Partida Rol por web

El Golfo de Arn

Capitulo 2: Travesia.

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25/07/2013, 00:17
Reignard "El Astuto"

A la carcajada de Selene se une la del propio Reignard. Os parece que la sala entera retumba. Se levanta del trono y podeis comprobar su altura, hombres de gran tamaño como Daevans y Dave solo le llegan a la cintura.

- No estoy tan aburrido como para abandonar mis deberes y ponerme a navegar, la verdad, además tengo una conyuge con la que deseo estar y no creo que comparta mis ganas de actividad. Pero quizas mi hijo Robert este interesado en la aventura. Y te puedo asegurar que hay gente interesante en esta isla como la centauride Carla, los gemelos Aleyd y Alaya... ah si, y no olvidemos a ese tipo, Escorpión.

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25/07/2013, 01:55
Selene "Zorra del mar" Morris

Selene paró de reír de manera brusca al oír el último nombre, pero se recompuso rápidamente y se dirigió de nuevo a Reginald sonriendo. 

-Estaré encantada de que nos acompañe su hijo, además, seguro que él sabe dónde se encuentra ese muestrario de gente tan apetecible para la tripulaciónDesde luego, su isla no deja nada que desear. 

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25/07/2013, 02:01
Selene "Zorra del mar" Morris
Sólo para el director

Selene aparentaba estar en el mismo estado despreocupado de antes, pero lo cierto es que el corazón le latía a toda velocidad. ¿Sería posible que fuese Él? En su cabeza empezaron a reproducirse los recuerdos de años atrás. 

Corrí calle abajo como alma que lleva el diablo. Lo tenía, lo había conseguido, notaba el peso del saco entre mis manos temblorosas. Sabía que me estaban persiguiendo entre maldiciones y juramentos, y la euforia de haber conseguido mi objetivo se mezclaba con la angustia de la persecución, dando lugar a una sensación agridulce que no era del todo desagradable. 

Era la primera vez que lo hacía sin ayuda ni consentimiento de mi hermano. Lo había decidido aquella misma mañana, y cuando Dave salió de casa para ir de traperías con sus compinches, salí sigilosa y perpetré el mejor robo que se le hubiese ocurrido a nadie de Arn. Al menos, esa era la idea delirante que tenía en mi cabeza. 
Oía los gritos enfurecidos de las víctimas detrás de mí. Si me cogían estaba perdida. Me quitarían el botín, y mi cuerpo sería una muñeca de trapo que usarían y romperían todo lo que quisiesen antes de dejarla tirada en cualquier vertedero. Pero ni siquiera esa idea podía hacer desvanecer la euforia de mi acelerado corazón. 
Corrí por los callejones oscuros del puerto de Arn sorteando los obstáculos e intentando que me perdiesen de vista por las laberínticas calles. Al final, lo conseguí. Sus voces fueron amainando y haciéndose cada vez más lejanas, únicamente entonces me atreví a girar la cabeza. En efecto, allí no había nadie. Me había llevado todo el día conseguir el botín, pero por fin lo tenía, era mío, y respiré aliviada por primera vez... hasta que en ese momento tuve la mala fortuna de encontrarme con Él. 
 
-Vaya, vaya, ¿qué tenemos aquí?.- Era un hombre alto y musculoso, de tez bronceada por el sol. Una horrible cicatriz le surcaba diagonalmente todo el pecho y quedaba en plena vista puesto que no llevaba camiseta. De sus hombros colgaban los dos extremos de lo que sin duda era una enorme cadena armada. Debía sacarme unos cinco años por lo menos y me miraba con unos ojos penetrantes y llenos de curiosidad y algo más que no alcanzaba a comprender. Me asusté y escondí la bolsa detrás de mí apresuradamente. Un error, pues las monedas sonaron al chocar entre sí, llamando la atención del hombre
 
-Dime, pajarito, ¿qué llevas en esa bolsa?.- El hombre se acercó. Institivamente di un paso hacia atrás pero sólo encontré el frío tacto de la pared contra mi espalda. 
 
-Nada que te importe. Es mío.- intenté sonar convincente y segura de mi misma, pero el mismo temblor de mis manos había pasado a mi garganta y casi sonaba como un gatito asustado. Me odié a mí misma por aquello. 
 
