Partida Rol por web

Selene se levanta de su asiento para ir a abrir la puerta en persona. 

-Claro, pasa.- dice a Daevans sonriendo. 

Daevans entra, todavia no parece haberse acostumbrado a vivir en alta mar pues su andar ya no estan agil como era en tierra.

- Como sabras, soy ajeno a vuestra cultura, muchas de vuestras costumbres me parecen extrañas, al igual que las mías quizas os lo parezcan. Tengo curiosidad sobre una cuestion, quizas demasiado personal para los estándares culturales de tu reino. He visto como tu hermano demuestra una gran interes hacia el genero opuesto, aunque parece haber sentado cabeza con esa chica de su tripulación. En cambio no he visto un interes de tal magnitud en ti ni hacia el genero opuesto ni al propio. Me extraña ver tanta diferencia entre hermanos. ¿Hay alguna diferencia entre hombres y mujeres al respecto?

Selene rió y ofreció asiento a Daevans. 

-Digamos que en general los hombres humanos suelen tener más interés por el sexo. Tienen instintos más... animales. No quiero decir que las mujeres no, pero tenemos que andarnos con mucho más cuidado. Además, mientras que a mi hermano le interesan todas las tías que tenga una buena delantera y un buen culo, por mi parte me resulta mucho más complicado encontrar un hombre interesante. Hubo uno, se llamaba Escorpión y era un pirata fugitivo de Arn que huyó a alta mar después de salvarle de la ejecución. Con el resto... me resulta más divertido humillarles. Los hombres se suelen creer superiores a nosotras en todo, así que encuentro mi diversión en enseñarles lo equivocados que están. 

Selene se quedó pensativa y después de animó a preguntar. 

-¿Que hay de tú y Verona?

- No he conocido muchos Assmars, pero por lo general solo sentimos un deseo verdadero cuando hay sentimientos de por medio. Según me dijo mi padre los humanos de Tenesia no estan tan obsesionados como los de aqui, supongo que al no ser un tabu se les hace menos atractivo. En todo caso, creo que deberías haber nacido en Tenesia, allí cada individuo vale por sus logros y no por su condición - Daevans hace una pausa y corrige- Bueno, mentiria si dijera que es una sociedad igualitaria, pero al menos no hace distinción entre hombre y mujer. En cuanto a los Trolls, bueno, las mujeres son mas grandes y fuertes, por lo que la cosa anda un poco invertida.

Luego responde a tu pregunta sobre él y Verona.

- Es complicado, no mentire, me atrae, pero de momento ella es joven y yo lo soy más todavía. De momento prefiero no ir demasiado deprisa... si mi instinto me deja, claro.

-Si Dave y yo hubiéramos nacido en Tenesia probablemente las cosas habrían sido muy diferentes. Sin embargo, estoy bastante orgullosa de lo que he llegado a ser, así que tampoco es algo de lo que me lamente. 

Selene sonrió. 

-En cuanto a Verona... es cierto que es joven, y más importante aún, es muy inocente. Creo que tiene la idea de relación del  típico caballero galán, el cuál, por cierto, cumples bastante bien. Sea lo que sea, tienes mi bendición. Yo creo que a Verona también le gustas, así que todo depende de hasta donde queráis llegar vosotros.- dice guiñandole un ojo

Las embarcaciones llegan al puerto de la isla de Alba Negra, Dereck os ha recomendado que cargueis provisiones allí. Pero si desembarcais tengais cuidado con la Reina Pirata Ingrid, no es una mujer con demasiada paciencia y no dudara en colgar de las partes nobles a quien amenace su poder. Os señala un colosal barco llamado Emperatriz, el barco de Ingrid. Tambien os recomienda reclutar tripulación en la isla, el mercader conocido como Reignard esta enterado de todo y podrá informaros de la presencia de personas capaces en la isla.

Selene bajó del palo vigía al llegar a puerto y convocó a toda su tripulación en la cubierta. 

-Hemos tenido un largo viaje, pero es hora de hacer un descanso. Levaremos anclas al amanecer del segundo día, y el resto de lo que queda de hoy lo emplearemos en limpiar, reparar y cargar el barco con las provisiones necesarias. No obstante, el resto del tiempo podéis emplearlo como mejor os plazca. 

