Partida Rol por web

Ramiel se mantenía unos pasos por detrás de Gaheris, quería pasar desapercibido, aunque sabía de sobras que su linaje dentró de ese castillo, bien podía ser motivo de malas acciones.

El chico estaba ansioso por entrar y tirar los huesos en una cama, aunque por ver también a alguien de sus casa, que seguro estarían allí.

El Dios Ahogado... Había oído hablar de él pero no conocía a ninguno de sus adeptos. Después de ver esto, no quiero conocer a ninguno más.

Sonrío con la respuesta de Den Iffier. No comparto su fe ni su visión del mundo, pero he de reconocer que lo de los arenques ha tenido gracia... Es tan obtuso como el pirata, pero al menos en labia le da muchas vueltas.

-¿Lo que está muerto se alza más duro y más fuerte, mi señor? -pregunto mirando al hombre de las Islas del Hierro-. Espero que no habléis de lo que os cuelga entre las piernas porque por vuestra edad yo diría que murió hace tiempo y no va a volver a levantarse nunca -sonrío con inocencia.

Aaah... Quizás debería haberme mordido la lengua... No tengo intención de defender a R'hollor, pero tampoco me gusta que un desconocido se enfrente a mi Casa en mitad de Desembarco del Rey y se quede tan ancho.

Arya no se sorprende mucho por lo que ocurre en la calle.

Ya que mas o menos ella por sus viajes sabe como se las gastan, los adoradores del Dios ahogado.

Ella se queda en un segundo plano, por si acaso alguno de la comitiva la conoce.

Cuando habla la hija del Lord, y le suelta esa gracia Arya se pone mas alerta de lo que ya estaba por que con la joya que  le ha soltado veremos en que queda todo esto.

-Está bien, Ser Gaheris. Por ahora parece que el reino está en calma, esperemos que por mucho tiempo. 

Finge estar extrañado.

-¿Por qué preguntábais por los imprevistos de las otras casas Ser?

Entráis en la ciudad. En cabeza marchan los caballeros que os recibieron junto a Lord Baelish acompañado por su mujer y Logen. Lord Hunter organiza el resto de la comitiva, que obedece la orden sin el menor atisbo de rechazo. Kaya cierra el grupo acompañada de su pequeño grupo. 

La ciudad está bastante en calma, dentro de lo que cabe en una ciudad de unas dimensiones como esta. Atraéis la mirada del pueblo, curiosa por los acontecimientos y por lo que puede venir en los próximos días. Muchos murmullos. Salve al nuevo rey, que la gloria de los Siete lo proteja, y su mujer le dé cobijo en la entrepierna, dice una hombre medio borracho que tiene la mala suerte de cruzarse tambaleándose por delante de vuestros caballos y es apartado de malos modos por la guardia. 

¡Os cortaré la lengua y os ahogaré en las aguas del Dios Ahogado! -grita uno de los guerreros que escuchaban al viejo sacerdote, desenvainando su arma. Junto a él cinco guerreros más toman sus hachas mientras que el resto observa la situación, preparados para el combate.

El viejo sacerdote se interpone entre ambos grupos de guerreros y comienza a gritar - ¡Un sacerdote de R´hollor! Pensaba que solo las hembras podian escuchar la palabra de ese falso dios. Y, hablando de sacerdotisas ¿que le ocurrió a vuestra antigua suma sacerdotisa? ¿Tuvo problemas con el fuego de vuestro señor? -pregunta con evidente desprecio para, a continuación, volverse ante los habitantes de Desembarco del Rey.

Si señores, los rumores se extienden como las plagas y a mis oidos llegó la muerte de la sacerdotisa Melisandre, quemada en una hoguera, víctima del fuego de su falso dios. ¿Es así como recompensa el sacrificio ese dios? ¿Así proteje a sus siervos? afirma a la multitud, soltando una carcajada al final -Sin embargo el Dios Ahogado fortalece a aquellos que superan sus pruebas. Puede que un día te lo demuestre, ignorante chiquilla -dice señalando con una mano a Sylven mientras que con otra se agarra el miembro.

