Partida Rol por web

- Ehhh tíooo - oyes que dice Neil tras de tí, perplejo por lo que ha visto - Se han llevado a Yael. No vas a hacer nada ?

Joder... se han llevado a Yael...

La rabia reemplaza el miedo...

¡Maldita idiota! ¡Mira que se lo dije! ¡MIERDA!
¿Y ahora qué? ¿Enfrentarte a esos tios? Ni de coña ¿es que no has visto la pistola? Te matarán si lo intentas.
Lo siento Yael... te quedas sóla... tú te lo has buscado...

Pero... esto va con nosotros. Con los elegidos por Black Sabbath. Vendrán a por todos nosotros y se nos llevarán uno a uno. ¡MIERDA! ¡No puedo quedarme quieto como un idiota! ¡Tengo que hacer algo!

¡Ya lo tengo!

Te adjunto el plan que se me ha ocurrido, para que lo veas...

Vaya, pues es un plan bastante bueno. Yo estaba pensando en hacer un puente a un coche para poder perseguirlos o algo así. Pero tu plan es aún mejor. Lo malo es que quizás el alboroto que se monte les permitirá moverse llamando menos la atención dice el joven inglés percatándose de la madera de rolero que tiene Jonathan.

Se me está ocurriendo.... ¿tu crees que esto es real? verás, es como si fuera un rol en vivo. Creo que Yael, o hans o Helena no están realmente en peligro, sino que es una especie de obra de teatro orquestada a nuestro alrededor por una editorial que muy bien podría no ser sino la mayor empresa lúdica del momento, creando una historia ficticia con actores que ignoran que lo son... Y puede que nosotros seamos parte del mayor fenómeno lúdico-comercial desde que Gary Gygax diseñó el D&D, seleccionados por nuestra fértil y currada imaginación en un inocente concurso de relartos de terror fantasea Neil contando un sinsentido de cosas que denota que la percepción del friki de lo que sucede a su alrededor no suele ocurrírsele a las personas normales.

Sea como sea, sigámosles el juego comienza a decir mientras Jonathan posiblemente ignorando la verborrea del fantasioso británico pulsa el botón de la alarma anti-incendios.

Bien, la idea es buena y estáis decididos a llegar hasta el final. Así pues, atravesáis a tientas el oscuro pasillo y buscáis el botón de emergencia. Vuestras habitaciones se encuentran en un mismo pasillo en cuyo fondo se la puerta del ascensor y por el cual cruza un nuevo pasillo que lleva a ambos lados de la planta del hotel.

A la izquierda de este se encuentra una puerta cerrada de madera que tiene un cartel que indica claramente que se trata de la escalera de incendios. Al otro lado del pasillo descubrís el botón de emergencia, recubierto por una capa de plástico duro y enlazado a través de cables visibles con algún punto de control situado en algún lugar del hotel.

Os miráis unos segundos y Jonathan golpea fuertemente el botón, estallando el fino plástico en varios pedazos y apretando el botón al mismo tiempo. Sin embargo, no ocurre nada. Ningún sonido, ni de alarma ni nada. Qué extraño, pensáis, acaso babrán manipulado los controles de seguridad ? O la propia seguridad del hotel está implicada en esto ? Demasiadas preguntas, ninguna respuesta.

Jonathan decide poner en práctica el plan B con las alarmas antiincendios de las habitaciones cuando de pronto volvéis a escuchar el ding! del ascensor. Os ha pillado en pleno cruce, apenas a unos pasos de la puerta que se entreabre lentamente, dejando escapar una intensa luz proveniente dle interior del ascensor que contrasta bruscamente con la oscuridad del pasillo. Pero ahí no hay nadie, parece como si el propio ascensor se hubiera puesto a vuestro servicio.

Bueno bueno, perdona el retraso pero al final me he tirado más tiempo de relax, aprovechando el fin de semana y que jugaba España la final :-D

Tu caso es diferente al del resto de muchachos. En la habitación no has logrado esconderte de tus robustos y extraños captores. Era muy difícil, ya que iban exclusivamente a buscarosy la hbaitación ya has visto que es más bien pequeña. Te golpean bruscamente antes de que puedas siquiera soltar un grito de angustia o pánico y caes inconsciente...

De pronto despiertas. Estás sola en mitad de un desconocido y frondoso bosque. Es de noche, está oscuro y la Luna apenas logra iluminar la copa de los árboles que te rodean agobiantemente. Por suerte hay un camino. Bueno, en realidad hay dos, hacia ambos lados desde donde te encuentras. Al fondo de uno de ellos consigues ver lo que parece un pueblecito rural, aunque no detectas movimiento alguno. Al otro lado solo ves un punto negro de oscuridad que te pone la carne de gallina. El aullido de un animal, más feroz que el de un lobo, resuena débilmente desde la penumbra...

Me golpean, los sujetos entran en mi habitación y me golpean. Vuelvo a perder la consciencia, y cuando despierto, me encuentro sola en un frondoso bosque, bajo una luna moribunda. Tengo terror, lo primero que pienso es si va a haber un campo de concentración cercano. No lo veo y un poco de mi pánico se desvanece. Hay un camino que se bifurca, una de las partes da a un pueblecito rural y la otra... la otra no me gusta nada.

