Partida Rol por web

Aquellas viles criaturas... la habían advertido, pero nunca creyó que hubiera una magia de devolver la vida a nadie. Aquellos seres no estaban vivos.... sino animados. Animados por magia blasfema. Un insulto a los dioses de la muerte que reclaman las almas de todos los caídos.

Decidió que hiría con su yegua y trataría de hacer un corte limpio. No parecía particularmente difícil dado que se movían como títeres de una marioneta.

La confirmación llega y veo con mis propios ojos que son zombies, cubriendo sus pútridos rostros con máscaras blancas de cerámica. Sus movimientos, al parecer torpes, esconden una gran fuerza y una oscuridad terrible, la que les mueve y que contamina todo lo que toca a su paso.

Mis pies se mueven lo más rápido que puedo en esa dirección, mientras aprieto con fuerza en ono en mis manos, preparado para comenzar la lucha. En el centro, consigo ver a una mujer escorpión defendiéndose acorralada. Conozco esa posición, he luchado antes encerrado solo por muerte y no es algo que uno desee a otros.

Solo espero llegar a tiempo...

Los nervios me tensan, una gota de sudor recorre mi espalda impidiéndome dar un paso adelante. Por suerte la valentía de mis compañeros y el ver cómo fácilmente cae uno de ellos me permiten no darlo atrás. Despacio saco uno de los pergaminos más viejos de mi porta. Es el más usado, pero un hechizo básico para cualquier shugenja que tenga que tratar en las tierras sombrías. - Mis compañeros me necesitan. Mausuko, no puedes fallar, demuestra tu entereza. - Pienso mientras las palabras ya memorizadas salen de mi boca mientras conjuro el poder de los kamis de tierra para que me ayuden en esta hazaña.

-Sido Miko...- dice una profunda voz que ya habías oído antes. Una neblina se materializa delante de ti con la forma de un guerrero. Tu antepasado. Aunque te brindaba consejos de vez en cuando o algunas reprimendas, no volviste a saber de él desde el día de tu Gempukku.

-Jamás te perdonaré por elegir un nombre Gaijin en tu ceremonia de Gempukku y menos siendo un alumno de la escuela Ide.-   

Si haces referencia a lo de tu debilidad "blanda de corazón" no se consideran humanos aunque tengan forma y hayan sido humanos...a menos que, por ejemplo, alguno fuera un familiar u amigo en cuyo caso podría hacerte tirar para ver si lo superabas. 
Cojeré el primer resultado de la primera tirada de conjuro puesto que es la que habrías hecho.

El daño se hace por separado. 

Los zombies atacaban a un valiente samurai, lo rodeaban como una manada de lobos a una presa desesperada. Una presa que exhalaría su último aliento luchando hasta la muerte.....a menos que tomaramos cartas en el asunto.

Espoleando con suavidad a mi montura y la lanza centrada en el primer zombie que se interponía en mi camino inicié mi ataque.

La cimitarra en mi otra mano, sujetando las riendas, lista para el siguiente ataque y en el cielo un silbido que amenizaba mi embiste me hicieron sentir libre y seguro de mí mismo. Ansiaba ver al zombie en suelo con la lanza clavada en la tierra de donde jamás se tendría que haber levantado.

De repente ante nosotros una leve neblina apareció. Al atravesarla sentimos como el frío nos atravesaba y el silencio nos rodeaba. Sólo fue un instante, el suficiente para que mi montura dudara pero mi fuerte decisión en acabar con aquellos zombies le ayudó a continuar.

-"Maldito Maho tsukai" pensé mientras oía aquella voz....

Si haces referencia a lo de tu debilidad "blanda de corazón" no se consideran humanos aunque tengan forma y hayan sido humanos...a menos que, por ejemplo, alguno fuera un familiar u amigo en cuyo caso podría hacerte tirar para ver si lo superabas. 
Cojeré el primer resultado de la primera tirada de conjuro puesto que es la que habrías hecho.

