Partida Rol por web

Al ver lo que hay escrito en la papeleta miro a los allí reunidos. Si no fuera por todas las cosas extrañas que están sucediendo en el hotel pensaría que es una broma de mal gusto pero ¿Y si no lo es? No puedo evitar fijarme en el señor Sleep. Parece que es el único que no está sorprendido. ¿Será cosa suya? Desde luego su entrada en escena, aspecto y todo lo demás le convierten en el centro de toda sospecha.

¡Veinticinco de los grandes! exclamo en voz baja a mis colegas.

Nunca había visto tanto dinero junto. 

Si queremos hacernos con ese cacharro ya podemos ir pensando en otro método

El señor Wong se dirige a sus compañeros en la mesa con fingida calma. Aunque siempre parece tenerlo todo bajo control, no es más que un papel que lleva años interpretando.

- ¿Recuerdan ustedes que había una presencia sobrenatural entre nosotros? He visto que este señor Sleep tiene algo que ver -traga saliva-. No es el foco de esa maldad, pero he visto que está claramente controlado por ella. Es una herramienta. 

Los acertijos, las adivinanzas, los retos, le gustaban a Wong. Y esto es como una partida de ajedrez. Se aclara la garganta para hablar para toda la sala.

- Queridos acompañantes -dice con voz taimada-, esto es un insulto a los aquí presentes. Hagan lo que quieran con sus vidas, pero en mi tierra, ofrecer la vida de los demás es de mala educación. No sólo me excluyo de esta propuesta, sino que me veré obligado de informar sobre esta desfachatez -se dirige a Pelfry- como no haga revelarse al autor. Algunos hemos venido aquí a tomarnos esto en serio y a... invertir una fortuna -dice esto último dando a entender que puede seguir subiendo la apuesta. Y usted, señor Sleep, ¿de dónde viene? No le he visto por el hotel en todo el día.

El extraño desenlace de la primera ronda ha causado un gran revuelo, y cuando Wong se encara tanto con Pelfry como con Sleep, todos los demás participantes aprovechan para secundar sus quejas, aunque se esfuerzan por mantenerse en un segundo plano, intimidados quizás.

Wade hace todos sus esfuerzos por calmar la situación

—No se preocupen, la subasta continuará con total normalidad, no hay de que preocuparse, sin duda esta broma y mal gusto no es más que eso, el resto de pujas mantienen su validez y en media hora podremos realizar la segunda ronda.

El Señor Pelfry, apenas puede articular palabra, cuando Wong se dirige a él directamente no es capaz más he de esconderse detrás d esa mujer sin quitarle ojo a Salep, le da igual cualquier cosa que le diga Wong o cualquier otro.

Wade interviene cuando está a punto de escabullirse.

—Pelfry, no sea estúpido, deje de comportare como un crio, Cuanto antes termine esta subasta antes podrá usted desaparecer con su familia si es eso lo que quiere. Pero tenemos que acabar. Y estamos muy cerca.

Lo retiene y le deja encargado a su mujer, abnegada y obediente, que no se separé de él hasta que terminen.

Sleep no parece nervioso ni intimidado. Ni siquiera cuando Wong le pregunta directamente.

—Oh mi querido amigo, acabo de llegar, el asunto, verá usted es la niebla. Ve— dice señalando por la ventana— esta niebla tan densa no me ha permitido acercarme con el coche hasta aquí, así que mi chofer ha tenido que detenerse antes de llegar y yo he hecho el último trecho… a pie.

Lo teatral de su explicación y lo forzado y alguna de sus palabras. Sus extrañas pausas dramáticas, y su mirada de superioridad resultan de lo más insultantes, y en cualquier bar de Chicago alguien le habría abierto ya la cabeza con una botella, pero esto no es Chicago.

Entre tanto, Kepler ha ido acercándose a la conversación. Es evidente que el nuevo invitado no le gusta en absoluto, probablemente por la amenaza económica que supone, pero quizás haya algo más…

Escucha con incredulidad las explicaciones de Sleep y cuando termina evita comentar lo he todo el mundo piensa, pero antes de retirarse le deja una mirada a Wong de complicidad, una de esas miradas que dicen, yo tampoco me fio de este tipo, será mejor que estemos alerta.

