Partida Rol por web

La situación se iba a volver un tanto inestable en caso de que alguien llegara a la cabaña, podría ser una posibilidad pero al entrar al estudio, a Frederik le pareció extraño que estuviera encendida la luz de la alcoba pero no hubiera nadie allí, estaba claro que pasaba algo grave, como había anunciado el agente pero prefería que el experto contara lo que habían descubierto mientras el anticuario estudiaba y analizaba las monedas sin mucho éxito.

Fue cuando decidió comentar sobre aquellas monedas:

-hemos encontrado estas extrañas monedas con relieves extraños pero aunque las he analizado detenidamente puede que esta no sea una buena luz para ello, incluso igual necesito alguna herramienta para aumentarlas por si pudiera haber algo escrito pero no fuera fácil de percibir a mi simple vista-explico detenidamente mientras fijaba la mirada en los prismáticos que llevaba Ingemar.

-pensé que la luz estaría encendida porque alguien estaría buscando algo en el estudio, alguien debe haber encontrado lo que buscaba o no….y se ha dejado la luz encendida-intento teorizar y también paseo su mirada por el lugar por si veía algo interesante.

Jazzlyn se disponía a responder a Michael, para pedirle que, por favor, les comentase qué es lo que habían encontrado, y que a qué se refería exactamente con algo muy turbio, cuando Frederik tomó la palabra.

- Supongo que estas son las monedas que se mencionan en la carta - dijo, cuando éste hubo terminado de hablar, y pidiéndole a Ingemar que, por favor, les dejase ver el documento a los dos hombres - Como verán, en ella Miss Tilton sitúa su origen en Innsmouth, ese cerrado y enigmático pueblo pesquero -

La artista guardó silencio, para permitir que sus compañeros terminaran de leer la misiva.

- Hemos encontrado también esta acuarela en la que aparece una extraña criatura asomada a la ventana de este estudio - continuó, cogiendo la pintura y enseñándola - Aunque se trata de una obra de fantasía, me ha llamado la atención que el autor utilizase una técnica para capturar criaturas en movimiento, como si dicha criatura existiese de verdad -

Jazzlyn se sentó en uno de los sillones que había en la sala.

- Desgraciadamente, no hemos podido revisar los cajones del escritorio porque están cerrados. Hemos pensado que, quizá, ustedes puedan echarnos una mano - la mujer miró al agente de la ley - Mike, quizá usted, debido a su formación, sepa cómo poder abrirlos -

Michael se rascó un poco la coronilla, todo aquello empezaba a ser muy enrevesado y extraño. Tenía razón desde el principio en que aquella zona no le gustaba nada, pero ahora aún menos. Cuando Jazzlyn mencionó a la criatura, el agente se puso blanco.

- Bueno, Frederik y yo hemos investigado en la cocina y en el pasillo -comenzó a decir Mike recordando lo averiguado-. Está claro que en la cocina hubo una pelea y que alguien atacó con una silla a algo. Ustedes dirán, ¿cómo que algo? Estoy seguro de que la sangre que Ingemar pisó no es humana. Si está tan fresca, es que se ha derramado en la última hora. Luego -indicándole que le acompañaran al pasillo y señalando los agujeros que el anticuario halló-, estos agujeros de bala proceden de las escaleras -dice mientras dibuja la trayectoria con la mano-, así que el atacante de la cocina, aún no sabemos si en defensa propia o no, podría estar arriba o -recordando el comentario de la luz de Frederik y mostrando su pistola-, está aquí con nosotros.

Luego recuerda la petición de la artista, y ahí se excusa.

- Nunca he sido muy bueno forzando cerraduras, ma'am. Mis disculpas.

Para la población general, casi todo lo que rodea Innsmouth es folclore y rumores, pero para los que tiene ciertos conocimientos esotéricos, es bien sabido que hay algo detrás de esos rumores, que su comunidad está formada en torno a una "secta" relacionada con el mar y que desde hace más de dos siglos, esa "secta" ha sido vinculada al movimiento de oro. 

