Partida Rol por web

-Sorprendente... Mi Señora Cylina, ésta biblioteca es realmente formidable. Hay muchísimos ejemplares que jamás leí.- Dijo Grum, el siamés inteligente, mientras avanzaba ojeando los libros de la estantería, entonces sus ojos se abrieron como platos. ¡Un grimorio de Dante el desterrado! Dejó que su retrasado hermano condujera el cuerpo en su totalidad y se puso a leer el libro. 

Mok'Doth iba con los fluidos nasales y salivales a medio caerse de sus orificios, si podía tener algún interés en una biblioteca, era solo por cuadernos que le sirvieran para colorear y dibujar. 

Se toparon con un cadáver cubierto de una película negruzca antinatural, y luego la luz permitió descubrir a los demás cuerpos. Feo. Feo. No gustar. Pensó Doth y fue cuando un elfo oscuro apareció en escena y le apuntó con su arco. 

-¡He, he, he! Hola.- Dijo Doth con su voz obtusa y aletardada, el siamés padecía algún importante retraso aún para ser de aquella especie. -Cosita Pequeña mejor no atacar, o poder morir reventado. ¡Hee!- 

-Ser amigos. No querer pelear.- Añadió Grum para quitar tensión a la situación, como siempre hacía en público, imitaba la forma de hablar de su hermano y a su vez dejó caer al suelo el libro que venía leyendo. Sacrilegio, espero que no se estropee. Tenía la convicción de que ocultar su gran inteligencia era la mejor ventaja sorpresa que tenía ante cualquier situación y era un secreto que se guardaba para con quiénes se sentía en confianza.

—Ten cuidado con a quién quieres reventar —dijo Agatosh, saliendo tras Abelgos.

El semidemonio no eran tan alto como el ogro bicéfalo, pero enfundado en su armadura completa de aspecto demoníaco era igual o más imponente que aquella criatura.

—No es que le tenga especial cariño, pero hemos vivido ya muchas cosas juntos —añadió.

A pesar de sus primeras palabras, su tono no era agresivo; había amenaza en sus palabras, pero era fría. Cuando vio a Cylina tras aquél monstruo, ni eso.

—¡Vaya! ¿Qué haces tú aquí? Hace un tiempo que no nos vemos. ¿Y quién es...? —Miró a las dos cabezas de manera intermitente, centrándose al final en la que parecía menos tonta—. Mmm. ¿...Este?

Obviamente aquella biblioteca contenía escritos muy tentadores para cualquier estudioso, pero en aquellos momentos la bruja estaba mas centrada en los cadáveres, cosa que nunca era una buena señal.

Estaba agachada junto a unos de los cuerpos mientras su enorme compañero correteaba entre las estanterías, entonces un movimiento llamó su atención, pero antes de que pudiera decir nada el ogro se puso en guardia.

Tras Abelgos apareció Agatosh, el cual fue más rápido que la lengua del elfo oscuro, cosa que no solía ser habitual.

—¿No había un lugar mas sucio en el que esconderos?—. Dijo mientras se ponía de pie y se quitaba el polvo de la capa con movimientos algo exagerados. —Pues buscaros, que voy a hacer aquí si no, no creerás que he recorrido medio mundo y entrado en este polvoriento lugar solo por casualidad.

Dio unos pasos hacia delante, hasta colocarse entre ambas moles, pareciendo ella casi una niña entre ambos. Entonces hizo un gesto hacia Abelgos.

—Baja eso anda, que vas a sacarle un ojo a alguien. Estuve buscando supervivientes de la hermandad, pero al menos en la ciudad y alrededores no había ninguno vivo. Al único que encontré es a este… par—. Entonces señaló con el pulgar hacia atrás, en dirección al ogro. —Son unos viejos conocidos que, por alguna tonta idea de lealtad, andaban por allí buscándome. Estos son Mok'Doth y Mok'Grum.
Y ya puestos a preguntar ¿Y estos cadáveres?

