Partida Rol por web

ASALTO 4

Una vez en el pasillo y fuera de la vista de los horrendos constructos que han aparecido como pesadillas en la noche, Caín vuelve a tomar control de sí mismo y siente que el miedo se pasa. Atellus pilla a Teccus por sorpresa mientras el tecnosacerdote cambia de arma. El guardia imperial está cada vez más descontrolado. Zaddion no consigue hacer responder a su cuerpo.

Albrek se anima con el acierto, y vuelve a disparar a bocajarro, alcanzando de nuevo al extraño ser pero parece que el proyectil no le afecta, solo consigue enfurecer al ser que golpea duramente al clérigo en las costillas a punto de partirlas. El otro no consigue acertar a Zaddion.

Recuperándome del miedo y herido en el alma por mi actitud, aunque aún temeroso de los dos engendros -obra del psíquico, estoy seguro- saco el revólver-adquisición a costa de los pandilleros disparando desde la cadera, por no perder tiempo. La impaciencia me cuesta cara, pues la bala se estrella en la pared levantando pintura y yeso.

¿Qué demonios es eso? ¡Zaddion! ¿Qué has hecho?

Conforme el asesino aparece de nuevo por la puerta, Atellus le dispara impactándole en la pierna derecha. Zaddion parece que reacciona ante el grito de Caín. Teccus dispara a boajarro con el revólver al individuo que ataca a Albrek y consigue herirlo

Albrek se dobla de dolor, debido al golpe que se ha llevado en las costillas, y cuando aprieta de nuevo el gatillo, tras apretar los dientes, la maldita arma se encasquilla.

Albrek la deja caer al suelo cuando oye el click fatídico y saca el martillo.

 Los seres parecen no estar acostumbrados a la lucha a pesar de sus poderosos golpes.

ASALTO 5

Caín entra disparando en la habitación pero el susto no se le ha pasado todavía y falla su ataque. Conforme el asesino aparece de nuevo por la puerta, Atellus le dispara impactándole en la pierna derecha. Zaddion parece que reacciona ante el grito de Caín. Teccus dispara a boajarro con el revólver al individuo que ataca a Albrek y consigue herirlo.

Albrek se dobla de dolor, debido al golpe que se ha llevado en las costillas, y cuando aprieta de nuevo el gatillo, tras apretar los dientes, la maldita arma se encasquilla. Albrek la deja caer al suelo cuando oye el click fatídico y saca el martillo.

Los seres parecen no estar acostumbrados a la lucha a pesar de sus poderosos golpes.

 Caín apunta y esta vez consigue alcanzar al ser que ataca a Zaddion en la espalda pero parece que el amasijo de placa de implante y la carne endurecida frenan la mayor parte del daño.

El enloquecido Atellus sigue centrando su atención en Caín pero esta vez la bala le roza el brazo.

Aunque horrorizado por la situación, intento sobreponerme a esas criaturas salidas de la mismisima disformidad. Descargo mi arma sobre el oponente más cercano sin piedad.

El disparo de Zaddion rebota en una de las planchas de la pierna y se incrusta en el techo.

¡A la cabeza! ¡Apuntadles a la cabeza!, grita Albrek.

Teccus escucha los gritos de Albrek y lo que dice le parece viable.

Hace un cómputo total de las probabilidades de impacto y eliminación del objetivo, calcula diversas trayectorias posibles que darle al proyectil y decide que, dada la anatomía del sujeto, un disparo alojado en el lobulo frontal derecho podría reducir sus niveles operativos al cero por ciento en un tiempo variable que se mantendría en unos margenes de proximidad aceptables, casi rozando la instantaneidad.

- 50% es aceptable.

Dice con su voz ronca por el desuso y con sonido metálico por los resonantes mecánicos injertados en su traquea.

Albrek cambia al martillo, pero su puntería no es mejor que con el revólver.

Los seres siguen dando manotazos de un lado a otro sin conseguir impacta a sus objetivos.

ASALTO 6

Caín apunta y esta vez consigue alcanzar al ser que ataca a Zaddion en la espalda pero parece que el amasijo de placa de implante y la carne endurecida frenan la mayor parte del daño. El enloquecido Atellus sigue centrando su atención en Caín pero esta vez la bala le roza el brazo. El disparo de Zaddion rebota en una de las planchas de la pierna y se incrusta en el techo.

Entonces Albrek grita: ¡A la cabeza! ¡Apuntadles a la cabeza!

Teccus escucha los gritos de Albrek y lo que dice le parece viable pero no consigue llevarlo a la práctica con éxito. Albrek cambia al martillo, pero su puntería no es mejor que con el revólver.

Los seres siguen dando manotazos de un lado a otro sin conseguir impacta a sus objetivos.

¡Joder! ¡Este imbécil me va a matar!

Recordando los sucesos de esta mañana, cuando salí corriendo perseguido por un demonio, me doy cuyenta de lo frágiles que son nuestras mentes frente a las fuerzas oscuras. Pese a todo, incluida lla furia de que esta e sla tercera vez que me disparan hoy, conservo parte de mi calma y con el rifle en las manos hago caso a nuestro clérigo, apuntando y disparando a la cabeza de esos hombre máquinas. Nada de nada, la bala penetra por la pared y la atraviesa, sin hacer nada.

¡Teccus! ¡Deles una descarga eléctrica o algo! Son medio máquinas.

 Atellus se aburre de intentar impactar a Caín y prueba suerte con Zaddion acertándole en la pierna derecha.

Apretando los dientes para intentar ignorar el dolor de la pierna, me concentro en la disformidad y la invoco para que me de suerte.

En ese momento disparo y fallo, pero la suerte de mi lado cuando el tipo se mueve inesperadamente en la trayectoria del laser.

¡Toma cabrón! ¡Atellus, a mi no!