Partida Rol por web

Continuais camino, avisados por los cazadores de la presencia de un gigante, hacia las tierras del Señor de Etroine.

 Continuais una senda cercana a un río de montaña, estrecho y rápido.

Finalmente llegais a una pequeña ciudad con una empalizada de madera y una pequeña torre de piedra en su interior.

Al acercaros, suena una campana y varios guardias armados se asoman a la empalizada.

Uno de ellos se dirige a vosotros.

- ¿Quienes sois? ¡Responded!

- Sir Nerovens de la Tabla Redonda. Abrid el portón, venimos a hablar con vuestro señor.

El hombre que os habla, responde con altiva pero sin resultar agresivo.

- Os saludo Sir Nerovens. Soy Lord Grovis, señor de Etroine. Nos os conozco, no soy vasallo del Rey Arturo ni rindo pleitesía a los caballeros de la Tabla Redonda. Tampoco tengo cuentas pendientes con ellos. Decidme pues, caballero, que deseais.

Varios hombres aparecen en almenas, sin empuñar arcos, pero reforzando vuestra inferioridad numerica.

Sir Delivant decidió no intervenir pues su amigo Nerovens había comenzado la conversación con los del castillo y estos se referían a él.

Aun así, el caballero se fijó en que cada vez más guardias se habían acecado para ver lo que pasaba y ayudar si ocurría algo malo. Sin embargo, el caballero de la mesa redonda estaba tranquilo. Los años que atesoraba y las vivencias que había sufrido le hacían tener un temple especial.

Galadorm, se queda impasible ante los acontecimientos en los que se hallaba, dejó que Nerovens hablara, pues fue él quien lo empezó, mientras tanto echa una ojeada a las murallas

Viendo que Nerovens se callaba Delivant decidió tomar la palabra.

- Yo soy Sir Delivant, Conde de Ridictchan y Vizconde de Folkinham, Caballero de la Mesa Redonda, mano izquierda de Arturo mi Rey, al cual le debo leatad más allá de los códigos y las medidas- se presentó Delivant-. No venimos a crear problemas, Lord Grovis, señor de Etroine. Simplemente nos han advertido de la existencia de un gigante por las cercanías. Un gigante que está sembrando el terror en los aldeanos cercanos- dijo el caballero-. ¿Sabéis algo de esto? Es posible que podamos prestaros nuestra ayuda y tenéis a bien de contarnos más a cerca del mismo.

Tras esto esperó a que Lord Grovis les contestara.

Lord Groiver responde meneando la cabeza.

- Disculpadme Sir Delivant. Aciago es el día en el que nobles caballeros acuden a nosotros y los tratamos con tan escasa hospitalidad. Pasad y disfrutad de unas viandas en mi casa. Hablaremos.

Tras permitiros el paso, observais como el equipo de los guardias es bastante pobre y de baja calidad.

Habilitan la casa de huéspedes para vosotros y allí preparan un pequeño banquete. Pollo guisado, sopas,  queso, ... regado con buen vino.

A la mesa os acompañan Lord Gloiver y su hija.

- Decidme extranjeros ¿Que os trae hasta aquí para cazar al gigante? Sus dominios estan en las ruinas del páramo de  Rombold, a unas diez leguas al sur.

Una vez ante la mesa y haber compartido su comida y su bebida empiezo ha hablar.

- La verdad noble señor, es que venimos a pedir su ayuda para un asunto de vital importancia. Igualmente podríamos ayudarle a usted con sus problemas.

Espero a ver la respuesta física del hombre antes de continuar.

(Lord Grovis).

- Contadme más ¿Que clase de ayuda necesitais de mí, nobles caballeros?

- Pues en realidad es algo trivial- dijo Delivant con tono serio yvoz firme-. Hemos de luchar en las tierras del más allá, en defensa del santo grial- el caballero espera a que estas palabras las digiera el Lord con detenimiento y luego prosigue-. Por hazres del destino durante nuestro viaje, al cruzar un puente aparecimos en el otro lado, reino de las adas, elfos y demás crituras. Y al llegar al castillo del Rey Pescador, lo estaban asediando unas critauras  (ahora no me acuerdo como se llamaban) infernales.

- Logramos acceder al castillo y pudimos ver el Santo Grial. Pero las fuerzas reunidas fuera son muy poderosas y no podíamos cambatir con ellas pudiendo perder estanda en juego el Grial. Así que estamos buscando entre los mortales de este mundo personas determinadas, fuertes y valerosas que nos ayuden a salvar al Rey Pescador y el Grial.

- Lo peor es que el Rey nos aseguró que si caía su morada, caería lugo toda Bretaña. Por todo ello estamos buscando gente con nos ayude en esta empresa- explicó Delivant.

- De todas formas sabemos que cada uno tiene sus propios problemas, aí que si solucionamos los problemas que tengan... como es el caso de vuestro gigante, tal vez estén más decididos a ayudarnos- terminó diciendo el caballero.

Lord Grovis carraspea.

- Si todo lo que decís tan despreocupadamente es cierto, os apoyaremos. Sin bien no es menos cierto que si acabaseis con ese gigante, podría dedicar a todos mis hombres a la batalla del Castillo del Grial.

- Mi Lord, si bien vos nos ayudaréis en nuestra empresa, tened por seguro que nosotros tres haremos lo que podamos en la suya- dijo Delivant.

- Mañana mismo iremos a por el gigante y os traeremos su cabeza como trofeo. Luego, en Pentecsotes, libraremos la myor y más decisiva batalla que el bien libre contra el mal en las tierras del otro lado para la salvación de Bretaña y de todo el mundo- Sentenció Delivant enchido por la incólume empresa que estaba en sus manos y en las de sus amigos.

Tras la cena descansais en la casa de invitados y al dia siguiente os poneis en marcha hacia el páramo, tras despediros de Lord Grovis y su hija Isabel.

Avanzais varios kilómetros en dirección sur y os encontrais con numerosos restos de dolmenes y menhires que este era antaño un lugar sagrado.