Tomo el pergamino y leo las ultimas lineas tras lo que echo una mirada asombrada a la mujer que acaba de escribir
¿y por que esa obsesion con las varitas?
Tras lo que suspiro y comienzo a escribir
Sigo escribiendo echando una mirada furibunda de cuando en cuando a JKR
Vamos, que sigo en ello, mañana esta
Tras un buen rato aparto la pluma y miro al techo un momento
Bueno, ya esta
Lamento el retraso
Tirada: 1d4
Motivo: Tirada
Resultado: 3
El "Alma de las letras y del tiempo" que se habia desmaterializado durante tanto tiempo, vuelve a materializarse en su asiento para alivio de los presentes y alargando un huesudo dedo señala a William Shakespeare, quien observa como aparece el pergamino y la pluma ante él.
Que morena y relajada se ve al Alma de las Letras y el Tiempo, es como si se hubiese tomado unas vacaciones...
XD
Despierta del pequeño trance en el que se habia autoasumido al desaparecer el espiritu que les guarda, lo que el resto de mortales conoce como una sistecita. Al ver el pergamino y la pluma frente a el. Comienza a concentrarse en el escrito.
Edgar tamborilea con los dedos en la mesa y carraspea un par de veces, disimulando después mirando al techo.
Lovecarft mira a su alrededor con impaciencia. El lugar le encanta, pero el tiempo parece pasar demasiado despacio esta vez.
Tirada: 1d3
Motivo: siguiente
Resultado: 3
El pergamino se desliza sobre la mesa esquivando tazas y cubiertos. Por un momento parece atascarse con el azucarero, pero finalmente se eleva unos segundos hasta descender frente a Margaret Weis.
Miro la hoja depositada frente a mi tomo cuidadosamente mi estilográfica. -Bien, veamos que ocurre ahora-
Eileen!!!! que has puesto tu parte del relato pública para todos!!!!! Ya lo he arreglado, pero seguro que alguno ya lo ha mirado...
Tirada: 1d2
Motivo: siguiente
Resultado: 2
Al acabar de escribir, cuando Margaret deposita su pluma sobre la mesa, ésta desaparece para aparecer instantes después frente a Edgar Allan Poe, junto con el pergamino.
Uppppps... Craso error, son las prisas, hoy el día está un poco agutado en la oficina. Lo siento.
El autor de "El cuervo" se frota las manos y coge la pluma con una sonrisa impaciente. Cuando se da cuenta de que los demás le observan, adopta una pose afectada y lángida mientras sujeta la pluma y mira a la nada.
Terminada su parte del relato, el escritor cambia la pluma por una taza de café.
Al soltar la pluma, ésta se eleva como empujada por un golpe de aire fantasmal y llega flotando frente Lovecraft, donde cae pausadamente seguida del pergamino.
Lovecraft coge la pluma con ansiedad, espraba este instante apasionademente.
Sujeta el papel con fuerza y comienza a escribir vertiginosamente.
Entre mañana y el lunes estará puesto el relato. ¿ok?