El extraño individuo se rió ante mi comentario, pero puso una de las anclas de la cadena contra mi garganta firmemente. 
 
-Pajarito, está mal mentir. Dudo mucho que eso sea tuyo. Ha habido mucho jaleo esta tarde por el puerto, ¿sabes? Por lo visto, han robado una bolsa que contiene 500 piezas de oro de un galeón que acababa de atracar en Arn. Parte de ese dinero va destinado a miembros muy ricos e influyentes de esta ciudad, y no me refiero a los nobles, que habían financiado la expedición corsaria. 
 
Trago saliva pero no me dejo amedrentar, aunque en el fondo tengo ganas de llorar y de volver a casa con Dave. 
 
-Se lo robé a piratas que a su vez se lo habían robado a otros. El dinero es de quién lo tenga en la mano. 
 
El hombre se lo pensó unos instantes y luego sonrió. 
 
-Muy bien, tienes razón.- dijo finalmente.- pues ahora es mío. 
 
Dicho esto, alargó la mano y de un tirón me quitó el preciado botín. Tanto trabajo para nada... no obstante, no tenía tiempo que perder, en cuanto el hombre se entretuvo mirando dentro de la bolsa, empecé a correr de nuevo. Sin embargo, la jugada no salió como esperaba. De repente, algo se encaramó a mis pies haciéndome tropezar y caer de bruces contra el suelo, cuan largo era. 
 
-Una niña muy pícara. Pero te equivocas si crees que puedes escapar del gran Escorpión. 
 
Dicho esto, el que se hacía llamar Escorpión empezó a andar, sin molestarse en que me levantase me arrastró por el sucio suelo de la calle enganchada a la cadena armada. Al girar el siguiente recodo, me cogió del brazo y me elevó sin esfuerzo alguno hasta que me incorporé de nuevo. Intenté forcejear, sin éxito alguno. 
 
-Eres una cría muy perseverante, ¿eh?.- dijo con un tono algo cansado.- la mayoría ya habría abandonado hace tiempo y se hubiese entregado a mí... en todos los sentidos. 
 
Me callé, intentando no pensar en lo que quería decir con sus palabras. Escorpión me rodeó con un brazo tapándome los ojos con la mano y comenzamos a andar de nuevo. Me dolían horrores las rodillas y las manos del impacto, y la cabeza me daba vueltas. Me encontraba andando a ciegas pegada piel con piel con un hombre que no conocía, pero jamás se me olvidaría ese repugnante olor a sudor, salitre y semen que se entremezclaba cerca de él. 
 
El trayecto no duró demasiado. Sin duda Escorpión planeaba llevarme como un botín más a su guarida, o lo que sea que tuviese. Pero la fortuna quiso que mis primeros perseguidores nos encontrasen antes. Eran seis hombres de gran envergadura, aunque menos que el propio Escorpión, y muy feos todos. 
 
-¡Escorpión!.- gritó uno de ellos.- Esa pequeña furcia es nuestra. Nos ha robado lo que es nuestro. 
 
-¿De verdad?.- replicó él, con un tono exageradamente irónico que les enervó aún más.- Vaya qué cosas, pero se da la casualidad de que ahora la niña es mía. 
 
-Escorpión te la estás jugando, ¿sabes a quién le pertenece ese dinero?
 
-Tengo una ligera idea, pero me da exactamente igual. Si sois piratas sabréis que aquí es de cada uno lo que uno puede defender.- Escorpión cogió la cadena armada que hasta ahora tenía apoyada inofensiva en los hombros y se la pasó por encima de la cabeza.- Decidme, ¿podréis defender vosotros a esta cría como vuestra? Dejad que lo dude. 
 
Me apoyé contra la pared más cercana, intentando moverme lo menos posible. Mientras hablaba Escorpión, el resto habían desenvainado sus sables, dispuestos a enfrentarse al corpulento hombre que ahora hacia girar un extremo de la cadena con fuerza. Podría haber aprovechado ese momento para huir, pero no me atreví. Por algún motivo me sentía más segura junto a ese desconocido que ahora estaba protegiéndome de un grupo de energúmenos sedientos de sangre, concretamente de mi sangre. Me quedé allí inmóvil, incapaz de moverme, observando la batalla. 
 
