Partida Rol por web

 aprovecho cuando el posadero se va para la cocina para levantar y salir corriendo en dirección a las escaleras...

Entro en el habitáculo que está debajo de las escaleras y que ha sido mi habitación en los últimos tiempos y recojo todo aquello que me pertenece, lo meto en mi mochila y vuelvo a salir al salón principal donde están mis compañeros...

 vuelvo a la mesa con los demás, solo que ahora llevo una mochila colocada en mi espalda... al llegar a los demás digo: Bien, ¿cuando empezamos y con que?

No hay mucama que les sirva nada y mucho menos lo que piden, pero igualmente el posadero se las ingenia un poco al traerles una hoya con cuencos y cucharas, la comida es una espesa sopa que seguro llena los estómagos pero nunca el paladar. Lo acompaña con un par de jarras bien grandes con cerveza ligera y les da vasos de madera para que beban. Luego se va ignorándolos y se dedica a ver como siguen las tareas de restauración del lugar.

El explorador toma un largo trago y tosiendo un poco para aclarar su voz. - Bueno muchachos, cuando vine aquí con mi hijo y a esperar encontrarme con Sean y su pupilo, era para que ellos se unieran o formaran un grupo de aventuras y salieran a conocer el mundo, desde nuestro punto de vista es la mejor forma de crecer en cuerpo y mente. Los conocimientos que uno aprende, lo que uno logra, la gente que uno encuentra para bien o para mal, solo se logra con las aventuras y uno nunca sabe donde los terminarán llevando, incluso las más sencillas. - Pero su diálogo se ve cortado por un sujeto que entra por las puertas de la posada y al principio no se lo distingue bien porque el sol está a sus espaldas, pero la silueta ya les es familiar.

Mientras están comiendo y sacándose la sed con esa ligera cerveza, se abren las puertas y entra el Capitán que nadie quiere al lugar, se queda parado hasta que el posadero le acerca una silla y luego se sienta para comenzar a hablarles. - Sin rodeos gente, dentro de unos días es el aniversario del lugar, siempre se hace una gran fiesta a la cual viene mucha gente, el banquete está a cargo de un cocinero que hace rato no viene y está demorado. Él vive con su mujer en las afueras del pueblo a medio día de camino, se han dado reportes de algunas criaturas molestas dando vueltas y la guardia no puede ir, ustedes lo harán, verán que estén bien y los escoltarán de ser necesario hasta acá. - Se para, da media vuelta y se va en silencio del lugar.

- Bueno. - Dice el clérigo. - Esto resultó más sencillo de lo que esperábamos. La tiene regalada señores. ¿Vieron que no era para armar tanto alboroto? - Comenta tratando de mejorarles el ánimo a todos los ahí presentes. - Medio día de ida, otra mitad de vuelta y asunto resuelto. -

Me había estado conteniendo en espera de que el resto de los compañeros comenzara a comer. En circunstancias normales esa humilde sopa habría sido rechazada por mi paladar acostumbrado a otras viandas y manjares de alta calidad y prohibitivo precio.Pero era tal el hambre que tenía que me supo como si fuera el mas exquisito y elaborado plato surgido de las cocinas del palacio de un alto magistrado.

Y la cerveza... nunca había tomado antes esa bebida de plebeyos. Es más, hasta el momento no habia tenido ocasión siquiera de probar el alcohol. Pero era tal la sed que tenía que vacié con avidez la jarra que ante mi estaba colocada, a la cual siguieron otras dos que alguno de mis compañeros de mesa se apresuraba a escanciarme, como si fuera agua.

Y pronto me di cuenta que estaba sonriendo y que mi vista se nublaba. Mi poco acostumbrado hígado me había llevado a la primera fase de felicidad de una borrachera. Me abaniqué como con la mano paracombatir la sensación de calor que se adueñaba de mi cuerpo y apoyé mi cabeza en el respaldo intentando que la sobriedad volviera hacia mi aunque me resultaba difícil borrar la estúpida sonrisa que se estaba formando en mi cara. Menos mal que estaba lo suficientemente sobria como para darme cuenta de que no deberíua abrir la boca. Y menos ahora que parece que llega el capitán.

Ufff... tengo que ir a orinar... digo intentando levantarme, pero me mareo y me caigo de nuevo en el asiento.

hehehehe... ¿alguien me puede traer un poco de agua?... digo mientras entorno mis enrojecidos y agotados ojos y apoyo mi cabeza en el hombro del compañero que esté sentado a mi lado.

