Partida Rol por web

Al escuchar al elfo, me pongo a discurrir para mi.

Al parecer la chica es la que toma las decisiones, parece muy maja, seguro que nos acoge.

Sonrío a Zenobia sin decirle nada, esperando oír su veredicto.

Oh, vale.... no hay problema... respondí algo distraida. No quería parecer borde pero Carasapo me había intimidado bastante cuando afirmó que quería que le enseñara mi magia. Pero era pronto para juzgarle. Aún muy pronto. Era casi tan desconocido para mi como ese guardia Menthor, o el lascivo sacerdote que me regaló un grimorio, o el burdo capitán....

Perfecto, pues entonces todos de acuerdo….

Me levanto de la silla con un pequeño salto de entusiasmo, al ver que todo esta marchando sobre ruedas.

Parece ser que finalmente podre aprender algo de Zenobia, pero tendré que ir con cuidado, parece que mi aspecto y mis modales, la han asustado más de lo que pensaba.

Dirijo la mirada al elfo y comienzo a hablar de nuevo

Por cierto elfo, ¿cual es tu nombre?, creo no haberlo escuchado aun…

Tharas sonrío cuando Zenobia dió su conformidad. No quería hablar por nadie y menos por la muchacha. Debía tomar sus decisiones... aunque de momento estas fueran en conjunto.

Luego miró a Lignindor y con semblante afable le contestó.- Soy Tharas, un explorador local... amigo de la muchacha y del elfo que... que hemos tenido que llevar a la cama- comentó Tharas mirando nuevamente a Zenobia. No sé hasta que punto llegaba su relación, pero quería hacer notar a carasapo que estaba a su lado como amigo y que la ayudaría en todo lo que pudiese.

Después miró al guardia y le preguntó.- ¿Vale con lo que te hemos dicho o necesitas nuestras firmas o alguna cosa más?... ah, por cierto, necesitaríamos algo de dinero para pagar esto- terminó pidiendo el elfo al guardia señalando las biandas y las bebidas.

- No hace falta firmar nada y esta comida la pagaron una pareja que ya conocen. Los veré al atardecer para cuando todo esté listo y hasta entonces pueden ir por donde quieran. - Cortésmente el guardia se despide poniendo más énfasis en la siempre atractiva maga y se aleja por la puerta.

Escucho al guarda, y con una sonrisa, les digo a todos los componentes:

-Muy bien, pareja y carasapo, queréis que vayamos a disfrutar de esta tarde en la ciudad, o ¿esperamos a que comience nuestra tarea?, por cierto, ¿quién nos ha invitado a comer?

Mientras me rasco la nuca comento:

-Deberiamos darle las gracias.

- Supongo que será el cocinero y su amable mujer- comentó Tharas encogiéndose de hombros y volviendo a su plato de comida. Tras engullir lo comido, dijo.- Cuando acabe esto, si quieres podemos ir a dar una vuelta por la plaza a ver los puestos que hay- contestó a Kilder. Y tras decir ésto siguió con su comida.

Mi libro de hechizos aún no estaba terminado, pero nunca se sabe cuando podría necesitarlo, así que rechacé la oferta. Tenía intención de pasarme unas cuantas horas transcribiendo runas y diagramas mágicos. Mientra snegaba con la cabeza dije a Tharas:

No debo dejarme ver mucho por el pueblo todavía. Creo que me quedaré descansando en mi habitación. Tengo mucho en que pensar.

El elfo asintió a la muchcha mientras le sonreía, a modo de aprobación. Sabía que los oriundos tadavía no veríancon buenos ojos a Zenobia, con lo que la idea tampoco era tan descabellada.

- Bien, pues iremos nosotros- comenzó a decir.- Luego vendremos a por ti y a por nuestro amigo Seledon antes de comenzar la tarea.

Dicho esto, se tomó de un trago el vino que le quedaba en la copa. Luego miró a los dos nuevos compañeros y les dijo.- Bien, si os parece,vayamos a dar una vuelta- propuso sonrientemente Tharas.

Me levanto del sitio, y doy unas palmadas.

-Perfecto, me encanta explorar y conocer nuevas cosas.

Demasiado tiempo encerrado.

-Tu vente también Carasapo, seguramente encontremos alguna diversión para todos, y así dejaremos a la chica con sus pensamientos.

Le agarro del brazo con una sonrisa, y comienzo a preguntarles:

-¿Y de dónde venís?, explicadme los paisajes que hay en vuestras tierras, me encantan todas las historias.

