Partida Rol por web

- Yo no voy a usar pistola. Tampoco se me da muy bien, y no me importa cargar con el barril de pólvora, al ser el mas grande, siempre me ha tocado cargar con más, asi que ya estoy acostumbrado. - dice mientras espera a ver si alguien se queja sobre la idea.

- Aparte yo con mi alfanje voy mas que servido.

Se hizo un sorteo, quedaban 2 armas, ya que una la poseía Novaresa, otra Thorge, otra Davy Jones y otra Brotoms (si mal no recuerdo):

Lanzaré 2d10. Los afortunados poseerán el arma:

1: Gonzalo de Zuñiga
2: Tony Thorge
3: Jaume Brotoms
4: Henrik
5: Roberth Van Thorenham
6: Davy Jones
7: Larisha Astarmin
8: Novaresa
9: Teresa
10: Starr

Ahora Novaresa poseía otra arma y Van Thorenham tenía arma también.

Escena nueva en BREVES.

Bueno, no le veo utilidad, para empezar apenas tenemos 7 balas por arma, siendo esto asi la polvora carece de peso relevante, poner una cosa en manos de uno y otra en manos de otros lo unico que haria seria entorpecer las cosas en caso de que hiciera falta su uso.
Bueno, haber si terminan ya de comer.

Novaresa, puedes tirarla al agua si quieres, pero te ha tocado.

Viendo la repartición de armas me quedo tranquila viendo como hay buenos tirados con ellas.

Mejor que ellos disparen y luchen, las damas no necesitamos hacer eso para acabar con un enemigo.

Lo que dice es que ya tiene una. La idea es repartirlas entre los que no tienen ninguna y quieren una :P

Gonzalo comienza a ponerse colorado a la vez que su vena de la frente se hincha notoriamente. Se queda mirando la cara de pasmo de Arthur durante unos segundos en los que se detiene el tiempo y sus miradas se encuentran. Entonces explota.

Su boca se abre y de su garganta nace una carcajada aguda y estridente que se difumina en gotitas claras y calientes. Se tapa la boca y se gira, intentando en vano ocultar las convulsiones jocosas que le sacuden. Entre risas, se oyen algunas palabras sueltas que caen junto con sus lágrimas entre las rocas. -Ésta si que es buena...

Se limpia las lágrimas entre suspiros. Levanta su dedo acusador, dispuesto a traspasar a alguien de nuevo.

-Este puto loro está embrujado. Ya lo veréis. Comienza a reirse de nuevo. -Cooooco. Imita al loro con bastante talento.

-No sufráis. Pone cara de circunstancias. -No sufras, Teresa. No tendré pistola pero sigo estando armado. Apenas consigue ocultar su sonrisa pero ésta se desvanece como el humo de un cañonazo.

Mira a Thorge coger la caja. "Sería gracioso que alguien nos la robase".

Sus ojos se tornan del color plomizo de las nubes que presagian tormenta. Templa la voz y mira a Thorge a los ojos. Al próximo que coja  la caja sin contar con el resto le rajo. Esta puta caja es de todos.

Se hace un silencio bastante incómodo. -Que yo sepa aquí no hay ladrones. Unos y otros se miran a los ojos. -Bueno, quizás haya alguno. Su voz se ha suavizado de nuevo. Sacude la cabeza. -Pero los ladrones no roban a los ladrones. Y menos cuando están perdidos en medio de una isla, joder.

Aquí ya no se postea señores.

Todos regresásteis a la playa. Parecía que habíais coincidido en tiempo de búsqueda, por un lado, y exploración, por el otro. El grupo de la comida regresó entre sus rocas con un matojo con 10 cocos, es decir, 10 raciones más. Coger cocos era una tarea sencilla y al parecer había suficientes en la isla como para sobrevivir varios meses... Asique la comida y el agua no iba a ser el mayor problema.

Os saludásteis. Al parecer teníais cosas que contaros. La noche, que había llegado, era fría, muy fria, y unas nubes esperaban a los piratas, a punto de descargar, y estar a la intemperie no parecía la más astuta de las ideas... No había mantas, ni camas, ni ropa de repuesto. Tan sólo utensilios dentro de la caja que había sobrevivido a vuestra dura embestida.

