Partida Rol por web

Rogen sonrió ante el comentario sobre el escudo de Lia, la verdad es que ya ni lo notaba. Se lo quitó facilmente de la espalda y lo dejó a un lado de la mesa.

-¿Esto? No, para nada. Es de lo más básico la verdad. Tiene unos cuantos arañazos, pero bien hecho pues evitaron que me los llevara yo. Es un buen compañero, pero habla poco.-

Dijo sonriendo. Lo malo fue que enseguida llegó Ax y le dió una buena palmada en la espalda, si hubiera tenido el escudo le habría dolido menos.

-Ouch. Sigues igual que siempre, veo. Justo he llegado y he recibido el aviso de Rabi. No sé cómo se ha enterado de que estaba, no me dio tiempo a avisar a nadie. Pero me alegro de que lo hiciera, tenía ganas de veros.-

Enarcó una ceja ante el tema de las jarras y vio el aspecto de Lav. No dijo nada pues parecía que los demás ya habían llegado a un consenso sobre lo que había pasado. No pensaba que sucediese nada malo, pero no quiso entrar en el tema por si acaso. Prefirió acotar el asunto que había hecho que Rabi los reuniese de nuevo, y seguir el comentario empezado por la elfa.

-Así que un trabajo remunerado y todo ¿eh? Eso está bien, aunque lo mejor de todo es poder estar todos juntos. Ha pasado mucho.-

Los cinco amigos comieron, bebieron y charlaron durante un buen rato. No había rastro ni de Kernie ni tampoco de Alterión. Si no había pasado nada, Rabi tuvo claro que el retraso tenía que ser obra del contratista. El gnomo sabía que su padre solía ser bastante formal con esas cosas.

El tiempo pasó rápido, los amigos tenían historias que contarse. Ya llevarían como media hora sentados cuando un ruido empezó a escucharse en la taberna. Era como el de una honda a girar y cada vez iba ganando más y más fuerza. Al principio no se oía, pero poco a poco el sonido acabó por superar las voces de los parroquianos y el ruido de las jarras. Entonces, la taberna fue poco a poco enmudeciendo conforme más se escuchaba. Y entonces, como una explosión una miriada de criaturas voladoras asomó salió del pozo que presidía el lugar.

Eran una mezcla de entre un murciélago y un mosquito. Tenían la piel rojo sangre, pelo alrededor del cuello y una larga trompa. Una vez en la taberna, las criaturas se dispersaron por todo el local lanzándose sobre los comensales.

Durnan, el dueño de El Portal Bostezante, fue el primero en reaccionar. Sacó un espadón de debajo de la barra y mientras saltaba sobre ésta gritó para llamar la atención de los presentes.

 —¡ESTIRGES!

¡Id tirando iniciativa chicos! ¡Comienza la acción! Cuando lo hagáis, por favor indicad en que casilla del recuadro blanco translucido os colocáis. Y si sacáis más de un 19, ¡podéis actuar!

Rogen casi se atraganta con la bebida cuando escucha el grito de Durnan, afortunadamente logra no hacerlo y dejar la jarra encima de la mesa.

-¿Pero qué narices...?-

Había cometido un error de cliente novato en el Portal Bostezante. No estar preparado para los peligros que pudieran salir del agujero. Al menos sólo eran estiges. Molestas pero no letales si era pocas. Aunque sí que rápidas.

Rabi había reído con los comentarios de sus amigos, y aunque le llamaba la atención la demora de a quienes esperaba además de a sus amigos, estaba tranquilo que su parte estaba hecha. Más allá del estado de Lav...

Pero lo que sí no lo dejó tranquilo fue la invasión de estirges que irrumpió la taberna...

-¡Aaahh!- exclamó el gnomo sin poder reprimir el grito cuando sintió el aleteo de una de ellas muy cerca de su rostro.

Lav ercuto mientras terminaba el caldo, y se dio cuenta de que sus compañeros se habían callado, de hecho, todo el mundo se estaba callando.

Y no podía ser por su culpa, no había eructado tan fuerte, miro por el lugar, buscando la procedencia de ese ruido que le estaba levantando dolor de cabeza, y cuando descubrió lo que era ya era demasiado tarde.

Intento levantarse, y lanzo el taburete al suelo mientras daba un paso atrás. Conocía a las criaturas voladoras, no, no las había visto antes. Aunque algo en su mente le dijo que eran comunes, al menos dentro de la tierra, y no en los mares.

Durnan salió arma en mano, y el busco raudo la suya, puesto que estaba claro que aquellas cosas no venían en son de paz.

De manera instintiva asintió ante la maldición de Lia y se coloco hombro con hombro con su amiga.

