Partida Rol por web

Bien bien, me gusta vuestras ideas y sensaciones. Aunque tampoco me imagino un coctel molotov en el cobertizo. Qué tal si la distracción es uno de vosotros ? Mientras el otro, vestido con la túnica, intenta salvar a las chicas.

En cuanto a las sensaciones, me gusta porque es lo que quería conseguir. Imaginemos la escena, soys tres chicos normales (más menos :-P) frente a una situación de auténtica angustia y sin posibilidades de poder ayudar. No tenéis recursos, simplemente habéis sido arrastrados a esa situación y la estáis viviendo. Qué harían Jon y Neil en esa circunstancia, ayudar hasta la muerte o viendo las pocas posibilidades, mejor ser prácticos y escapar ? Sea lo que sea lo que hagáis tenéis nulas posibilidades, y quizá no conozcáis demasiado a la japonesa como para arriesgar la vida :P

Ok, en cuanto a soltar a la prisionera encontráis algo en la caja junto al resto de túnicas. Unas tijeras con las que seguramente se ajustaban las túnicas los sectarios. Y bueno, también encontráis unas caretas, parecidas a las que llevaban los secuestradores del hotel de Viena, e iguales a las que llevan los que están efectuando el ritual.

neil se acojonaria con uno solo de esos matones, imaginate 12.
Se me ocurre que jonathan finja haberme capturado y me lleve hasta la zona del sacrificio. Alli tendria ocasion de lanzar un coctel envase con gasolina que no encuentra en el cobertizo sino con la gasolina del coche contra el ente y neil que parecia inconsciente agarraria una antorcha con la que atacaria a ese desgraciado. Pero el problema son los otros 12 a los que hay que entretener mientras liberamos a las tipas.

Pues yo no lo veo tan claro.
Porque Yael seria liberada por Jonathan mientras Neil quedaría prisionero y perdería para siempre su corazón y la oportunidad de conseguir el Appleseed #36 en versión original. Y no olvidemos a Helena.

De hecho veo chunguisimo que, digamos, Neil pueda acercarse, cortar las ligaduras y correr conla chavala hacia donde esta Jonathan con el coche sin ser capturado. y además Neil no sabe conducir.

Y nos pueden seguir facilmente con su furgoneta si vamos en coche, porque solo hay un camino posible. pero caminando por un frondoso bosque su vehiculo no podra seguirnos con facilidad y quizás podríamos correr mas que ellos. Además que la oscuridad y las tunicas negras nos pueden ocultar bastante bien. Lo malo es que Yael se nos va a congelar en una larga noche a la intemperie.

La mejor opción es intentar acercarnos sigilosamente mientras estan concentrados despedazando a Helena, soltarla y correr escopetados. Y las tunicas las llevamos basicamente porque son negras y nos ocultaran mejor en la oscuridad.y si nos da tiempo a robarles las antorchas para prender los neumaticos de su furgonta molaria la hostia.

Neil ya se ha puesto la oscura túnica y se vuelve hacia Jon con una sonrisa y preguntándole qué tal le queda.

Dios mío... Es lo único que logra murmurar el joven con el rostro desencajado.

Mira a Neil. La túnica le viene algo grande. De hecho, bastante grande.
Después, y siguiendo el ejemplo de su compañero, se viste con otra túnica, disfraz que completa con una de las caretas y echándose la capucha por encima. Lo hace con movimientos mecánicos, como si le costara un tremendo esfuerzo.

Esto no va a funcionar... Intenta decir, pero Neil ya se ha hecho con las tijeras y sale de la caseta camino a unirse al grupo de los sectarios, y Jonathan ya no tiene fuerzas para intentar detenerle.

El plan era sencillo. Neil se aproximaría lo que pudiera al lugar donde están realizando el ritual, ocultándose de los ojos de los encapuchados gracias a los setos. Mientras él se aproximaría por el lado norte (el más cercano a la casa principal) y en un momento dado, llamaría la atención de los sectarios.
En ese momento, Neil se acercaría al grupo y trataría de liberar a Helena y Yael, al mismo tiempo que Jon intentaba hacer que le persiguiesen.
Cada vez que lo repaso este plan me suena peor y peor.

