Partida Rol por web

Selene Burkel no se espera que su vida vaya a dar un giro de ésa magnitud...

Hija de una familia noble y adinerada, te criaste entre la más buena vida. Todo lo que te rodeaba era bello, y nada te era negado. Tu madre, bella como ninguna, era sacerdotisa de Selune, la suma sacerdotisa del templo local. Tu padre, fornido y con un muy buen porte, se hizo mercader cuando se casó con tu madre, y lleva la armería del lugar.

Aquí, en Argluna, tus rasgos són bastante raros, aunque es el tipo de rareza que embelesa. El pelo blanco, las facciones elfas y sin embargo lo desarrollada que estás a tus catorce años te convierte no solo en una buena candidata a sacerdotisa, sinó también a la chica más bella entre las de tu edad, y también entre las de algunos años superiores.

Hoy es el día en el que tu entrenamiento como sacerdotisa llegará a su fin, y te coronarán como sacerdotisa oficial de Selune, tendrás tu celebración y todo lo referente con la iniciación. Tu madre te ha ayudado mucho, y presume de ti. Evidentemente, nadie cuestiona el de donde ha salido tu belleza, y tampoco tu voluntad. A quien nunca te has parecido es a tu padre, un modelo de hombre, fuerte, fornido y curtido en muchas batallas que tuvo en su juventud.

Así pues, estás en tu habitación, preparandote para subir al carro que te espera fuera para ir hasta el templo. Hoy es un día muy importante para tí y para una buena parte de la comunidad. Como sacerdotisa de Selune que vivirás entre riqueza y, sobretodo, entre muchísimos pretendientes. Sin embargo, uno de los votos que debes hacer y cumplir es el de encontrar el amor verdadero y huir de toda lujuria que te aleje del camino que deberás seguir. Podrás provocar todo lo que quieras, sin embargo nunca podrás llegar a nada con nadie, y en caso de que lo hagas, éste tendrá que ser tu amor verdadero. ¿Cómo lo sabrás? Selune te guiará.

Acabas de ponerte el vestido y, mirándote al espejo, empiezas a pensar que estás preparada para salir. Uno de los mayordomos, Lamber, con el que siempre te has portado mejor, te acompañará al carro y desde allí te llevarán hasta el templo, donde te iniciarán.

Me veo preciosa con mi vestido. Siempre he sabido que este día llegaría y empiezan a asaltarme las dudas. ¿Aunque yo me vea bella, que pensaran los otros? Por suerte llega Lamber para acompañarme al carro...

Oh! es Lamber... Veamos si logro ruborizarlo... jejeje

 -Hola Lamber- digo con mi más seductora y encantadora sonrisa- ¿Que tal me veo?

Doy una vuelta rápida haciendo ondear levemente los bajos del vestido y me acerco a abrazar a mi amigo y permitirle que me acompañe al carro agarrado de mi brazo

Lamber, al verte, intenta no parecer demasiado sorprendido por su condición de serio mayordomo, sin embargo en cuanto ondeas tu vestido y lo abrazas no puede evitar una pequeña sonrisa devolviéndote el abrazo.

- Estáis preciosa, señorita Burkel. -dice Lamber un poco rojo- Es todo un honor acompañarla hasta el carro que la espera fuera.

Te coge del brazo y camináis lentamente por los pasillos del caserón donde vivís hasta llegar a la puerta principal, donde ves el hermoso carro que te llevará hasta el templo. Una vez allí, Lamber separa vuestros brazos suavemente y te coge las manos.

- Le deseo lo mejor, señorita Burkel. -y mientras deja que vayas hasta el carro, donde otro mayordomo, éste mayor, te abre la puerta, dice- Suerte con la iniciación.

 Una vez dentro del carro saco la cabeza y sonriendo coquetamente le envío un beso a Lamber

-Gracias Lamber nos vemos- digo con mi voz más dulce

Lamber sencillamente se limita a bajar la cabeza a modo de reverencia con una sonrisa en los labios.

Me preparo para ir a la ceremonia.

El carro te lleva en un tranquilo paseo hacia el templo de Selune, durante el cual contemplas las calles de Argluna, hermosas y alegres.

Finalmente, llegas al templo. Allí, te abre la puerta una sacerdotisa de Selune, que te lleva hacia la entrada. El templo está todo decorado para la ocasión, lleno de flores de color blanco y un poco de música tranquila que ya habías escuchado alguna vez. Las sacerdotisas te muestran todas el camino, hacia una sala del ala oeste del templo, y allí debes permanecer hasta que todas las que vayan a ser iniciadas lleguen. De momento está Linda, la cual ya habías visto varias veces por el templo, sin embargo no habías hablado demasiado con ella.

Linda, cuando llegas, se levanta un poco el vestido para saludarte, y muy cariñosamente te hace una leve reverencia a tu persona, a lo que dice:

- Saludos, Selene. -mientras vuelve a sentarse, y te ofrece asiento enfrente suyo- ¿Nerviosa por tu iniciación? -y acaba la frase con una sonrisa muy dulce, típica de las sacerdotisas de Selune.

 Imitándola le devuelvo el saludo y tomo asiento enfrente suyo.

-¿Nervios? No especialmente- Digo intentando parecer sincera- ¿Y tu?

Linda se coloca bien el flequillo antes de responder, para tener sus dos ojos azules visibles para respnderte, símbolo de que no pretende mentir.

- No, en absoluto. -y, haciendo una pequeña pausa, dice- Sin embargo, me alegra haber llegado aquí por mis propio esfuerzo y entrega a la Luna.

 -Si, algunas demostramos nuestras aptitudes, esfuerzo y entrega la Luna a una edad más temprana, pero a todas nos llega nuestro momento...- digo fingiendo toda la amabilidad y inocencia de mi ser y devolviendole así su amable frase

Linda sonríe también a tus palabras, no hay duda de que sabe que le has devuelto la frase, y sabes que no tiene intención de dejarse ganar, al igual que ella sabe que tu tampoco.

- Sí, tienes razón, preciosa. -te dice siempre con una sonrisa de lo más dulce- Depende de nuestra condición social se asciende antes o después.

 -Jejeje- rio con dulzura- yo pensava que nuestra adorada Selune no hacía distinción de razas ni clases sociales... ¿Acaso estas dudando de la imparcialidad de la diosa Luna y con esto insultando sus designios?