Partida Rol por web

  Aquel extraño escucho con atención las palabras de Zafira mientras se acercaba a ella tranquilamente, dedicándola una cortes sonrisa. Cuando esta terminó paso a responderla amistosamente. -Comprendo, pues en ese caso máratulda Saduj órenyallo. Nai cala hendelyato laituva i hendenyat- Al parecer sus destrezas no solo se limitaban a las apuestas y las peleas, pues de seguido logró responderla en élfico de la mejor manera que pudo dándola la bienvenida de manera cortés y dirigiéndola un breve piropo sin dejar escapar la oportunidad. Sin embargo poco después los ojos del trilero pasaron a mirar a alguien fuera de su campo de visión en dirección a la entrada por la que acababan de entrar sus compañeros.

 -Oh vaya, parece que uno de vuestros guardaespaldas ha venido en vuestra ayuda, aunque si se trata de vuestro amigo el enano quizás sea algo menudo.- Desconociendo como sería recibida la broma el hombre se detuvo a apenas un metro de distancia de la pareja para dirigir un educado saludo al gnomo que acababa de entrar en escena. -Supongo que vos tampoco sois de por aquí ¿Cierto amigo? ¿Os apetecería participar en un sencillo juego de azar?-

  La pareja prosiguió con su festín. El enano parecía más que satisfecho de poder llenarse la barriga del estofado de jugoso cabrito y una cerveza más que aceptable para no ser enana. Aldar por el contrario seguía algo más pendiente de lo que pudiera ocurrir por los alrededores, pero eso no implicaba que fuera a dejar pasar la oportunidad de disfrutar del pequeño anticipo de sus mecenas. Poco después de que el pequeño gnomo abandonase la escena una desconocida voz llegó de la calle, parecía hablar con sus dos compañeros restantes, aunque desde donde se encontraban no alcanzaban a distinguir nada de lo que decían aunque sin duda alguno el tono no era de disputa.

-El ataque tuvo lugar en las afueras de la comarca, aunque al ver que sus ataques eran provechosos, los orcos casi nos siguieron hasta las cercanías de Saduj, por suerte logramos escapar con vida gracias a...- La chica fue interrumpida repentinamente por el sonido de la puerta al abrirse, rápidamente cerro la boca y se puso en pie. Ambos tomaron una postura firme en espera de que lo que estaba a punto de suceder.

  Por la apertura que se formo no tardó en aparecer la anodina figura de Nimble siempre sonriente busco con la mirada a Sully, parecía que la espera al fin había terminado. -El señor Heinrich os espera dentro Jack. Por otra parte señorita Asdra, me temo que vos deberéis de seguir conmigo, no os preocupéis, los problemas con vuestro viaje ya han sido solventados.- Mientras hablaba pasó a sostener la puerta abierta para permitir el paso a Jack sin perder de vista a la joven, parecía no haber lugar para las preguntas por el momento.

   El cuarto estaba tan pobremente iluminado como de costumbre a excepción de la amplia mesa de trabajo. Una cantidad ingente de estanterías repletas de libros ocultaban las paredes de la habitación, aunque lo más interesante estaba justo de frente nada más cruzar la puerta. Sentado en su sillón, tras aquel escritorio Heinrich aguardaba.

  De alguna manera el aspecto de su patrón era todo lo opuesto al de su mano derecha, Nimble. Tenía una mirada más propia de un animal, feroz, cruel y despiadado, no medir las palabras ante alguien así podía dar como resultado una muerte prematura.

-Bien, supongo que te preguntarás por qué te he llamado, la principal razón se encuentra sobre la mesa cortesía de la desafortunada expedición de Longbert.- Era difícil entender si aquello último tenía tono sarcástico escuchándolo venir de aquella profunda de tono siempre severo y firme. A continuación, una mano enguantada paso sobre la mesa para detenerse sobre tres pequeños orbes coloridos, uno amarillo, otro rojo y un último violeta. -Estos objetos forman parte de la llave que abrirá la puerta que quiero que atravieses en tu próximo trabajo. Esto no se trata de un simple hurto, es algo bastante distinto, quiero que formes una expedición en dirección a la montaña del Colmillo Roto y que utilices esto para traerme un antiguo códice que allí se oculta. No me interesan los detalles de como lo logres pero hazlo y a cambio te pagaré generosamente del modo que escojas, incluso podrías ascender y llenar la vacante que ha quedado disponible recientemente.- No hacían falta muchas pistas para entender esa última parte, aunque Heinrich busco la manera de forzar a pensar sobre ello con una pausa prolongada. -En cualquier caso ¿Tienes alguna duda por el momento o continuamos con los detalles?-

El gnomo, con su copita de licor que toma un sorbo tras escuchar, sonrie ante el joven carismatico. Despus mira a Zafira, como contestandole la mirada.

