Partida Rol por web

El desconocido se llevó la mano a la espalda lentamente, aunque no la retiró de allí mientras desviaba la mirada entre el recién llegado y la pareja alternativamente. Había algunas cosas que no entendía de ese mundo, y el comportamiento de aquel hombre, tan descuidado, era una de ellas. Si pretendía tranquilizarlos, con él había conseguido todo lo contrario.

Además, habría jurado que había dos personas en ese coche, y sólo había descendido una. Lentamente, empezó a dirigirse hacia el vehículo para ver quién era la otra persona... o monstruo.

Sophie alzó la ceja y miró a Deivid.

-¿Bandidos?¿Haciendo tanto ruido? O son estúpidos o son realmente poderosos. Y realmente no quiero quedarme a averiguarlo.

Con esto empezó a girarse para ir hacia el edificio donde planeaba esconderse. Allí estaría un poco más segura que en medio de la calle esperando a ver que clase de muerte se acercaba por la esquina. Sin embargo algo los iluminó. Cuando los enfocó un hombre despreocupado. O era un loco o estaba cerca de ser-lo.

Sin duda había escuchado el motor. ¿Por que estaba tan tranquilo? Quizás el motor era suyo, aunque entonces faltaba una persona. Sophie se tensó esperando lo inevitable. Los habían iluminado y estaban haciendo sonido. Lo que viniera solo dependía de Dios.

Maldita sea, nos han pillado!  pensó con amargura Malcolm, a pesar de que les quedaba mucho por hacer allí en la cafetería, para empezar, no había mirado el almacén, pero parecía que iba a ser en otra ocasión.

Vió al recién llegado intentar salir para averiguar la identidad de los individuos del coche, entonces, Malcom lo siguió, utilizando su sigilo. Tenía que ver si eran Zaruk, en cuyo caso, estarían jodidos, y, personalmente, Malcom no iba a combatir allí contra ellos, no al menos si no estaba seguro de ocultar el rastro de la pelea, y aquel no era el lugar.

Pero había que ver, así que intentó averiguar que pasaba

El hombre se empieza a acercar de forma sigilosa a su objetivo, pero golpea sin querer algo y hace ruido, el hombre mira y le ve, los dos hombres se miran durante un par de segundos y Douglas puede ver como este sale corriendo hacia el exterior mientras gritaba:

- Aquí! aquí! hay uno

Con cuidado tratan de mirar de quienes se tratan los que habían llegado, un coche de aspecto bastante curioso, el vehículo estaba parado y su lado había un par de motos aun más curiosas. Junto a las dos motos había un hombre y una mujer que miraban distraídamente, es en ese momento que escuchan una voz de hombre provenir del supermercado que dice:

- Aquí, aquí, hay uno!!

El cuerpo de aquel hombre se puso completamente en tensión cuando vieron a aquella extraña pareja junto al vehículo. No había ninguna duda. Eran monstruos. Ningún ser humano vestiría de esa forma y caminaría tan descuidadamente habiendo cazadores por los alrededores - aunque ese tipo había llegado como si no le temiera a nada, y estaba por ver si era demasiado valiente o demasiado estúpido - y además, habían visto a uno. Un ser humano. Un persona inocente. Un padre. Una madre. Hijo de alguien...

La mano que llevaba a la espalda volvió al frente, portando un cuchillo de caza cuya hoja brillaba en la oscuridad. Se agazapó en las sombras y buscó la manera de atrapar a uno de ellos a solas. Sangre por sangre.

¡Joder!

Pero ya era tarde para lamentarse por su torpeza. Doug abrió fuego sobre el alienígena. Hizo dos disparos mientras se retiraba hacia el interior de la tienda.

Muere cabrón pensó mientras trataba de acertar a aquella escoria.

No tenia un tiro limpio, pero daba igual. Si tenía suerte acabaría con el. Si no, las detonaciones servirían para advertir a Dev y cualquier otro que anduviese cerca del peligro.

Tras realizar el segundo disparo, no espero. Comenzó a retroceder hacia la tienda, confiando en poder escapar por donde había llegado. Después de todo, nadie le pagaba ya para hacerse el héroe en un tiroteo.

Si no fuera porque Malcom había sido entrenado para permanecer quieto y sin sobresaltos, cuando algo malo ocurría, sin duda alguna hubiese dando un respingo y habría echado a correr por la puerta trasera, pero sabía que eso significaría su condena de muerte.

Aquellos bastardos Zaruk. Solo de verlos su corazón se contrajo de tanto odio que sentía hacia ellos.