Más allá de eso, el secretismo y la peligrosidad, algunas desapariciones y cierto sentido de amenaza velada, hacen que nadie quiera meterse demasiado en sus asuntos.

La bióloga escuchó con atención lo que comentaban los hombres, y les acercó la carta cuando Jazzlyn lo solicitó. "Estoy seguro de que la sangre que Ingemar pisó no es humana", había dicho Mike, y eso puso un poco nerviosa a Ingemar. Si tuviera un microscopio...

-¿Cómo que aquí con nosotros? -instintivamente, miró de nuevo debajo de la mesa, pero era evidente que el policía no era tan literal. -¿Dicen que... en las otras habitaciones...? No, no puede ser. -Su instinto la hizo pensar que, quizá, se trataba de una criatura que pudiera haber asustado al guardián del faro y que por eso habría huido de allí. -¿Qué les hace pensar que no es sangre humana? Quiero verla nuevamente. Si les parece bien -miró a todos-, vayamos allá y luego... podemos ir a las habitaciones que queda por revisar. Si hay un animal herido en el faro, debemos estar juntos porque puede ser peligroso. O... o debemos ayudarlo.

Lo relatado por Mike, en especial el hecho de que la sangre que habían encontrado en el pasillo no fuese humana, hizo que la artista sintiese una creciente sensación de desasosiego. La situación comenzaba a tomar un cariz que para nada le gustaba.

- Me parece una buena idea - dijo, en poyo de al plan de actuación propuesto por Ingemar - Lo único, si no les importa, me gustaría poder echarle antes un vistazo a las monedas. No tengo ni idea de tasación, pero quizá pueda servir de algo -

Jazzlyn le pidió al anticuario que, por favor, se las pasase.

- Por cierto, acabo de recordar algunos datos interesantes sobre Innsmouth. El cómo los sé no es relevante - continúo diciendo la mujer, haciéndose la misteriosa - La comunidad de dicho pueblo está formada en torno a una secta. Una secta relacionada con el mar y que, desde hace más de dos siglos, ha estado vinculada al movimiento de oro -

Mike se queda perplejo ante la posibilidad real de que haya una criatura animal en la casa y luego Jazzlyn menciona algo sobre una extraña secta. Esto ya empieza a ser surrealista, piensa el agente mientras su mente da vueltas e intenta racionalizar todo aquello.

- Agradecería a Ingemar -dice tartamudeando levemente, veis que está absorto en sus pensamientos- que examine la sangre. Mi experiencia me dice que no es humana, pero una experta como usted seguro sabe sacarnos de dudas. Entonces -dirigiéndose a Jazzlyn tras su estrambótica historia-, esta gente, esta secta, podría... ¿dedicarse al contrabando o similar?

Mike seguía a lo suyo, lo que él sabía y esta fantasía tenían que estar relacionadas. Pero, ¿cómo? Me falta información, debemos seguir investigando. En ese momento, una idea peregrina se le pasó por la cabeza, como si su conciencia o su subconsciente le hubiera dado una idea: ¡el cuchillo de la cocina! Mike era fuerte, si lo usara de palanca...

La forma tan torpe de manosear las monedas de Jazzlyn hace que el anticuario, temiendo que acaben rodando por los suelos o algo peor, las vuelva a coger con ciertas ansias y las guarde olvidándose de revisarlas más a fondo.

Cuando Mike volvía de la cocina con un pequeño cuchillo en la mano y con un par de movimientos decididos terminó por abrir los cajones revelando su contenido.

Lo que encontraron en el primero de los cajones fue una caja de madera vacía con un forro de terciopelo verde que tiene un hueco con la forma de un revolver. Si bien la caja estaba vacía en el cajón encontraron sueltas seis balas de revolver.

El otro cajón se resintió especialmente pero cuando por fin cedió, los investigadores encontraron un pequeño diario perteneciente a George Cassidy, lo primero que llamaba su atención es el dibujo de la portada, un extraño obelisco, idéntico al de una de las caras de las monedas.