Jonathan se queda titubeando en la caseta. Como temiendo salir. Al final se da cuenta que no puede quedarse allí para siempre y sale fuera con un gemido.

Mientras cruza la finca todo lo agachado que puede se gira para ver a lo lejos como Neil hace lo mismo. De hecho, el chico le saluda y todo.
Y se tropieza y cae.
Y se pone de nuevo en pie y le vuelve a saludar.

Jonathan está sudando a mares debajo de la túnica.

Vamos a morir todos...

Bien, lo que sucede a continuación podéis verlo todos, por lo que escribo este post en general.

Yael.
Maniatada y con el cuerpo desnudo y manchado de sangre ajena, crees estar viviendo tus últimos momentos de vida. Aún tienes las venas del cuello hinchadas por tus últimos gritos y te encuentras agotada y con dolores musculares.
El ser de la capucha roja se mueve al ritmo de los cánticos rituales y, tras dejar el corazón de Hans sobre una bandeja de plata que otro sectario le ofrece, se dirige hacia Helena que sigue inconsciente.
En un abrir y cerrar de ojos, el ser le asesta cuatro puñaladas alrededor del corazón y éste se lo extrae con el puño, como ya pasara con Hans, cuyo cuerpo mutilado y sin vida tienes al otro lado.
Vuelves la cabeza con lágrimas en los ojos aunque una vez más la sangre te baña todo el cuerpo. Mientras, los cánticos se vuelven más acelerados y fervorosos.
Entonces, solo cuando vuelves la cabeza para evitar ver aquello, llegas a ver a alguien salir del cobertizo corriendo. ¿ Es ese Jonathan ?

Jonathan.
Sales a la carrera del cobertizo y procuras llamar la atención de los sectarios justo cuando el ser de la capucha roja levanta el corazón de Helena en un gesto de triunfo. Este se percata de tus movimientos poco ortodoxos y acto seguido te señala con un gruñido. Los sectarios apenas tardan unos segundos en reaccionar. Todos llevan máscaras ocultas bajo la capucha, pero no parece que eso les impida fijarse en ti. Los cánticos cesan de repente y la mitad de ellos se aproximan hacia ti a paso ligero.
Has conseguido tu objetivo principal, que era llamar la atención de los sectarios. Sin embargo, junto al ser se ha quedado otro sectario, que le alza la bandeja de plata para que el ser, parsimoniosamente, deposite el corazón en ella para luego volver a fijarse en ti.
Corres hacia la puerta de la casa para salir por ella mientras observas a Neil aproximarse a la zona cero.

Neil.
Apenas unos segundos después de que Jon salga a la carrera, recorres la parte trasera de la propiedad con el cuerpo pegado al muro y el lomo agachado para pasar desapercibido. No puedes evitar un ligero tropiezo, pero los sectarios parecen muy concentrados en Jonathan.
Tu boca se tuerce en una sonrisa al comprobar que el plan ha dado resultado: la mitad de los sectarios, enviados por el ser, salen a paso ligero tras Jon, pero el ser y otro sectario aún están cerca de Yael. La otra mitad, ahora en silencio, están de espaldas a ti. Por suerte todos contemplan la escena de la persecución, por lo que decides aventurarte tijera en mano atravesando los setos que rodean el altar de piedra.
Llegas hasta Yael y usas la tijera para desatarla, pero entre los nervios y la poca visibilidad también le propinas un corte en la mano. Ella no puede evitar un ligero bufido, pequeño pero suficiente para que el sectario que está con el ser se dé cuenta del plan.

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Yael ya está libre, pero el sectario se abalanza sin pensárselo contra Neil y ambos caen rodando al suelo. La máscara se le cae y la capucha se descuelga, dejando a la vista su identidad. Todos podeis verle el rostro, se trata de Paul, el chico del Interraíl !!!