Parece que el arrojo del oriental le ha provocado cierta simpatía.

Todo esto sucede en un torbellino de conversaciones y aspavientos, que quedan violentamente interrumpidos cuando la puerta del comedor se abre de repente.

—¡Ayuda!

Baker despertó de su letargo quedándose asombrado por el arrojo del anciano Wong. Y amén a ayudar a su compañero, este tiró de su ropa al asiático. Sr.Wong no olvide el bolso que porta el Sr.Sleep. Si está repleto de oro como dice, me temo que ningún humano podría cargar con semejante peso. Yo no podría cargar con el bolso haciendo fuerza con los dos brazos. Este señor dispone de una fuerza sobrenatural o no es oro todo lo que reluce.

La petición de socorro agarró sorprendido al Doctor ya que como era habitual este andaba ensimismado con sus pensamientos.

- No se preocupe por el oro, Doctor -tranquiliza Wong-, desde el mismo momento en que Sleep hizo acto de presencia, esta subasta terminó, así que da igual el dinero que ofrezcamos. Esté usted atento, porque las cosas van a ponerse feas -susurra a su compañero-. Visto que el truco está en la niebla, poco me importa ya el desintegrador...

Wong empatiza con el señor Kepler. Aunque pertenezca a la Fundación Ursus, parece tan desconcertado como el resto. Sus fines son meramente lucrativos, no tiene ninguna intención oculta. El oriental se levanta y se acerca a Kepler, contándole en privado sus especulaciones acerca de Sleep y del desintegrador. Con un poco de suerte, lo pondrá de su lado e incluso hará que pierda el interés en el aparato.

El detective se asoma curioso cuando la puerta se abre con tan abrupta petición de auxilio, para observar lo que parece un creciente movimiento fuera del comedor, parece que todo el personal y algunos de los huéspedes curioso que quedaban se agolpan en la entrada principal atraídos por algo que sucede fuera.

Pero antes de eso, Wong y Manley se dan cuenta de algo simple pero irrefutable, los zapatos de Sleep están tan limpios que podrían venderse como nuevos, no solo no ha podido venir andando por esos jardines húmedos, sino que difícilmente parece que hayan pisado …nada.

Además Wong advierte algo en su mirada, no parece tener demasiado interés en que nadie crea sus mentiras, parece seguro de que eso es secundario, hay un desafío en sus ojos, algo como, no me crees, y qué piensas hacer… pero es algo más que chulería, parece sentirse por encima del bien y del mal, o al menos gusta de exhibir esa actitud, quizás solo sea una fachada, un farol, pero no es eso lo que parece.

Parece estar disfrutado con la situación, con la tensión creciente, pero hay dos cosas que le han desconcertado claramente, la papeleta amenazante, su sorpresa delata que no tiene nada que ver con ella, y finalmente la irrupción brusca en busca de ayuda. Como si tampoco tuviera nada que ver con lo que esté ocurriendo y eso le enfureciese.

Hay pocas cosas que irriten más a un hombre poderoso que darse cuenta de que alguien intenta manipularles como si fueran un cualquiera.

Y Kepler se da cuenta al instante de la burda estratagema del oriental.

—Bien, bien, lo que usted diga amigo. Veremos cómo acaba esto.

Dicho eso se aparta a un rincón con sus secuaces.

—¡Ayuda!

La pobre mujer no dice nada más y se marcha corriendo dejando las puertas abiertas, por el vestíbulo se oye el barullo, todo conduce a la entrada principal, fuera está ocurriendo algo.

Pelfry y su esposa se quedan en el comedor, Wade se queda con ellos, preocupado por como se está complicando todo.

Kepler manda a sus hombres a ver qué pasa y Valerie sale por su propia curiosidad a comprobarlo, se puede oir al gerente llegar a levantar la voz pidiendo calma, pero el murmullo no hace mas que crecer, entonces, el Señor Sleep, con una mezcla de burla y expectación, se retira teatralmente a la barra con bebidas que han dejado servida para la subasta, se sirve una copa y se acerca a las ventanas de la pared norte para observar lo que ocurre fuera.

