Partida Rol por web

Puedo investigar lo que nos queda de ver, mientras vosotros intentáis detener el avance de los draconianos- dice Leinard mientras desenfunda sus armas- ¿que me decís?- tampoco es que había muchas mas opciones.

Despues de atrancar la puerta de la sacerdotisa no tenian otra opción.

Sigamos y recemos por que haya una salida que no pase por aquí.

Ella era una maga, tomaba decisiones mas bien por instinto y logica que por real conocimiento, sobretodo en lo que a tacticas de combate se refiere, sin embargo la miraban a ella en busca de liderazgo, que la ponia bajo presión. esperaba no equivocarse.

En la sala contigua, solo separada por una cortina correosa se encuentra lo que parecen ser los aposentos del Señor de los Dragones. A parte de un apreciable lujo marginal, ahora decaído con el tiempo salvo pocos utensilios domésticos que evidentemente han sido traídos de fuera, no hay nada relevante. Únicamente cabe destacar que en el centro de la sala hay un pequeño pedestal que contiene un globo cristalino. En el interior del globo se retuerce una luz de color purpura oscuro.

Nadie lo hubiera visto, cuando una sombra se despega de la negrura que rodea la periferia de la sala. Sin presencia alguna, cuesta creer que ese mago hubiera estado tan cerca de vosotros  cuando entrasteis como para no haber notado su respiración.

A lo lejos se escuchan los estruendos acompasados de los draconianos, que ahora se han juntado para tirar la puerta abajo a base de embestir la madera una y otra vez con la convicción de que se rompa la cerradura, salten las bisagras o el bloqueo de detrás se dañe.

Sin embargo eso no parece importarle al mago que es una túnica negra rellena de sombras muy alta, cuyos pies parecen flotar a poca distancia del suelo y parece tener todo el tiempo del mundo. No resulta difícil reconocerlo como uno de aquellos tres magos que discutían en frente la puerta de hierro derretida.  Su cara está sigue cubierta en la oscuridad de los pliegues de la túnica aunque esta vez su voz, joven y conciliadora, ya no suena tan divertida.

-El nuevo semestre ha empezado. Contestad la respuesta correcta: ¿Sabéis cuanto tiempo ha pasado desde que habéis entrado en el edificio?-

Alzando la mano para señalar silencio a mis compañeros hago una cuenta mental de lashoras que llevamos aquí. Es dificil de saber con exactitud dentro del edificio, y supongo que es mejor no responder a responder erroneamente.

El caballero siguió a sus compañeros a la nueva sala, sin embargo no entró. Se quedó fuera vigilando ambos frentes. Tanto la habitación como la puerta por dónde antes o después los draconianos conseguirían entrar.

Cuando vio aquella sombra salir de la nada estuvo a punto de entrar y ayudar en la defensa, pero al darse cuenta que era el espectro del comienzo se serenó. Escuchó sus palabras sin decir y nada y cuando Laurana habló, el caballero en actitud de dejadez dirigió su mirada hacia la puerta. Estaba preparado. Sabía que la puerta no aguantaría y de ninguna manera iba a dejar a los draconianos a su espalda. Una vez que el combate se avecinaba, un caballero de Solamnia debía mantenerse al frente y dispuesto al mismo. Todo el tiempo que ganasen lo podrían aprovechar, pero él esperaría allí a enfrentarse a aquellas apestosas criaturas. Preparó su escudo y su espada y rezó a Paladine.

Una figura se nos apareció y prácticamente todos nos pusimos en alerta hasta reconocerla. Era el hombre en sombra, oculto tras la penumbra de su holgada capucha. Éste realiza una nueva pregunta. La maga nos hace callar. Les miro alternativamente pero acato la petición de la maga, aunque de todos modos permanezco pensativa tratando de calcular cuánto tiempo aproximado llevamos dentro.

Los combates, el entorno, la sensación de que en cualquier momento nos asaltarán más draconianos... todo influye y no me permite hacer una valoración exacta del tiempo. Me parece que llevamos mucho tiempo, pero quizás llevemos solo unas horas. Qué sé yo...

Me percato de la posición que adopta el Caballero de Solamnia y me preparo desde una distancia prudencial mirando hacia la puerta que peligra por si precisamos de mis flechas.