Dicho esto, Selene se acercó a hablar con sus oficiales. Habían sido unos días relativamente calmados, no obstante, llevar un barco del tamaño del Bloody Mary entre 20 personas no era imposible pero sí muy cansado. Incluso Claire, a la que no se exigían muchos trabajos manuales, había acabado cansada del viaje. Por tanto, reclutar más gente era una prioridad. 

-Azor, escoge a un grupo de grumetes para el mantenimiento que sea necesario del barco. El dinero cógelo de las arcas. Nathan, llévate a otro grupo para aprovisionar el barco lo mejor posible. No sabemos cuándo será la próxima vez que podamos tocar tierra. Claire, tú eres libre para andar por el mercado y las tiendas del puerto y hacer lo que mejor te parezca. Daevans, Verona y yo vamos a ir a hablar con mi hermano para ver de reclutar a más gente, ya que el viaje será tedioso y es demasiado trabajo solo para 20 tripulantes. Espero que para esta noche todos los trabajos hayan terminado y mi gente tenga al menos un día libre.

Todos asintieron ante las palabras de Selene y se pusieron manos a la obra. Verona y Daevans siguieron a Selene hacia el muelle, camino hacia la Puta del Diablo, que estaba atracado al lado de su bergantín. 

A lo lejos vio a Emperatriz, el barco de la tal pirata llamada Ingrid. La verdad es que tenía mucha curiosidad por ver cómo era aquella a la que se llamaba reina pirata, ya que igual pronto vería su título arrebatado, pero tenía otras prioridades más importantes y tampoco quería tener problemas en el primer muelle donde atracaban. No obstante, Selene tuvo la intuición de que quizás serían los problemas los que vendrían a ella. Como siempre. 

Los gritos de "Tierra, tierra" de su vigía Robert, conocido como "El Tirillas" por su extrema delgadez, despiertan a Dave que hasta ese momento dormía plácidamente junto a la hermosa Beatrice. Las noches y los días habían pasado volando, a veces, había admitido el propio Dave, hasta el punto de que su puesto de capitán había sido descuidado. Por suerte tenía a sus fieles Daniel y Luke para cuidar de los intereses de la tripulación. Pero no podía evitarlo, piensa con una sonrisa estúpida en la boca "El Guapo" mientras sus ojos se vuelven irresistiblemente en dirección al lugar en el que el cuerpo desnudo de la mujer pelirroja descansa sobre sus sábanas blancas.

Sin intención de despertarla, Dave coge sus ropas y armas y sale del camarote y se viste fuera, ante la mirada curiosa de los hombres de su tripulación que no disimulan una sonrisa de diversión.

Cuando Dave está vestido, agarra por el hombro al primer grumete que ve y le dice: Avisa a Beatrice cuando se despierte que he ido al puerto a buscar más gente para la tripulación. Dile que me espere en el barco a menos que la mande llamar. Ella estará al mando mientras yo no esté. ¿Queda claro? Pete, "El Chico", simplemente asiente y continúa con sus tareas.

El barco no está en absoluto en calma. Como laboriosas hormiguitas, todos y cada uno de sus hombres están cumpliendo con sus tareas. Tengo que darles más alegrías a esta gente. Están siendo una tripulación más que excelente. Memoriza Dave para sus adentros. Era una promesa. Los hombres así no se encontraban fácilmente.

Busca con los ojos afilados a sus dos hombres de confianza: Daniel y Luke. Sin suerte, decide usar el antiguo método del grito. ¡DANIEL! ¡LUKE! ¡MALDITOS RUFIANES! ¿DÓNDE DEMONIOS ESTÁIS? JAJAJAJA Toda la tripulación le mira y acto seguido le acompaña en las risas. Ni dos segundos después, ambos oficiales están a su lado con cara curiosa. Sus rostros decían claramente "¿Qué demonios quieres?".

Daniel, Luke, sé que conocéis esta isla y necesitamos reclutar a más gente. Algún marinero más y algún otro grumete. Este barco es demasiado grande para manejarlo entre tan pocos. No hemos tenido ninguna tormenta, lo cual es una suerte, pero no nos podemos permitir afrontar una con una tripulación tan mínima.

Ambos hombres asienten.

Dave se gira y eleva los brazos, haciendo que todos le escuchen. Beatrice está al mando mientras yo no esté. Cada uno ya sabe lo que tiene que hacer y espero no tardar demasiado, así que no debierais de necesitar a ninguna niñera. ¡Así que a trabajar! Voy a ver si os compro algo bonito, pero para dároslo más vale que os hayáis portado bien. Jajajaja. Una vez más, las risas se contagian entre la tripulación con la velocidad de un relámpago surcando el cielo.