Un primer vistazo rápido permite ver que la última entrada se corta de repente, con o si alguien hubiera interrumpido a Cassidy mientras escribía.

Por lo demás, sería necesaria una lectura más detallada para sacar algo en claro sobre su contenido. Se hace un profundo silencio por unos minutos, mientras los investigadores ojean ensimismados el diarioy su hipnótica portada.

Mike parece más pendiente de guardar el cuchillo en una posición cómoda por si hubiera que usarlo que en prestar atención a lo que sucedía a su alrededor. Le echó un ojo a las balas y al estuche del arma, quizás sea el arma que ha hecho los agujeros en el pasillo...

El británico metió las monedas de inmediato en un lugar seguro y  se dispuso a leer el diario que las señoritas habían encontrado, estaba claro que Cassidy comentaba sobre aquellas monedas y que podían ser antiguas y valiosas pero tampoco daba mucha más información, indicaba sobre la pistola y hablaba sobre dos hombres que habían ido allí también, uno de ellos se marcho dejando atrás pertenencias y asuntos pendientes sin dar explicación, Frederik decidió que estudiaría las monedas más tarde con un poco mas de tranquilidad cuando la cosa estuviera más calmada pero estaba claro que ahora todos pensaban que había alguien más en la casa y volvían a sacar el tema del animal y sobre la sangre que había en la cocina de aquel faro tan misterioso.

El anticuario se paró un momento a escuchar sin decir nada.

-Claro que puedo estudiar la sangre... hasta donde el inexistente instrumental de laboratorio me lo permita. -Ingemar hizo una pausa mientras se abrían los cajones. No deberíamos...

En su cabeza repasaba las cosas y no escuchó nada pese al silencio. En cuanto hubieran terminado de ver el bendito diario y de pensar en sectas y oro.

-¿Qué te hace pensar que no es humana, Mike? Si les parece vamos a echar un vistazo.

- Pudiese ser que sí, que dicha secta se dedique al contrabando, pero el secretismo que la acompaña, unido a la peligrosidad, algunas misteriosas desapariciones, y cierto sentido de amenaza, hace que nadie quiera meterse demasiado en sus asuntos - respondió Jazzlyn a la pregunta formulada por el agente de la ley, mientras se recostaba en el sillón en el que estaba sentada.

Cuando éste salió de la habitación, la mujer aprovechó para disculparse con el anticuario por la forma tan torpe con la que había manipulado las monedas. Estaba claro que lo relatado por Mike, segundos antes, la había alterado de tal forma que a punto había estado de tirar éstas al suelo por culpa de sus temblorosas manos.

Cuando el hombre regresó, y abrieron por fin los cajones del escritorio, la artista aprovechó para leer el diario con detenimiento.

- Por lo que parece, el Señor Cassidy finalmente contactó con la gente de Innsmouth, a pesar de las advertencias de Miss Tilton - dijo, haciendo referencia a la entrada del día 3 de abril.

Entonces lo escuchó...

Aquellos improvisados investigadores se encontraban aislados en aquella isla, sin rastro de los ocupantes que deberían cuidar el faro, y enfrentando lo que claramente eran signos de violencia.

La sospecha de un peligro cercano, quizás demasiado, se mezclaba con posibles motivos, el oro siempre había sido un motivo de inesperadas atrocidades, eso era algo que formaba pate de lo más oscuro de la humanidad, pero en este islote, se cernía la sombra de algo más oscuro que la humanidad, algo que era más que una sombra.

La ausencia de alguien que pudiera dar explicaciones, la ausencia de una victima y de un presunto culpable, la ausencia de un arma en su funda, y la ausencia de la luz del faro; resultaban tan intrigantes como la presencia de un charco de sangre que no parecía humana, como la presencia de unas huellas inclasificables en el barro, como la presencia de un zumbido eléctrico y de dos balas incrustadas en el suelo del pasillo, como la presencia de esas extrañas acuarelas y de tres monedas de oro empapadas de sangre.

