Partida Rol por web

Vuelve a recargar y disparar, con la rapidez que sus dedos agiles le dan, mas otra vez la suerte esta del lado del Kobold que esquiva su virote...

-Estas lagartijas estan bendecidas hoy o yo no...+murmura, mientras da un paso y se coloca en diagonal, junto a Belriel+

El semielfo disparó su arco hacia el kóbold que había sido herido anteriormente por Velvet, la flecha salió disparada hasta dar su objetivo donde se escuchó un pequeño gruñido y un sonido sordo de algo cayendo, al semielfo no le dio tiempo a ver como dos criaturas se abalanzaban hacia él como fieras.

Mientras tanto sus compañeros se defendían como podían de las envestidas de sus adversarios, Velvet la gnomo ve como una de las criaturas se lanza a por ella, pero con tan mala suerte para el ser, que tropieza y apenas pude utilizar su lanza nada mas que para aguantarse y no caer de boca al suelo. Velvet distraída por el acontecimiento dispara su ballesta fallando un blanco relativamente fácil, mientras se acercaba a su amigo el enano.

Por su parte el enano abordado por dos de las pequeñas criaturas se veía en apuros y no conseguía golpear a ninguna de ellas, cada segundo que pasaba el enano parecía más enfurecido. Una de las criaturas lanza un ataque hacia él que logra parar con el hacha con gracia, parecía que había dejado un flanco libre que intentó aprovechar la otra criatura, pero el enano lo había previsto y puso el escudo, el ser no lo esperaba y eso hizo que con un torpe movimiento intentara un ataque desesperado, el cual acabó el tropezando y chocándose contra el escudo con toda la cabeza, parecía después del golpe algo desorientado.

El semielfo con su gran agilidad y después de haber recibido en un momento de distracción algunas heridas se defendía muy bien de los flojos ataques de los Kóbolds, sabía que tarde o temprano acabaría con esas horribles criaturas.

Sireon se había visto sorprendido por el furioso ataque de los kobolds que lo había dejado muy malherido. Pero con las heridas en caliente no había tenido mucha ocasión de hacerle flaquear, aunque si sobrevivía, en pocas horas sus nervios comenzarían a hacer cada vez mas patente e intenso el dolor.

Pero con sus compañeros en clara inferioridad numérica no tenía tiempo de intentar huir. Esos malditos hombres rata eran débiles pero su superioridad numérica los hacía peligrosos, y nos habían cogido prácticamente desprevenidos y separados.

No puede dejar de atacar o sus compañeros podrían pagarlo muy caro, incluso con sus vidas. Así, lejos de ponerse a la defensiva, lanza un flechazo a quemarropa contra uno de los inhumanos atacantes (el situado en 7,7), mientras intenta moverse, llegar hasta donde estaba el resto, al lado del fuego (8,9), donde su espalda estuviera cubierta. Pero con sus atacantes enrabietados no iba a ser tarea fácil. Nunca tan pocos metros le habían parecido tan peligrosos de recorrer.

Pronto recuerda una poción que había llegado a sus manos pocas semanas antes, y que podría hacerle recuperar de sus heridas. ¿Será necesario usarla tan al comienzo de nuestro viaje?

Sireon comienza  estirar la cuerda del arco preparado para lanzarla a una de las criaturas que tiene encima, momento que aprovechan estas para intentar atacarle  así evitar el posible proyectil, pero uno es muy lento y antes de que pueda levantar su lanza contra el semielfo este ya había disparado con precisión exquisita y le había atravesado la cabeza empujándolo unos metros atrás por la potencia del impacto. El otro ser aprovechando la situación y viendo un hueco en la defensa del semielfo intentó dañarle por ahí, pero el semielfo ágil como los de su raza élfica esquivó muy bien el ataque y pudo acercarse unos metros hacia sus compañeros.

Por otro lado la criatura que tenía encima Velvet lanza un certero golpe que acaba haciéndole una pequeña herida sin importancia en el brazo.

Belriel no podía golpear a esas pequeñas criaturas con su hacha, lo cual lo estaba frustrando bastante, esta vez batió su hacha con rabia más que técnica intentando aplastar al Kobold de un golpe.