El plan era bueno, pero como el mismo Jonathan se decía a si mismo, Dios mío... Esto no va a funcionar... Vamos a morir todos...

Era una misión arriesgada, que no imposible. Pero ya no hay vuelta atrás. Neil y Yael se encuentran tirados sobre el cesped ensangrentado junto a Paul, que sonríe a pesar de todo. Yael está desnuda y empapada en sangre, parte de ella reseca. El ser de la capucha roja se acerca con el cuchillo a ellos, dispuesto a terminar con el sacrificio y añadir uno más. La situación de Jonathan es diferente, aún tiene la posibilidad de escapar por la puerta, coger el coche y largarse de esta pesadilla para siempre...

Pero algo sucede en ese instante. Un temblor sacude el jardín y todos retroceden asustados, incluidos Paul y el ser. El altar de piedra comienza a resquebrajarse y aparece una grieta de la que surge una figura humana levitando. Su aspecto es el de un individuo desprovisto de vello y algo menudo, sin embargo sus ojos son dos pozos sin fondo en cuyo interior brilla una enfermiza luz.

Este ente materializa de pronto una espada de un metro de largo, la hace girar sobre su cabeza y asesta un terrible golpe al sumo sacerdote de la capucha roja, que cae decapitado de inmediato. Todos los cultistas retroceden, algunos gritan mientras se agarran la cabeza en un acto de demencia. Tras esta exhibición de esgrima, la entidad os mira, sonríe y desaparece en un nuevo destello.

¡ El momento perfecto para escapar antes de que vuelvan en sí !

Y no tardarán...

Cuando pienso que realmente voy a morir, alguien corta las ligaduras que me tienen atada. Es Neil y, por otro lado, Jonathan ha ideado algo para distraer a los sectarios. Entonces me caigo y sobre Neil. El muy hijo de puta del que me iba a sacrificar, ese Paul, sigue con sus planes pero algo los desborda. El altar se abre y sale una imagen espantosa que lo decapita. Más sangre salta de su cuerpo y cae sobre mí. La realidad de la sangre, la cabeza que rueda por el pasto, el ser espantoso que salió de las entrañas de la tierra, mi propia desnudez, el corte en mi mano. Todo, todo me golpea en la cabeza.

De pronto comienzo a llorar.

Es como si el llanto acumulado en cada una de esas experiencias se juntara en mis ojos.

-Aaaaaaaaaaaaaaaah!!!!!!!!! NOooooooooo!!!!!!!!

Grito y lloro sin poder controlarme. Me hecho sobre la tierra y me comienzo a vestir. Tomo pedazos de suelo y los paso sobre mi cuerpo. Me voy volviendo morena. Entonces no sólo lloro sino que río y le comento a Neil:

-¿Ves la tierra? La tierra nos cubre, nos viste, nos protege. Sí... es la tierra. Es la madre. La madre siempre nos cuida.

Sigo riendo, llorando y "vistiéndome" de tierra negra y oscura. Mi cuerpo parece el de una amazona oscura. Ni pienso en los sectarios, no pienso en nada, me tengo que arropar. La madre tierra cuidará de mí...

En realidad, a lo largo toda su vida, Jonathan Kutzel jamás ha creido en la existencia de lo sobrenatural.
A pesar de su etiqueta como experto en lo siniestro y en lo oculto, todo ello sólo servía a un fin. Destacar. Parecer especial ante los demás. Ganar pasta si fuera posible con ello.
Pero esta noche todo cambia.
Porque todo es real.

Contempla al Ente aterrorizado. Se deshace de su careta y aparta la capucha. No puede apartar los ojos cuando el ser decapita al Sumo Sacerdote.
Jonathan cae de rodillas, llevándose las manos a la cara. No se da cuenta de que está gritando.
Todo es real. Todo es real. Todo es real.

