Partida Rol por web

El libro del siglo

Capítulo V

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14/12/2007, 09:00
Alma de las Letras y el Tiempo

El anciano se hallaba en una habitación vacía. Una oscura habitación, solo con una mesa y una silla. Y una botella de whisky.
Lentamente levantó el vaso con mano temblorosa y dio un pequeño sorbo que le quemó la garganta. El vaso le resbaló de los dedos y cayó al suelo, rompiéndose en mil pedazos.
El anciano se llevó las manos a la cabeza, y comenzó a llorar. Lentas lágrimas resbalando por su rostro.

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14/12/2007, 09:00
Alma de las Letras y el Tiempo

¿Que puedo hacer? Con ella muerta no hay solución. ¡No la hay!
Lágrimas cayendo de unos ojos viejos y cansados, resbalando por un arrugado rostro, en una oscura habitación vacía.
Una mano temblorosa asiendo una botella de whisky.

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21/12/2007, 14:02
H. P. Lovecraft

Hacía mucho que no se veía en esa situación. Más de doce años sin probar una gota de alcohol e iba a volver a empezar de esta manera tan cruel.

Matilda había muerto. Que iba a ser de él en el crepúsculo de su vida.

Alargó la mano hasta la vitrina sacó un vaso labrado en divertidos sobrerrelieves.

Un sollozo le envolvió. Matilda los eligió... Que guerra me diste para que te los comprara.

La expresión de la cara se tornó en oscura turbación. Alzó el brazo con el vaso... Lágrimas partieron de sus ojos y lloró amargamente, con la mano bajando lentamente.

Buscó en la penumbra de la habitación su butaca en la que debatió, rió, discutió y amó a Matilda. Se sentó frente a la chimenea ahora extinguida. A la derecha de él la butaca de Matilda le pareció cruel, como con vida. Una visión del infierno, cuyo señor se ha arrebatado.

En otro arranque de furia quitó el corcho de la botella de whisky con los dientes y se sirvió generosamente. Escupió el corcho lejos de él, hasta donde no se pudo verlo en las tinieblas.

Alzó el vaso.

¡Por ti mi vida!

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21/12/2007, 14:04
H. P. Lovecraft

No transcurrieron más de unos segundos, cuando vio el fondo del vaso... Se sirvió otro lingotazo de whisky y lo bebió con ansias, pena y rabia.

Matilda, ya no le podía decir que no lo hiciera. Ya nada importaba.

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27/12/2007, 09:20
Margaret Weis

Ella se había ido para siempre, en los brazos de la fría Dama de Negro. Todo lo vivido, todo lo pasado, ya sólo eran recuerdos, tristes recuerdos que no se repetirían. No volvería a quitarle la copa de las manos cambiándola por un beso, no volvería a abrazarle en medio de la lluvia, no volvería... Ahora nada merecía la pena ni tenía sentido.

Volvió a mirar el vaso de whisky, tomó la botella para servirse otro pero desecho la idea y con la furia largamente contenida lanzó el vaso contra la pared. Aún tenía la botella en la mano y se la llevo a la boca. El dorado líquido bajó por su garganta y se derramó por sus ropas, parecía que quisiera ahogarse, ahogar su dolor y su tristeza. Pero la botella quedó vacía y el aún estaba consciente.

Cayó de rodillas y, como un niño desamparado, comenzó a llorar. De repente cesó el llanto una idea tomó forma en su mente. Febril por el alcohol se puso de pie y comenzó a andar de un lado a otro de la habitación.

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27/12/2007, 09:20
Margaret Weis

Sí, Matilde había muerto, pero había una forma de traerla de vuelta. Cruzaría el Estigia, cruzaría todos los infiernos, de todas las religiones y la traería consigo. Nada le detendría.

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27/12/2007, 17:19
Terry Pratchett

Engañar a la Muerte no sería una tarea fácil. Aunque ya se había enfrentado a problemas aparentemente irresolubles, así que en lugar de amedrentarse, se puso manos a la obra y compró todo lo necesario.

Ató el cordel de crin de unicornio al picaporte de su puerta y anudó firmemente el otro extremo al índice se su mano derecha. Su vínculo con el Mundo de los Vivos dependía de aquel cordel. Cuando tuviera a Matilde tiraría con fuerza del mismo para levantar su alma desde el Inframundo hasta su desvencijado cuarto en 40 Orsett Terrace.