Le agarra la mano sin la copa saludandolo rapidamente "Jejeje! Mucho gusto, Soy Avlin, un habilidoso y orgulloso GNOMO, joven romantico! Oh si, si, juegos de azar, haciamos varios de esos, en especial con sortilegos del arte magico, jejeje!" 

Y de repente, y con la misma sonrisa; le habla de costado susurradamente a la joven druida "Pasó algo importante? o anda ya en romances joven, Zafira?"

Aquella chica estaba a punto de revelarle una información que podía ser valiosa cuando Nimble les interrumpió.

En aquel mundo la información era poder y "Sully" era experto en obtenerla de una manera u otra.

Le dedicó a la chica una última mirada de despedida, en ese momento Jake no sabía hasta qué punto aquello era cierto, así que pasó por aquella puerta al encuentro de Heinrich.

Escuchó atentamente las palabras del líder y apenas pudo disimular una sonrisilla ante el velado destino de aquel desgraciado. 

Continúa con los detalles por favor.

Hasta el momento la recompensa le resultaba tentadora. Sólo con que Heinrich le debiera un sólo favor ya le merecía la pena correr el riesgo, cuanto más una oferta de seguir prosperando.

Ja ja, yo no recomendaría jugar con él Avlin.  Parece que las hadas de la fortuna le sonríen frecuentemente; acaba de despelucar a dos señores que salieron muy enojados. 

Y bueno, muy amable me dio la bienvenida al pueblo en élfico y todo, pero no le salió bien puesto no me dijo su nombre, jajjaj.  

Y claro, ahorita justo le iba a preguntar si conoce algo sobre las personas a los que ayudamos, indirectamente,  estoo... el Sr. Nimble y Lord Heindrich, creo que se llaman.

"Ujum! pensé habia pasado algo mas serio. Entraré a comer y a beber este licor... Los dejo con sus chismes y romances!"  haciendo una picara mirada y una sonrisa hacia atras mientras se va, volviendo al salon de la taberna...

Pues si mi joven tahur, ¿que me puede decir de nuestros posibles futuros clientes, el Sr. Nimble y Lord Heindrich?

-GLUG,Glug,glu..... AHHHH- ¡¡BURP!!, exclamo con fuerza y dejo plato y tarro vacíos, me toco la barriga con una mano en señal de satisfacción, limpio mis labios con mi barba y volteo hacia Aldar que parece satisfecho también: -¿Oye Al, que pasará allá afuera?... le hago una seña a la camarera y en cuanto mueve su ser hacia nosotros le digo: -Oye preciosa puedes decirle al tal Patrón Heinrich que estamos esperando la paga, le guiño el ojo haciéndole saber (o tratando de insinuar) que de sus acciones dependerá su propina...

Trato de comer silenciosamente, por costumbre. Es una tarea inútil, desde luego, dado que me encuentro en compañía de un enano, y de sobra es conocida su propensión a emitir todo tipo de ruidos mientras comen. Yo, en cambio, me he habituado a guardar silencio en el bosque, donde cualquier mínimo sonido puede alertar a toda clase de sabandijas y depredadores de mi presencia, algo que el buen Talaren me enseñó a evitar. Aquí no es necesario, obviamente, e incluso la incontinencia verbal del enano me causa cierta diversión.

No creo que nada importante. -Respondo a la pregunta de Balakar encogiéndome de hombros, mientras cojo la jarra de cerveza y me la acerco a los labios- Al menos, no parece que nadie se esté metiendo en líos que nos vayan a salpicar...

Bebo un buen trago, y el enano le da instrucciones a la tabernera. Observo la reacción de la mujer con una sonrisa, pero no digo nada al respecto. No creo que sea necesario, a estas alturas, avisar a Heinrich de nuestra presencia.