El trío de hombres se dirigen a la escala para bajar a puerto cuando Selene, Daevans y Verona venían en su dirección.

Aunque habían hablado por conjuro o por mensajes, hacía días que no les veía y Dave se alegra de verles a todos sanos y salvos.

Tenemos que...

Tenemos que...

Dicen Selene y Dave a la vez. Ambos se ríen al unísono. Los demás les miran como a idiotas al principio, para unirse poco después. Había amanecido un día excelente y el humor estaba por los cielos. Dave confíaba en que se mantuviese así.

Tú primero, hermanita. Concede el capitán de La Puta del Diablo a su hermana con un gesto exagerado de caballerosidad.

-Iba a decir que debemos buscar más gente para nuestros barcos. Es demasiado trabajo para tan pocos y la verdad,no creo que vayamos a tener tanta suerte en nuestros próximos viajes. 

Selene recorrió la vista a su alrededor y siguió andando. 

-Mis marineros terminarán hoy las tareas de mantenimiento y aprovisionamiento, les he dado el día de mañana libre y al amanecer siguiente deberíamos partir. Mientras tanto, también podemos hacer un poco de turismo.- dijo sonriendo.

Los míos también están manos a la obra, aunque admito que lo del aprovisionamiento pensaba resolverlo ahora. Dave clava los ojos en los de su hermana y sonríe de la forma más honesta del mundo. ¿Sabes? Iba a decirte lo mismo. Necesitamos encontrar a alguien más para completar la tripulación. Daniel y Luke conocen a algunas personas por aquí, ¿verdad chicos? Dice el espadachín dirigiéndose a sus hombres que asienten con la cabeza. Al menos media docena más sería ideal encontrar, quizás alguno más si muchos de ellos son grumetes.

Respecto a lo del turismo... bueno, esta isla está "gobernada" dice Dave acompañando a la última palabra con un gesto de sus dedos haciendo unas comillas por Ingrid, la Reina Pirata. Creo que, por respeto, debiéramos de presentarnos ante ella. No quisiera que se sintiese ofendida.

Selene le miró dubitativa.

-No es que me apetezca demasiado presentarle mis "respetos" a nadie, pero si tú lo crees necesario hermanito...

Alzó la mirada hacia el Emperatriz. Debía admitir que era un barco magnífico, pero demasiado presuntuoso para su gusto. 

-Bueno, tengo curiosidad por saber cómo es esa Reina Pirata. Qué demonios, vamos a ir a hacerla una visita.

Un destello de malicia apareció en sus ojos, pero desapareció tan pronto como había llegado. Debía portarse bien, por el bien de su tripulación. 

Preguntais por Ingrid, la reina pirata y todo el mundo os pregunta si la última vez que pisasteis esta isla fue hace más de veinte años. Os informan que hay un nuevo rey pirata desde hace dos decadas, Reignard el Astuto. Os cuentan muchas cosas sobre Reignard, que es un tipo enorme de casi cuatro metros, que nada ocurre sin que el lo sepa, que mató un tiburón de más de seis metros con las manos, y luego a un kraken usando las fauces del tiburón como arma. Tambien os cuentan que fue amante de Ingrid durante un tiempo pero que se ve que discutieron o algo y acabarón luchando a muerte, cosa muy estupida por parte de Ingrid dado el poderío de Reignard. Otros os cuentan que Reignard tiene un "bastardo" hijo de Ingrid y un hijo legitimo con la esposa con que se caso despues de la disputa, otros os cuentan que Reignard es en realidad un dragón disfrazado, otros que es capaz de aplastar a un hombre con solo un dedo, otros os dicen que tiene el don de la omnisciencia en esta isla, sabiendo todo lo que ocurre en ella de forma directa. Otros os dicen que Reignrd conquistara las demás islas algun día, otros que saldra volando con alas de hielo y dominara el mundo. Al final, logras sacar en claro donde se establece.

Llegais a una fortaleza encima de una colina, desde donde se puede ver toda la isla. Hay muchos guardias en la zona, más que un pirata el dueño de la fortaleza parece un caballero a juzgar por sus dominios. Os conceden una audiencia con el rey pirata Reignard y entrais en la fortaleza, los pasillos son anchos y los muros macizos, cuando llegais a la sala de audiencias podeis comprobar que lo que se dice del tamaño de Reignard es cierto, tambien podeis ver un arma curiosa hecha de la dentadura de tiburón colgada como trofeo encima del trono y Reignard posee una armadura hecha de un cuero que parece muy resistente, sin lugar a dudas de una criatura similar a un calamar.