El Ente se desvanece y Jonathan cierra los ojos. Pero sigue viéndolo delante suya. El Ente extiende su mano mientras sus ojos brillantes le taladran.

Losientolosientolosiento... desvaría Jon sollozando mientras toma la mano del Ente que le ayuda a levantarse.
Pero de pronto, con un veloz movimiento, la otra mano del Ente se le clava en el pecho. Jonathan mira sin poder creer como rebusca en el interior de su caja torácica y extrae un corazón palpitante.

El Ente muestra a jon su propio corazón antes de estrujarlo y convertirlo en pulpa sangrienta.

Jonathan Kutzel chilla.

Neil estaba absorto, observando los pequeños seos de Yael que copaban su atención en este instante. Era la primera vez que veia a una mujer desnuda a excepción de su propia hermana, quién espiada en la ducha no se habia tomado demasiado bien la presencia de su fraternal voyeur y le habia propinado un fuerte puñetazo a modo de invitación a que aprendiera todo lo relativo al cuerpo femenino en otro lugar.

Pero hay algo mas que llamó su atención en este momento. Algo que no sospechaba que pudiera existir, sino que estaba seguro, pero que no esperba que se manifestara ante el... no hoy.

Vamonos, vamonos tenemos que iornos tienes que sacarmedeaqui
porqueeseengendroestadesatadoynotenemoselhechizodeataduraysolopodemossalvarnossinostiramos
alapiscinacondocemonedasyevitamosqueelpelosenospongablancovamosvamosreaccionaydejadecomertierra
miraloquelehizoalrestoohdiosmionosvaamataratodosNOPUEDESPASARvamonosvamonosporfavorporfavortenemos
quesaliryaelreaccionayaelquenosvaamatar

Neil comienza a gritar cada vez mas histérico y frenético mientras agarra lamano de la joven japonesa y la da tirones paraquereaccione, una reaccion que dificilmente el podra tener.

Cualquiera que observe la escena desde una perspectiva objetiva perdería su preciada cordura en un abrir y cerrar de ojos. La escena es surrealista, con la mayor parte de los sectarios agarrándose la cabeza y chillando y vosotros gritando como demacrados y soportando una angustia tan irreal como este maldito viaje.

La sangre aparece casi por todo el jardín. Todos lleváis el mismo tipo de túnica. Pero ese de ahí, Paul, parece recuperarse y empezar a ser consciente de la situación actual. Se acerca a vosotros.

Neil parece haber sido el menos afectado. Coge por los sobacos a Yael. Se la lleva afuera. El golpe para la chica ha sido duro, quizás el más duro de todos, pero se la ve fuerte y poco a poco parece ir recuperando la compostura, eso sí, muy poco a poco, siendo ayudada para llegar hasta vuestro vehículo.
Jonathan también parece despertar de una pesadilla interior. Observa a Paul, levantándose, levantando a sus sanguinarios y dementes compañeros de ritual. No queda tiempo, hay que irse ahora.

Apenas hay tiempo. Montáis en el coche y salís pitando. El camino de tierra hacia la carretera es único, y cuando llegáis a ella giráis hacia la izquierda, tomando el camino por el que fuísteis tras la furgoneta. Jonathan conduce, aún siente un ligero mareo, pero no habla, no dice nada. En el coche tan solo se oyen lamentos de Yael.¡ Por todo lo que ha pasado !

Casi no podéis creerlo cuando empezáis a ver las luces de Viena al fondo de la carretera. De repente: Bang Bang !! Unos disparos. Jon mira por el retrovisor. Es la furgoneta blanca de los secuestradores sectarios. Apenas queda gasolina en el coche, la furgoneta, disparando, cada vez más cerca. Jamás llegaréis hasta una comisaría, ni siquiera al propio hotel antes de que os den alcance.

Pero no todo está perdido. En medio de disparos y chilladas de ruedas, podéis ver cómo el tren empieza a salir de la estación hacia su próximo destino. Os importa bien poco hacia dónde vaya, pero podría ser vuestra única vía de escape. La furgoneta frena tras vosotros. Bang Bang !! Las balas silban a vuestro alrededor mientras os subís al último vagón. Pero lo habéis conseguido.

