Partida Rol por web

Todos veis como Montesco os da la espalda y, resueltamente, se asoma al pasillo central.

Se acerca despacio hasta el mueble bajo la ventana. A pesar de la luz de la luna, dirige de vez en cuando la luz de la linterna hacia el suelo, para asegurarse de que no pisa en falso. Una vez alcanzado su objetivo, intenta abrir los cajones por simple curiosidad.

A medida que avanzas el suelo chirría un poco bajo tus pies, pero eso es todo lo que sucede hasta que llegas al final del pasillo sin ningún problema más que algún tablon ligeramente combado.

El cajón de arriba del mueble se abre fácilmente y está vacío. El de abajo (el mueble tiene dos cajones) parece estar hinchado por la humedad (aunque ahora el mueble está seco, te da la sensación de que pudo haberse deformado un poco, o pegado, por alguna causa, tal se haya entrado agua en la última tormenta por la ventana o alguna cosa similar). Luego de bastante trabajo se abre con un chasquido. 

Dentro encuentras un cuchillo con muy poco filo y mango labrado. Calculas que tiene por lo menos cien años o más. También hay algunos papeles que probablemente hayan estado ecritos, pero con el tiempo la tinta se ha borrado por completo. Por lo quebradizo del material y el tipo de fibra (se los ve bastante toscos) calculkas que, o bien son de confección casera o tienen por lo menos la misma edad que el cuchillo.

Hace una mueca contrariado al comprobar como el papel casi se deshace entre sus manos y deja todo de nuevo en su sitio. Aprovechando su situación, echa un vistazo por la ventana para observar el exterior y da media vuelta para dirigirse a una de las dos puertas cerradas. Sin pensarlo demasiado, gira el pomo para intentar abrir la de la izquierda.

Fuera la noche está tranquila y la luna ilumina el campo y el bosque, que puede verse detrá. Realmente es una vista apacible y tranquilizadora.

Te giras y vuelves sobre tus pasos hata la mitad del pasillo, abriendo la puerta a tu izquierda. Cuesta bastante y debes forcejear al punto de empujarla con el hombro, pero al final cede. Lo que hay detrás podría decirse que en algún momento fue un baño, ya que ùeden verse algunos azulejos, baldosas y los restos del pie del lavabo. Sin embargo el techo se ha desplomado casi por completo en esta habitación, y mirando hacia arriba puedes ver las estrellas y una solitaria nubre que cruza perezosa el firmamento.

El suelo, igual que en la cocina, está repleto de escombros, trozos de ladrillos y algún tablón del techo a medio pudrirse. Como el boquete es bastante más grande que el de la cocina puedes ver a través de él una parte de la estancia de arriba, con el tejado derrumbado casi por completo y algunas paredes faltantes (al menos hasta donde te alcanza la vista)

- ¡El baño está totalmente destrozado! - grita todavía desde la puerta sin llegar a soltar el pomo, intentando que los demás le escuchen - Menuda ruina - comenta finalmente, aunque esta vez para sí mismo

Vuelve a cerrar la puerta y encara la que está justo enfrente. Dirige la luz de la linterna hacia el pomo y tras dudar unos segundos intenta la misma maniobra que antes, girándolo sin más.

Desde donde estáis, un poco somnolientos, oís claramente la voz de Montesco que os grita desde las profundidades del pasillo:

- ¡El baño está totalmente destrozado! -

La puerta que resta se abre un poco más facilmente que la del baño, y al hacerlo entiendes por qué, esta habitación está incluso un poco más entera que el dormitorio donde se ha quedado el resto. Seguramente se trataba del dormitorio principal de la casa, a juzgar por la enorme cama de dos plazas que ocupa buena parte del mismo. Este cuarto tiene más o menos las mismas medidas que el otro, sólo que tiene como mobiliario la cama enorme y un armario que ocupa casi toda una pared. Tiene dos ventanas, una de las cuales aún conserva varios cristales enteros (la otra no) y aún cuelga una vieja cortina de uno de los barrales.

1. Salón Principal

2. Dormitorio

3. Dormitorio Principal

4. Cocina

5. Baño

6. Rotura del techo

-Vaya por dios... murmuró Marvin revolviéndose entre las mantas ...nos va a tocar cagar en un puto zarzal...

El grito no le había hecho mucha gracia, comenzaba a coger sueño, y lo había vuelto a desvelar. Se dió media vuelta y trató de dormir aferrado a Gladys.