- Me alegra poder comprobar empiricamente que los jovenes piratas presentan sus respetos a los señores de los territorios que visitan - dice con un acento extraño, similar al de Daevans en parte, con el cual comaprte además la forma de hablar Tenesio que llaman Alto Tenesio, totalmente desconocido para vosotros en la mayor parte- Si no causais disturbios en mi isla sois bienvenidos y sereis beneficiarios de mi justicia y mi protección. Esta isla se considera un territorio neutral, lo que hayais hecho en el exterior en el exterior debe quedarse, un disturbio no podra ser justificado ni por razones politicas, ni por razones religiosas, ni por razones personales.

Selene hizo una breve reverencia levantando levemente su sombrero de capitana. 

-Por supuesto, solo estamos aquí de paso. Si todo marcha bien, pasado mañana al despuntar el alba estaremos levando anclas. Gracias de antemano por su hospitalidad. 

Pese a la sorpresa inicial de saber que la Reina Pirata Ingrid ya no reinaba aquellas tierras y que, incluso, podría estar muerta, a Dave la verdad es que le daba lo mismo. Esa isla tenía un soberano y lo más inteligente era presentar los respetos como había aprendido en sus tiempos de contrabandista. Nada irritaba más a los poderosos que los "simples mortales" no se presentasen ante ellos como muestra de su enorme poder.

Siguieron su camino hasta la fortaleza del Rey Pirata Reignard, que algunos apodaban "El Astuto". Dicho sobrenombre le daba mala espina al joven pirata. "El Fuerte", "El Rápido", "El Devoracachorros" o "El Destripatiburones" eran apodos que podían dar miedo al principio, pero uno sabía a que se enfrentaba. Pero en ese momento no era así. La gente astuta era más peligrosa que cien Lo-que-sea "El Fuerte" o aquel-de-allá "El Rápido". No. Una persona astuta podía anticiparse a tus movimientos con facilidad y eso hacía que tuvieses que ser siempre más astuto que él. Lo cual, dicho sea de paso, no siempre era tan fácil.

Entraron en la fortaleza y por fin, tras un rato de caminar por largos pasillos, subir escaleras y atravesar mil y una puertas, llegaron a lo que más se parecía a una sala del trono que a otra cosa. Allí estaba sentado. Con su legendaria armadura de Kraken y su guardia de leales a los lados. Su aspecto es increible, desde luego. Tuvo que admitir Dave.

No tardó el hombre en escrutarlos y sonreir. Al parecer, sus gestos de respeto al presentarse e inclinarse parecían gusar al viejo, pero aún en forma, pirata.

Es un honor presentarnos ante su majestad, Rey Reignard. Las tradiciones deben pervivir para que nuestra sociedad perviva.

Selene se adelanta en ese momento para seguir hablando. Típico.

Así es, majestad. Estamos de paso. Somos dos jóvenes capitanes, como puede observar. Ella es Selene Morris, mi hermana. Yo soy Dave Morris. A vuestro servicio. Digo recitando de nuevo las consabidas legalidades. Nos gustaría ampliar nuestra tripulación. Por ello os pedimos permiso para reclutar a hombres en vuestras tierras. La voz de Dave sonaba sincera y tranquila. Después de todo, el poder de un Rey Pirata era de todos bien conocido y siempre era mejor renunciar a unos borrachos que barriesen la cubierta y diesen algún sablazo en caso de combate que perderlo todo por la enemistad de un poderoso pirata.

El calor se estaba haciendo agobiante en el camarote del Capitán Dave. Las sábanas de seda, suaves y aterciopeladas, comenzaban a pegarse al cuerpo sudoroso y desnudo de Beatrice. Cada vez que intentaba girarse, en una desesperada carrera por buscar un lugar confortable y cómoda, las sábanas se le iban enredando más y más. Casi ahogada, la mujer pelirroja se despierta y se incorpora de golpe. Cuando ve la situación, tarda no menos de cinco minutos en desenredar todo el laberinto de nudos y giros que han dado las telas alrededor de su cuerpo.

