Partida Rol por web

- Era cerca de la primavera, mi hermana vivía con la pequeña Erika en la casa de al lado del acantilado- os dice señalando la casa de al lado- Por la mañana mi hermana vino a ver a si Erika estaba aqui, la gata siempre venia a la casa y Erika a veces venía a buscarla. Pero esa mañana no la había visto, la buscamos por ambas casas, por lo alrededores... pero nunca la encontramos, creemos que cayó por el acantilado...- Johan se quita una lágrima de los ojos y hace esfuerzos por no llorar

Solté un largo suspiro, luchando por pensar con el dolor de cabeza haciéndose cada vez más agudo. Era la primera información que teníamos sobre el caso que podría darnos alguna pista.

-Si no encontraron el cadáver, ¿por qué creyeron que se había caído por el acantilado? ¿No habría sido más lógico pensar que la niña había sido secuestrada?

Me aparto el pelo de la cara, notando como mi rostro iba perdiendo el color.

-¿Hay algún informe policial que podamos mirar?

Observaba el transcurso del pequeño interrogatorio mientras Nathan se ponía cada vez mas blanco, ahora ya casi como una vela y el sudor comenzaba a perlar su frene, hasta que le pregunté:

-¿Estás bien? tienes mala cara desde que et has levantado y peor leche que de costumbre.

Me estaba acariciando las sienes, intentando paliar algo en dolor, cuando escuché la voz de Jack preguntándome por mi estado. Solté una tos algo nerviosa y esbocé una sonrisa intentando tranquilizarle. No convenía que el señor Erickson se desviase de la conversación, y menos por mí.

-Estaré bien, Jack. Sólo tengo que tumbarme un rato, supongo. Ya hablaremos luego. -le susurré. Como había dicho, no quería que Johan ni Elijah pensaren en otra cosa. Su mente tenía que ir al pasado para que pudieran decirnos toda la información posible.

Desvié la mirada a la casa del acantilado. Aunque sería lo más lógico, usualmente las familias tendían a pensar o querían pensar que sus familiares estaban vivos. Y dado que era una familia con recursos, un secuestro habría sido la opción más lógica.

- Rorvick es un pueblo pequeño, nunca pasa nada sin que los demás lo sepan, solo hay un camino de entrada al pueblo, los barcos... pensamos que se cayó por el acantilado, pues si hubiera sido un secuestro llamarian para pedir un rescate, pero eso nunca pasó. Prefiero pensar que murio en el acantilado a que unos hombres se la llevaron y ahora sigue viva quien sabe como o que la mataron... Nunca encontraron el cuerpo, tiene razón, pero esto es el mar, si cayó al acantilado, el mar se la trago, con las tormentas que hay por aqui y las olas... quien sabe donde arrastraria el cuerpo de mi pequeña sobrina. El caso de mi sobrina fue hace muchos años, no se si la policia seguirá teniendo los informes del caso

Giro la cabeza de nuevo, mirando la cada donde antes había vivido la pequeña Erika.

-¿Hay alguien viviendo allí? ¿La madre de la niña, quizás?-empezaba a notar como Jack se ponía nervioso. Hacía un par de horas que no fumaba, y debía estar deseando que acabásemos.- ¿Quién se beneficiaría de la muerte de la niña? Tengo entendido que era la heredera.

-Los cangrejos y fauna marina en general también podrían haber ayudado.

Le daba la razón al tipo, ya que la parecer nos daba largas, y su gato no me gustaba.

Di un paso hacia delante y puse una de mis manos detrás haciendo el gesto de una tijera para que terminasen. Nathan y Eli lo verían seguro.

- Al día siguiente de la desaparición de Erika, hubo un incendio en la casa, murieron mi hermana y su marido...- dijo con dolor Johan- La casa tal y como la ven esta restaurada, no quedó casi nada de la casa original. Erika era la única hija de mi hermana, por lo que su fortuna pasaría a ella cuando muriesen, yo nunca tuve hijos, Erika era como mi hija, era mi única sobrina, mi herencia también pasaria a ella. Por lo que cuando su madre y yo muriesemos sería la única heredera de los Erickson

-Y si muriese ahora, ¿quién sería el beneficiario? 

Me acaricio las sienes disimuladamente. Sería una suerte si seguía en pie cuando acabase todo aquello. Así que... Un incendio... ¿Casualidad? 

Esa contestación me interesaba, así que les dejé proseguir con la conversación.

Di un par de pasos hacia atrás por si Nathan cayese poder recogerle entre mis brazos.

- Si muriese, iría todo destinado a obras beneficas

-¿Qué se sabe del incendio? ¿Provocado o accidental?

Empezaba a ver algo borroso, pero me mordí la cara interna de la boca para intentar aguantar todo lo posible. Tenía que hacerlo por Elijah. Con la desaparición de la niña, la beneficiaria sería la madre. Pero la madre había muerto también. Todo era bastante raro.

-¿Hay cuevas en esta zona?

Nathan comenzaba a tentar a la suerte, pero como era un tipo duro aguantaría...

- No hay cuevas en esa zona, y el accidente parece que fue accidental

-¿Hay algún...? Alguna... -intenté vocalizar, pero cada vez me costaba más enfocar la vista y permanecer de pie. Antes de que pudiera percatarme, caía al suelo inconsciente.

Nathan se derrumbaba delante mio a la misma velocidad que cae un pétalo de rosa, y me agaché hincando la rodilla ante el para abrir su camiseta y vislumbrar su pecho ancho y depilado a la vez que le daba cachetitos en los mofletes:

-Nathan, Nathan, ¿estás bien? mira que te dije que no comas porquerías. Traed agua y dejadle respirar.

La ama de llave lleva agua al instante

- Será mejor que le llevemos a una de las habitaciones, debería descansar- dice Johan

- Vamos Jack te ayudaré a llevarlo- Elijah agarra a Nathan por los pies esperando que Jack le coga por la parte superior

Johan os muestra una habitación libre, Jack puede ver como el gato negro los sigue

Podía notar como me movían, pero apenas podía hacer nada. Saltaba entre la consciencia y la inconsciencia. Cuando pude moverme algo, estaba en una cama en una habitación que no reconocía. Intenté incorporarme, pero la cabeza aun dolía y la habitación parecía girar a mi alrededor.

-¿Dónde...?

Espero entre las sombras de la habitación, y cuando veo que recupera la conciencia, le digo a Nathan:

-Bájate los pantalones, esto te va a gustar.

Me ajusté un guante de látex estirando de la parte de debajo de mientras cerraba el puño...

Entrecierro los ojos, intentando enfocar la vista. La voz era de Jack, y él estaba ahí... Con un guante de látex... Alcé las cejas, que me temblaban de confusión. Intenté levantarme, pero mis piernas parecían hechas de mantequilla.

-¿Qué ha pasado, Jack?