Retorno del Reaver! - se me escapa en voz alta.

Es un tugurio pero seguro que tiene contactos con los bajos fondos. ¡Deberíamos haberlo usado como punto de reunion! Es mucho mejor que "el puerto" a secas. En fin, lo hecho hecho está. Si Ranald lo quiere mis compañeros estarán allí: es la única taberna que conocemos y pueden pensar que me dirija a ella. ¡Vamos pues!

Me encamino hacia El Retorno del Reaver y me marcho con prisa, evitando en lo posible los piquetes de soldados y los guardias.

Creo que nos lo dejaron claro. Solo debemos preguntar por ahí. Podemos empezar por cualquier taberna de mala muerte, o por cualquier persona del puerto. Aunque claro, siempre podemos dar con los tipos equivocados. No obstante, tengo un método infalible, el cual no nos compromete demasiado. Mi idea es ir a una taberna, la que sea, y pedir una copa cada uno. Nosotros empezamos a hablar, y comentamos lo sucedido en las cloacas, y lo felices que nos haría conocer a los protagonistas de tales hazañas. Sobre todo, a los bravos ladrones que lograron, con la ayuda de unos tipos que pasaban por allí, acabar con unos cultistas, demostrando que eran la mejor banda de todos los tiempos. Si el tabernero es un poco bocazas, cantará, y nos dirá lo que queremos saber. Sino, no importa, pues ya sabrán que los estamos buscando. Y, no creo que tarden mucho en ponerse en contacto con nosotros. De todas formas, debemos de hacer esto en todos los lugares que podamos, para que nos devuelvan el favor cuanto antes. Eso sí, debemos de tener cuidado, ya que la interpretación debe de salir perfecta...

¿Qué os parece mi plan?

Vale... me parece bien el plan amigo hablador... Vayamos al puente de Enmanuelle Platz.

Esta entre dos grandes zonas portuarias y varias tabernas. Alli podreis entrar y soltar la parrafada. Yo prefiero esperarle fuera. Como sabes... lo mio no son las grandes conversaciones. dice Rainer mientras se dirige hacia el cercano puente.

Vamos....

Caminas en dirección al Regreso del Reaver, que si la memoria no te falla está al otro lado del río, así que te dirges hacia el puente para cruzarlo cuando ves algo que te gusta, y te gusta mucho. Frente a una tienda hay algunas mesas que contienen verduras, cerámicas, alguna joya barata, herraduras, etc. Cosas de mercado, pero lo que teinteresa es una solitaria y abandonada bolsa que parece contener dinero que está junto a uno de los puestos, oculta al público pero que ves desde donde estás, y su propietario no está en este momento, pues un cartel reza:

Buelvo aora mismo

Desde luego el que lo ha escrito no es bueno en ortografía, pero al menos sabe escribir...

Mmm, ¡pero qué ven mis ojos! Una bolsa sin dueño y al parecer repleta de dinero. ¡Esta es mía! - pienso excitado - ¡Calma, Johannes! Lo primero es lo primero: asegúrate de que no hay nadie observando.

Tras ver que no hay ojos extraños prestandome atención, rodeo el puesto disimuladamente, haciendo como que estoy mirando la mercancía, hasta dejar la bolsa a mi alcance.

¡Ahora, como te enseñó Max! - giro el cuerpo de tal forma que, visto desde fuera, mi brazo quede tapado. Mientras con el otro brazo señalo pensativo la mercancía, alargo el oculto para recoger la bolsa y guardarla rápidamente bajo mi capa. - Eso es, ven con papá.

Como quien no queire la cosa, reanudo mi trayecto con cierta prisa para salir de la zona cuanto antes.

Asiento a la respuesta de Rainer, y avanzo hasta el puente del que habla contando la historia de porque los orcos no se lavan, y porque no piensan hacerlo nunca de los nuncas jamases.

Examinas cuidadosamente el lugar, algunos tenderos cortan carne, exiben su fruto o venden indumentaria, pero el del puesto en el que estás parece que no está y que el cartel está ahí por esa razón. No te fías. Examinas más concienzudamente el lugar, nadie te vigila: es un golpe fácil. Un despiste de su propietario. Ahora el dueño de la bolsa eres tú...

Te alejas del lugar siguiendo un paso rápido pero que no llama la atención, te apartas para dejar paso a un carruaje y empiezas a caminar por el Gran Puente de Nuln, se oye música y hay pájaros en el cielo, el sol radiante garantizará a los ciudadanos un agradable carnaval.

Recorres más de la mitad del puente cuando ves aparecer frente a ti a tus compañeros, los tres.

Os dirigís hacia el Gran Puente de Nuln, se oye música y hay pájaros en el cielo, el sol radiante garantizará a los ciudadanos un agradable carnaval. Costeado según parece por vuestro querido Oldenhaller. A vosotros os interesa otra cosa, buscar información en las tabernas y encontrar a Johannes, del que no sabéis nada desde hace dos horas.

Cruzáis más de un tercio del puente cuando veis venir de frente a un hombre vestido con ropajes élficos, o que aparentan serlo, nada fuera de lo común, excepto que bajo la máscara está vuestro amigo el ladrón de Altdorf...

Rainer no disfruta del festival. Gente bailando y cantando... Buagghj.

Lo suyo son los canticos preparatorios para la Batalla, no este tipo de ruidos alegres.

Cuando ve venir a su compañero no puede evitar sentirse feliz... Esto si es "musica" para mis oidos.

Espera a tenerlo cerca para susurrarle mientras eleva los brazos contento.

Vamonos de aqui Johannes... no nos quieren... vivos.