Aquellos investigadores improvisados, de cuyo destino es testigo este relato del que los incrédulos desconfiarán, empezaban a ser conscientes de que la noche que acababa de empezar podía ser mucho más oscura y fría de lo que jamás hubieran esperado. Y cuando parecía que esa idea era suficiente para ser temeroso, entonces, el rostro de Jazzlyn se tensó de tal modo que todos sus compañeros siguieron el movimiento de sus ojos.

Un ruido furtivo, que de no haberse repetido hubiera parecido solo el golpear de una rama en los cristales… pero no había árboles tan cerca de la casa, ni hacía ahora un viento tan fuerte. Y si se repitió, en cada ventana como si algo rodease la casa, como si algo hubiera rozado cada ventana y cada puerta, para perderse finalmente en el silencio.

Debería haber alguna bebida fuerte aquí, pensó la bióloga mientras repasaba con la mirada los lugares donde podría haber estado una botella de vodka o de gin o algún licor, o acaso en la cocina. Estaba a punto de decir en voz alta que necesitaban terminar de secarse y entrar en calor si realmente había un animal potencialmente peligroso allí, cuando vio la expresión de Jazzlyn.

-¿Qué... qué sucede Jazzlyn? -Ingemar siguió la dirección de la mirada de la artista, y aunque no vio ni escuchó nada, un estremecimiento la recorrió, pues algo muy profundo en su interior se había inquietado con la expresión de la otra mujer y, claramente, con lo que fuera que la había motivado.

Mientras le iba a explicar a Ingemar que su instinto detectivesco y la cantidad de sangre era lo que le había puesto sobre aviso de que podría no ser humana, Mike vio que Jazzlyn se quedó inmóvil, como si hubiera notado que algo estaba fuera de lugar. Le pasó el cuchillo con cuidado y determinación a Frederik, al fin y al cabo era común en la época pensar que un hombre se defendería mejor, y ya confiaba en él tras su pequeña investigación juntos. Al principio estaba alterado, pero este británico sabe donde mirar. Seguro que es capaz de clavar un cuchillo en alguien que lo ataca.

- Jazzlyn - dijo de forma seca mientras le ponía una mano izquierda en el hombro, intentando llamar su atención-, ¿qué ocurre? ¿qué pasa?

En la derecha llevaba la pistola preparada. Ya miraría después la caja de madera donde estaba otra pistola, a ver si sabía qué tipo de arma era.

Viendo Mike que el arma coincidía con la suya, primero se sorprendió. Mucha coincidencia que dos hombres de distintos entornos se decanten por el mismo arma. Luego puso una cara de indiferencia, alargó la mano y se las guardó en el bolsillo. Pueden serme de utilidad, no está siendo mi mejor día. Más valía pájaro en mano que ciento volando, y Michael era un hombre precavido, así que no se lo pensó mucho y se las llevó.

En lo que Jazzlyn contestaba, creyó que sería una buena idea echarle un ojo al pasillo con la pistola preparada, nunca se sabe lo que te espera a la vuelta de la esquina.

- Había un ruido - respondió la artista - Un ruido insistente que parecía el golpear de una rama contra el cristal de una ventana, y que sonaba en todas las ventanas de la casa, como si algo rodease la casa y hubiera rozado cada ventana y cada puerta - la mujer hablaba de forma acelerada debido al evidente estado de nerviosismo en el que se encontraba - Pero parece que ya ha parado... -

Jazzlyn respiró profundamente, intentando calmarse. Sentía como un sudor frío le caía por la frente. Sus manos, de forma inconsciente, habían apretado los resposabrazos del sillón con tanta fuerza que ahora le dolían.

- ¿Qué... qué deseáis hacer ahora? - preguntó cuando notó que estaba un poco más calmada - ¿Seguís queriendo revisar el resto de las habitaciones? - La verdad es que no le apetecía demasiado abandonar la falsa seguridad que le daba aquella sala, pero si el resto del grupo decidía moverse no iba a ser ella la que se quedase allí sola.

- Ten cuidado, Mike. No sabemos qué ha podido causar ese ruido - dijo cuando vio que éste cogía las balas y se asomaba al pasillo para investigar.