Aunque Abelgos es el primer en encontrarse a la pareja no dice nada y mira en silencio al ogro bicefalo hasta que es descubierto. No responde a los comentarios, en cualquier caso el arco ya estaba apuntado hacia el suelo y a medio tensar pero cuando es amenazado con morir reventado se le escapa un sonrisa de autosuficiencia.

Agatosh interviene y la sonrisa se le ensancha un poco más.

-Cylina. -Saluda con seriedad y es entonces en cuando el lobo compañero del semifrow ladra intimidado por el tamaño del ogro. -Doppleganger... Pueden usurpar el aspecto de sus victimas y tienen varios trucos bajo la manga, hemos tenido un desacuerdo con él... o ellos. Dicho eso, si no te importa respóndeme a una pregunta para saber que eres tu de verdad. Cuando nos besamos, tras sobrevivir a aquella trampa de necrófagos. ¿Qué te ofrecí como recuerdo?

La mujer no pudo evitar reírse ante la ocurrencia del semi elfo.

—Tendría que ser muy estúpida para hacerme pasar por vuestra compañera y presentarme aquí con el bruto este, pero bueno, deja que haga memoria.
A si, recuerdo que tras acabar con los necrófagos y convencer a aquellos magos de que Shandal era un nigromante. Aerin, Mhun, tú y yo, dimos rienda suelta a nuestra pasión y fornicamos durante horas, tras lo cual me besaste y juraste que nunca volverías a meterte un ratón por el….
A no, espera, que eso solo pasó en tu sucia mente. Yo nunca he besado a un se-mi-dro…—. Dijo aquella ultima palabra muy despacio, dejando a medias la última silaba con una picara sonrisa, sabedora de que era una palabra que molestaba mucho a Abelgos. —Pero bueno, si lo que quieres es una prueba.

En aquel momento la capucha de la bruja empezó a moverse sin que ella la tocase, bajo la cual empezaron a aparecer unos zarcillos de cabello dirigiéndose hacia Abelgos como si fuesen tentáculos plateados, parándose a escasos centímetros de su rostro.

—¿Te vale?

—A mi si me vale, no es el cambiaformas, le sentiría —respondió a la mujer, aunque seguía mirando fijamente a aquella mole de dos cabezas—. ¿Y de qué se supone que os conocéis? —preguntó directamente a ese, o esos; tenía que ser demencial tener dos mentes en un solo cuerpo... A la vez.

- Me tienes que estar jodiendo, no ha pasado ni una hora, no puede estar enviando refuerzos tan rápido.

Mischa salió de la habitación secreta el último, espada en mano y observando a los recién llegados; un ettin y lo que parecía ser una mujer humana, ambos libres de la corrupción de la no muerte. Eso no eliminaba la posibilidad de que trabajaran para Lilith, los cadáveres a su alrededor eran prueba, y el libro que había caído frente al gigante de dos cabezas. Agatosh y Ablegos parecieron reconocer a la mujer, y el segundo incluso la puso a prueba para confirmar que era ella. El humano fingió relajarse, sin embargo eso no era suficiente para él, y tenía formas de ponerla a prueba mientras determinaba si estaba hechizada o dominada.

- Es bueno volver a verte - mintió, esperando que los otros dos no fueran los primeros en corregirle -, ¿cómo están mis hijos?

La trampa tendida para un espía tenía varias capas: si su información era limitada, poco probable pero aún así una posibilidad, le seguiría el rollo y fingiría que de verdad eran conocidos; si por el contrario le habían dado más información de la que realmente necesitaba, si corregía una información falsa que por su papel le debería simplemente ser desconocida entonces se revelaría inmediatamente; del mismo modo que lo haría si en cualquier momento se dirigía a él por su nombre sin haberse presentado en ningún momento.

Tanto Doth como Grum entrecerraron los tres ojos que en suma tenían juntos mientras miraban con recelo al elfo oscuro cuando aquel dijo que se había besado con Cylina, fue un baldazo de agua fría para la que era su ilusión amorosa imposible en la  infancia viviendo en el Pantano Blanco. 