Ésta se sucedía vertiginosamente. Al principio dudé de que por muy fuerte que fuese, un sólo hombre pudiese contra seis, pero Escorpión demostró rápidamente lo contrario. Los dos extremos de la cadena armada se movían con gran agilidad de un contrincante a otro en un baile hipnótico. Varios sables salieron volando y dos de los contrincantes yacían en el suelo, derribados del mismo modo que había hecho conmigo. Entendí entonces el por qué del apodo de Escorpión. Aquella cadena armada eran como dos aguijones letales en sus manos. 
 
El combate se me antojó corto pero muy intenso, en un abrir y cerrar de ojos los seis piratas habían salido corriendo en direcciones opuestas, como los cobardes rastreros que en realidad eran. 
 
Escorpión se giró para mirarme una vez la amenaza hubo pasado y se acercó lentamente a mí, aún con la cadena chorreante de sangre entre las manos. No pude evitarlo, mis piernas flaquearon y al instante siguiente me encontraba temblando en el suelo, sin poder dejar de mirarle. Había sido demasiado ingenua aliviándome por verle ganar la batalla. Si aquellos seis hombres me iban a hacer cosas inimaginables al capturarme, ¿qué me haría el hombre que había podido contra todos ellos?
 
Nunca pude responder a esa pregunta, pues las palabras que salieron después de la boca de Escorpión fueron totalmente imprevistas. 
 
-Largo
 
Le miré sin comprender
 
-He dicho que largo, no me hagas repetirlo. 
 
No hizo falta una tercera vez para que yo me levantase dando tumbos y saliese corriendo de allí sin   volver la vista atrás. Al llegar a casa, me metí en la cama y no salí de allí en dos días. Dave nunca supo lo que había pasado, y fingí encontrarme mal por algún resfriado. ¿Las heridas? Me había caído jugando en el puerto, no era algo infrecuente.
 
Me pasé los meses siguientes investigando quién era Escorpión. Resultó ser un tipo bastante peligroso, uno de los principales hombres que lideraban a los maleantes de los barrios bajos y un pirata. Tenía fama por tener a sus pies a todas las putas de Arn y a muchas cortesanas, pues tenía un físico nada desdeñable, y parecía ser que ese aura de pirata le daba morbo incluso a las nacidas en alta cuna. No obstante, se decía que era un hombre con algún tipo de código moral que nadie acababa de entender pero que llevaba a rajatabla. Entre otras cosas, no soportaba las traiciones y se decía que él mismo era leal hasta la médula a sus hombres. 
 
Después intenté olvidar el asunto, pues no volví a cruzarme con él. Aunque sin duda entre los diversos hurtos y estafas que cometí en los años venideros, alguno habría que estuviese subordinado a él. 
 
Un par de años después de aquello, el nombre de Escorpión empezó a oírse bastante por las calles de Arn. Normalmente, la gente sólo se atrevía a susurrarlo, pero parecía que el viento había cambiado de dirección. Por lo visto, un importante noble había descubierto que su mujer se acostaba con él (además se había corrido el rumor de que era impotente) y movido por la ira y la vergüenza removió toda la ciudad portuaria para atrapar a Escorpión. Al final lo logró, con ayuda de otros nobles que también se sentían ofendidos por él, aunque no sin grandes bajas, por supuesto. 
Escorpión fue condenado a morir en la horca por los cargos de alta traición, piratería y violación, puesto que ningún noble querría admitir que su mujer se acostaba con él por voluntad propia. 
 
El día del ahorcamiento, una gran multitud se concentró en la plaza. Los hombres supervivientes que habían estado al cargo de Escorpión habían sido ejecutados todos los días anteriores, ante los propios ojos de Escorpión, que ardían en rabia, pero el gran acontecimiento era aquel. Con una gran dignidad, Escorpión anduvo por la tarima que llevaba hasta la cuerda. Mantuvo la cabeza en alto en todo momento y no dijo nada, incluso cuando dieron una patada al altillo donde se mantenía de pie y quedó sujeto únicamente de la cuerda que apresaba su cuello y pataleando. No obstante, tenía una musculatura demasiado gruesa y Escorpión no murió tan fácilmente. De hecho, no murió. 
 