Una vez alejado del lugar del robo, levanto mi capa lo justo para poder rebuscar en la bolsa y ver los frutos de mi trabajo. La abro con cuidado, no vaya a ser que el "descuidado" dueño no lo fuese tanto. Todo ha sido demasiado fácil y no me fío.

Todavía puede ser que me pille las manos con un cepo. Bueno a ver qué tenemos aquí...

Tras examinar el botín sigo caminando en dirección al Retorno del Reaver, mientras pienso en cómo encontrar a los Huyderman.

De camino al Retorno del Reaver voy pensando en cómo encontrar a mis compañeros.

Sí, contactar con los Huyderman es mi mejor opción. Puedo empezar a buscar por el Retorno del Reaver, quizás incluso darle un par de monedas al posadero para entregarle un mensaje a mis compañeros en caso de que se les ocurra pasar por allí.

Cuando estoy cruzando el puente la suerte me sonríe: caminando hacia mí veo tres figuras que al momento reconozco como las de mis amigos. Recorro el trecho que nos separa haciendo gestos de felicidad.

¡Por Ranald! ¡Qué suerte la mía de encontraros! ¿Donde os habíais metido? - bajo un póco la voz - He estado esperando en el puerto, pero no llegábais y me estaba preocupando.

Cuando Rainer me susurra sus palabras mi cara de felicidad se torna en preocupación. Susurrando igual que el clérigo respondo:

- ¿Qué ocurre? Bueno da igual, ya me lo contaréis por el camino. - sigo el liderazgo de mis amigos, pues está claro que algun peligro desconocido para mí nos acecha. - Os sigo a donde quiera que vayais, aunque debemos tener cuidado, hay muchos piquetes de soldados en las calles. Por donde yo he venido había unos cuantos, mejor tomar otra calle.

Salgamos de la ciudad... busquemos una salida poco transitada de guardias o terriblemente sobrecargada de viandantes... es nuestra unica oportunidad... dice Rainer mientras golpea "cariñosamente" a su amigo Johannes.

En el interior de la bolsa hay una  considerable cantidad de dinero (15 Co 14 c y 13 p) y un papel doblado con una serie de nombres, números y precios, seguramente una relación de compras y encargos.

Permanezco con una mirada alegre en el rostro, algo apartado de mis compañeros, a pesar de la alegría de que Johannes se haya reunido.

Creo que nunca estaré cómodo por completo entre los humanos, a pesar de todo.-pienso, mientras observo las demostraciones de afecto entre Rainer y Zimmerman, incómodo por los golpes propinados por el primero al segundo.

-Bien hallado, compañero.-le digo suavemente a Johannes, mientras lo observo a unos pasos de distancia.

Me mantengo alerta, porque tengo miedo de que nos sigan los guardias, que nos hayan ya identificado y que aparezcan en cualquier momento.

Es la ciudad, que opaca mi vista y pone orejeras a mis oídos. No estoy tan alerta como en el bosque.

Cuando veo a Johannes me alegro bastante, pero cuando más me alegro es cuando oigo lo que nos dice sobre el puerto, a lo que no puedo evitar decir- ¡Lo veis! Os lo dije, dije que deberíamos haber esperado. En fin, ya no importa, no hagamos leña del arbol caido. Lo importe es que nos hemos vuelto a reunir, por lo que habrá que idear un plan de huida. Pero antes... ¡Dinos, Johannes, ¿por qué te persiguió aquel guardia?!. Lo cierto es que aquello no pintaba nada bien, pero tampoco tuve tiempo de reaccionar. Aunque parece que es mejor así, todo no ha salido tan mal. Bueno, estabamos intentando encontrarte, y para eso teníamos pensado recurrir a nuestros "amigos de las alcantarillas", pero se me acaba de ocurrir una idea mejor. Como ya os dije antes, lo mejor es cobrar un favor con los grupos del crimen organizado cuanto antes mejor, pues cambian de lider rápidamente, y estos pueden no devolvernos nunca el favor. Debemos aprovechar, y pedirles que nos ayuden a salir de la ciudad. Así, nos podremos ir de aquí con las manos limpias de una vez por todas, y no dejar ningún vínculo con esta ciudad. ¿Que os parece?.

Johannes, ¿tú qué piensas sobre dónde encontrar a estos tipos?. Mi idea era ir a una taberna, y comentar lo ocurrido en las alcantarillas o algo parecido, pero sin dejar de repetir que nos gustaría mucho conocer a los implicados. Así, sabrán que los estamos buscando, y tampoco habrá mucho peligro si vamos a una taberna de una banda rival. Creo que lo mejor es hacer esto en varias tabernas, para un resultado más directo y rápido.

¿Y bien? ¿Qué os parece mi plan?

- Así que no tuvisteis paciencia para esperarme... - gruño un poco - No importa, como bien dices lo importante es que estamos juntos. Si te digo la verdad, no se a que vino lo del guardia, pero tampoco pensé en preguntarle; tras un rato le dejé atrás.

Cuando escucho hablar de los Huyderman, me sorpendo un poco.

Vaya, Wolfgang ha tenido la misma idea que yo.

- Amigo Wolfgang, yo me dirigía a lo mismo. Pensaba empezar por el Retorno del Reaver, con la esperanza de que al no encontrarme hubiéseis decidido alojaros allí. Además, la taberna tenía toda la pinta de ser frecuentada por ciudadanos poco...ejemplares. Justo el tipo de persona que tendría contactos con nuestros amigos. Estoy seguro que ellos nos pueden sacar de Nuln sin llamar la atención.

Menudos contrabandistas serían si no pudieran.