El corazón me iba a mil por hora. Escuchaba la voz de Jack, pero brotó en mí una chispa peligrosa. La curiosidad.
-Aléjate.
Con cuidado, volví a abrir la puerta, sin entrar en la habitación. Me preparé para resistir la succión.
Nathan abre la puerta y todo está en tranquilidad, se la encuentra de igual forma que cuando todo lo de la niña termino. El ventanal vuelve a estar en perfectas condiciones, como si allí no hubiera pasado nada
-¡Cierra la puerta! ¿estás loco o que?
Me senté en el suelo con la espalda apoyada en la pared mirando hacia el infinito:
-Vámonos, no quiero estar aquí mas tiempo...
La quietud de la habitación fue lo que me dejó mas intranquilo. Podía notar la presión sobre mi pecho, constante. El estrés y las dudas. ¿Sería todo esto de verdad, o... un montaje? Porque si era un montaje, tenía que admitir que era el montaje más jodidamente bueno que había visto en mi vida.
-Mejor...
Antes de dormir quería mirar el resto de la casa.
Cuando volvimos, me fui un momento a la biblioteca. Allí debía haber algún libro sobre la familia... Creo... De todas maneras, no iba a poder pegar ojo en toda la noche.
Tengo miedo...
Volveis a la casa de Johan para ir a la biblioteca, muchos libros antiguos, novelas, poesias, manuscritos... pero nada que hablase de la familia Erickson, por lo menos nada de interes. Poco a poco todos los Erickson habian muerto, desde hace años son ricos pero no se especifica de donde viene la fortuna familiar
Jack si vas a dormir en el juego haz tirada de pesadillas
Frunzo el ceño.
-Demasiado nebuloso. Nadie se hace rico de la noche a la mañana. Sobre todo teniendo en cuenta este lugar... Es un pueblo pequeño. No es un gran puerto, ni un lugar estratégico para el comercio.
Examino los cristales y espejos, con algo de temor. Estaba esperando el menor indicio de algo similar a lo que acababa de ocurrir.
Me quedo un rato con nathan revisando las estancias, igualmente, no iba a poder dormir.
Mientras ojeábamos los lomos de los libros una y otra vez en busca de lagín diario, le comenté:
-¿Te fijaste si estaba el gato cuando ocurrió todo en la habitación de la niña? yo lo que si pude ver es el espejo al que hacía referencia Eli en su sueño. Brilló, pero no reparé si se veía alguna figura reflejada en el.
Cogí un libro de Poe y lo ojeé:
-Hay que descubrir que asustó a la cria, o que la empujó para que cayese por la ventana. Aquí hay gato encerrado.
Ruedo los ojos ante el último comentario.
-No recuerdo que el gato estuviera... Pero todo es raro... Espejos, cristales... Puede que no sepa mucho de estas cosas, pero he leído suficientes libros para saber que eso tiene una simbología importante... Pero no sé hasta que punto puede ser real o no... O si alguien se aprovecha de eso.
Empiezo a mover libros estirando de ellos azarosamente:
-Igual hay alguno que abra un pasadizo secreto y nos lleve a algún sitio, en estas mansiones no es tan raro que tengan algún cuarto escondido.
Me quedaba con los libros en la mano mientras seguía sacando alguno.
-Mira a ver si ves alguno tu.
Motivo: Intuición
Tirada: 1d20
Dificultad: 12-
Resultado: 16 (Fracaso)
Jack empezó a tirar de los libros, pero a parte de llenarse de polvo no consiguió nada, su teoria de un pasadizo secreto fue incierta
-Mmm... Si es un montaje, adelantemos acontecimientos. Quizá haya algo en otros espejos para que suceda algo similar.
Me atuso el pelo. Era lo más lógico...
-O quizás en otros lugares.
Aunque lo que quería era salir por piernas.
-Lo del pasadizo es una perdida de tiempo... Revisemos la mansión y giremos todos los espejos. Los que no tengan nada raro los podemos cubrir con una tela o algo, así evitaríamos que nadie se pueda asomar por ellos, -le informé para que no creyese que estoy mas loco que el- dicen que son entradas y salidas a otros planos... Si encuentras una ouija me avisas y hacemos una llamada....
Me recojo el pelo de nuevo. Tenía el pelo mojado y estaba terminando de manchar mi traje.
-Deberíamos investigar ambas casas.
-Correcto, y recuerda el espejo del sueño, es el que sigue en la casa abandonada de abajo.
Me asomé a la ventana y miré el perfil oscuro de aquella mansión del infierno...
Girais todos los espejos de la casa principal, por lo menos los que podeis, ya que en la habitación de Johan e Ingrid no podeis entrar sin molestarlos, pero no pasa nada. Después vais a la casa que antiguamente fue quedama, entrais nuevamente en la habitación donde hace unos minutos paso todo lo de la niña. En la parte izquierda hay un espejo de cuerpo entero, Jack lo toca para girarlo, el espejo empieza a brillar con un color azulado y los dedos de Jack parecen desaparecer entrando en el espejo, suelta rápidamente el espejo y ve que sus dedos vuelven a estar donde deben, quizas su teoria sobre los espejos y los portales no sea tan descabellada...
-... No se tú... Pero eso no parece para nada un montaje...
Sentía el dolor de pecho de la presión. Pero era americano, joder. Mis antepasados se revolverían en su tumba.
-¿Tienes una cuerda?
And the hooooome of theeee braaaaaveees (8) XD
Me coloco frente al espejo y saco la pistola automática que llevo en la espalda. Le enrosco el silenciador y pongo la mirilla láser encima. Miro a Nathan y le digo:
-Vendían el pack completo de rebajas y no me pude resistir, la linternilla que tienes va debajo, así que no me la pierdas.
Apunto con el láser al espejo para saber si absorbe la luz mientras me quito el cinturón y me lo ajusto a la muñeca por la hebilla.
-No soy ningún cowboy para llevar una cuerda normalmente, y si hay alguna por aquí no me fio nada de ella. ¿le disparo o entro directamente?
Respiro lentamente, meditando los posibles planes de acción.
-Sea lo que sea que esté al otro lado, es peligroso. -saco mi pistola, cargándola.- Será mejor que entremos los dos para cubrirnos mutuamente las espaldas.
-Ponle la linternilla a tu juguetillo con el adaptador, ¿o prefieres ir en plan policía de New York con las manos cruzadas delante?. No te veo capaz de disparar una mano.
Enarco una ceja.
-Fui policía, y no es exactamente así como se hace, pero podría hacerlo si quisiera...
Di un gruñido exasperado. Y coloqué la linterna. Aunque la verdad, prefería llevarla en la mano. Casi tanto como pegarle una patada en el culo a Jack. Tras colocarlo, y reteniendo el aliento, crucé el espejo.