Antes de que pudiérais daros cuentas, las nubes se alborotaron. No llovía, más bien hacía calor seco, aunque hacía frio. En esos momentos numerosos rayos comenzaron a caer. Pudísteis observar, justo despues, cómo uno de esos rayos alcanzaba la punta del palo mayor del balandro que había naufragado.

¡¡Boom!!

Las astillas de la nave saltaron unos metros y comenzó a originarseun fuego que rápidamente se extendió por todo el barco. La humareda blanca pronto llegó a las nubes. Las explosiones en su interior se sucedían a medida que continuábais mirando el barco, pues el fuego del rayo había llegado seguramente a algúna bodega llena de pólvora...

Maldito barco.
Desde luego estaba maldito...
No habreis visto a Ekaitz,¿Verdad?
Digo con mirada interrogante.

¿Maldito? ¿Pero... qué ha pasado en ese barco? ¿qué había allí? ¿Tenía supervivientes?

Tras recuperarse del susto del rayo y la explosión Henrik se gira y asiente a las preguntas Elizabeth.
- Si, ¿qué ha pasado en ese barco?.

- Por cierto, a mi me pareció ver a tu loro, volando hacia la selva hace un momento. - le comenta a Novaresa.

Yo la verdad no llegue a entrar en el barco y andie ha dicho una palabra desde que entraron, pero.. oí un gruto espantoso y sus caras reflejaban algo de miedo.

Cuando el barco explota, Zúñiga comienza a reírse nerviosamente y da un par de palmadas y un brinco mirando hacia el barco. De repente, como es usual en él, muda su gesto y se queda serio mirando hacia el fuego y el humo. Se persigna con gesto grave.

-Descanse en paz.

Sonríe con alegría al ver el racimo de cocos y después le presta atención a sus compañeros. Sin duda parece estar más perturbado de lo normal, como si alguien lo hubiera tensado demasiado.

-Ese barco estaba maldito...se olía en la madera vieja de cada cuaderna. Bueno, a decir verdad...había un...Traga saliva y su rostro se vuelve ceniciento. Ya no está bromeando. -Había un hombre moribundo golpeando una viga con un trozo de metal. Baja la cabeza y se queda mirando los guijarros. -Nos dijo que habían matado a un negro...y que habían sido maldecidos, justo antes de morir. Su voz se acelera. -Estaba demacrado, atrapado bajo una viga. Lívido, pálido, blanco. Gritó lo del negro y después murió.

-El barco estaba maldito. Se gira hacia las volutas de humo que ascienden perezosamente hasta las nubes. -Es mejor así.

¿Un negro...? ¿un barco maldito? ¿De qué diantres hablas?

Guarden el ron por favor...

Tiene razon, ese barco estaba maldito.
¿porque creeis que huyo Ekaitz?
Miro en direccion a las llamas.
No sabeis lo que hemos visto, no es algo que pueda describirse, aquello no era un hombre...

- Bueno hablando de cosas malditas... - carraspea - Nosotros encontramos un... una... - en este punto no sane como describirlo - .. una bestia que nadie de nosotros habíamos visto antes.
Su cara de asco y de asombro delata que algo raro vieron en la selva.
- Una especie de.. ¿monstruo? Colgaba muerto de un árbol.

-Un monstruo. Un trueno hace retumbar el cielo. Entorna los ojos. -¿Qué clase de monstruo? ¿Cómo era? Comienza a caminar de un lado a otro, cerca de Henrik. -¿Me estás diciendo que debo embarcar otra vez en el bote? Se frota las manos con nerviosismo.

-Por Dios, ¿dónde demonios hemos acabado? Mira a Henrik a los ojos. -Estaba colgado...¿Parecía que alguien le hubiera matado?

- Era una especie de... perro... con cuernos.. pero también parecía un felino.. era una aberración. - dice aún sin saber situarse. Lo suyo eran las peleas de taberna y mantener tensas las cuerdas en las maniobras de las naves, no examinar cosas extrañas en una isla.

- Lo encontramos atado a un arbol.. colgando. Sin duda alguien lo dejo ahí. - dice algo preocupado.