No me gustaba la idea de separarme de Zenobia, pero seria lo mejor, para ir ganándome la confianza de todos.
Intento zafarme un poco del brazo de  Kilder y le contesto:

Será mejor no distraernos con historias y centrarnos en la tarea, porque  aun no me ha quedado claro que debemos hacer.
Podrías informarme en que va a consistir nuestra encomienda Tharas?

No se yo si me voy a arrepentir de ir con estos dos, y alejarme de Zenobia, con lo mucho que me a costado encontrarla, pero me vendrá bien para conocer la zona

La tarde pasa rápido para todos, la sola idea de tener únicamente que pasear de un lado para el otro por parejas o solos en el evento les parece demasiado simple, una paga ganada por disfrutar de la alegría contagiosa del lugar y encima poder disfrutar del banquete que el cocinero les pasará en cada oportunidad que tengan de acercarse a la cocina dado que les tiene gran aprecio ahora (refiriéndome a Tharas, Sedelon y Zenobia). Las personas se van congregando en una gran carpa situada en el medio del pueblo para las personas importantes y una enorme cantidad de mesas dispuestas para el resto en los alrededores. Una batallón de mozos asiste dentro, mientras que las personas del pueblo hace las veces de meseros afuera. El cocinero dirige a un gran grupo de personas en la cocina y muestra un carácter estricto y que no deja lugar a dudas de que las cosas se tienen que hacer como él quiere. Algo muy distinto a lo que ha demostrado ser hasta ahora.

Lignindor quiere aprovechar cada momento para estar junto a Zenobia, pero al conocer a la mujer del cocinero ve que ella es hechizera y al parecer también es del lugar. Kilder se pasea de un lado al otro con su cortés modo de ser con los demás, siempre respetuoso y atento. Sedelon se encuentra un poco mejor ahora, los ojos les arden bastante, pero a pesar de ello su desenfreno por las buenas cosas no cede.

Comenzamos a pasear por la calle abajo hasta que nos encontramos con aquel panorama, lleno de gente con grandes mesas y mucha, mucha comida.

-Vayaaa, eso no se ve ni en las festividades de mi dios. ¿qué están festejando?

Saludando a todo el mundo que me cruzo por la calle, con ánimo de no ser descortés, encuentro a un grupo de niños, y me pongo a jugar un momento con ellos, hasta que veo que mis nuevos compañeros me dejan atrás:

-¡Hey chicos, no os olvidéis de mi!, y nuestra misión en que consistirá mas exactamente Tharas, aquí no parece que haya ningún peligro, todo el mundo está feliz y festejando. Sería horrible que alguien quisiese estropear esta fiesta. Y tu alegra esa cara Lignindor.

Tanta gente feliz, todos riendo y hablando unos con otros, todos con sus prejuicios, no saben apreciar a una persona por como es por dentro, no por su aspecto…puag….seguro que en cuanto se fijen en mi, apartaran la mirada…..

Intento taparme lo mas posible con mis ropajes, pues la idea de tanta gente mirándome no me gusta mucho, no tengo buenos recuerdo de estas situaciones

Al ver a la mujer del cocinero, algo me dice que ella es también una hechicera, quizás sea la que he estado buscando, o quizás no. También responde a lo que he estado buscando. Deberé estar atento para buscar un buen momento para intentar hablar con ella.

Escucho a Kild Kilderer, y le respondo con un vago balbuceo entre dientes inentendible.

Gasbda, alegrar la cara,asdnasd como se nota que no es como yo, iasnlbslfs

Curiosee por los puestos del mercado soñando con que me devolvieran mi dinero para poder adquirir algunas de las cosas que aquií se exhibían. Una capa de piel, algún vestido, unas botas, collares y pendientes de múltiples y variados diseños se agolpaban ante mis ojos. Sonreí imaginándome como me quedarían. Realmente allí de donde venía esta combinación de colores y diseños era impensable aunque el material era bastante mas humilde al que acostumbraba.

Observo a Zenobia como se queda embelesada ante los objetos y ropajes de las paradas, y se me ocurre una idea.

Agarro a Carasapo por el cuello con mi brazo para acercarme su oreja y susurrarle algo al oído.

-Oye, Carasapo, no he podido evitar la devoción que tienes con Zenobia, se ve que estás muy enamorado de ella. Tal y como los libros que he leído, y en alguno recuerdo, que si le haces regalos a las chicas, ellas pueden demostrar su afecto por ti de forma mas calurosa.

Tomo aire.

-Fíjate como mira todas esas alajas y ropas, yo creo que esta es tu oportunidad de demostrarle tu afecto.

Le digo todo esto guiñándole un ojo de forma exagerada.