Partida Rol por web

Sean te mira extrañado ante tus preguntas, no sabía nada de ciertas joyas y cuando las mencionas, las observa por un momento. - Son objetos mágicos, pero no pertenecen para nada a la profecía, uno con diversas aventuras y muchísimo esmero podría conseguirlos. - Dejándolos en la bolsa nuevamente. - El pueblo quizás con esto pueda pagar parte de los daños causados por este desquiciado hechizero. -

Hace una leve pausa y preosigue respondiéndote. - Con respecto a la profecía no se nada más de lo que te dije, hay gente seguro que tiene más conocimientos que los que aquí estamos para apagar tus preguntas. Un viejo clérigo de Tyr, un erúdito, eh... no me acuerdo ahora su nombre, pero todos en Aguas Profundas lo conocen. Ese podría ser un buen comienzo. - Mira a Andolyn que ahora está sentada, con la mirada perdida como la ha estado desde hace ya mucho tiempo.

El grupo va a la posada donde los que tenían sus pertenencias allí las toman. La posada es ahora una improvisada sala de cuidados y la gente entra y sale. Nadie les presta atención dada la situación y parece que podrían salir sin ser notados incluso.

Las preguntas no habían sido contestadas, una situación que de seguro sobrepasa al grupo o eso es lo que piensan les cayó encima y no saben muy bien que hacer. ¿Hacia donde ir? ¿Qué hacer? ¿Qué no? ¿La gente que uno pudiera cruzar en el camino sería confiable o todos podrían ser potenciales informadores del lugar de donde viene Zenobia y que está tras sus pasos? ¿Con qué dinero financiar esta campaña que piensan emprender hacia un destino incierto? Pero sobre todo en estos momentos, las preguntas sobre la profecía eran la mayoría.

Tharas asiente y luego se acerca a Andolyn y se agacha. Tocándole un poco el hombro le dice cuando ésta le mira.- ¿Sabes algo más?- pregunta el elfo-. Por favor no dejéis sin decirnos nada que sepáis, pues, por poco que sea o parezca nos puede ser de gran ayuda- rogó Tharas a la maga.

Frunzo el ceño y comienzo a pensar un poco, en los recuerdos de los acontecimientos recientemente ocurridos. Empiezo a recapacitar situaciones recordando que Tharas parecía el que mas insistió sobre Andolyn  acerca de que la asustaba tanto.

Será mejor ir a buscar a Tharas, repasando un poco, creo que el a podido ser unos de los que escucharon  la profecía.
¿Usted que opina señorita Zenobia?

La mujer sigue encimismada en sus pensamientos y cavilaciones. El clérigo ve que tus intenciones son buenas, pero que ahora nada se puede obtener de la hechizera. - Se que tus dudas son grandes y justificadas mi buen Tharas, pero en estos momentos parece ser que nada nos dirá, yo veré de ocuparme de recavar toda la información que pueda obtener y veré como hacérselas llegar a ustedes. Ve con Zenobia y cuida de ella, es vital que nada le pase. Confío en ti y el resto del grupo que han armado. - Te palmea como consuelo y también en señal de despedida. - Buena suerte y que el destino nos vuelva a cruzar a todos de la mejor forma. -

Tharas se levanta al sentir el contacto del clérigo. Volviéndose hacia él, le miró con respeto mientras le decía.- Te lo agradezco- comenzó a decir-, como ya he comentado es vital que sepamos todo lo que podamos sobre esta profecía... no podemos viajar a ciegas y ver lo que nos sudece- comentó.

Se acercó a la mesa donde estaban los objetos y mirándolos le preguntó a las autoridades que allí se encontraban.- ¿Podrímos usarlos en nuestra búsqueda... quizás nos sirvan de ayuda- comentó a las personas que estaban en la estancia.

Luego se dirigió hacia la puerta y antes de salir, le dijo a Sean.- Espero tus nuevas con ansia- y tras decir esto salió por la puerta.

El elfo salió de las dependencias de la guardia del pueblo y se fue directo a la posada, donde había dejado sus pertenencias. Suponía que allí se encontraría con los demás... y que aun no se hubieran marchado.

Entró en la posada y allí vio a sus compañeros.- Bien, no he conseguido mucho más de lo queya sabíamos... - miró a Zenobia y levantando una mano le dijo-. No te preocupes que de camino te cuento lo que sé, que es lo mismo que lo que nos... bueno, me han contado.- Dijo-. De momento sé que nos debemos dirigir a Aguas Profundas. Sean me ha dicho que allí hay un viejo clérigo de Tyr, un erúdito de cuyo nombre no se auerda, que sabe más obre el tema- les dijo a sus compañeros.

En cogieéndose de hombros les dijo.- Algo es algo- terminó diciendo mientras subía a por sus cosas.

En un par de minutos bajó con todas sus pertenencias- ¿Nos vamos o tenéis que comprar algo, comida,... atuendos de viaje,...algo?- sugirió el elfo antes de partir.

Escucho a Tharas, mientras digo:

-Yo voy con lo puesto, y de dinero, ni una moneda de cobre, pero... -le doy codazos a Lignindor mientras le guiño el ojo y le comento- Ha dicho comprar ropa.

Por mi salgamos ya. Estaba bastante fastidiada por el hecho de que el santurrón no hubiera querido contarme nada directamente. Imaginaba que aún no se fiaba del todo de mi, de lo cual tampoco puedo culparle. Después de todo yo tampoco me fiaba de él.

Y así el grupo se despide de este pequeño lugar, los sentimientos que le producen a cada uno varía enormemente. Unos o una en especial odia este lugar y las autoridades o personas importantes que lo habitan. Otros no les afecta en lo más mínimo, solo es un lugar de paso y para eso fue hecho este lugar, un lugar de paso.

Ante ustedes el camino y su destino. ¿Qué les depara? Bueno, eso solo lo sabrán cuando lleguén a él.