Había estado observando en silencio el acontecimiento hasta que decidí que era el momento oportuno para actuar. Corrí todo lo veloz que pude y salté a la horca, cortando de un solo movimiento la cuerda que ataba a Escorpión a la muerte. Los guardias se habían relajado una vez el hombre había quedado colgando y no les dio tiempo a reaccionar antes de que saliese corriendo de nuevo. 
Escorpión tosió un par de veces antes de salir detrás mía sin perder un segundo. 
 
Corrí por las calles sin volver la vista, oyendo los pasos de Escorpión muy cerca mía. No podían ir a ningún sitio que donde fuesen a buscar a Escorpión de manera que le llevé hasta mi propia casa. Sabía que mi hermano había salido de expedición y no volvería hasta tarde. Una vez a salvo, me quité la capa que me cubría el cuerpo y la cara. Estaba sudando y jadeando, al igual que Escorpión, que además hacía esfuerzos por recuperar su garganta herida tras el ahorcamiento. 
 
Me quedé esperando de brazos cruzados y sin decir nada hasta que se recuperó. Me miró con curiosidad y sin comprender del todo. 
 
-Parece que has crecido, pajarito. 
 
Seguí mirándole con expresión severa y sin decir nada. Escorpión suspiró derrotado. 
 
-Dime, por qué los has hecho. Te estás exponiendo a mucho más peligro del que crees. 
 
-Alguien que ha luchado como un hombre no debería morir ahorcado como un perro.- respondí.- Tenía una deuda contigo, y ahora está saldada. 
 
Escorpión se acercó a mí, pero esta vez no di un paso atrás. Había crecido mucho en estos dos años, no sólo físicamente. 
 
-Creo que te equivocas, pajarito...
 
-No me llames así.- interrumpo
 
-Tienes razón, ya no eres un pajarito. Si yo soy un escorpión tú eres una zorra... una zorra de mar, hueles a salitre que da gusto.- dice sonriendo.- en cualquier caso, no has saldado tu deuda. 
 
Se acerca un poco más pero yo sigo inmóvil, sin dejarme amedrentar.
 
-¿Te salvo la vida y ese es el agradecimiento?
 
-Si mal no recuerdo, te salvé la vida dos veces. Una de aquellos piratas, y dos, de mí mismo.
 
Dicho esto, Escorpión me asió con fuerza del brazo y tiró hacia él. No tuve la fuerza suficiente para resistirme y de nuevo me hallaba pegada a su cuerpo. Sin embargo, no se conformó con eso, sino que me sujetó de la barbilla y me besó. Intenté zafarme pero era imposible. Finalmente me soltó. Ahora sí que doy varios pasos hacia atrás, limpiándome la boca con la manga de la camisa. 
 
-¿¡Se puede saber qué haces, capullo?!
 
-Cobrar mi pago.- dice con una sonrisa. Ya no estoy segura de si he hecho bien salvándole, pero no hay vuelta atrás. 
 
-Largo.- le digo, reproduciendo las palabras que me dijo una vez. 
 
Escorpión asiente y da media vuelta, pero parece cambiar de opinión a última hora y se gira de nuevo hacia mí. 
 
-Dime sólo una cosa, ¿cómo te llamas? 
 
-¿Zorra del mar y tú?
 
Escorpión se ríe, entendiendo el juego. 
 
-Sólo dos personas conocen mi verdadero nombre. Mi padre y mi madre, y ambos están muertos. 
 
Prefiero no preguntar si murieron sin más o les mató por conocer su nombre. Me encojo de hombros. 
 
-No necesito saber el apellido, que será probablemente lo que delate aquello que quieres ocultar. Pero no revelaré mi nombre sin tener antes el tuyo. Es lo justo. 
 
Escorpión asiente. 
 
-Está bien, es un trato justo. Mi nombre es Eric. 
 
-Selene.- respondo sin más. 
 
-Muy bien, Selene, quizás nos volvamos a ver algún día. 
 