Lia arqueó una ceja ante el extraño ruido, y acabó con las dos enarcadas al ver salir a aquellas criaturas. Sin decir nada dio un bote de la silla y llevó la mano a la empuñadura de su espada.

 - Esto no me lo esperaba, maldición -farfulló entre dientes algo enfadada.

Rabi recordaba algunas cosas sobre las estirges, aunque no muchas más de las que ya había contado este narrador sobre su forma, su aspecto y las similitudes con las dos especies que parecían haberse fusionado. Como uno podía imaginar, estas bestias se alimentaban de sangre y cuando chupaban la suficiente se retiraban. Eso era algo bueno si obviabas que alguien podía morir en el proceso.

La Banda de las Caracolas vio por el rabillo del ojo como Durnan blandía su espadón de forma vertical cortando una de esas criaturas en dos. En el resto de la sala la mayoría de los clientes gritó y corrió. Pero hubo otros que, como los aspirantes a aventureros, plantaron cara a la manada de bestias.

Mientras tanto las estirges se abalanzaron sobre los chicos. Rogen, colocado entre las criaturas y Rabio, vio como dos se lanzaban contra él con la probóscide firme y dispuesta a atravesar su piel. Por suerte las dos se toparon con su escudo. Ax tampoco tuvo problemas en esquivar el ataque de la Bestia. La que se lanzó contra Lav se trabó con su cota de mallas. Pero Luna... ay la elfa no tuvo tanta suerte. La estirge atravesó su piel y su carne y aspiró en busca de alimento. Una desagradable sensación invadió el cuerpo de la chica, al sentirse como se alimentaban de su líquido vital.

Después de esquivar a la estirge, Ax contraatacó. Muy al estilo Hormunskrr lo que hizo fue lanzar un puñetazo a la criatura que volaba alrededor de ella, pero al ver como su compañera era alcanzada y se desconcentró errando el golpe.

—¡LUNA!—gritó alarmada.

Estirge Verde se mueve a F7. Ataca a Rogen y falla.
Estirge Blanca se mueve a F7. Ataca a Rogen y falla.
Estirge Azul se mueve a F10. Ataca a Ax y falla.
Estirge Roja se mueve a B8. Ataca a Luna y acierta. Le hace 7 puntos de daño. La Estirge Roja se queda enganchada a Luna y entra en su casilla.
Estirge Amarilla se mueve a C10. Ataca a Lav y falla.
Ax ataca a la estirge azul y falla.

¿Qué significa que una estirge esté enganchada? Significa que ha clavado su trompa como un mosquito y empieza a chupar sangre. Una estirge enganchada ya no necesita hacer tiradas de ataque cada turno. Ante una estirge enganchada cualquiera (sea o no la víctima) puede:
   - Usar su acción para desenganchar la estirge.
   - Atacar a la estirge con desventaja.

Por cierto he hecho un cambio en las coordenadas achicando la zona de combate para que sea más agradable a la vista. Si por movimiento o por aparición de personajes relevantes tuviera que ampliar la zona de combate, haré un nuevo ajuste de coordenadas.

¡Es el turno de todos vosotros! Recordar la regla de iniciativas en bloque. El primero en postear actúa y ahora sois todos un único bloque. _{Ya podría Ax haber sacado menos iniciativa.}

Iniciativa: [19] Estirges [18] Ax [16] Lav [13] Luna [12] Rogen [9] Rabi

ESTADO
Luna - 7 puntos de daño.

Lav esquivo por poco la cosa voladora y la miro con puro asco, y viendo que la cosa se quedo aleteando delante de su cara, se llevo la mano al pecho, pero entonces escucho a Lia a su lado, y maldita sea, el cuerpo de la criatura se estaba nutriendo y engordando con lo que le estaba sacando a su compañera.

Busco por el suelo durante unos instantes, hasta que dio con su rodela de madera y se la embrazo, pero no le daba tiempo de ponerse a jugar a atacar así que intentando cubrirse la cabeza con un brazo, agarro la cosa que se alimentaba de su compañera y se la arranco con menos tacto del que hubiera querido, sujetándola en el aire durante unos instantes.

Quizas pudiera Lia despacharla, ojalá no haya llegado demasiado tarde para ello.

Rogen escuchó el grito de Lia y se preocupó, pero no quería dejar solo a Rabi pues tampoco era lo que se dice buen combatiente. Así que con pesar sacó su espada mientras agarraba el escudo y le arreó un buen tajo a uno de los dos estirges que tenía enfrente.

Malditos bichos.

El tajo había sido bueno y la criatura había cayó revolotenado al suelo, pero todavía había más de ellas.

Rabi, ayuda a Lia. Que se lo quite rápido.

No había podido colocarse el escudo, pero al menos ya lo tenía agarrado. En cuanto se lo colocara podría proteger a los demás.