Uno de los guardias de armadura roja de Lord Gendry se adelanta, desenvainando su arma -¿Como os atreveis? ¿Sabeis acaso con quién hablais? Venid aqui estúpidos y os demostraré el poder del señor de la luz -tras sus palabras y sus actos otros hombres de vuestra casa comienzan a desenvainar sus armas, preparados para combatir.

Lord Gendry parece estar furioso, aunque aún no parece tener intención de hablar.

Es en esos momentos cuando, ante la discusión (y posible combate inminente) que Lucyen da un paso hacia el frente, alzando su voz para que le escuchasen tanto su grupo como el resto.

Deteneos todos ahora mismo- grita- ¿no os da vergüenza iniciar este enfrentamiento hoy?- pregunta, incrédulo- os recuerdo que estamos aquí para rendir nuestro respeto a una gran reina que tanta paz y prosperidad ha traído a los 7 reinos. ¿En este día tan trágico queréis iniciar una disputa sin sentido?

El pueblo llora la muerte de su reina, ¿y no somos capaces de respetar su muerte? desde luego, ningún dios defendería nuestra enorme falta de respeto que estamos demostrando ahora mismo.

Aunque siendo aprendiz, el joven tiene razón. EL enfrentamiento a sangre y acero es tan ridículo e irrespetuoso como lo que acaba de aseverar el seguidor del dios del mar! Mi señora Melisandre, así como la misma reina Danaerys, a pesar de haber sido posiblemente las más poderosas mujeres del mundo, y de poder perseverar ante el fuego de dragones y hogueras por igual por años, eventualmente tendrían que volver a los brazos amorosos del señor de la luz. Melisandre cumplió su misión, también así lo hizo la última de los Targaryen. Déjennos cumplir la nuestra y ustedes la suya.

Aunque algo me dice que la misión de ellos no es para nada honrosa, pero el señor de la luz es paciente, así como el día que espera toda la noche. La noche es oscura y está llena de terrores... Piensa para si.

 - Curiosidad. - Dije con aire indiferente. - Había oído que los caminos estaban inseguros desde la triste muerte de nuestra reina y quería saber si habían tenido algún problema con bandidos o asaltadores de caminos.

Con forme avanzamos por las calles de la ciudad mis ojos y todos mis sentidos están alerta auque la ciudad parece tranquila uno nunca puede bajar la guardia en ningún momento siempre pueden pasar sorpresas desagradables y mi cometido es proteger a mis señores ante cualquier amenaza.

Con una mano dirijo las riendas de mi caballo y con la otra en la mano de la espadada veces una buena intimidación basta para evitar problemas.

Llegáis hasta uno de los barrios colindantes a la Fortaleza Roja. En el hay varios burdeles y posadas, con gente en las calles yendo y viniendo. Ser Hull Gargalen detiene su caballo justo cuando estáis a punto de entrar en la Fortaleza.

-Los soldados y gente de menor estatus de la comitiva deben permanecer aquí, podrán encontrar alojamiento a un módico precio. El resto, señor Brock, debe acompañarme hacia dentro donde se hallarán más seguros.

El paseo por las calles de la ciudad resulta entretenido, unas cuantas bellezas he logrado descubrir y le hago un gesto con la cabeza a Ramiel para que las observe, luego  suspiro al pensar que tal vez pase tiempo para que tenga a alguna en mi cama de nuevo, pues a pesar de la cordialidad de Ser Hull el ambiente no me brinda nada de seguridad, devuelvo el saludo de unas cuantas jóvenes en   la entrada de lo que parece un burdel  “ojala que así sea”

cabalgo lentamente hasta el punto donde el caballero que nos guía se detiene y nos habla, tras escucharle me dirijo a el.
-No me siento cómodo con eso ser , estos últimos años algunos miembros de  mi familia se  encargaron de hacer algunas maravillas – le digo mientras sacudo mi cabeza en forma negativa - asi  que los Lannister tenemos bastantes seguidores… que buscan nuestras cabezas para ponerlas en picas  claro esta, me gustaría llevar al menos una guardia con nosotros – me muevo algo incomodo en la silla - últimamente ando algo paranoico , he pensado en conseguirme un León para mi amparo pero mientras eso ocurre me gusta confiar en la protección que me brindan mis fieles capas rojas ….