¿ir a buscar al cocinero...? mmm... ¿Mejor luego? necesito echar una cabezadita... no he dormido desde hace casi 2 días.

 Bronas casi se lanzó encima de la sopa, con un corpachón como el suyo era evidente que el guerrero estaba acostumbrado a deborar copisoso banquetes. En cualquier caso terminó pronto con su comida, más o menos cuando llegó el tal capitán Boris para exponer el trabajo. Sean habló rápido para animar al grupo con el trabajo, el norteño bufó.

 - Como ya dije no es la peligrosidad o lo aburrido de un trabajo lo que me jode, sinó la arrogancia y la forma de tratarlo.- El guerrero se mantiene en sus treces.

A Jan no le complace demasiado la comida que le han servido pero cosas peores ha comido, y no hace ascos a la hora de zampar. Bebe cerveza con mesura, y muestra unos corrector modales a la hora de comer y beber, aunque no se muestra molesto por los comportamientos de los demás, despues de todo no es la primera vez que come rodeado de heridos de guerra hambrientos.

Al escuchar al capitan y al clerigo dice:

- Bueno, supongo que podriamos meternos en el embrollo ese, aunque realmente no entienda muy bien el porque...

En la balanza de Jan, no encuentra explicación del porque debe tomar partido hacia un lado, en este caso el porque debe ayudar en este caso, aunque parece ser que es más una obligación que un deber y esto no le hace estar del todo satisfecho con la postura de su maestro.

Poca atención pone el elfo a las palabras del capitán, apenas reconoció que vino, dio un par de instrucciones y luego se marchó.
Su cabeza estaba centrada en el suculento plato de sopa que había llegado a la mesa y en la jarra de cerveza que había traido el tabernero Por los diosesque esta sopa está deliciosa, de qué estará hecha..... y la cerveza, ahhhh que delicia hacía mucho que no bebía y mi garganta ya pedía cerveza....

La forma de tragar su sopa espantaba hasta el mismo bárbaro, sorbos muy sonoros, derrames en la mesa y ropa, eructos titanicos.... finalmente cuando había terminado su plato, se dirige al resto del grupo, en especial al clérigo Sean:

-Ahhhh estuvo buenisima la sopa cierto??.... en fin, que ha dicho el capitán?, creo haber escuchado cocinero a las afueras y escoltar...... pues yo me apunto, lástima que no recibiré una moneda de cobre, pero al menos no pasaré mas tiempo en la cárcel...
Anciano... -Se dirige irreverentemente Sean connery, aún relamiendose la boca- ... donde empezamos?

 Escucho con atención lo que dicen todos mientras degusto la sopa y la cerveza con toda tranquilidad, modales y elegancia. Voy mirando a cada uno de mis compañeros con una sonrisa de oreja a oreja, estaba muy feliz y eso se notaba! cuando habló el capitán, puse mucha atención en sus palabras y cuando terminó asentí. Escuché lo que dijeron todos y solo unas palabras salieron de mi boca: ¿cuando partimos?

Tharas asentía con la cabeza, con una sonrisa en la boca ante los comentarios de su padre y de Sean, amigo de su padre. Había oído inumerables veces relatos de las aventuras de su padre y su grupo de amigos. Sin duda estos relatos habían hecho mella en la imaginación del joven elfo, quien ardía en deseos de ir en busca de aventuras como hizo en su tiempo su padre.

Al entrar el capitán, Tharas le hizo un sitio en la mesa. Al acerlo, se quedó más cerca de la joven Zenobia. Al mirarla, vio una debil sonrisa en su rostro que le hacía aun más bonita. Pero sus ojos delataban el por qué de esta sonrisa. La cerveza había hecho mella en la más que aparentemente "inexperta bebedora", haciendo los habituales estragos. El elfo sonrió aun con más ganas. Mientras el capitán les contó cual debía ser su primera misión.

Al terminar escucharlo, la mujer intentó levantarse y lo único que consiguió fue ir a parar al hombro de Tharas, quien, abriéndo los ojos enórmemente dijo.- ¿Una chica tan pulcra y fina ha dicho "tengo que ir a orinar? y ¿tienes sed de agua? beber agua y mear... no casan mucho.- Dijo sonriente el explorador mientras incorporaba a la mujer, pasándole uno de sus brazos por detrás de la cabeza del elfo, ayudándola a incorporarse.- Si no os parece mal, subo a dejar esta bella dama en su cama y vuelvo para concretar el cuándo y el dónde.

Dicho esto Tharas se dirigió con la joven a ala barra y le dijo al posadero.- Por favor ¿me puede dar una habitación individual para mi amiga? Necesita acostarse de inmediato.- Dijo educadamente el elfo.