Dicho esto, Escorpión, o Eric, salió por la puerta de atrás de la casa. Nunca volví a saber nada de él, aunque la opción más probable era que se hubiese enrolado en cualquier barco pirata y huyese de allí. Quizás, tal y como dijo, nos volviésemos a ver algún día, o quizás no.
Respiró hondo. Aún le debía una por aquello, ahora que sabía que quizás estaba en aquella isla no podía dejar pasar la oportunidad de averiguar si realmente era él. Por otra parte, no quería que su hermano supiese nada de esto. Por algún motivo, tenía la sensación de que aquellos dos no se iban a llevar bien, y además, era algo demasiado personal como para querer tener a su hermano pegado a su trasero viéndolo y escuchándolo todo. 
 
Si Robert, el hijo de Reginald, no sabía dónde estaba Escorpión, Selene sabía muy bien como encontrarlo. Posiblemente no habría prostituta alguna en aquella isla que no supiese de él. Rió para sí. No sabía por qué se preocupaba tanto por un imbécil como él, pero habían pasado tantos años desde que le salvase la vida... tenía curiosidad por saber cuánto habían cambiado las cosas. Desde luego, ella no era la misma, ahora era adulta. 
 
Un pensamiento fugaz cruzó por la cabeza de Selene. Aún necesitaba un segundo al mando. ¿Pero querría Escorpión enrolarse en un barco pirata a sus órdenes? Sacudió mentalmente la cabeza. No era momento de pensar en todo aquello. Primero habría que encontrarle, ver cómo era ahora, si es que realmente era el Escorpión que ella había conocido, y entonces pensar en qué hacer. 
 
Se moría de ganas por ponerse en marcha, pero procuró evitar que su hermano se diese cuenta. 
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25/07/2013, 12:04
Dave "El Guapo" Morris

La reunión con el Rey Pirata estaba empezando a ser cada vez más extraña y su hermanita no parecía entender lo que podía implicar juguetear con Reignard "El Astuto". Como una mosca alrededor de una tela de araña, su hermanita era lo suficientemente inocente como para confiar plenamente en un pirata. No. En un Rey Pirata. No sólo eso, sino que le permitía enviar a un espía a nuestro barco. Quizás sólo fuesen paranoías de Dave, pero desde luego, confiar ciegamente en piratas que no conocían podría traerles problemas. Más cuando estos venían de serie con el sobrenombre de "El Astuto".

Dave suspira de forma silenciosa. Intentando reordenar sus pensamientos. Ojalá me equivoque. Pero puede que Selene nos esté condenando a ambos. Estaba infringiendo una de las primeras reglas del pirata: No te fíes de quien no conoces. Era sencilla. A veces, no podías fiarte ni de quien conocías, así que...

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25/07/2013, 14:27
Reignard "El Astuto"

- Robert "El Joviano" seguramente estara en el puerto, aunque no os garantizo que quiera unirse a vosotros -dice Reignard volviendose a sentar- Clara suele estar por el bosque entrenando el tiro con arco, los gemelos, probablemente en alguna taberna y ese tal Escorpión... o peleandose o en un burdel.

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25/07/2013, 17:05
Selene "Zorra del mar" Morris

Cómo no

-Muchas gracias por la inestimable información. No queremos molestar más, de modo que nos vamos en busca de nuevos reclutas.- dijo haciendo una reverencia. 

Tras las pertinentes cordialidades, los Morris y compañía estaban finalmente fuera de nuevo. 

-Bueno.- dijo Selene mientras aspiraba el salado aroma a mar.- cómo nos dividimos. Yo quiero ir a las tabernas y barrios bajos, así que puedes dirigirte al bosque a ver la tal centauroide y al puerto a conocer al hijo del Rey, o bien podemos vernos más tarde para ir al puerto. Aún es mediodía, podemos vernos a media tarde donde nuestros barcos y buscar al tal Robert, tengo curiosidad por saber cómo es. Además, seguro que conoce tabernas de mala muerte como la que frecuentábamos en Arn. No lo tan malas como para matarnos, pero lo suficientemente interesantes. 

Hacía un día estupendo y Selene estaba de buen humor, tanto más cuando más se enfurruñaba su hermano. A veces no entendía cómo ese hombre tan aburrido podía ser de su misma sangre. 

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26/07/2013, 12:20
Dave "El Guapo" Morris

Mejor voy yo a las tabernas. Tengo cierto interés por los gemelos de los que ha hablado el Rey Pirata Reignard. Aunque si quieres podemos ir juntos. Dice Dave con cierta malicia. Estaba claro que algo le ocurría a Selene. Sus ganas de hacer el loco no tenían sentido en ese momento y le daba la impresión de que ocultaba algo.