Lord lytton alzo una ceja, frunció el ceño y solto un ligero resoplido -La necesidad enseña a rezar incluso a los reyes... Señor apiadate de mi y haz que mi querido viejo Montesco sea sondado - murmuro en voz baja, cerrando después los ojos y tratando de reconciliar el frágil sueño concebido- 

- Y ahora donde ire, un joven como usted señor Marvin aguanta, yo que soy un viejo no puedo ir a las plantitas... Mi columna jaaja, quieren ir en busca del señor Montesco?

Mientras se reia y veia las caras de las dos personas que estan con este.

- Vaya, parece que nos precipitamos...

Habla para sí mismo, mientras examina la habitación usando la luz de la linterna. Al menos esta habitación tiene medio cristal. Despacio, con su habitual cojera, se acerca hasta la cama y se sienta en un extremo dando un par de botes para comprobar su calidad. Da un suspiro y se acerca a la ventana sin cristales para observar de nuevo el exterior, hasta que se dirige al armario y trata de abrirlo.

La cama dhirría cuando te sientas en ella y se nota que no ha sido usada en mucho tiempo. El colchón parece ligeramente más blando que los de la otra habitación, pero huele un poco más a humedad (probablemente porque aún tiene una manta que lo cubre. Cuando te acercas a la ventana una de las tablas del piso se curva ligeramente bajo tu peso con un crujido, pero no pasa de eso. Fyera, el paisaje sigue tan iluminado y tranquilo como desde la ventana del pasillo, sólo que aquí, gracias al cristal, no te llega al aire fresco ni los ruidos típicos de la campiña escocesa.

Te diriges hacia el armario evitando al pasar por allí la tabla que ha crujido antes y lo abres con facilidad. Dentro hay alguna ropa completamente comida por las polillas que aún cuelga de un par de perchas y una pila de tela en el suelo del mueble, probablemente restos de ropa que ya han sufrido la misma suerte que las que aún se mantienen colgadas.

-Mrrgfñ... Marvin gruñó bajó sus mantas. Ni de puta coña. A Montesco ya le valdría terminar con lo que esté haciendo por ahí, y volver a descansar de una puta vez antes de que le toque vigilar... y dejarnos dormir a los demás.

-¡MONTESCO! ¡SI NO HAS ENCONTRADO NADA MÁS IMPORTANTE QUE UN JODIDO RETRETE ATASCADO, HAZ EL FAVOR DE DEJARNOS DORMIR DE UNA PUTA VEZ! Le gritó a su compañero para que se diera prisa con la inspección de la casa.

Marvin respondió a los gritos de Montesco desde la habitación que ocupaban el resto de compañeros.

-¡MONTESCO! ¡SI NO HAS ENCONTRADO NADA MÁS IMPORTANTE QUE UN JODIDO RETRETE ATASCADO, HAZ EL FAVOR DE DEJARNOS DORMIR DE UNA PUTA VEZ! Le gritó Marvin a su compañero para que se diera prisa con la inspección de la casa.

Sonríe al escuchar a Marvin y niega con la cabeza al escuchar sus exabruptos. Aunque al principio le resultaba algo grotesco, se había acostumbrado a su lenguaje soez, adornado con una palabrota cada tres palabras. Era un hombre con carácter y escaso tacto, pero tenía razón. No había encontrado nada interesante, por lo que vuelve a la habitación con sus compañeros intentando no hacer mucho ruido.

De pronto oís un chasquido en la puerta de la habitación. Es Montesco que, volviendo de su excursión, ha hecho crujir una de las tablas del suelo. El mismo tiene una ligera cara de sobresalto, se ve que el pobre trataba de no hacer ruido y el chasquido lo ha tomado por sorpresa.

Lytton ni se digno a abrir los ojos - incluso en medio de una manada de burros la dama del sueño siempre te acaba acogiendo - pensó brevemente  para si mismo.

Marvin se giró en su catre, y lanzó una furibunda mirada hacia la puerta, solo para gruñir y decirle a su compañero:

-Bueno, espero que no te cayeras por el retrete... Ahora coge sitio, y espera tu turno. A ver si podemos descansar de una jodida vez esta noche...

El hombretón aprovechó para ver si Stones seguía despierto. Sabía cómo era la gente mayor, y por mucho jaleo que hubieran tenido con Montesco, no le sorprendería que se hubiera quedado dormido en su turno de vigilancia.