El daño se hace por separado. 

No, no me refería a mi debilidad... aunque buen punto se me había pasado XD.
Me refería a esta técnica de escuela:

...Obtienes un bonificador de +1g0 para todas las tiradas de lanzamiento de conjuros en las que el objetivo sea cualquier criatura no humana...

Quiero atacar a caballo con la lanza (ya que la tengo, aunque lo mío es la cimitarra) al zombie pero no sé que tirar

La habilidad de lanza es de agilidad, por lo que deberías tirar 3g2 para el ataque y 5g2 para el daño. Como vas montado haces 7g2 de daño. (En una carga se utiliza la fuerza del caballo que es 5) Aunque moverse al trote no puedo considerarlo una carga.

Para convencer al caballo de que ataque cada asalto es una tirada de equitación (consciencia) NO 10 El caballo hace 4g3 de daño.

El conjuro de la Hiruma junto a los dos unicornio cabalgando hacen que el suelo tiemble. 
Zhuo corta la cabeza de un zombi según pasa a su lado liberando de atacantes al escorpión por su zona.
Miko embiste con la lanza a por el flanco drecho mientras la flecha del Tsuruchi impacta en el zombi, rompiendo su máscara blanca. Sin embargo el Zombi, aún con la flecha asomándole por la cuenca de un ojo, sigue vivo.
Pero los poderosos kami de tierra ayudan en el combate. Una luz verde, cegadora para aquellos corrompidos por la mancha, golpea desde el suelo en un haz de luz del color del jade. Pequeños fragmentos salen disparados hacia arriba cortando y golpeando carne muerta y hueso.   
Aunque no ha muerto ninguno, sus fuerzas se ven seriamente comprometidas.

Los zombies que tenemos frente a nosotros son figuras asquerosas y una de las visiones más profanas que un ser humano puede tener, sin siquiera tener la desgracia de ver debajo de esa máscara y quizás conocer el rostro de la persona cuyo cuerpo ha sido mancillado. Siempre hay peores destinos que la muerte.

Pero no es momento de dudar, por lo que cargo con todo lo que tengo, sin preocuparme mucho por mi propia protección, para cortar la cabeza del zombie más cercano que tengo utilizando mi ono.

Tras eliminar a aquella aberración de un ser humano, prosiguió con el siguiente. Apenas cayó al suelo en anterior su yegua protestó por no darle ninguna orden de ataque. Así que procedió a atacar al siguiente, moviendo a su animal de modo que sus patas traseras pudieran golpear antes de que ella lo hiciese con su cimitarra.

Konnichiwa, Escorpión-sama. Parece que hoy no es su día de suerte, ¿o si lo es?. — Dijo tras segar otro pescuezo.

-¡Vamos Escorpión-san, aguanta solo un poco más, ya son nuestros!

Maldita sea, le he dado en la cabeza pero sigue combatiendo, ¿Qué ser puede continuar luchando con una herida así? Será mejor que cambie de objetivo, ese unicornio está demasiado cerca de mi blanco y empieza a faltar la luz.

Así pues, vuelvo a sacar una flecha del carcaj y apunto a un zombie situado un poco más lejos que el anterior, para evitar que sorprenda a la escorpión o al unicornio. Una vez tengo claro el disparo, tenso el arco y disparo.

Parece que mi última acción hizo algo... bueno creo que lo estoy haciendo bien, consigo serenarme un poco pero no lo suficiente. Malditos nervios... es cómo cuando se te acerca esa persona que te gusta mucho, pero una sensación mucho más desagradable. Inspiro profundamente, tengo que seguir apoyando a mis compañeros. Cierro los ojos me concentro y dando unos pasos hacia delante repito la misma acción leyendo el pergamino que tengo entre las manos. - Quizás las palabras de ánimo a la escorpión no puedan salir de mi boca, pero estas que me se de memoria sí. - Pienso para mi.