  Las afiladas facciones del anfitrión se tensaron por un momento antes de proseguir, parecía  que había caído en la cuenta de algo. -Bien, como ya te dije vas a necesitar un grupo para completar esta tarea y es posible que estos días ande escaso de personal así que me gustaría que aprovecháramos lo mejor posible las circunstancias. Al parecer Asdra no fue la única superviviente del grupo, otro puñado de mercenarios la siguieron hasta aquí pretendiendo que les pague por un trabajo que solo completaron a medias, sin embargo Nimble me ha dicho que desde su punto de vista podrían valer. Cuando salgas de aquí quiero que vayas a buscarlos a la entrada y les convenzas de que acepten este nuevo trabajo, les pagaré lo que pidan por ello, siempre que sea un precio razonable, mientras se muestren capaces, cuando estén listos tráelos a mi. Yo por mi parte encargaré que se os prepare el equipo necesario para partir antes de dos días. No conozco muy bien a los componentes del grupo pero puede que necesites a alguien externo que te apoye y sirva de músculo si las cosas se ponen feas, así que acércate al pozo más tarde, es posible que alguno de los luchadores merezca la pena.-

-Oh, pero por favor, no es necesario que se retire, mi pequeño amigo.- Dijo el trilero tratando de alcanzar con sus palabras a Avlin antes de que desapareciera de nuevo por la puerta. Al momento una pequeña mesita apareció en manos del joven que corrió a posarla frente a Zafira mientras tomaba un taburete de madera cercano para sentarse en él y sacaba un juego de cartas de uno de sus bolsillos para empezar a jugar a la par que tomaba asiento. -En fin, supongo que solos de nuevo, me alegra el haberos conocido precisamente hoy, por aquí todos me conocen como el Trilero Púrpura y ya que nunca fui criado por padres que me dieran un nombre mejor, así es como me llaman también. Me alegra igualmente que tengáis preguntas, pues eso ya da algo con lo que apostar y algo con lo que jugar. Aceptad mi proposición y si os gano me responderéis a mí, acertad y seré yo el que os responda.-

  Entre gases y demás sonidos de ingerir comida y cerveza a una velocidad demasiado elevada para ser sana, la puerta de la taberna volvió a abrirse para dejar entrar al pequeño Avlin con una ligera sonrisilla dibujada en el rostro. Parecía estar de una sola pieza tal cual estaba antes de haber desaparecido de la escena lo que calmo los ánimos de Aldar. Por su parte el enano parecía más centrado en comer, beber y, mucho más importante que todo eso, recoger la paga.

-Lo siento mi  fornido amigo, pero si Sully, Longbert y Nible fueron a hablar algo con él es muy posible que el asunto les pueda llevar un buen rato, así que mejor que os pongáis cómodos o encontréis algo con lo que matar el tiempo.- Parecía que esa parte de la escena efectivamente escapaba de su control ahora mismo, que harían entonces dependería de ellos.

Jajaj, no quiero acabar como aquellos hombres.  Prefiero un trato uno a uno, como comerciante.  Las apuestas no me van.  Usted me responde una pregunta, yo la otra y así.  El primero que se quiera detener, lo hace. ¿Le parece? 

Sully torció el gesto ante las expectativas de futuro que se le planteaban. Nunca había trabajado bien en equipo, solían causar demasiadas variables incontroladas y él era una persona que le gustaba tenerlo todo bajo control.

Aún así asintió con la cabeza. Se hará como desees.

En su mente ya le estaba dando vueltas a a todo lo que iría necesitando. Mapas del lugar, caballos, material de escalada y un montón de cosas necesarias para realizar una expedición a la montaña del Colmillo Roto. También tendría que informarse de los posibles peligros que allí podrían encontrarse. Ir bien preparado e informado aumentaría las posibilidades de volver con la misión realizada con éxito, y lo que es más importante... con vida.

Ya más tranquilo al ver aparecer a Alvin sin mayores contratiempos, escucho lo que dice la tabernera con cierta desidia. No me importan las esperas, aunque el ambiente urbano no es lo mío. Esperar en los campos es otra cosa, hay otro tipo de paisaje y detalles que observar.

Yo estoy cómodo aquí. -Digo sin darle importancia, mojando un poco de pan en la salsa de la carne guisada y llevándomelo a la boca, encogiéndome de hombros.