 El guerrero se acomoda en la silla dando a entender que no tenía prisa de ningún tipo en mover un solo dedo. Su rostro era algo muy parecido a una mueca de mala leche, y no parecía estar cómodo con los presentes, a los que miraba con cierto desden, salvo a Sean Conery, por algún extraño motivo.

 - Pues espero que os vaya bien el paseo para ver al cocinero, mientrastanto yo espero estar durmiendo a pierna suelta.- cuando da sus buenos deseos, se adivina una fuerte carga irónica.

no puedo evitar contener una debil risilla al escuchar al elfo Tharas.
No pienso quedarme en esta posada. Ni en este pueblo. Esta lleno de misoginos supersticiosos. No necesito una habitacion. Tampoco tendria con que pagarla. Prefiero una buena sombra bajo un arbol en una verde pradera. Pero si que deberia visitar el servicio. digo zafandome de elfo para acudir apoyandome en la pared hasta el excusado.

Regreso apoyandome en la pared con un excelente humor y algo mas despejada tras haberme lavado la cara con el agua del pozo, y me dejo caer nuevamente en el banco al lado del hombreton llamado Bronas, a quien susurro unas palabras tras haber escuchado sus argumentos, que no sabria muy bien explicar por que me parecen muy graciosos. Por los efectos de la cerveza en mi estomago vacio,

siempre podrias venir hasta donde esta el cocinero y no mover un dedo para cumplir las ordenes del capitan, y alejarte para siempre de la infame justicia que impera en estos lugares. Yo al menos tampoco pienso regresar porque ese estupido militar buscaria cualquier otro chantaje para esclavizarme a cambio de no quemarme viva.

- Mucha razón llevan sus palabras joven. - Menciona con respecto a lo último que dijo Zenobia. - Bronas, deberías ir con ellos y sacarte este peso de encima, es mejor que estar todo el tiempo fijándose atrás y durmiendo con un solo ojo, hazle caso a este viejo que ya ha vivido mucho y recorrido otro tanto. - Mira al posadero y le hace un gesto simple. - Bueno, ahora les recomiendo a todos acostarse aquí por esta noche, nada les pasará y no les vendría mal, después de todo ya llevan mucho tiempo sin poder pegar el ojo como corresponde. Mañana vayan a cumplir con la misión y a la noche ya estarán de nuevo aquí. - Los palmea un poco al levantarse a los que tiene al lado y se va afuera para estirar las piernas, tratando de quitarse con un poco de movimiento esa molestia que lleva en la espalda.

cuando el clerigo se ha ido vuelvo a hablar
jno me ha entendido. ¿Mañana? Mmmm... vuelvo a apoyar la cabeza en el hombro de tharas y cierro mis agotados ojos
Mañana no pienso volver, con o sin cocinero. Si ni siquiera se donde vive. Aunque, pobre hombre, quizas necesite nuestra ayuda. añado, somnolienta y agotada

Al levantarse con la joven, esta desecha la idea del elfo de llevarla a una habitación para que descanse. Encogiéndose de hombros, el elfo mira como Zenobia se dirige al servicio fuera del establecimiento. Sin que ella se dé cuenta, la sigue en la distancia. No sería la primera vez que Tharas ve como unos hombres (ya sean labradores, guardias o sacerdotes) abusan de una joven que, perjudicada, sale a tomar el aire. Cuando ve que sale y se lava la cara, se escurre nuevamente dentro de la taberna y se sienta como si no hubiera pasado nada.

Cuando llega nuevamente la muchacha, el elfo se rie. Mira a sus compañeros y le contesta a Gigantesco guerrero.- Pues la verdad es que si ayudamos al cocinero quizás nos pueda agasajar con una de sus tremendas comidas.. solo por ayudarlo.- Comenta divertido.

Al momento se marcha Sean de quien se despide afablemente. Tras esto, Zenobia vuelve a apoyar la cabeza sobre su hombro. Se la notaba agotada, cosa que a Tharas le hacía gracia. Se imaginaba la cara que tendría la joven mañana cuando la resaca se apoderara de su cabeza.- No tienes porque volver si no quieres, pero si nos acompañas, te pago la habitación.. para ti sola, por supuesto.- Comentó el elfo para asegurarse de dos cosas: que la mujer les acompañara mañana, ya que ella había sido la causante de este embrollo; y para que durmiera tranquila en una cama y no en "una buena sombra bajo un árbol en una verde pradera".