Selene, cuando el Rey Pirata Reignard ha hablado del tal Escorpión he visto que te tensabas. ¿Qué ocurre con él? ¿Hay algo que deba saber? No había mucho más que preguntar. Si su hermana realmente confiaba en él, le contaría todo. Pero bueno, no dejaba de ser una mujer inmadura pese a todo y a veces no sabía cuándo debía hacer ciertas cosas...

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26/07/2013, 13:38
Selene "Zorra del mar" Morris

Selene se encogió de hombros. 

-No hay nada que debas saber.- respondió secamente.- y como quieras. Yo también tengo interés en ellos, así que pienso ir a buscarlos, pero por mi cuenta

La joven no estaba de humor para las tonterías de su hermano, y la isla era lo suficientemente grande como para pasar el día visitando tabernas y no coincidir en ninguna. Dicho esto, se puso en marcha sin esperar la respuesta de Dave

 

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29/07/2013, 10:00
Dave "El Guapo" Morris

La cara de Dave forma una mueca que le hace parecer estúpido ante la repentina pataleta de su hermana. ¿Qué demonios le pasa? ¿A qué viene esa respuesta? Se pregunta el joven que no entiende nada. Una cosa era la sana competitividad y otra muy diferente era la respuesta que le había dado su hermana. Esas respuestas no se daban a la gente a la que querías y Dave no podía más que sentirse decepcionado. Pero, después de todo, era su hermanita pequeña y no iba a permitir que algo así les enfrentase.

De primeras, deducía que el tal Escorpión había tenido problemas con su hermana, o viceversa. El hecho es que contratarle, por muy útil que pudiese llegar a ser sólo les traería problemas, por lo que decidió que no le buscaría. No tenía sentido destruir todo por lo que había luchado por reclutar a un nuevo hombre. Además, si Selene había tenido problemas con él hasta el punto de ponerse así con el propio Dave es que algo malo había detrás. "El Guapo" no se la quería jugar.

Intenta seguir a Selene, pero los pasos de la joven son rápidos como suspiros y se desvanece entre la gente en un abrir y cerrar de ojos. ¡Maldición! Dave se queda de nuevo con cara de pasmado mientras la gente pasa a su alrededor.

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29/07/2013, 10:04
Dave "El Guapo" Morris

Dave sacude la cabeza y vuelve a ponerse en situación. Tenía que reclutar a gente.

Se acerca a la taberna más cercana y pregunta al tabernero: Busco a los gemelos Aleyd y Alaya. Quiero ofrecerles trabajo. El tono de Dave es directo y seguro de sí mismo. Sus ojos se clavan en los del tabernero. No implican amenaza, pero sí que buscan la colaboración del hombre.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Tirada de Diplomacia

Tirada: 1d20

Resultado: 20(+11)=31

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29/07/2013, 11:11
Robert "El Joviano"

Como dijo su padre, Robert estaba en el puerto. Era un tipo sorprendentemente alto, aunque no tanto como su gigantesco padre pero le sacaba más de tres cabezas a Dave y más de dos a Daevans. Estaba discutiendo con un mercader en el puerto.

Ante él habia una caja abierta que contenia espadas. "El Joviano" las examinaba con una mirada de semiaprobación golpeando la hoja con los dedos para ver como sonaba. Al cabo de un rato la volvió a dipositar en la caja.

- Buen acero, se nota que es de la Isla de Lan - comento Robert- Pero muestrame esa caja.

El coloso estaba señalando una de las cajas de mercancia que estaban bajando los marineros. El mercader ordenó al marinero que les entregara la caja, entonces Robert la abrió y saco otra espada, similar a la anterior. Despues de unos golpecitos en la hoja su cara reflejaba disgusto.

- Un mono con un martillo haria mejor acero -dijo mirando con ira al mercader- Le vendes veinte cajas a mi padre y solo la que tu has tenido tantas ganas de enseñarme tiene la calidad que acordamos. No se si eres estupido y la que me has mostrado es la que te mostrarón a ti para convencerte de la calidad de la mercancia o si eres estupido y pretendes timarme. En cualquier caso no pienso soltar un solo patrón de bronce por semejante birria.