Ojalá Cosita Pequeña haber atacado antes, así ahora tener excusa para hacer reventar. Pensó Doth con lamento.

Luego, ambos se quedaron mirando totalmente boquiabiertos cuando Cylina dijo aquello sobre la orgía grupal en la que participó, pero con la misma velocidad con la que ambos quedaron impactados, también fue el alivio cuando entendieron que era una broma y soltaron un suspiro mientras atendían a las explicaciones de lo que estaba ocurriendo. 

¿Un doppelganger? Espero que si es descubierto no muestre su verdadera forma, aterran a Doth. Pensó Grum, el intelectual. Agatosh, que no paraba de mirar fijamente al par de hermanos, preguntó de dónde se conocían. 

-Nosotros nacer juntos, pegados.- Respondió Grum mirando a la cabeza de su hermano menos agraciado, sabía que la pregunta había ido dirigida a cómo se conocían con Cylina, pero ante desconocidos, siempre se hacía el tonto. -Oh, ¿Decir con ama Cylina? Crecer juntos en aquelarre de Pantano Blanco. Mok servir ama Sindel, ser protector. Ama Sindel ser mentora de Cylina. Luego, aquelarre disolverse y separarnos. Años pasar. Muchos. Ahora algo atacar nuevo aquelarre, destruir todo. Mok escapar con Ama Sindel, pero ella morir noches después. Ahora Cylina heredar Mok y ser protector. Simple.- 

Doth había comenzado a negar con la cabeza hacia el final del relato de su hermano Grum.

-No. Máma no morir. Doth saberlo. Sentirlo.- Se tocó el pecho. -Aquí.- Una enorme lágrima comenzaba a formarse de su único ojo. Máma...

El brazo que Grum controlaba le dió un abrazo a su hermano.

-Engañar uno mismo no ser bueno. Dejar ir Ama Sindel.- Dijo Grum y luego se volvió para mirar a Agatosh y Cylina. -Grum saber, tocar y no tener pulso.- También se le comenzó a formar un par de lágrimas en sus ojos mientras recordaba todos sus vanos y desperados intentos mágicos y alquímicos por revivirle, Grum solía ser malo y odiaba a casi todo el mundo, pero realmente amaba a su Ama Sindel. -Ser muerte natural.- O eso creía, la anciana no tenía heridas visibles al menos.

La mujer de cabellos plateados echó la cabeza hacia atrás mientras en su rostro se reflejaba la exasperación.

—Tus hijos están muy bien, el tontito se parece cada día mas a su padre— En ese momento le dedicó una sonrisa llena de sarcasmo al desconocido. —No te he visto en mi vida y si te he visto alguna vez, me he olvidado de ti por completo. ¿Alguien más quiere intentar el mismo truquito? Porque esto se puede alargar.

- Respuesta correcta - dijo Mischa pasando inmediatamente a cara de pocos amigos -. No pareces estar bajo los efectos de un encantamiento, y parece que estos dos te reconocen bien, así que o eres un excelente espía y estamos jodidos en cualquier caso, o de verdad eres la persona que estos dos recuerdan. No abráis el bahul a menos que querráis que se os revuelva el estómago, si se os ocurre hacer algo raro con su contenido sin consultar primero os mato. Ya podéis seguir con la reunión familiar - dijo volviendo a la sala secreta -, yo tengo trabajo que hacer si queremos ponerle fin al asunto de la familia Lilith.

—Ignoradle, todo esto le está viniendo grande. O a lo mejor es que es un capullo y ya. —Se encogió de hombros—. El caso es que lucha contra Lilith, lo que le convierte en un aliado; aunque sea un imbécil, necesitamos toda la ayuda posible... Además, mejor tener a este aquí con cara de perro que al tipo que se ha unido al otro grupo en Shittary, ese si era un grano en el culo. —Resopló al recordar a Flautista.