Aquello era asqueroso. La situación, el bicho pegado, el sonido, el aleteo. Pero Lia no emitió sonido alguno. Apretó los labios e intentó zafarse de aquella estirge que le estaba drenando la sangre. Un nuevo pinchazo seguido de una sensación de liberación, ya que Lav había sido rápido quitándosela y sujetaba la estirge frente a ella.

El destello de la espada ropera de la elfa cruzó la escena como un rayo y ensartó al bicho alado como una aceituna. Con un gesto de desprecio absoluto y una mirada sombría sacudió el estoque y el cadáver de la estirge se estampó contra el suelo.

 - Gra-gracias Lav -dijo con voz rasposa.

Por el rabillo vio a más estirges enzarzadas con sus compañeros y con aventureros de todo tipo, con Durnan a la cabeza. En un paso ágil mejoró su posición para poder verlo todo.

Esta era su primera prueba... y era sorpresa. Todo sucedía muy rápido, y el gnomo se sintió abatatado, poco útil... así que debía hacer algo en ese preciso momento. Lía sangrando profusamente, Rogen frente a él contra dos... una estirge... Lav ayudando a Lía... Ax contra otra...

-¡Magicae telum!- exclamó el gnomo sin regular mucho su voz, al tiempo que con unos gestos de sus manos y el brillo de su anillo, tres bolas de energía aparecieron y tomaron la forma de unos pequeños pájaros blancos que se dirigieron como flechas hacia las estirges.

Inmediatamente después, sacó su daga de la cintura, recordando palabras de su maestro y padre adoptivo: "...un buen mago siempre debe tener un plan B..."

Las estirges no fueron rival para los aspirantes a aventureros. Rogen partió en dos a una de las que le habían atacado. Luna pinchó a aquella que le había chupado la sangre y al hacerlo estalló como si de un globo de agua se tratara. Y Rabi con su magia se encargó de las tres restantes usando su magia de una manera realmente impresionante.

Alrededor, en la taberna, muchos de los clientes corrían despavoridos ante la presencia de las bestias. Pero también los había que tenían lo necesario para defenderse. Como el propio Durnan  o Jalester Solvmanen, uno de los habituales en El Portal Bostezante. De hecho la situación no tardó en acabar bajo control. La mayoría de las estirges acabaron muertas, pero algunas más afortunadas consiguieron huir (y alguna con el estómago lleno), o bien de vuelta al pozo o bien saliendo al exterior de la ciudad.

Fin del combate chicos. Buen trabajo. Y madre mía que rotísimo está el Proyectil Mágico en 5e xD.

—Que todo el mundo se siente—dijo a Durnan a la clientela cuando la crisis quedó resuelta—. Y que nadie se queje, ya sabéis lo que significa venir aquí a por unas copas.

Entonces miró a la barra donde Bonnie y un par de empleados se habían refugiado.

—Ponedle una copa a todo el mundo—les ordenó—. Invita la casa.

Parecía que el tabernero estaba espléndido esa noche. En menos de una hora ya había habido dos veces que se había mostrado dispuesto a invitar a la clientela. Era eso o que su negocio tenía mucho margen de beneficios. O quizás las dos cosas.

Poco a poco la cosa empezó a calmarse. Las sillas volvieron a sus sitios, las jarras se recogieron y la adrenalina empezó a bajar. La clientela que había huido por la puerta volvía y todo el mundo se disponía a seguir con la velada. Pero entonces un gritó no tardó en romper la todavía tensa calma.

—¡EH TÚ! ¡CERDA! Así que te gustaría matar a mis amigos, ¿eh?

El grito lo había proferido un hombre calvo y musculoso con dos ¿cicatrices? ¿o eran tatuajes? que cruzaban su cara de forma vertical "atravesando" sus ojos. Antes de que nadie pudiera reaccionar, el hombretón asestó un salvaje gancho a una semiorca de siete pies de alto. Tras el hombretón, otros cuatro humanos avanzaron dispuestos a dar pelea.

Pese a la inferioridad numérica, la semiorca de piel grisácea no parecía nada preocupada. Con una notoria seguridad, lo primero que hizo fue limpiarse la sangre del labio con el dorso de la mano. A continuación se crujió los nudillos. Y por último con un gruñido se abalanzó de un salto contra el hombretón para devolverle el golpe.

Rogen se había colocado el escudo y se había movido para ponerse en medio de Rabi y Lia, los que el guerrero consideraba que necesitaban más protección, pero todo acabó tan rápido como empezó.