El mercader empezó a sudar, Robert tenia demasiado ojo para su gusto. Ordenó a un marinero que trajerán la reliquia.

- Es un regalo para vos -dijo mientras un marinero le entregaba un grandioso espadón, demasiado grande incluso para un hombre como Daevans, pero adecuado para alguien como Robert o su padre- En señal de buena voluntad,  tiene más de dos mil años, sin duda se forjo durante la fundación de Tenesia, puede que sea de las primeros que forjarón. Puede que incluso sea una de las espadas del legendario rey Arin el Sereno.

Robert examinó con aprobación el espadón, cualquiera que viese sus ojos podía adivinar que el espadón era autentico. Excepto su empuñadura, que se notaba que era reciente, pero la hoja al parecer era claramente autentica. Robert cogió la bolsa de su cinto y se la lanzo al mercader.

- La cantidad acordada -dijo Robert satisfecho con el espadón en mano- Mi padre espera prosperos negocios contigo en un futuro.

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29/07/2013, 11:42
Grohl Daevans

- Apostaria que el espadón vale diez veces más de lo que se cree el mercader - te comenta Daevans.

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01/08/2013, 00:44
Selene "Zorra del mar" Morris

Una vez que el mercader se había alejado, Selene se acercó a Roberts y se presentó haciendo una grácil reverencia. 

-Se nota que tenéis ojo para las mercancías. Me llamo Selene "Zorra del mar" Morris, capitana del Bloody Mary. Estos son parte de mi tripulación. Acabamos de hablar con vuestro padre, quien nos indicó que igual estaría interesado en acompañarnos en la búsqueda de interesantes nuevos miembros para mi barco.

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02/08/2013, 15:56
Director

Te indican que hay cuatro tabernas en la ciudad, el Perro Salado, el Puño de Hielo, El Señor del Norte y las Damas de Plata. Estas en la del Señor del Norte, te mencionan que probablemente esten en una de ellas pero nadie sabe cual.

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02/08/2013, 15:58
Robert "El Joviano"

- Mi nombre es Robert "El Joviano", el bastardo de Reignard. Por si te lo preguntas Joviano es como se nos denomina a los semigigantes. Puede que me apetezca hacer un poco de ejercicio mental ¿Buscas a alguien en particular?

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02/08/2013, 17:19
Selene "Zorra del mar" Morris

-Vaya, parece que tengo una especie de imán con los mestizos.- dijo mirando de reojo a Daevans.- me encantaría encontrar a los gemelos Aleyd y Alaya, si es que mi hermano no ha dado con ellos primero.

Estaba segura de que podría después con Escorpión con facilidad si seguía siendo el mismo de siempre.  

 

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03/08/2013, 20:11
Dave "El Guapo" Morris

El pirata eleva ligeramente la voz sobre el ruído de la taberna. Quiere que todos le oigan bien.

Amigos de "El Señor del Norte", mi nombre es Dave Morris y busco a los gemelos Aleyd y Alaya y seré generoso con quien me los traiga. Ofrezco 5 monedas de plata a quien vaya a las otras tabernas y me los traiga para que pueda hablar con ellos. Decidles que Dave Morris ha oído de ellos y quiere contratarles como marineros en su barco.

También estoy dispuesto a contratar a otros marineros y grumetes que me sorprendan con sus habilidades.

Dave esperaba que su plan hiciese efecto y la gente se moviese.

 

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03/08/2013, 20:50
Director

Varios parroquianos empiezan a moverse, te quedas esperando resultads.

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03/08/2013, 20:51
Alaya

Robert os lleva a la taberna de "Las Damas de Plata". Alli puedes ver que la gente se ha reunido en el centro de esta y hay dos personas echando un pulso con una mano y bebiendo cerveza con la otra. Una es un tiparrón enorme y la otra una mujer que Robert os introduce como Alaya.

Se escuchan muchas risas en la taberna y puedes ver que Alaya va ganando.

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03/08/2013, 20:55
Aleyd

Robert os señala un hombre que esta apoyado en la pared, sin siquiera observar la escena, os ve a vosotros entrar y saluda a robert con la mano.