Entre Louis y el señor Rutherford encuentro el zapato que se me había caído en el accidente. Parece que ha salido relativamente indemne, por lo que vuelvo a ponérmelo.
- Vírgen santísima...- Digo al observar los dos cadáveres. Nunca me acostumbraré a los cuerpos inertes y mucho menos si están en un estado tan descompuesto. Intentamos encontrar alguna pista entre tanto escombro. Louis encuentra un libro y lee alguna de sus partes, en concreto una muy interesante sobre el sótano y Corbitt.
- ¿Febrero de mil novecientos doce dice?- Pregunto, aunque lo había escuchado con claridad.- Si no recuerdo mal, en aquella época la familia Barber era la residente en la masión. ¿Qué relación hubo entre Corbitt y los Barber? Me soprende que hagan mención al sótano de su casa, como si Walter Corbitt hubiese vivido allí en esas fechas...
Mientras el vagabundo registraba la habitación William sorteó con torpeza los escombros que ocupaban el suelo del lugar para acercarse al libro que presidía la habitación rodeado de cadenas. No le fue fácil acercarse hasta él, los abundantes cascotes, algunos de los cuales eran verdaderas trampas para los tobillos, y la poca gracia que tenía el investigador hicieron que avanzara con paso lento para evitar más daños. Definitivamente no se imaginaba que iba a ser vapuleado de esta manera cuando aceptó el trabajo. Esperaba que, con suerte, hubiese algún misterio, quizás alguna manifestación del más allá, pero parecía que las localizaciones de estudio tenían personalidad propia, una inteligencia que era capaz de alterar la realidad física. No sabía si eran desvaríos producidos por el dolor o por el extraño malestar pero, si existía verdaderamente esa presencia, lo que estaba claro es que no les quería por allí cerca husmeando entre los escombros del pasado.
Cuando llegó hasta el libro trago saliva y miró a su alrededor temeroso sin saber si su siguiente movimiento también atraería la ira del lugar. Juntó el valor suficiente para abrir el tomo.
Entiendo que el libro central no es el que están examinando ¿Verdad? ¿A qué te refieres con encadenado? ¿Se puede abrir o sacar?
Disculpad de nuevo la demora.
William abrió el tomo, sintiendo el tacto extraño del encuadernado en piel animal. El libro estaba escrito a mano en latín, aunque estaba tan podrido y carcomido por los gusanos que no se podía entresacar nada salvo ocasionales letras y frases. La palabra 'Inmortalitatem' se repetía en varias ocasiones, así como la frase 'expectare in tenebris'. En algunas de las páginas aparecían distintas bestias, como si se tratara de un tratado de demonología, mientras que en otras aparecía dibujado el símbolo que visteis sobre los pilares, al entrar a la Capilla.
El libro que ha examinado Louis estaba en uno de los armarios, no es el de la cadena. El libro central está encadenado al mueble del escritorio, es decir, un extremo de la cadena está fijado a la madera y el otro a la encuadernación del libro. Se puede abrir sin ningún problema, lo que no se puede es retirar de allí.
- Por lo que veo, no estamos hablando de una iglesia cristiana...- Digo junto al señor Rutherford, el cual pasa las páginas del libro encadenado con sumo cuidado.- Parece que aquí se rendía culto al mismo Diablo y que Walter Corbitt pertenecía a la propia secta. Interesante conclusión...
Tirada oculta
Motivo: Descubrir
Tirada: 1d100
Dificultad: 70-
Resultado: 80 (Fracaso)
Echo un último vistazo.
Nada más que suciedad y escombros pudo encontrar la ávida periodista en aquel sótano dejado de la mano de Dios, y es que parecía que en efecto los cadáveres, el libro del escritorio y los papeles del armario eran cuanto había en aquella habitación.