No sabéis vuestro destino, qué será de vosotros. Yael apenas ha conseguido echarse una manta por encima. Neil y Jon observan cómo se aleja gradualmente la estación. Las figuras de negro se van diluyendo en la lejanía. Estáis a salvo.

Neil seguia un poco abobado. Se habia quitado la tunica negra que le dificultaba la huida y que le estaba comenzando a agobiar. Estaba a punto de tirarla cuando se le ocurre ofrecersela a Yael, cuyo cuerpo desnudo y manchado de tierra habia vuelto a comenzar a copar la atención del joven friki de Sunderland. No sería suficiente para evitar que la joven japonesa se congelara y le privaría de una especutacular visión. Y antes de que la joven ya habubiera tenido oportunidad de cubrir su desnudez con una manta decidió que podía quedar mejor que un caballero de Solamnia si la ofrecía la tétrica ropa de esa pandilla de chalados.

Jonathan conducia, mientras en el asiento de atrás el joven inglés trata de tranquilizar a la joven. Aunque sus ceceos y sus tartamudeos no ayudan en absoluto a que la asiática pueda prestarle atención
Estooo, verás Yael, creo que esto te quedará bien, no es de tu talla pero creo que.... estooo...
Eleva la mirada, neil. Que no se debe dar cuenta que la estás mirando el torso.
Pero he pensado que es posible que a lo mejor quizás estaría bien que la usaras para....
Dios mio, aún sucia de tierra, es preciosa....¿qué diablos la estoy diciendo? vamos, Neil, concéntrate o jamás conseguirás ese Appleseed #36
patra cubrir tus tet... eh. tu cuerpo, porque hace frio y quizás... eh...
¿será modelo? a lo mejor es actriz... podría haberla visto en alguna película... NEIL!!!! JODER!!! DEJA DE MIRARLA LA ESTÁS INCOMODANDO!!! Alza la mirada hacia sus malditos ojos!!!!
...Te podrías tapar. si te resfrias...
Vale, ahora si que se ha dado cuenta de que la estabas mirando, estúpido!!!
pero... no te enfades, yo....
¿Puedo besarte?
aaargh....

Los disparos sacan a Neil de su ensimismamiento pero llegan tarsde. Jonathan había mantenido la sangre fria para conseguir llegar hasta la estación, justo a tiempo para subir a un tren que les llevará hasta algún destino cercano. Y que los alejará de los sectarios... por ahora. Aunque quizás no tardarían en intentar darnos caza.

Me arropo entre la túnica que me ha ofrecido Neil. Estoy ya en un vagón de tren, sin mis posesiones, pero a salvo. Cuando el chico me dió su túnica dijo un montón de cosas, creo que hasta se disculpó pero no llegué a entender por qué. El corazón me seguía latiendo en las orejas y la imagen de vulnerabilidad y terror me seguía persiguiendo. Si no fuese por Jonathan y por Neil... no lo contaría.

Me apreté contra mí misma, y, con mucha fuerza de voluntad, logré decirles lo que sentía:

-Gracias... no, no me alcanzará una vida para pagaros. Me habéis salvado la vida.

Luego mis ojos vuelven a humedecerse pero sólo un poco. He llorado demasiado en el auto, cuando veníamos escapando de los esos sectarios mal nacidos.

Quiero pensar qué hacer desde aquí, ¿cómo vamos a salir de ésta?

-La emba embajada nos podría ayudar, ¿no? Aunque no... aunque no tengamos documentos podemos decirles nuestros datos. Po.. podemos alterar un poco la historia si es muy increíble, como no contar lo de... lo de ese ente que que salió.

Mi cuerpo comienza a temblar al recordar eso.

-Tenemos que pedir ayuda.

Luego desesperada, en un hilo de voz, agrego:

-Quiero volver a casa...