-Había olvidado que pasaban estas cosas. La verdad es que eso sí que no lo he echado de menos.-

Rogen ayudó a colocar las sillas que habían tirado al ponerse a pelear para poder volver a sentarse. Todavía se asombraba de que la gente siguiera viniendo a aquella posada. Claro que él mismo estaba allí.

-En fin. Espero que no pase nada más mientras esperamos a que venga ese contratante. ¿Puedes contarnos algo más de él Rabi?-

El guerrero hacia lo que los demás, daba a entender que no había pasado nada o que pudiese volver a pasar. Pero en esta ocasión tenía el escudo mejor colocado para poder ponerselo más rapidamente en caso de nuevos encuentros. De hecho cuando escuchó ruido de pelea se lo colocó antes de ver qué sucedía.
Al ver la trifulca miró a sus compañeros.

-¿Alguno de ellos son conocidos? Por saber si nos metemos o no. No parece una pelea justa.-

Lav estaba girando e intentando esquivar la bola de sangre que exploto Lia a su lado, cuando los pájaros de energía salieron de dónde estaba Rabi y las estirges a su alrededor simplemente explotaron.

- Vaya.-

Fue lo único que fue capaz de decir, pero su tono era más de asombro que de otra cosa. Se giro buscando nuevos problemas, pero la situación poco después estaba bajo control. Se rasco detrás de la oreja y asintió. Durnan tenia razón, aquel bar era como era, después de todo.

Cuando se fueron a sentar en la mesa se dio cuenta de que su compañera estaba aun pálida y empezó a salmodiar sin preguntar siquiera al tiempo que agarraba un pequeño catalejo de marino.

- Altair señor de los vientos, tu que guías mis velas, que tu refrescante brisa acompañe a esta mujer.-

Mientras hablaba el aire empezó a arremolinarse alrededor de su mano, y cuando lo poso sobre el hombro de su compañera este empezó a recorrer su cuerpo durante tres segundos, levantando ligeramente la ropa y el pelo de la mujer, para cuando se extinguió aquella brisa fresca con cierto olor a aguasal, Lia volvía a estar completamente bien, había recuperado el color y se la podía percibir mucho mas alegre.

- Dadme un par de minutos, voy a ver si alguien necesita ayuda.-

Lav, que aun no camina del todo derecho, no sabían si por el alcohol de antes, o porque sus años de marino le habían atrofiado las piernas, se dio una vuelta por le local, visitando a aquellos peor aspecto tenían, y aunque no necesito de usar mas sus poderes, quedo claro que era parte del clero.

Estaba a punto de sentarse en la mesa con sus cuatro compañeros cuando estallo la pelea y miro con cara de agobio la situación antes de añadir. 

- Otra vez no, esa mujer siempre termina a hostias. Ya podían haberse retado a un pulso en vez de esto….-

Miro a sus compañeros a ver si alguno tenia intención de interceder, y reviso su brazo izquierdo donde aun tenia enganchada la rodela de madera.

Rabi sabía muy bien, en la teoría, qué sucedería con las estirges, pero no dejó de sorprenderse ante el resultado práctico. Siempre había probado con cosas inanimadas... no con criaturas que explotan y llenan de sangre alrededor.

Hacía mucho tiempo que no sucedía algo estando en la taberna, y se había olvidado lo que significaba que de un momento a otro emergiera algo, y así como aparecía, se fuera. Además, su atención estaba en que llegara Alterión y su amigo.

Cuando envainó su daga al tiempo que se sentaba, comenzó a responderle a su amigo. Su rostro pareció alegrarse:

-¿Quién es? Pues nada más y nada menos que el mago detrás de las famosas Guías de Kernie. ¿Las has escuchado? Como la Guía de Kernie para Aguasfrías, un repaso sobre la historia, la geografía y las costumbres de la ciudad. Y posiblemente el primer libro que podía ser utilizado como guía turística.^*1 Es apasionante su trabajo, y estoy pensando aportarle el mapa que ido creando de la ciudad... no encontré pasajes que sí he encontrado yo- y le guiñó un ojo -Pero no sé de qué se trata el trabajo en sí- se encogió de hombros.

Y en ese momento, más contratiempos. El gnomo miró en dirección a la trifulca. No conocía al pelado, pero sí había visto alguna que otra vez a la mercenaria. Tenía cierto sentimiento de pertenencia asociada a ella, como habitués de la taberna.

-¡Eh!- gritó el gnomo subiéndose a la mesa -¡No molesten! Que uno quiere tener reuniones tranquilo aquí- dijo en dirección a ellos... y sin esperar mucho más, recitó unas palabras mágicas -Somnum- y con un gesto de sus manos acompañó un bostezo muy natural que emergió de su boca.^*2

La zona que abarcaría evitaba a la semiorca, pero no estaba seguro de qué tan potente sería el conjuro contra tantos a la vez...