Corro hacia el pueblo, con los cabellos volando como un velo negro. Mi respiración se entrecorta, debido al miedo, miedo a lo que hay atrás, miedo a lo que hay adelante también.

¿Dónde quedaron Jonathan y Neil? Dios... ¿dónde estoy? ¿qué me va a pasar ahora?

Mientras trato de llegar al lugar comienzo a repetir ese mantra que me mantiene en la cordura.

Yo soy Yael Tomada. Vine a participar de un concurso de Literatura. Yo soy Yael Tomada, y tengo 18 años y he hecho un cuento muy bueno. No estoy loca, no estoy loca. No, esto tiene alguna explicación, no... no... no....

No otra vez...

En cuanto se oye el ding! que anuncia la llegada del ascensor a la planta Jonathan se vuelve de golpe hacia las puertas que se abren. ¡No se habían dado cuenta que había llegado de nuevo!

Los apenas dos segundos que tardan en abrirse las puertas parecen prolongarse horas, y cuando por fin se descubre que no hay nadie dentro, Jonathan exhala un suspiro de alivio apoyandose en la pared ya que parece que las piernas le han fallado por un momento...

...pero se rehace enseguida, y le grita a Neil:

¡Ponte frente a las puertas! ¡No dejes que se cierren! Después sale de nuevo hacia su habitación.

¡Voy a hacer saltar la alarma de un modo u otro!

Pero no podemos perderlos. Mira por la ventana por si les ves salir. responde el inglés mientras busca con la mirada algo que colocar en las puertas para evitar que se cierren: una maceta o algo así.

Oye, a estas horas todo el mundo duerme. No deberías chillar así o todo el hotel se despertará.

Bien, Jonathan se dirige de nuevo a la habitación para activar la alarma anti incendios mientras Neil se coloca en la puerta del ascensor para mantenerlo abierto y no se vaya para otra planta.

En la planta solo hay otras dos habitaciones, y que vosotros sepáis solo se halla ocupada la de Danisse, que supuestamente duerme plácidamente mientras todo esto ocurre. No se ha organizado un excesivo alboroto, así que por ahora no os preocupáis por si habéis llamado demasiado la atención.

Jonathan llega hasta la habitación e intenta prender, mechero en mano, el sensor de calor que hay en el techo. En pocos segundos el sistema emite un pitido estridente pero extremadamente suave y poco después comienza a tirar agua como si se tratara de una ducha. No emite más sonido que el leve pitido, pero sospecháis que en breve subirá alguien para comprobar qué ha pasado realmente.

Jonathan, completamente mojado, no esperaba que la alarma fuera tan silenciosa.

¡Mierda! ¡Esto no funciona para nada! ¿Y ahora que hago?

¡Largarme! ¡Cuanto antes! ¿Por dónde?

¡El ascensor!

De nuevo en el pasillo, empapado por los aspersores en funcionamiento, Jonathan mira hacia arriba con expresión de desconcierto, como si lo que ha pasado no fuera lo que pretendía.

Entonces ve a Neil que está frente a las puertas abiertas del ascensor, moviendo una especie de maceta decorativa para tratar de mantenerla abiertas. Pero antes que lo haga, Jonathan ya está allí y le empuja dentro del ascensor.

Las puertas se van cerrando y el joven observa que nadie aparezca por el pasillo.

¡Abajo! ¡Vamos! Le increpa a Neil, que está junto a la botonera

Neil pulsa varias veces seguidas el botón de la planta baja, presa del nerviosismo por la situación y la imperativa voz de Jonathan. En estos momentos no es consciente de que el ascensor no va a ir mas rápido que si solo pulsa una sola vez.

Las puertas se están cerrando cuando se le ocurre decir, quizás ya irremediablemente
Pero el ascensor parará directamente en recepción, donde se encuentran ahora mismo indudablemente tratando de localizar el problema en la habitación... Creo que la srta. denise se va a enfadar mucho si el hotel se queja por haber hecho saltar la alarma antiincendios.

La prioridad era ahora seguir a esos extraños secuestradores pero Neil estaba confuso y preocupado por lo que pudiera pasar.

¿Por que no me habre quedado estas vacaciones en el manga/anime-club de Birmingham viendo peliculas de mechas? piensa en voz baja pero audible para que su chillona voz llegue hasta su compañero.

El ascensor no tarda en bajar hasta el sótano mientras pensáis en qué hará Danisse en cuanto se entere de todo esto. Al llegar comprobáis que el sótano es en realidad un parking bastante amplio, como poco tiene todo el diámetro de la estructura del edificio, y observáis montones de coches aparcados, sobre todo audis, mercedes y bmw's destacando sobre algunos fords, volkswagens y renaults.

Escucháis un ruido un poco más allá. Por suerte la luz fluorescente ilumina todo el parking, y escondiéndoos por entre las filas de coches conseguís llegar a divisar a las extrañas y oscuras figuras introduciendo un "paquete" en una furgoneta blanca. Sin duda debe tratarse de vuestra compañera. Las figuras actúan rápida y eficazmente, y pronto arrancan la furgoneta, cierran todas las puertas y avanzan hasta la puerta de salida, donde introducen una tarjetita en un poste metálico y la valla se abre para abrirles paso hacia la oscuridad de la noche.

