Partida Rol por web

Las indicaciones de Terrance LaGard los guiaron hacia un complejo de depósitos de aspecto tranquilo. No hay gente en la calle donde se ubica. El Sol ya se está ocultando y la oscuridad comienza a cernirse sobre la ciudad. La única persona a la vista es un guardia en una casilla que descansa apaciblemente. 

¿Que se te ocurre padre? Hay un guardia allí. - Paro el auto a lo lejos cuando veo el guardia y apago las luces para que no se note que estamos allí.*

-Siempre podrías ponerte un chaleco reflectante y un casco y entrar al grito de "Inspección de Seguridad", pero supongo que no tenemos tiempo para disfraces... o quizás puedas ponerte un vestido ajustado, una peluca y unas sandías para tratar de seducirlo... no, no hay tiempo para tranformismos... y estoy casi seguro de que es pecado...

El padre lleva su dedo índice al labio superior y lo toquetea lentamente mientras piensa en una solución milagrosa para ese problema que hay frente a ellos.

-Podemos continuar hasta la entrada y detener el coche frente a el, salir del vehículo y pedirle ayuda alegando que "Nuestro vehículo se ha estropeado y si el sabe algo del tema", entonces uno de nosotros se cuela en el interior mientras el otro distrae al hombre.

El Padre daba una idea tras otra, pero ninguna de ellas parecía convencerle, pues todo dependía si aquel hombre se tragaba que había una inspección de seguridad, era encandilado por los encantos de un Kyle con pechos sandiasticos, o si era un buen samaritano conocedor de mecánica de automóviles... 

-También podemos acercarnos a el y decir que eres el heredero de uno de los depósitos y yo como párroco que di la extremauncion a tu tia-abuela Rigoberta, estoy llevándote a dicho depósito en cuestión. Tal y como la difunta hubiera querido...

-Lo de seducir se me da muy bien, llegue a la casa de Terrance seduciendo maestras, directoras, enfermeros y arboles, seducir al guardia no será muy difícil, no importa su orientación, todos caen al final... Aunque... Mejor seguimos la idea de que tenemos el auto dañado, "Oh gracias al cielo, ¿no tendrá un telefono usted? Este auto no ha querido colaborar, mi sobrino y yo llevamos más de 5 kilometros con la rueda pinchada, venimos aquí a ver si encontrabamos alguien con un telefono celular para que nos remolquen." Es lo que tendrás que decir, todos confían en un padre, mientras este distraído lo golpeamos y lo dejamos inconsciente. ¿Bien? - Espero su opinión antes de bajarme del auto y pinchar la rueda delantera, también pongo mi movil en silencio para evitar interrupciones, que desastroso sería el plan si sonara en ese preciso momento.

Lo silencioso del lugar parece cubrir el depósito en una red soporífera. Esa especie de estasis parece romperse cuando el guardia de la casilla se despereza, quizás listo para salir a estirar las piernas. 

-¡Vamos! ¡Vamos!. -Apresuró el padre, ignorando adrede toda esa habladuría que ligó con todo aquello que tuviera dos piernas en su camino hasta la casa del anciano amigo del desaparecido; el cual, supuso el padre, que también hubo tratado de encamar aquel "compañero" de viaje- ¡Ahora es nuestra oportunidad!.

Dicho esto, el Padre abrió la puerta del coche y antes de disponerse a salir dijo al joven -Será mejor que conduzcas tu; yo no tengo ni idea de cómo conducir un vehículo con tantas ruedas como este... Pero no se preocupe, puedo ser muy sigiloso cuando me lo propongo. -Con estas palabras de confianzas dichas, el Padre sale finalmente, con tan mala fortuna como para tropezarse con la parte baja de la puerta y caer de bruces al suelo.

Estoy bien...

Bien, el padre tenía razón, era ahora o nunca, con la rueda pinchada del auto, comencé a conducir lentamente hasta el guardia y cuando ya estuve cerca di lo mejor de mis clases de actuación que tome cuando era adolescente.

-Eh, ¡finalmente alguien! - presumo alegría. -¿Puedes ayudarme? Tengo la rueda del auto pinchada, ¿no tendrás un movil o algo?

Aprovechando esto, el Padre decidió camuflarse con el entorno cercano, poniéndose detrás de un poste de la luz el cual era significativamente más estrecho que la anchura del barrigón del padre, quien, futilmente estaba tras este. Sin lugar a dudas, se podía considerar muchas cosas, pero un maestro del disfraz, no era una de ellas... o la sutileza... o ser un buen delineante de ojos... o la papirofléxia... o tocar el laúd... en definitiva, el padre no era habilidoso en muchas cosas, pero aún así las intentaba, tal y como se puede ver en su cuarto las grullas deformes de papel, las quejas de los vecinos por el ruido, o los ojos de mapache que a veces llevaba a la Misa.

-Soy un Ninja. -Dijo para sí, mientras trataba de escuchar si el señuelo había funcionado. -Veloz como la piedra, Duro como el agua y húmedo como el viento... Espera... ¿Para qué necesita ser un ninja húmedo?....

El guardia sale de su casilla y se acerca al coche. -¿Qué sucede, amigo?-pregunta con tono amistoso. -¿Se le pinchó una rueda o algo así? 

EEn cuanto estuvo más cerca le pareció detectar algo en la oscuridad, detrás de un poste. ¿Qué es eso...? -murmuró confundido.

Sullivan decidió meter barriga en el momento oportuno, pues al parecer aquel hombre no lo había visto. De hecho en su elevada comprensión del entorno incluso logró pensar en algo para ocultar el ruido. ¿Quizás imitar a un animal? ¿Un perro? ¿Un gato? No; es demasiado evidente un gato, así que el bueno del padre hizo lo que tenía que hacer.

-Wii, Wii, Wiiiu... -Dijo el bueno del Padre imitando así a un conejo demasiado entusiasta por las consolas de Nintendo.

Parece ser un animal, quizás un conejo, nada de que preocuparse, ¿puede ayudarme con la rueda? - Desvié su atención del postal, hablaba con tanta convicción y confianza que hubiera podido decirle "Es un alien" y el guardia me lo creería

-Ah, sí. Claramente suena como un conejo. Yo también estaría entusiasmado por Nintendo. -responde el guardia. -¿Se pinchó una rueda? ¿Tiene para el recambio? -inquiere el hombre agachandose cerca de la rueda más inmediata mientras saca su linterna para ver mejor. 

Y así pues, el bueno del Padre Sullivan, leal cual gato y ágil cual perro, decidió escabullirse entra la oscuridad luego de su soberbia imitación de un conejo demasiado entusiasta con Nintendo. A fin de cuentas, golpear a alguien por la espalda usando una plancha de metal no es algo demasiado cristiano. -Atarlo y quemarlo en la hoguera sí, pero no tenían hogueras ni cuerdas en estos momentos-. Heroicamente, logra meterse dentro luego de darle una señal con las manos a su compañero, la cual bien podría significar "Quiero Waffles para Desayunar" como "No uses una plancha de metal para noquearlo".

Afortunadamente, no parecía haber otro guardia en las cercanías. La noche estaba cayendo y el complejo de depósitos estaba cada vez más oscuro. 

-¿Tiene una rueda de recambio, compañero? -pregunta el guardia a Kyle. 

Espero que sí, dejame ver un momento. - Abro el maletero a ver que encuentro.