La pequeña retrocede un paso, alejandose del kobold que logra rozar su delicada carne... Con la mirada furibunda, demasiado enfadada (y tal vez algo asustada) para hablar, sus dedos ponen otro virote en la ballesta, disparando a boca de jarro contra el reptileano ser...

Sireon coloca una flecha mas en su arco compuesto de excelente factura y apunta cuidadosamente al kobold que huye. Pero finalmente no se decide a disparar.

Los kobolds son parte de este ecosistema y no convenía matar mas de los necesarios so pena de desequilibrarlo, y aunque los PX vienen muy bien para subir de nivel, Sireon siente que quizás sea mejor dejarles con vida. Perseguirles en la oscuridad no va a reportarnos mas que unas pocas monedas de cobre y mas de un rasguño y mas de un riesgo. Además, cuandos se reagrupen habrán decidido que esta expedición es peligrosa y que no se les puede atacar así como así sin sufrir grandes pérdidas. Y eso nos vendrá muy bien cuando volvamos con la caravana, que infundirá miedo y respeto entre esas criaturas y que se lo pensarán bien antes de volver a asaltarnos.

Destensa el arco y vuelve la mirada hacia sus compañeros. Todos parecen estar indemnes.

El lanzazo en mi pierna comienza a doler, así que cogeo hacia el fuego, sin musitar ni un quejido. Es hora de limpiar y desinfectar la herida antes de que se infecte.

Al ver a los Kobolds huir el enano hizo ademán de perseguirlos, pero luego prefirió no hacerlo.

Mucha pereza ir por ellos hasta su madriguera ...

Compañeros - Belriel se voltea hacia ellos - ¿como están sus heridas? 

Debemos encargarnos de ellas y luego emprender la caminata nuevamente, si nos quedamos aquí esos Kobolds volverán con refuerzos. - sentenció finalmente el Enano mirando hacia el lugar por donde las sabandijas verdes había huído.

Mucho menos moderada que sus amigos, la pequeña bardo va un poco tras los kobolds que escapan (aunque sin alejarse de los compañeros), mientras recarga su ballesta... Obsequia un ultimo disparo a la espalda de uno de ellos, que impacta con terrible acierto en su lomo escamoso!

-Esto por venir a molestarnos, lagartijas!! +grita enfurecida al unico kobold que escapa+

Su carita esta enfadada y colorada, mientras se vuelve a los otros...toma un poco de aire, serenandose, escuchando al guerrero antes de hablar.

-Con esto tendran esas sabandijas... Creo que es demasiado tarde todavia para empezar a caminar, Belriel, ustedes apenas han descansado y yo nada... Ademas, no creo que tengan el valor de volver, con todo esto.

Señala los cadaveres de los varios kobolds caidos.

-Terminemos la noche y en la mañana nos vamos, mas frescos...si? Poorfis, enanis... No quiero que te me desmayes de cansancio en el camino jiji, podemos necesitar tus brazos mañana tambien.

Los kóbolds huían ante la amenaza de ser matados por esos seres que habían repelido su ataque, los aventureros en un principio les dejaron marchar, no querían más complicaciones, menos la gnomo que estaba bastante furiosa y por ello cargó su ballesta y apuntó a una de las criaturas por la espalda, enseguida disparó el virote que surcó el aire como un rallo, el kóbold se giró en ese momento como presintiendo lo que le venía, cuando su cabeza dio la vuelta para mirar recibió el impacto de pleno echándole unos metros hacia atrás por el impacto y dejándole en el suelo inerte, la otra criatura que estaba relativamente cerca echo todo el resto para salir de allí lo antes posible...

Todo había terminado y lo que en principio iba a ser una guardia tranquila había sido algo inesperado, pero los tres aventureros salieron bien parados a pesar de algunas heridas, ahora debían decidir que hacer finalmente...

Sireon aparta los cadáveres con desagrado para que las alimañas den buena cuenta de su ¿suculenta? carne, y seguidamente extrae vendajes de su macuto de viaje.