Colocó la daga del Paso oportunamente y se tumbó bajo ella, dispuesto a accionar el mecanismo que la haría caer sobre su estómago. Pero antes puso dos peniques tapando sus ojos. El barquero no fiaba a nadie.

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28/12/2007, 10:51
Terry Pratchett

Apenas sintió nada. No habló. Solamente pagó el peaje para cruzar la laguna Estigia y fue, unido tan solo por el cordel mágico al mundo real, al encuentro de la Matilde que le aguardaba en el Hades.

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30/12/2007, 13:05
J.R.R. Tolkien

Ilusión o fantasía,seres producto de mi cabeza pueblan el camino,las historias mitológicas,me abrazan.....pero el mundo real es mas cruel y dañino que cualquier leyenda,el dolor que siento por no poder expresar mis sentimientos como desearía,las letras se agolpan en la punta de mi pluma,la sangre de color negro sale lenta y perezosa,no tengo la capacidad de crear el mundo que quiero recrear,las hojas cayendo de los arboles,el soplo del aire en la cara,la nieve llenando los campos,miles de seres pueblan los senderos,ciudades enteras se levantan bajo mi mando,protagonistas que incautos se sientan delante de un confortable fuego sin llegar a pensar ni tan solo por un instante,las maravillosas historias de las que serán protagonistas....

Pero tengo que regresar,la vida continua en su incansable pasar de las horas,implacable son de manecillas en el reloj del escritorio....cae la noche y las paginas continúan en blanco,preparadas para ser llenadas con los acontecimientos que estamos protagonizando,pero sin tener un claro objetivo.....como la vida misma....

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14/01/2008, 09:23
J.R.R. Tolkien

Continuemos el camino sin pausa....nos espera la historia,los pasos que demos serán definitivos en el desenlace de la misma,prosigamos pues,sin descanso,ya habrá tiempo mas tarde de recuperar por medio de la memoria todos los hechos y relatarlos con la coherencia adecuada a nuestros medios, démosle el final adecuado y pronto.....así sea....

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14/01/2008, 18:25
J.K. Rowling

El camino cubierto de rocas, con las sombras amenazantes y con eso que nos observa. Sera nuestro Grendel particular o solo es nuestra imaginación? No pienso en ello, sino en el final que pronto acontecerá, en el final que llegará, en ese final que tal vez sea el mio.
"pronto, muy pronto me reuniré contigo" es lo único que piensa mi mente en esos momentos. Lejos de todo lugar, lejos de todo tiempo solo en esas palabras, eco de las que una vez me dijeron. No puedo sino aumentar mi fuerza, las ganas de seguir caminando, de continuar y de acabar todo. Recuperar lo que una vez perdí, dar descanso a mi torturada alma, a su torturada alma.

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14/01/2008, 19:13
J.K. Rowling

Al fin lo veo, allí esta, mi destino. Las negras puertas que una vez jure no traspasar. "Al otro lado esta mi destino, solo debo llegar" no se cuanto tardé pero allí estaba bajo las puertas y dispuesto a cruzarlas. Alcé la mano llamando y esperé...

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29/01/2008, 10:57
Miguel de Cervantes Saavedra

esperé durante muy pocos segundos pues me asusté de enfrentarme a mi destino, quise evitar mi destino así que me dispuse a irme de allí, pero al darme la vuelta noté que no me alejaba de la puerta aunque andaba no me alejaba, miré a mis pies y me di cuenta que estaba en una cinta andadora y por más que corriese la cinta reconocía mis movimientos, por lo que paré de correr de repente y salí despedido hacia la puerta la cual se abrió al chocar contra ella.

Tras unos segundos en los que traté de incorporarme me di cuenta que no estaba dolorido, eso fue lo primero que debería haberme hecho sospechar.

Una vez que estaba de pie se comenzaron a encender luces y aparecieron muchas personas que no conocía de nada bien vestidos y comenzaron a gritar:

-FELICIDADES

A esto yo respondí:

-Pero si no es mi cumpleaños.

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29/01/2008, 10:57
Miguel de Cervantes Saavedra

Una de las personas se adelantó y contestó:

-Ya lo sabemos estamos celebrando otra fecha importante para ti. Tu

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25/02/2008, 15:00
William Shakespeare

¿Una celebración importante para mi?¿Por que se molestaban en repetir eso? En fin...Lo mejor era seguirles la corriente, después de todo no quería disgustar a mis anfitriones.