También pensó en Aerin y su rostro se tornó algo alicaído. ¿Cómo les estaría yendo? Había prometido mantenerla a salvo, y a la primera de cambio la había abandonado; sabía que era lo mejor, pero aún así... Negó, apartando aquellas ideas de su cabeza, consciente de que no le llevaban a nada.

—Bueno, volvamos a lo que nos atañe. ¿Por qué nos estabas buscando? ¿Y en qué momento te ha parecido una buena idea que ir con estos dos? No es precisamente la mejor forma de que pasemos desapercibidos. Maldita sea, hasta yo soy más sutil y llamo menos la atención. —Miró a los Mok—. Aunque bueno... Se me ocurre que hay un comerciante al que me vendría bien que vieras —terminó con una sonrisa, pensando en el tipo de la tienda en la que había desaparecido el cambiaformas.

Mientras los enemigos de Lilith intercambiaban palabras, Mischa volvió al cuarto secreto y continuó su investigación. Gracias a sus conocimientos y a los libros del fallecido erudito, el antiguó esclavo pronto encontró la respuesta a sus preguntas. Tras esto, sin perder más tiempo, escribió la nota en la que explicaba todo lo acontecido en aquel lugar a las autoridades. Aunque quizás tal gesto no sirviera de nada, era lo mínimo que podía hacer, tanto por Acmed como por para evitar la culpa de tales crímenes. Una terminado de escribir su testimonio, se reunió con los demás y explicó lo descubierto. 

La flor de Lym es un ingrediente utilizado en ocultismo, surgido de la misma muerte. Solo hay dos condiciones necesario, muerte y sangre. Cuanto más cantidad haya de cada variable, las probabilidades de que crezca tal planta aumentan. Por esta razón, no crece en ningún lugar de manera natural, sino que surge de manera espontanea e incierta alrededor de guerras y asesinatos. Una vez surgen, los brotes aguantan sin perder sus propiedades una estación entera si no son arrancados o siete días en caso de hacerlo. Aunque ciertos teorías afirman que tal periodo puede ser ampliado bañándolas en la sangre de un sacrificio, animal o humanoide. Debido a estas razones y a su secretismo, su venta es algo extraño y extremadamente costoso. 

Con la amplía lista de requisitos, solo había un lugar al que pudieran llegar antes del cambio de estación, el antiguo campamento de los Vigilantes, la Fortaleza del Amanecer. Con una pizca de suerte, podrían conseguir una muestra en aquel lugar. De no ser así, siempre podía probar en el Jardín de las Delicias, un mercado negro situado entre planos, o aventurarse sin más al plano de los eternos. Las tormentas de la Umbra castigaban con imparcialidad el cuerpo de los mortales que se aventuraban en sus tierras. El tiempo que estos tardaban en ser consumidos dependía de varios factores, a ser la esperanza de vida de la raza, la edad del sujeto y la profundidad a la que se accedía. Con toda aquella información, una cosa era cierta. El camino más rapido podía ser una mala decisión, pues eran varias las historias que contaban de como "viajeros" regresaban confusos, enloquecidos y/o envejecidos. 

Me vale -Respondió y luego sopló a los blancos cabellos para apartarlos con fingido desagrado -Pues claro que pasó en mi mente, la peor de las pesadillas... 

La conversación continua entre Cylina, Agatosh, el ogro bicéfalo y Mischa hasta que este último suelta otra lindeza y se vuelve a sumergir en los textos. Abelgos no puede evitar fruncir el ceño y lanzarle una mirada de desaprovación pero prefiere dejarlo pasar antes de tener una discusión acalorada. 

[Para todos menos para Misha.]-Ha perdido a un amigo y han mancillado sus restos... Darle algo de margen. Quiero decir que si hay que partirle los morros que sea con algo de empatia. 

Misha vuelve con la información que realmente no es que ofrezca mucha información adicional solo algo mas detallado sobre la naturaleza de la planta, que tenian el tiempo contado.

Pues toca decidir que hacer para hacernos con la susodicha flor, pero tengo una duda, una vez tengamos la planta y elaboremos ese elixir o brebaje. ¿Podemos ir al plano de los eternos desde cualquier sitio? ¿Hace falta un portal?

