Partida Rol por web

Año de Nuestro Señor 523, 1 de Mayo.

Cerca de Camelot.

Volveis a vuestras tierras, ya más de noche que de tarde, tras presentaros en la corte de Arturo como cada Pentecostes, para compartir noticias.

Meditais sobre los hechos más relevantes que os han comentado allí.

• Los hijos de Brastias estan rozando la insurrección contra el Rey. La mano de Arturo se ve refrenada por el amor que sentía hacía el padre.
• Uwain, Gawain y Marhaut son aceptados en la corte, habíando llegado noticias de sus hazañas en el norte, combatiendo a gigantes y otras criaturas temibles.

Mientras comentais entre vosotros estos eventos, os encontrais a cincuentra metros del camino con unas muchas llorando al lado de un lago, sollozando sobre un sepulcro de piedra.

Delivant, acompañados de su primo Garadorm y su amigo Nerovens, cabalgaba hacia casa después de reunirse con Arturo, cuando en el camino se cruzan con unas muchachas que lloran una tumba. El caballero, viendo la escena, detiene su montura y bajándose de la misma llega a la altura de las mujeres y se santigua.

- ¿Quién reposa en esta tumba por quien tanto lloráis?- pregunta el caballero mirando la tumba por si ve algún indicio que le lleve a saber quien es el que está dentro de ella.

Al acercaros a ellos, observais con cierto temor como sus figuras son traslúcidas.

- Somos las hadas ... pero antes eramos de carne y hueso, hijas de un gran caballero. Tal es la pena que nos ha caído encima, que hemos jurado no poder vivir sin nuestro padre. ¡Padre que ha sido asesinado! ¡Jurad que los vengareis como nobles caballeros que sois! Riquezas, tierras y nuestra mano una vez liberadas de la maldición que nos aflige ... todo será vuestro.

¡Juradlo por vuestro honor de caballeros!

Las tres bellas féminas rompen a llorar nuevamente sobre el sepulcro.

Habiendo salido de la corte de Arturo, junto a mis compañeros caminamos por las tierras anexas a Camelot. Cuando Sir Delivant para la marcha, parece que unas figuras estan llorando sobre una tumba. Al estar mas cerca oimos sus peticiones y como buenas leyes de la caballería que juré, no puedo mas que responder.

- Siempre que lo que hagamos no sea injusto, ni valla contra nuestro rey, nuestros hermanos de armas o sea deshonroso juro llevar por mi honor a su asesino ante la justicia.

Una de las figuras traslúcidas se acerca a Sir Nerovens. Su belleza es extrañamente éterea y a la vez muy terrenal.

- Mi señor, no sé quien o quienes han sido los asesinos. Pero sabed que no fue en buena lid, si no asaltandole en un camino. Y mi padre era miembro de la Tabla Redonda. Más no os puedo decir, pues no lo sé.

Delivant asiente ante las sabias y certeras palabras de Nerovens, pues él pensaba lo mismo. Pero al escuchar las palabras de la mujer eterea, la miró fijamente y le preguntó.- ¿Quien era vuestro padre que pertenecía a la mesa redonda de Arturo, a igual que nosotros?

Las lágrimas recorren la tersa y eterea tez de la joven.

- Un gran caballero. Un amigo vuestro. Más no os lo diré hasta que prometais por vuestro honor que cuando sepais quienes son les deis muerte. Más no deseamos que sea por amor a nuestro padre o a su renombre que prometais vengar esta afrenta con sangre, si no por amor a una causa justa. Hasta que no hayais prometido, uno o todos o ninguno, no os diremos su no nombre.

Delivant alzó una mano cmo queriendo detener el monólogo de la joven eterea.- Aseguráis mucho la inocencia de esta persona... y no lo pongo en duda. Pero no sé ni quien es ni los hechos que acaecieron ni cuales fueron los criminales. Y no puedo jurar en vano por algo que desconozco- dijo el caballero muy seriamente.

- Lo que sí os puedo prometer es que si nos decís quiénes son los culpables de tal horrible crimen y a quién se lo hicieron, haré lo que esté en mi mano para que sean llevados a jucio justo. Y si son condenados por sus actos puede ser que paguen con sagre por sus actos- aseveró Delivant a las damas.

Una de las damas etereas responde:

- No pongo en duda que vos Sir Delivant impartereis justicia. Y esta afrenta solo puede lavarse con sangre. ¿Y los demás? ¿Que decís?

- Si decis que no fue en justa lid y que parecio mas un asesinato que un combate....entonces podeis contad conmigo. En ese caso fuese un compañero de la tabla redodnda o no su asesinato sería vengado.

Una de las damas asiente con agradecimiento ante las palabras de Nerovens y junto a sus hermanas, se vuelven esperando la respuesta de Galadorm.

Sir Galadrom habia permanecido callado y pensativo, se miraba constantemente las heridas sufridas, ya cicatrizadas, de sus anteriores combates, cuando unos sollozos y unas bellas palabras le sacaron de su mundo. 

Alli ante él habia unas damas, de las mas bellas que habia visto en su larga vida, pero tenian un aspecto diferente. Vé como su primo y Nerovens bajan del caballo y se dirijen ante ellas, hablan de un asesinato de un padre de su mano de un caballero de la tabla redonda de una promesa. Se decide a bajar del caballo y se acerca hacia  las dama- Yo, Sir Galadrom del Ciervo Blanco, prometo ante vosotras que daremos caza al ser que mató a vuestro Padre, pero no le daremos muerte, pues eso es un trabajo de Dios, decidir quien vive y quien muere. Será llevado ante la corte del Rey Arturo y tendrá un juicio justo, si es preciso yo seré el juez, Bellas señoras es lo maximo que yo puedo prometer, si os vale, contar con mi espada

Las damas parecen dar por válidas vuestras palabras. Se retirán y durante unos instantes parece que llega a verse  el interior del sepulcro, revelando el cuerpo del Rey Pellinor cazador de la Bestia Aulladora y unos de los más importantes campeones en la guerra para que Arturo se declarase Alto Rey, acabando el mismo con el Rey Lot.

Las damas y el sepulcro desaparecen misteriosamente.

Llegais a vuestras tierras y al cabo de unos días os llegan rumores de que Pellinore ha sido hallado muerto en un camino emboscado probablemente por varios hombre. Sus hijas al parecer han enloquecido de dolor y han desaparecido. Muchos creen que se han suicidado.

La sangre le hierve a Neorvens al saber que el noble Pellinore, protagonista de incontables gestas muere a traición y sin un combate justo.

- ¡¡Pellinor!! ¡¡NO, ÉL NO!!- gritó Delivant al enterarse de la muerte del rey y amigo.

Luego al conocer dónde lo habían encontrado, el caballero de la mesa redonda se quedó paralizado acordándose de las damas a las que se habían encontrado de regreso a casa.

- ¿Será posible que...?- Delivant enmudeció, pensando en las coincidencias y las posibles repercusiones que tenía los sus votos.

Abandonando tales pensamientos, el caballero se giró, miró a su hijo mayor, a quien tenía por escudero y le dijo.- Ordena que me ensillen los caballos, tenemos que partir de inmediato. He de ir a hablar con Garadorm y Nerovens acerca de una promesa que exige justicia- Delivant no dijo más y partió con este cometido.

Galadrom al darse cuenta que era el mismisimo Pellinore, una pequeña lagrima recorrió su mejilla-Que hayá donde estes, querido pellinore encuentres a tu bestia aulladora, yo prometo que daré caza a los seres causantes de que no puedas seguir en busca de la bestia aullodora-Reza para sí mientras ve como su primo entra por la puerta