Es noche cerrada y aún Velvet no había terminado la pimera guardia. Continuar camino ahora es una locura, apenas hemos dormido 2 horas. No creo que los kobolds vuelvan. No se atreverán. dice mientras intenta recordar sobre los usos y costumbres de esas ratas reptilianas algo creciditas y desinfecta la herida con calma.

Bueno, si quieren dormir aquí yo no diré nada - dijo Belriel mientras ayudaba a Sireon en la tarea de mover los cuerpos más lejos de su campamento.

Luego avivó el fuego con unas leñas más y dijo - ¿De quién era el turno para hacer guardia?

Los kobolds son criaturas cobardes y solo atacan si están en superioridad numérica. No creo que regresen, porque han visto que podemos causar grandes estragos en sus filas en muy poco tiempo responde Sireon, con las pupilas brillando por el reflejo del fuego.

Vaticino un final de noche tranquilo. Pero el turno de guardia era el tuyo, maese Belriel. Despiértame en tres horas. dice mientras termina de apretarse las vendas. y se tumba sobre su saco de dormir.

Y, ¿Velvet? benditos sean esos oidos tuyos que te han advertido a tiempo de la presencia de indeseables forajidos.

Ya, a dormir se ha dicho compañeros.

El enano apiló un par de cosas para proporcionarse un lugar un poco más alto en el cual vigilar y además, uno en el que no se partiera su trasero.

No se preocupen, mis sentidos son tan buenos como los de la querida Velvet.

Suspiro sonoramente, al ver que entran en razon, dejando la ballesta junto al fuego. Asimismo escucho sus halagos con una sonrrisa, sacando la lengua levemente al responder, divertida

-Lo se, lo se. Quien sabe que harian sin mi... Bueno, Bel, que te diviertas! Espero dormir tranquilita todo lo que queda de la noche mientras me cuidas si? Y tu tambien Sireon, cuando te toque!

La gnoma pone su manta y petate junto al fuego, mientras habla, enrroscandose rapidamente dentro de ellos al terminar. Cierra los ojos y se pone en posicion fetal, de costado. Cruza los brazitos sobre el pecho, relajandose y pronto esta tratando de olvidar la pelea en el mundo de los sueños...

La noche pasa sin mas acontecimientos, ha sido una dura noche pero dentro de lo que cabe habéis salido bien parados. Enseguida emprendéis el viaje, después de recoger todo el equipo desayunar algo, apagra los restos de las brasas del fuego para apagarlas totalmente.

Pasan varios días hasta que llegáis a lo que la entrada de Ánubel la ciduad donde debéis vuestra última misión pedida por vuestro capitán.

Cita:

-Ah, que agradable es volver a ver un lugar civilizado!+exclama, cuando van llegando a la ciudad, dando unos ligeros pasos de baile en el camino+ Los bosques son bonitos para pasear y descansar, cuando no te atacan claro, mmm aunque los ataques siempre son un buen ejercicio cuando no son  peligrosos, pero si son... Oh perdon, en que iba? ah si, los bosques son bonitos, pero en las ciudades... es donde esta la diversion jajaj! Los salones, la musica, los poetas... En fin, que creen que debamos hacer primero, buscar una carreta para asegurarnos el viaje de vuelta o buscar la comida? O tal vez nada de eso, y resarcirnos el camino en alguna posada, con una buena comida?! Yo quiero cerdo con patatas asadas mmm... y de beber, una dulce hidromiel!!

Velvet estaba exudando alegría al llegar a la villa. Por otra parte, Belriel se encontraba contento con el mero hecho de estar fuera de las murallas del recinto militar y Sireon, como siempre, se encontraba parco y distante.

¿Hidromiel?, ¿cerdo con patatas asadas? - Belriel miró a la gnoma - A veces tienes buenas ideas...sólo a veces - dijo mientras reía. Hablando en serio, podríamos comer primero si tienen hambre. Luego ir a notificar nuestra presencia en el lugar de los víveres para después comenzar a buscar una carreta a buen precio.

Esto del ejército me tiene bastante serio, ya hasta planes realizo. En mi clan estarían orgullosos de mí, jajaja, orgullosos....ni de broma - el enano sonreía mientras caminaba junto con sus compañeros, hasta cierto punto su exilio le hacía gracia.