Vio como Brian parecía decidio a hacer algo, y él no se quedaría atrás.

Le hizo un gesto de que estaba preparado, y su escopeta también.

Malcolm y Brian los dos estaban preparados y ocultos y en tensión, cuando algo que no esperaban sucedió, dos disparos, se escuchan dos disparos de pistola, así al instante los dos extraños se miran, el hombre corre hacia el lugar por donde habían disparado en dirección al supermercado y la chica saca un arma similar a una pistola y un cuchillo quedando junto a los vehículos en guardia.

Douglas puede ver como el hombre está sangrando en el costado con sangre azul y cae al suelo, cerca del edificio, sin embargo también ve como un tipo armado con lo que parece un rifle corre a ayudarle. Al entrar en el almacén la escena desaparece de su vista.

Todos pueden escuchar un disparo de una pistola que viene del supermercado.

Miró de reojo al recién llegado cuando sacó su arma y le indicó que estaba en el mismo equipo. Saber que podía contar con alguien más para acabar con esos monstruos le hizo sentir extrañamente complacido, aunque hasta que no viera sus ojos cerrados y muertos no estaría tranquilo. Apretando fuertemente el mango del cuchillo de caza hasta que los nudillos se pusieron blancos, siguió rodeando la posición de la mujer que se había quedado detrás mientras le indicaba al desconocido que se acercara de frente. Su intención era que él llamara su atención fingiendo un ataque frontal para que él sólo tuviera que acercarse por su espalda y cortar su sucio cuello.

Aquello se estaba complicando cada vez más. Disparos, Zaruks y gente que no tenía miedo a enfrentarse a ellos. Era de locos. Aquel día sin duda era un día de locos. Lo mejor que podía hacer era volver hacía el bosque y esperar a que amainara la tormenta.

Sin embargo algo en su interior le impelía a ir a derribar aquellos dos Zaruk. Se lo merecían. Habían causado mucho mal a la tierra y sus habitantes. Era hora de devolverles el golpe. Aunque solo fueran dos y fuera una acción completamente estúpida. Sacó su pistola y la miró. Tampoco tenía demasiadas balas, pero de algo servirían. Si no para ellos, la última siempre estaba reservada.

Miró de reojo a Deivid y siguió a aquellos dos hombres con la pistola desefundada. Quien sabe si aquello acabaría bien. Se acercó al hombreton con la escopeta. Menuda arma. Lo miró y alzó una ceja. Estaba preparada para ofrecerle apoyo. Aunque estaba tensa como la cuerda de un piano y diversos escalofríos le recorrían la espalda.

-Solo dime que  hacer, grandullón. Le dijo casi susurrando. Aunque la verdad no esperaba demasiado después de la caga de la linterna. Pero quien tiene el arma más grande siempre manda.

El detective Sullivan había esperado una respuesta más contundente, y durante un instante pensó en volver y acabar con ambos. Mala idea, pueden estar esperándome. Sin embargo algo en su fuero interno le impulsaba a investigar que hacían, y la posibilidad de obtener algunos suministros tampoco era desdeñable.

No tardo en trazar un plan. Se dirigió al exterior del Supermercado con la pistola aun en la mano pero pegada al cuerpo. No sabía cuanta gente había en los alrededores, y era preferible que no se diesen cuenta de que iba armado de un primer vistazo. Con un poco de suerte, si algún otro superviviente le veía, preguntaría antes de disparar.

Una vez fuera del supermercado, esperaba poder dar la vuelta sin armar demasiado escándalo, y poder alcanzar a los dos ETs desde un ángulo inesperado. Si encontraba algún contenedor, quizá pudiese hacerlo desde el tejado del edificio, aunque la suerte no parecía de su parte aquella mañana.

Así que era eso lo que tocaba. Salir, jugarse el pescuezo, y confiar en otros para acabar con el enemigo.

Se sobresaltó al escuchar a la mujer susurrarle, s respuesta fue escueta

-Emboscada-

Cuando todos se  colocaron, Malcom se levantó tras su cobertura, sin enseñar la escopeta, y comenzó a hacer mucho ruido.

Ni que decir tiene que en cuanto alzase el arma aquella zorra Zaruk, se volvería a cubrir. Esperaba que aquel tipo del cuchillo hiciese un buen trabajo

Doug sale al exterior y allí ve algo que le llama la atención, no muy lejos del supermercado hay tres vehículos

Además sentada en una de las motos hay una mujer que observa la zona, tiene una pistola y un cuchillo en su mano.