No había mucho que hacer en estos momentos salvo que la maga contestase algo, y si era lo acertado mejor que mejor. Aún así Leinard posó sus manos en sus empuñaduras, solo por si la cosa se complicaba y había que entrar en combate. Claro que eran ya suficientes enemigos con los que debían enfrentarse en aquel lugar como para añadir la extraña sombra presente. 

Sabiendo que no responder no era una opcion y sin saber exactamente el tiempo que llevaban alli opto por el termino medio.

Yo llevo aqui cerca de un dia maestro, aunque no he contado las horas.aAnte la duda, responde la verdad admitiendo tu ignorancia, era la humildad que enseñaban en la torre.

Ni rostro ni expresión, una conversación con el esbirro espectral es hablarle a la negrura absoluta y cada silencio parece poder extenderse hasta el infinito sin saber si la entidad está pensando su respuesta, sonriendo o simplemente mirándote.

-Entonces...indago por su respuesta que no lo sabe ¿No es así?-

Menos de un día maestro, no sabria decirle con total seguridad.

Laurana recuerda a sus estrictos profesores de la torre y no puede evitar apartar la mirada avergonzada.

-Respuesta correcta. "No sabria decirle"- contesta con un tono casual y con una breve pausa entre ambas palabras para añadir una tensión innecesaria a la improvisada alumna. Entonces, ejemplifica la respuesta a todos los demás para impartir la lección no solicitada. -"No lo sé" queridos alumnos, es la respuesta correcta a la mayoría de preguntas que afrontarán en sus vidas y sin duda la que más nos cuesta pronunciar en alto.  Otros maestros les castigarán por decir la verdad, les animarán a indagar, equivocarse y precisamente por eso, cuan más duchos en las artes arcanas se vuelvan, más arrogantes con su propia ignorancia les tornarán-

Dejado un tiempo para que las jóvenes mentes de lo que a sus ojos deben ser un grupo de neófitos asimilen tan valioso concepto pregunta finalmente -Y ahora dígame, ¿Hacia dónde se dirigen? Esta pregunta no saldrá en el examen. -

Leinard se relaja al oír las palabras "respuesta correcta". Y menos mal: no se esperaba nada bueno en caso de haber fallado. No intervino en la conversación, dejando que fuera la maga la que se encargase de explicar hacia donde se dirigían. 

Sacando el plano con rapidez Laurana buscó el nombre original de la sala a la que se dirigian y así se lo dijo al maestro.

Vamos a los corredores de los magos maestro, hacia los pisos inferiores.

Kuroth se mantenía impasible pero alerta , vigilando las espaldas del grupo mientras que el cerebro se encargaba de esta parte de la aventura. cuando llegara el turno del musculo ya seria su turno pensaba para si mismo mientras observaba al esbirro espectral.

El mago de túnica negra os indica extendiendo una de sus holgadas mangas hacia un tapiz algo andrajoso. Al retirarlo encontráis una disimulada trampilla gracias a las argollas, de las que tirando de si, una pequeña losa de mármol encima unos tablones de madera revela un conducto descendiente.

Las escaleras bajan hasta una vasta sala oscura de 40 pies de ancho. Las paredes están decoradas con garabatos que forman dibujos retorcidos los cuales giran constantemente.

Tres pedestales, rematados con esferas  de luz violeta están distribuidos en espacios regulares por el centro de la habitación. La esfera más septentrional rodea a un cristal de ónice de pureza increíble, la segunda rodea un rubí facetado de gran tamaño y la tercera contiene un esplendido diamante.

En la larga pared oriental de la sala hay tres puertas, todas en buen estado y muy pesadas decoradas con imágenes de una figura de mago vestido con túnica y con la cara oscurecida por una capucha está dibujada sobre la superficie de manera que su mano queda sobresaliendo abierta tal y como habéis visto con el diseño de los pomos que caprichosamente se entestaron en reproducir los magos constructores del templo.

En el lado contrario de la sala, un pasillo largo sin fin que se pierde en la negrura de su propia profundidad. Parece que más allá de este punto no hay luz.

El caballero descendió en último lugar para cubirr la retaguardia. Si aquellos draconianos habían conseguido abrir la puerta en breve los tendrían encima de ellos.

Cuando llegaron a la enorme sala el guerrero miró de un lado a otro esperando que la maga les pusiese al día de lo que pensaba ella que podían significar los pedestales y las piedras preciosas que sobre la misma se hallaban. Igualmente comenzó a estudiar las puertas que ante ellos se hallaban.