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Al otro lado, parece que llega la luz del sol, al avanzar, te encuentras con un cadáver tirado en medio del túnel. Tiene la cabeza atravesada por un virote de ballesta y no hay nada alrededor suyo. Es una primera vista parece ser un viejo, pero al pasar al lado, ves que se trataba de un gnomo, vestido con una túnica verde muy ceñida.
Sigues adelante.
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En cuanto asomas por la salida del túnel, la multitud que espera fuera empieza a rugir ruidosamente. Mientras te acostumbras a la luz del sol, ves que has salido fuera del laberinto.
¡Estás fuera!
Caminas al exterior.
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La numerosa multitud empieza a vitorear a Sorsha cuando esta baja por un camino, con su brazo roto en cabrestillo y cubierta de sangre. Baja por un camino flanqueado de gentes jubilosas en dirección a una pequeña tribuna, en donde está sentado bajo una sombrilla el Barón Sukumvit. Unos pasos más abajo, a los pies de la tribuna, están Rao y Valeria, también cubiertos de sangre, pero más o menos de una pieza.
Sukumvit te mira anonadado, claramente sorprendido de verte aparecer. Asombrado por que alguien hubiera sobrevivido al laberinto, aún no se había repuesto lo suficiente para dar por concluida esta edición. Y si bien ya habían salido Rao y Valeria, al quedar descalificados al sólo poder salir uno, esto te dejaba como la única persona de entre los participantes que aún estaba en liza, mal que le pese al barón, ya no puede desdecirse y echarse para atrás.
Mientras el barón se pone en pie, avanzas y te inclinas ante él y adviertes como sus fríos ojos te miran tratando de tomar una decisión. Al final se encoge levemente de hombros y te da la mano, ayudándote a levantarte.
De cara al ensordecedor rugido de la multitud, el Barón Sukumvit abre el cofre, que centellea con el brillo del oro.
- ¡Cómo habían salido dos participantes, parte del desafío estaba cumplido, pero tú no has incumplido las reglas. Si bien por esto, no se concederá la independencia, por ahora, a la provincia de Chian Mai, si se te concede el premio y se te proclama campeona de la Prueba de Campeones! -
A continuación, te ciñe una corona de laurel, te proclama vencedora de la Prueba de Campeones, y te hace entrega del premio. Diez mil doblones de oro.
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La luz del sol me cegó al salir al exterior y el rugido de cien mil almas gritando enfervorecidamente me dejó sorda. Me paré unos segundos y me restregué los ojos, esperando que mi vista se habituara al exterior. Andé despacio, no sabiendo muy bien qué hacer, solo seguí el camino que me llevaba hasta el estrado donde estaba el varón y dos de los aventureros. Me estaba mareando por la presión del gentío y al ver a Rao y Valeria allí de pie, no comprendía nada. Solo podía salir uno del laberinto, o eso era lo que se suponía. Avancé hasta quedar justo al lado del estrado y saludé cortésmente con una inclinación de cabeza al varón. Miré de soslayo a la pareja e hice el mismo gesto, reconociendo su valentía por haber salido con vida del laberinto. Cuando el varón habló y me proclamó vencedora, no me lo podía creer. ¡Había ganado! Y el cofre lleno de monedas era todo para mi. Podría regresar a mi aldea triunfante y ayudar a mis paisanos. Unas lágrimas resbalaron por mi mejilla, nublando mi mirada. ¡Cumpliría mi promesa!
Cuando la algarabía por la entrega del premio se acalló un poco, Valeria saludó a Sorsha llevándose dos dedos a una sien y luego moviéndolos hacia arriba, en un gesto de camaradería habitual en Arenas Negras.
Se acercó a la ganadora con una sonrisa felina, todavía de la mano del guerrero.
-¿Tú qué crees, Rao? ¿Deberíamos pedirle la mitad del premio? Al fin y al cabo, le hemos hecho la mitad del trabajo...
El tono de la ladrona, no obstante, dejaba claro que estaba bromeando. Era cierto que ellos habían matado al guardián de la puerta, habían encontrado las tres gemas-llave y habían resuelto la combinación que cerraba la salida, pero a pesar de ser los vencedores, habían renunciado al premio por algo que no se puede comprar con dinero. Y al hacerlo así, habían conseguido que los tres salieran libres y con vida del Laberinto Mortal. De lo contrario, dos de ellos habrían sido esclavizados de por vida por el Barón.
Val palmeó la espalda de la cazadora.
-Nah, disfruta de toda esa riqueza. Y un consejito de ladrona: no la exhibas demasiado, o no te durará.
Miró a Rao nuevamente, con una sonrisa pícara y un destello travieso en su ojo de plata.
-Bueno, y ahora tú y yo tenemos algo pendiente, ¿verdad, gatito?
Rao se aproximó a la ganadora junto a Valeria, divertido por lo extravagante de la situación.
- Nah, si tiene tantos hermanos como el último saqueador del desierto que conocí se le va a quedar en nada, dijo mientras felicitaba con un gesto de reconocimiento a la vencedora oficial de la prueba.
El dinero nunca había sido la motivación de Rao para entrar al Laberinto, si no que buscaba probarse a si mismo y a los demás que era el mejor guerrero de Allansia y, ahora que había perdido la recompensa, sentía una especie de alivio.
- Al menos todavía nos queda un rubí y algunas monedas de oro, lo suficiente para reservar la mejor habitación en la mejor posada de Fang, se volvió hacia Valeria, intentando consolar a la pelirroja mientras ponía las manos en su cintura.- Además de una historia increible para contarle a nuestros nietos.
Ante la pregunta de la ladrona el shaazariano sonrió y la atrajo hacia si mirándola a los ojos.
-Creo que nos habíamos quedado por aquí, dijo mientras ambos se fundían en un beso largo y prolongado, dejándose llevar por el deseo, sin tener que preocuparse esta vez para no ser sorprendidos por alguno de los monstruos del Laberinto.
Felicitaciones a Shorsha, ganadora oficial de la Prueba del Laberinto Mortal y gracias Txibi, Last Lenore, Felfo y Maesehector por una partida muy divertida, espero seguir coincidiendo por CU!!