A Doth tanto misterio y secretismo le daba miedo, incluso más que los cadáveres que había allí cerca, pero Grum parecía emocionado por la aventura.

Luego de que aquel sujeto de apariencia intelectual volviese con más detalles sobre la flor de Lym y otros se pusieran a discutir sobre cómo emplearla, Grum hizo un gesto a Cylina para hablar en un apartado. 

-Mi Señora Cylina.- Aunque estaba distanciado y hablaba por lo bajo, utilizó el truco de cuchillear mensaje para aún más privacidad. -El Patrón de los Espíritus nos favorece hoy más de lo que lo hacía cuando vivíamos en el Pantano Blanco, es posible que pueda comunicarme con el alma de estos seres perecidos, aunque nada garantiza que la información sea de fiar, si es que siquiera dicen algo.-

-Molestar muertos nunca ser buena idea, Cyl.- Dijo Doth sin el menor los cuidados lo que provocó un tenue gruñido por parte de su hermano.

Grum no estaba seguro si fue la falta de respeto de Doth al tutear a la bruja como si fuera una simple amiga y no su Señora, si lo hizo el hecho de ir en contra de su propuesta, o por no haber medido la voz, probablemente todo influyó. 

-Gr..- Maldito tumor. Le pegó un ligero toque en la frente para que esté en silencio y volvió a dirigirse a su ama. -Mi Señora, en cuanto al doppelganger... Quizás deberíamos hacernos una marca arcana para poder reconocernos en el futuro. Esas creaturas...- Se puso a intentar recordar lo que sabía.

¿Realmente un doppelganger no podía acceder a los recuerdos o habilidades de quienes suplantaba? Grum, que era un estudioso, se puso a hacer memoria. Si la respuesta que llegaba a su mente era de que sí podían llegar a hacerlo, significaba que las "pruebas" que los viejos amigos de Cylina hacían tenía poco o nulo valor, y que el impostor podía seguir aún entre ellos.

A Agatosh aquello le produjo sentimientos encontrados. Habían recorrido cientos de kilómetros a pie y miles de leguas en barco para llegar hasta allí, solo para encontrar al erudito muerto, suplantado por un cambiaformas, y sus investigaciones; ahora, cuando prácticamente habían perdido un mes en aquello, pretendían volverse sin más, y ni siquiera tenían intención de ir a por el doppelganger. Gruñó. Sabía que, si se ponían en marcha ya, llegarían justos, pero a tiempo, de encontrar y recoger la flor (si había nacido) en el campo de muerte del campamento de los Vigilantes, y sin embargo... Dar caza a la criatura era ya algo personal, él no dejaba a sus enemigos escapar. Y entonces, tuvo una idea.

—Mischa, tú has estado en el Jardín de las Delicias, es como un mercado entre planos, ¿no? Si es así, tiene que haber puntos de entrada y salida a diferente lugares, todos juntos. —Sonrió—. Si vamos allí, podríamos movernos rápidamente a dónde queramos. Llegaríamos mucho antes, incluso podríamos preguntar por allí si tienen a la venta una flor de Lym (hay que barajar todas las posibilidades) —terminó. En su mente, sin embargo, había ese tercer motivo: dar con el huidizo mimetista.

- Tenemos las instrucciones de como llegar a la Umbra - dijo Mischa con la carta de Achmed ya escondida entre sus posesiones -. Probablemente hay otros lugares que sirvan, pero lo más fácil para hacer el ritual es en un templo de Pharasma.

El espadachín ya se estaba quitando la gabardina para darle la vuelta y ocultar las manchas de tinta que había vertido sobre si mismo durante el combate cuando escuchó la propuesta de Agatosh. Su primera respuesta fue abrir su kit portatil de alquimia para empezar a cocinar algo.