El detective siguiendo su instinto e intrigado por los ruidos que llegan hasta a puerta sale inmediatamente tras la mujer que corre después de pedir ayuda hacia la entrada.

Ese tipo me pone los pelos de punta carraspeó Derek refiriéndose como no al Señor Sleep. Luego se levantó y salió detrás del detective y de la mujer que pide ayuda preguntándose para si mismo qué estará sucediendo ahora y pensando en que maldita hora aceptó este encargo.  

El señor Wong repara en los zapatos de Sleep al verle desfilar hacia la barra libre. Viendo que sus compañeros se disponen a salir de la habitación, él tampoco piensa perder el tiempo. Se levanta decidido y se dirige hacia él, cogiendo también una copa.

- Señor Sleep, verá -le asalta por la espalda, con tono algo arrogante e intentando pillarle desprevenido para coger la sartén por el mango-, tiene usted los zapatos muy limpios para haber venido andando a través de la niebla. Pero ya he visto a otros levitar antes. A no ser que... -que se haya fundido con la niebla, piensa para sí-. No se crea que soy igual de idiota que estos millonetis aquí presentes, demasiado preocupados por llevarse a casa ese trasto que sólo trae desgracias -suspira-. Se lo diré claramente: en mi tierra sabemos ver más allá, ¿sabe? Y sé que usted no está solo. He notado alguna... presencia fuera de lo normal. ¿Qué tiene que decir al respecto, señor Sleep? ¿Está usted en contacto con algún ser sobrenatural? -pregunta directo y al grano.

—Oh mi amigo oriental. Parece que tiene usted una imaginación desbordada, no entiendo de que presencias me habla. Acaso está usted pensando en demonios, o en esos platillos voladores tan de moda entre el populacho, no sea necio. No hay nada extraño aquí, solo alguien con poder… adquisitivo y una atracción algo desmedida por los objetos… interesantes.

Las pausas dramáticas e Sleep son una total provocación, su rostro pasa de la diversión al desafío en cuestión de segundos.

—Dígame, amigo oriental, ¿cree usted que podrá evitar que me vaya de aquí… por dónde he venido… con lo que he venido a buscar?

—Se lo que está haciendo, quiero provocarme, acepte un consejo, no vuelva a hacerlo, jamás.

Al decir estas últimas palabras un brillo sobrenatural en sus ojos te hace retroceder un paso y puedes ver en su mirada la oscuridad más profunda que jamás verás, solo comparable con el vacío del espacio profundo. Después, como si no hubiera ocurrido nada, su presencia recupera la compostura habitual, y te das cuenta de que una buena parte del está más pendiente de lo que ocurra fuera duque de ti.

La escena fuera, en la puerta principal, es desconcertante y siniestra, Bride y Manley llegan para encontrarse a casi todo el personal algunos huéspedes todos agolpados en el exterior de la entrada principal, pero sin alejarse de la puerta. Todos ellos están mirando al frente, a algún punto entre la niebla, con esfuerzo acabáis divisando allá enfrente un coche detenido, según las explicaciones del gerente sería el coche que viene por las noches para llevarse a parte del personal al pueblo.

Pero junto al coche se observa una figura, parece el chófer del hotel. Detrás del coche bailan unas extrañas luces entre la niebla que provocan susurros de temor entre los espectadores paralizados ante la situación. Nadie parece querer acercarse voluntariamente al coche, y algunos empleados ya se han escabullido y escondido en el hotel sin querer saber nada de aquello.

Quizás nuestros héroes tengan más determinación.

Manley ha podido ver en su vistazo al invernadero antes de salir fuera que los vigilantes siguen junto al aparato, pero parecen bastante inquietos y más pendientes de lo que ocurre fuera, sin duda no sería difícil ahora engañarles para hacerles salir ante una posible amenaza exterior.

Señor Bride digo señalando con la vista el invernadero Tenemos que aprovechar la distracción, es nuestra oportunidad. Intentemos sabotear el desintegrador. Todo ésto empieza a darme mala espina, están sucediendo demasiadas cosas extrañas aquí y visto lo visto no creo que podamos hacernos con el dichoso aparato por las buenas 

Sin esperar su respuesta voy directo al invernadero