- Me alegra vuestra cordialidad caballeros, pero me temo que esa celebración no es el motivo de mi viaje hasta aquí, el motivo es... -Realmente ya no sabia ni cual era el verdadero motivo de este viaje. ¿Acaso tenia sentido? Ni yo mismo estaba seguro de si lo que iba a preguntar poseía sentido alguno- Esta bien, esta noche disfrutemos de la celebracion, mañana os contare el motivo de mi visita.

La fiesta se alargo durante toda la noche, por algún extraño motivo los extraños manjares y bebidas de esta gente me doto de una energía, que no había poseído en años y eso mismo fue lo que me incentivo a dar el siguiente paso.

Cuando todo finalice me dirigí a los "lideres" de la zona.

-Quisiera pediros...¿Como decirlo? Corre el rumor de que los de esta zona conocéis el secreto para volver a la vida a un alma en pena.

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25/02/2008, 15:09
William Shakespeare

Durante la celebración habían parecido tan cordiales.

Y ahora por una simple pregunta, me miraban con ese odio, parecía que se abalanzarían sobre mi en cualquier momento.

Tan grave fue esa simple pregunta, ni siquiera esperaba una respuesta....

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28/02/2008, 12:32
Edgar Allan Poe

No sabía que decir o que hacer. Las miradas de odio y los murmullos de reproche pasaron a mayores. Estaba rodeado de gente que demostraba su indignación con airados aspavientos y mis oídos retumbaban con aquella cacofonía de gritos amenazadores. Incluso me pareció ver como alguno de los invitados blandía uno de los afilados cuchillos para carne.

Me había metido en la boca del lobo. Debí medir mejor mis palabras, valorar sus posibles repercusiones y, sobre todo, no debí confiarme ante aquel clima de aparente cordialidad. Maldito vino... Sin duda, eso también tuvo algo que ver.

-¡Basta ya! - grite con todas mis fuerzas - ¡Lo sé todo! - parecía que ya lo imaginaban, dada la poca impresión que mis palabras parecieron causar en mi exaltada audiencia.

-Lo he dejado escrito en un lugar seguro. Si no doy la orden contraria, la carta que les mandará a todos a prisión será entregada a la policía mañana al mediodía.

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28/02/2008, 12:49
Edgar Allan Poe

Eso sí que pareció hacer mella en ellos. Rompí el círculo que habían formado a mi alrededor sin que nadie osara tocarme un pelo, y salí a la calle. Mi vida ahora no valía nada, lo sabía, pero había ganado tiempo gracias a ese improvisado farol.

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14/09/2008, 16:33
Sir Arthur Conan Doyle

Por ahora su objetivo tendría que esperar hasta que averiguase algo más. A estas alturas de su vida ya pocas emociones podías apreciar, pero no podía abandonar esta vida dejando cabos sueltos. Cabos, que andaban descolocados por su culpa. Sabía que no debía sentirse responsable, pues él nunca pudo elegir otra cosa que sus propios actos, pero no obstante seguían siendo "sus propios actos" los causantes.

Tenía el tiempo justo, de modo que decidió apretar el paso y buscar una cabina. Llamó a un viejo amigo, un contacto si se quiere decir así, detective retirado de la policía... Un Sabueso de la vieja escuela. Al preguntarle sobre las recientes muertes y los titulares que proclamaban los periódicos se mostró reacio en un principio a decirme nada, pero si que me dió una advertencia... Que intentase no deberle nada a nadie en ese mundo de pompa y oscuras intenciones. Un poco tarde, pensé...

Colgué sin sentirme mejor y permanecí junto a la cabina pensativo mientras apuraba el último cigarrillo que me quedaba. Todo aquello era muy extraño y con su vida en peligro no tenía ganas de andar investigando... No por que le diese miedo la muerte, a la cual ya estaba condenado voluntariamente, sino por que tenía poco tiempo y mucho que solucionar.

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14/09/2008, 16:40
Sir Arthur Conan Doyle

Absorto en mis pensamientos dejé que el cigarro se apagase finalmente apoyado en la cabina, hasta que me sorprendió el ring del teléfono. Nadie parecía esperar una llamada en aquella calle, de modo que descolgué y permanecí atento. Sin esperar respuesta el interlocutor habló de manera decidida y sin dar lugar a ninguna dialogo.

-Sé que busca respuestas. Deje de hacer preguntas o tendrá mal fin. Reúnase conmigo en el antro oscuro, un viejo bar de el barrio bohemio.- Colgó rápidamente y me dejó completamente descolocado. Conocía el local de sobra, y no tenía ningún otro rastro que seguir, de modo que me puse a andar en aquella dirección.