Partida Rol por web

El aire fresco de la noche le había sentado a Lytton como un bálsamo, despejándolo al menos en parte. Claro que la tranquilidad de la situación no contribuía mucho a mantenerle despierto, de hecho lo más notable que le sucedió fue que al volver a entrar en la habitación una de las tablas del piso crujió bajo su peso.

Se sentó con calma y dejó su mente volar libre, de a poco se fué sumergiendo más y más en sus memorias y al final sus cabeceos se convirtieron en sueño.

Era un sueño ligero, y en un momento se despertó sobresaltado ¿Se había dormido?¿Cuánto tiempo?¿Que hora era? Y entonces lo notó, desde el cuarto de atrás (por donde  había estado mirando Montesco) llegaba un sonido leve, como si alguien estuviese frotando o raspando alguna cosa.

- Vaya...no es de extrañar palomas, pulgas, excrementos y como no ratas... – Pensó para si mientras encendía la linterna y miraba la hora de su pequeño reloj de bolsillo.

Hay que respetar la vejez, eso decia mi amada madre.... sera mejor que deje dormir a Montesco Murmuro para si, tras lo cual enfoco el baston de su viejo amigo con la linterna, se levantó, lo cogió y salio por la puerta en busca de dichoso sonido.

Paso a paso avanzo con precaución por el pasillo, tratando de no hacer ruido, con la linterna en la dolorida mano izquierda y el baston en la derecha.

El pasillo tiene una ventana al fondo con una especie de cómoda por donde entra una abundante luz de luna. Mas o menos a la mitad del pasillo hay dos puertas enfrentadas y ambas abiertas, los sonidos de raspado vienen de la que está a tu izquierda (esto es justo detrás de la habitación que ocupábais).

Mientras avanzas, los sonidos se hacen más claros, son entre raspajes y percusiones. Si no fuese imposible (por lo extraño) podrías afirmar que es como si alguien estuviese tallando algo.

apago la luz de la linterna, pestañeo varias veces, espero a que mis pupilas se agranden obteniendo el mayor baño de luz lunar posible. No me siento incomodo no es la primera vez que me ocurre esto, en más de un lio de faldas he tenido que moverme atraves de las penumbras. Avanzo poco a poco con la espalda pegada a la pared izquierda, sopeso la rigidez de las maderas del suelo antes de depositar todo mi peso en ellas.

A cada paso recuerdo cada uno de mis golpes favoritos de esgrima, transversal, cabeza, figura, blanco, por ultimo corte y punta. Contengo el aire y asomo lo minimo posible la cabeza por el marco de la puerta para ver que hay en su interior.

Cuando te vas acercando notas como una cierta carga eléctrica en el ambiente, aunque probablemente sea tu estado de tensión. Al ir con la espalda pegada a la parde izquierda puedes ver, al acercarte, que la puerta de la pared derecha da al baño destrozado y casi sin techo que os había mencionado Montesco, y al asomarte suceden dos cosas al mismo tiempo: una de las tablas se comba y cruje bajo tu peso y dentro de la habitación se oye un sonido metálico contra la madera del suelo, como si se hubiese caído alguna cosa.

Es una habitación grande y en un estado un poco mejor que la que estáis ocupando.

Y está vacía.

Maldigo mi suerte ante el crujido y me avalanzo sobre el umbral de la puerta atravesándolo. Esgrimo el bastón en posición de defensa y enciendo la linterna moviendo su haz de luz rápidamente por toda la habitación. ¿Quien anda ahi?!!!!. Digo con voz alta y nerviosa.

Nadie. En la habitación no hay nadie. Al menos a la vista.

Nadie responde a tu llamado y nada parece moverse, si había alguien o algo allí parece haberse esfumado.

Nervioso, mueves el haz de luz de la linterna por el suelo, hacia el sitio donde te ha parecido oír el ruido y ahí está lo que puede haberlo provocado: un cuchillo metálico descansa sobre los tablones del suelo. Avanzas un paso o dos en dirección al cuchillo y al levantat el luminoso haz de la linterna, ves tallada en una de las puertas del armario la palabra “Wherington”.

Acercándote un poco ves que las marcas del tosco tallado (más bien es como si las hubiesen arañado rápidamente con el cuchillo) están limpias, por lo que no te cabe duda de que el tallado es reciente, incluso en algunas de las letras aún hay astillas que no se han desprendido.

- Wherington - Murmuro, tras lo cual dirijo mis ojos hacia el cuchillo, doy un paso me situo enfrente de el, sin perder la atención le propino una patada y lo lanzo a una esquina de la habitación.

- vamos, vamos, sera mejor que salga, solo estoy pasando aqui la noche, no voy a hacerle daño- espero unos instantes.

El cuchillo sale disparado por el impulso que le has propinado y se pierde bajo la cama. Además de eso, ninguna otra cosa sucede. Lo que sí ves, ahora que estás menos pendiente de ruidos y demás (ahora ya no hay ruidos en absoluto) es que probablemente os habría ido mejor en esta habitación ya que, aunque tiene una sola cama, es grande y está un poco mejor ventilada que la otra (al menos huele menos a humedad).

Marvin se revolvió en la cama, y gruñó en sueños.

El hombretón roncaba como un plácido ogro echado en el interior de su cueva, y costaba creer que alguien pudiera dormir en aquel lugar, pero cualquier observador del historial de Marvin se daría cuenta que era muy probable que en el pasado hubiera tenido que dormir en sitios mucho peores, por lo que un hombre curtido en las penurias de la vida como lo era él no tendría problemas en sacar algo de descanso de las peores condiciones.

Un nuevo gruñido, acompañó una mueca en el semblante del "Feo Durmiente". No parecía estar inmerso en sueños agradables.

Me acerco hacia la cama, repentinamente me agacho y alumbro con la linterna para ver si hay algo debajo de ella. ¿Hola? Vuelvo a decir siendo consiciente que alguien habia realizado el tatuaje de la puerta.

Bajo la cama, al haz de luz de la linterna, puedes ver el cuchillo que ha quedado contra la pared de la cabecera. También notas algo fuera de lo esperado en las tablas del piso, pero con esta luz no puedes determinar qué es.

-oh vamos...- murmuro mientras me voy hacia los pies de la cama y fijo la vista en esta [B]-
Medito unos instantes, al final opto por dejar el baston y la linterna encima de la cama, esta ultima la oriento para que su haz de luz enfoque justo enfrente de mi, me agacho, cojo la pata de cama con ambas manos y trato de desplazar la cama hacia la izquierda.

La cama es bastante más pesada de lo que parece, pero al final logras arrastrarla hacia la izquierda, donde está el armario, con un sonoro chirrido y el crujido de varias de las tablas del pilso durante el movimiento.

Apenas terminas vuelves a mirar lo que te había llamado la atención y ahora sí, la luz de la lionterna de y la ventana aclaran un poco las cosas y puedes ver lo que parece una trampilla en el suelo, que había estado tapada por la cama.