No hay muchas opciones si queréis seguir a la furgoneta. El parking está lleno de coches, pero no será fácil hacerse con uno. Jonathan puede utilizar su conocimiento de la vida para hacerse con uno a nivel Normal (+14), y no tiene por qué conseguirlo a la primera, pero por cada fallo aumenta la probabilidad de perder de vista la furgoneta blanca. Ps dejo esta posibilidad ya que no sé cuándo podré volver a entrar a postear, pero si tenéis otra idea dejar constancia de ella para darle juego cuando consiga conectar de nuevo.

Estooo... hay que hacer algo, Jonathan, ¡hagamos algo! veamos, que podríamos hacer para seguirles.... ¿sabes conducir...? dice asustado buscando cámaras de seguridad por todos los rincones del garaje.

Neil parece al borde de la histeria pero también excitado ante la posibilidad de cometer un crimen. Si le vieran los muchachos del club no lo creerían. claro, que Denise les iba a expulsar de este viaje o quizás acabaran en alguna sucia comisaría. Todos esos detalles le dicen que abandone la aventura y que llame a la policía, dejándolo todo en sus manos.

Pero por otro lado en aquella furgoneta viaja la única chica, excluyendo a su propia hermana, que le ha hablado de algo que no sea un préstamo de apuntes. Y además es japonesa con lo que seguro que le podría conseguir manga de importación y sobre todo ese ansiado tomo #32 de Appleseed que no había modo de conseguir ni siquiera en las tiendas mas grandes de Londres.

Y si consiguiera que la joven Yael le besara ni te cuento. ¡Sería la envidia de los chavales de la tienda de comics de Sundrland, cerca de High Street cuyo nombre siempre olvidaba!. Había estado practicando los besos con lengua, un poco con su hermana (*) y mucho mas con su almohada y estaba convencido de poder hacer un buen papel habiendo eliminado sus técnicas erróneas de lengua de vaca. El riesgo merecía la pena y seguro que algo inventaría durante el juicio para conseguir ser absueltos. Recursos y sobre todo imaginación es algo de lo que el inglés se enorgullece. Pero lo primero era impresionarla con un rescate que podría firmar la mismísima Patrulla X

Vamos a forzar un cristal y vamos a seguirles. Creo que podré hacer un puente para accionar el contacto sin usar la llave. A veces lo hago en mi Macintosh y no debe ser my distinto que un coche... dice acercándose al coche mas cercano que tienen en ese momento, ¡un VW Beetle!

¿Forzar un cristal? Dice Jonathan mientras levanta en alto medio ladrillo que ha encontrado en el suelo y lo lanza contra el cristal del conductor, reventándolo.
¿Te refieres a esto?

Con la manga de la chaqueta aparta los cristales y abre la puerta para después meterse justo debajo del volante. Pasan unos segundos en los cuales sólo se escuchan maldiciones barriobajeras desde allí abajo.
Después unos chispazos y el motor del escarabajo poniéndose en marcha.

Jonathan sale de debajo y se sienta al volante. Parece pálido y tiene los ojos muy abiertos. No parece creerse lo que acaba de hacer.

Pero sale de su estupor al momento, en cuanto Neil se sienta a su lado, parloteando algo sobre Batman, Robin y el Batmóvil.
Jonathan no responde, aprieta el acelerador y se lanza con el pequeño vehículo hacia la salida, tras la furgoneta...

Un minuto antes...

Jonathan sale a toda prisa del ascensor hacia la salida... sólo que no hay salida. No han llegado a la planta calle, sino al parking.

¡Mierda!

Pero antes de decidirse a tomar de nuevo el ascensor para huir de allí, un ruido hace que se esconda junto a Neil y ambos puedan ver la furgoneta blanca en la que se llevan secuestrada a Yael.

E inmediatamente después tiene al chico encima, diciéndole que se hagan con un coche para perseguirlos.

Ni hablar de eso. Piensa Jonathan, pero de pronto se encuentra reventando el cristal de un escarabajo e intentando realizar un puente, cosa que no hacía desde los tiempos del internado, en sus escapadas a la ciudad.

¿Por qué está haciendo esto? ¿Por qué no se larga sin más?
Puede que sea porque no se atreve a decepcionar a Neil, que le mira a través de esas lentes que hacen sus ojos emotivamente grandes, o puede que sea para calmar su conciencia, para no sentirse un miserable por no intentar ayudar a la chica.
Porque de lo que está seguro, se lo dicen las tripas, es que si pierde la pista de la furgoneta, Yael morirá.
Y será culpa suya.

Muy bien. Hará lo que pueda. Además, seguro que ni siquiera logra poner en marcha este cacharro...
En ese momento, el motor se enciende.
Mierda...

Jonathan se jura a sí mismo que seguirá la furgoneta hasta donde pueda y después llamará a la policía para que se encargue de todo...