- Es un mercado en el sentido más crudo, o más puro, de la palabra. Solo he estado antes como un producto a la venta, e intentaron que no fuera capaz de darme cuenta de donde entraba ni por donde salía, pero sí, definitivamente tiene varios accesos. Tener solo uno lo haría demasiado fácil de localizar. Tampoco creo que sea fácil salir por donde queremos, pero tiene que tener accesos específicos. A malas podemos tratar de hacernos con un pergamino de cambiar de plano, pero probablemente ya hayas encontrado una entrada que tendremos que analizar.

 "Pero si voy a volver ahí, no será precisamente para ir de compras. Tú mismo propusiste que crearamos una Flor de Lym en el lugar, ¿no? Creemosla entonces, y si encontramos al malnacido del doppleganger entonces podré liberar el alma de Achmed. ¿Alguién más es incapaz de ver auras mágicas hoy? - terminó, sacudiendo el extracto que estaba cocinando mientras hablaba.

No he entendido muy bien esa pregunta pero yo no se ver auras mágicas.

Agatosh y Mischa votan ir al mercado hasta donde he entendido, yo votaré también por el mercado.  Así que ya somos tres. 

-Miró al resto esperando una respuesta.

Agatosh asintió—. Creo que si. Perseguí al doppelganger hasta una tienda de ungüentos, hierbas y otros reactivos, pero ahí le perdí la pista. Entendedme, no seguía su rastro ni nada por el estilo, le sentía. He dejado mi marca en él, puedo sentirle incluso a una milla de distancia; la única forma de que se me escapara era que se teleportara lejos, o cambiara de plano. Voto porque ha sido lo segundo. —Miró a la criatura bicéfala—. ¡Eh, gradullón! Grandullones —rectificó—. Si habéis acabado de cuchichear, creo que vais a servirnos de ayuda. —Se llevó una mano al mentón—. Lo que no sé es si intentarlo mediante la intimidación, o fingir que estáis a la venta, solo para un público muy exclusivo. ¿Qué opinas Mischa? Mmm. ¿Y para qué queremos poder ver auras mágicas?

La mujer no pareció prestar demasiada atención a las auto-disputas de su compañero, pero en un momento dado su ceja derecha se enarcó al escuchar a su bicéfalo compañero. Por un momento pareció pensativa mientras analizaba las posibilidades de su propuesta, para finalmente asentir mientras se giraba hacia el resto de compañeros.

—Ver auras mágicas es el primer truco que aprende cualquier lanzador de conjuros, otra cosa es ser capaz de identificarlas. Y hablando de eso, podríamos ponernos todos una marca arcana por si intentan suplantarnos, solo la veríamos los que pudiésemos ver dichas auras mágicas, pero es mejor que nada.

Lo cierto es que no me vendría mal un resumen de la situación, al menos para saber en que punto estamos. Tampoco sé hasta qué donde habéis indagado, pero aquí el amigo parece que es capaz de hablar con los espíritus de estos cambiaformas, hay a quien no le gusta este tipo de conjuros, pero su utilidad es innegable.

Mientras soltaba aquella propuesta se encogió de hombros sin darle mucha importancia.

—No perdáis el tiempo, Moks. Ya lo ha intentado el pequeñajo, y creo que no ha conseguido nada. —Si estaba sorprendido porque aquél bruto supiera magia, no lo demostró; él, al fin y al cabo, era también alquimista. Sin perder un momento, miró a Cylina—. En cuanto a esa marca, tampoco te molestes, el doppelganger imita absolutamente todo del cuerpo que copia. Pero tranquilos, si nos lo encontramos otra vez, os aseguro que lo detectaré, y no se lo va a esperar —aseguró, golpeándose los puños acorazados—. Y resumiendo, habíamos venido con la intención de enterarnos de como derrotar a Lilith, pero el erudito que nos tenía que dar la información que esperábamos estaba ya muerto por uno de los agentes de la chupasangre; al menos, encontramos una pista que nos dejó (la flor de Lym y un ritual para viajar al reino de los muertos), y el libro que, en ese plano, nos dirá lo que necesitamos. Así que... ¿Os apuntáis?