Totalmente desnuda, la mujer se mira en el espejo de pie del capitán. Busca el barreño que Dave tiene en el mismo camarote donde ya han compartido agua caliente en varias ocasiones. Se acerca a la misma. El agua está sucia y apenas hay. Sin percatarse de su desnudez, abre la puerta del camarote y agarra del brazo al grumete Jimmy que la mira entre asustado y ensimismado por la belleza desnuda de la mujer. Traeme agua caliente, Jimmy, quiero darme un baño. Los ojos del muchacho parecen alertar a la mujer que, rapidamente, se tapa. ¡Vamos! El muchacho sale corriendo a cumplir su cometido.

Muchos minutos después, el muchacho golpea con timidez la puerta del camarote y cuando Beatrice le da permiso entra y llena el barreño de numerosos baldes. La mujer le observa, tapada desde la cama. El joven, visiblemente avergonzado, no levanta la mirada del suelo y de sus quehaceres. Cuando por fin termina, Beatrice le llama. Ven aquí, Jimmy. El muchacho, casi arrastrando los pies se acerca hasta el lateral de la cama donde la mujer le agarra con ambas manos la cara y le planta un beso cariñoso en la mejilla. Dos regalos con éste hoy, ¿te quejarás eh, muchacho? Jajajaja.  Jimmy, confundido, asiente con la cabeza y sale casi corriendo del camarote.

La mujer, aún divertida por el encontronazo desnudo con el muchacho, se mete en el barreño del que salen humaradas de calor. Introduce con cuidado su pie y finalmente toda ella. Pese a la alta temperatura del agua, la mujer disfruta del calor y comienza a limpiarse con esmero.

Cuando el agua por fin está fría, ella perfectamente limpia y sus dedos arrugados, sale del agua, mojando ligeramente el piso del camarote. Se seca con una larga toalla de color crema que pudo comprar antes de partir. Se viste y se perfuma ligeramente.

Cuando sale a cubierta, los hombres se la quedan mirando. ¿No tenéis trabajo? Dice ella con sencillez pero autoridad en su voz.

- No necesitais solicitarme autorización para recultar a nadie - dice Reignard toqueteandose las trenzas de su gran barba blanca- Incluso puedo haceros recomendaciones si me especificais que tipo de gente buscais. Mis agentes me mantienen informado de todo aquel que visita la isla.Se me habia olvidado, mandad saludos a Dereck de mi parte, hacia veinte años que no veia a nadie de su vieja tripulación. Debeis tener cuidado con ese hombre, a veces las apariencias engañan.

Sois muy amable,majestad, comienza hablando Dave, pero no quisiéramos abusar de vuestra confianza y ya os hemos hecho perder demasiado tiempo. Quedarnos más pidiéndoos recomendaciones os apartarían de temas que, sin duda, son de mayor relevancia. Dice Dave con suavidad. La oferta del Rey Pirata era tentadora, pero podría reclamarles algo a cambio. Normalmente la gente no daba nada gratis. Aunque por otro lado, si lo hacía de buena fé, su ayuda sería inestimable. En ambos casos, el procedimiento adecuado era rechazar de forma elegante el primer ofrecimiento. Si realmente Reignard quería ayudarles, se lo volverían a ofrecer a los hermanos Morris.

- ¿Tiempo? -rie Reignard- Eso es gracioso, muy gracioso. En realidad estoy un poco aburrido, hace veinte años tenia la falsa percepción de que reinar seria más intenso, pero realmente reinar a estas latitudes significa infundir miedo con mi sencilla presencia a aquellos que porten problemas. Realmente no tengo mucho trabajo.

Una carcajada cristalina resonó por la estancia. 

-Sin duda, navegar en busca de aventuras parece una perspectiva más emocionante que reinar sobre una isla. Si su majestad tiene a bien hacernos compañía en nuestra búsqueda de tripulantes, estaríamos más que agradecidos. Así de paso, quizás podamos empezar a vislumbrar cuáles de todos los rumores que circulan sobre vos son ciertos. La verdad es que...- Selene hizo una pausa llevándose la mano al mentón, pensativa.- sí, me gustaría que mis reclutas fuesen al menos la mitad de interesantes y misteriosos que Reginard el Astuto.- y se echó a reír de nuevo. Lo cual pareció no agradar demasiado a su hermano, al cual parecía que le habían metido un remo por el culo al entrar en aquella habitación, de lo estirado que estaba.