El recorrido por las calles acaba por mostrarnos que todo está demasiado en calma, tanto que inlcuso me inquieta a la vez que me extraña. ¿Acaso no habrá llegado ninguna comitiva más por ahora? Pero en ese momento me asalta otro pensamiento, ¿Vendrá mi pequeño con Tyrion Lannister? La sola idea de ver a mi hijo mayor, al que hacía mucho tiempo que tenía lejos, hace que aumente mi nerviosismo y ganas de llegar por fin a nuestro destino. Será lo primero que averiguaré nada más llegar...

Durante el trayecto muchos habitantes se asoman por las ventanas e incluso salen a las calles, se escuchan los murmullos de las gentes y cuando las palabras de aquel borracho llegan a mis oidos mi rostro sigue igual pero en mi interior se forma una sonrisa. El pueblo ya nos ve como posibles nuevos reyes...debemos jugar bien nuestras cartas para que así sea.

Arya durante la disputa verbal sigue con la capucha puesta, pero en el momento que ve que sacan las armas, echa la mano a  la empuñadura de su espada dispuesta a sacarla si es  necesario.

Cuando el joven se enfrente a los brabucones, Arya se acerca a el por si hiciera falta ya que los hombres de el otro lado del mar por lo que ella conoce tienen la mano muy ligera.

Sigue con mucha antencion todo lo que pasa en el calle pero no abre la boca, por que aunque un montaraz , tambien es una mujer algo que respetan poco los hombres del otro lado del mar.

Tambien ve que Lord Gendry se siente muy ofendido y no es para menos, ya que estan insultando a nuestra casa.

Ser Hull Gargalan detiene su caballo y le dice unas palabras a Meñique. Este se dirige hacia Kaya.

-Kaya, me acaban de informar que no todos podemos entrar en la fortaleza roja, el acceso está bastante restringido, los nervios están a flor de piel, hay inseguridad. Tú, tus hombres y la mayoría de los soldados buscarán alojamiento fuera de ella.

Se dirige a Lugen.

-Tú vendrás escoltándonos.

Elige a algunos caballeros más, al capitán de la guardia le ordena organizar los alojamientos de los soldados. Los nobles acompañan a Lord Baelish al interior de la fortaleza.

-Nada más, ¡en marcha!

Todos los guerreros se detienen mostrando duda en sus caras agresivas. En ese momento un grupo de veinte soldados se acerca a ambos grupos. Veinte soldados de la reina, veinte Inmaculados.
Uno de ellos, el que parece ser el jefe, comienza a hablar con el viejo mayordomo y, cuando terminan, el anciano se apresura a hablar con Lord Gendry.
Vuestro señor asiente antes las palabras del anciano y se gira para hablar con vosotros mientras que el grupo de los Inmortales pone orden en la calle, hablando con el profeta del Dios Ahogado.

Enviadle saludos a vuestra señora de mi parte, a Asha Greyjoy, la señora de los hombres de Pyke -le comenta Lord Gendry al sacerdote y a sus hombres, presentandoles sus respetos a su jefa mientras que los humilla al recordarles que quién les gobierna es una mujer, hecho que la mayoría de los Hombres de Hierro no quieren recordar.

El Azor Ahai se gira hacia vosotros y comienza a hablaros -Me informan que el clima de la ciudad es de inseguridad y que no se permite la entrada a la fortaleza más que de un grupo pequeño de hombres. Mis guardias vendrán conmigo, junto con los sacerdotes, mi hija, el Maestro Atreides y un par de sirvientes -os ordena señalando en último lugar a un sirviente y a Arya -El resto debeis alojaros donde os diga la guardia de Inmaculados. No quiero escuchar que ninguno de mis hombres ha muerto o ha matado durante estos días de luto. ¿Queda claro?

Como ordenéis mi Lord

Agacho la cabeza y golpeo mi puño en el pecho como señal de obediencia.

No se porque no me extraña que no dejen entrar en la fortaleza Roja, a los soldados de ninguna de las casas del reino, hay mucha tensión en el ambiente y falta tan solo una chispa para que todo se valla a tomar por el culo, no me hace mucha gracia toda esta situación pero que cojones así es el juego de tronos  y esto solo acaba de  comenzar……