Partida Rol por web

William acompaño a Irina para salir de la taberna, parecia que al final no les apetecia quedarse alli.

Aquella adivina parecía buena. Las premoniciones según contaban los lugareños eran asombrosas. Basado en los relatos que acababa de escuchar, seguramente le indicaría sin dudas el paradero de su hijo. El problema parecía ser que era una persona bastante requerida, sería difícil conseguir cita con ella, pero el bárbaro tenía tiempo, esperaría lo que fuera necesario.

Entonces entraron la mujer y la criatura extraña de piel rojiza, pero hablaron en secreto y se marcharon enseguida. Tork se encogió de hombros.

- Bueno, si que está bueno este licor -exclama a su compañera.

Luego paga y se levanta.

- Creo que ya es hora de partir -afirma.

Tras un dia no  demasiado productivo ya que practicamente se dedicaron a perder el tiempo en la ciudad ya que nadie encontro nada especialmente interesante, afortunadamente Karin encontro algunas provisiones que les servirian para llegar a la capital. El resto de dias en el barco fueron como los demas, aburridos y practicamente sin nada mas que hacer. Durante el viaje parecia que los dos barbaros mantenian unas conversaciones y alguna que otra competicion que hizo que fueran mas proximos, lo mismo sucedio con William y con Irina, por su parte Naxael y Karin se habian mantenido algo mas al margen, el primero en la bodega y la segunda pendiente de que el barco fuera bien.

Cuando llegaron cerca de la capital Karin les aviso, a lo lejos podian ver una muralla bastante larga, por uno de los lados de la ciudad, el que daba al desierto y una gran carretera por donde podian verse una gran catidad de caravanas y personas entrando y saliendo.

El sio se dirige a otra zona, al gran puerto que hay en la ciudad, el rio en esta parte es mucho mas ancho ya que se forma un gran oasis que es donde se asienta la ciudad. Parte de la ciudad esta construida sobre algunas islas y en especial el palacio real situado en el centro en una de las islas ocupando toda su extension. Varios puentes pasan por las diferentes islas, de forma que practicamente todas quedan dentro de los limites de la ciudad y una gran muralla que lo rodea todo.

La embarcacion atraca en el bullicioso puerto sin demasiadas complicaciones, Karin es la primera en bajar dispuesta a hablar con las autoridades del puerto

William se desperezo de su lugar donde se sentaba cada mañana para ver la luz reflejada sobre el mar, era como purificarse por dentro dia tras dia. Pero el dia de llegar habia llegado mas rapidamente de lo que habia pensado y todo volvia a ser como antes, bueno casi todo, por el momento tenia compañia en aquella chica que habia conocido en este singular viaje.

-Bueno Irina, creo que nos podemos poner en marcha a esa bruja que sabe decir cosas, quiero hacer una visita a la biblioteca de la ciudad, siento que puedo encontrar algo de relevancia aqui

William empezo a colocarse toda la ropa y armas en su sitio mientras miraba atras y esperaba a Irina.

Después de unos días por fin llegamos a la capital. Al fin podría ver a la adivina y preguntarle sobre mi pasado y aquel día... William me estaba esperando para entrar en la ciudad. Me coloco bien la capa y me dirijo hacia él.

- Deberíamos de preguntarle a Karin por donde tenemos que ir. Así no nos perderemos y la encontramos cuanto antes -voy hacia donde está Karin, mientras andoo hacia ella giro la cabeza hacia William y le hago un gesto con la cabeza para que venga. Llego al lado de Karin y la pregunto- ¿Por dónde se encuntra la adivina? ¿Cuál es el camino más corto?

-Estas mujeres...por que tendran la mania de preguntar el camino de todo? Con lo facil que es perderse y que el objetivo se presente sin más - su voz no fue mas que un pensamiento en voz un poco alta.

William se quedo donde estaba en la salida del barco esperando que Irina recibiera las indicaciones

Karin responde a la keruban:

- Pues tienes que llegar a la calle del mercado, la encontraras con facilidad, alli pregunta pues es bastante conocida, la ultima vez que vi su casa era una casa en una casa en un callejon algo estrecho, bueno algo mas estrecho de lo ue vais a ver, si no recuerdo mal es bastante modesta la casa

Karin se sacude las manos y acercandose al barco dice:

- Bueno, el barco estara aqui, nosotras no creo que lo volvamos a usar, asi pues cualquiera de vosotros lo tiene a su disposicion para que haga con el lo que quiera, incluso podeis dormir en el o venderlo, el estribador nos permite el amarre durante 5 dias.

- Muchas gracias Karin -voy hacia donde está William- Tenemos que ir hacia el mercado, preguntar por ella y nos dirán como llegar. Así que vamos, pongámonos en marcha -empiezo a andar y le hago un gesto con la mano a William...

Cuando entran en la ciudad ven una ciudad muy diferente a las dos anteriores ciudades de este reino. Hay una gran actividad por todas partes, personas que van y vienen de todas partes, hay incluso extranjeros, personas libres, esclavos (en general cuidados), guardias uniformados que vigilan, comerciantes, lo que es una gran ciudad con mucha actividad.

Las casas normalmente de una o dos plantas tienen el techo abobedado en su mayoria y se ven en general limpias, como toda la ciudad por la que estan caminando. Algo que llama la atencion es que no se usan practicamente caballos, en lugar de ello haya camellos y dromedarios, tanto la guardia que va montada como las personas usan estos animales. No muy lejos puede verse la imponente figura del castillo real, una construccion blanca con algunas torres y grandes edificios que terminan en bovedas doradas que brillan con el reflejo del sol. La mayoria de las calles no son demasiado anchas y son sinuosas, sin embargo, segun miran a sus lados por las calles menos principales pueden ver como son aun mas estrechas y sinuosas.

Tras un rato llegan al mercado, una enorme plaza llena de toda clase de puestos, de comida de todas clases, ropas, artesania, telas, armas, practicamente todo lo que se pueda imaginar esta ahi, los dos viajeros pueden ver como el mercado es inmenso, tal vez el mas grande que hayan visto, una ciudad de pequeño tamaño podria caber dentro de la plaza del mercado que registra una grandisima actividad

William se coloco bien la capucha, no queria llamar la atencion, como siempre queria seguir siendo una sombra. Pero alli habia muchisimas gente, el alboroto del mercado era increible.

-Vaya, parece que el mercado es bastante grande... deberiamos de rodearlo y buscar nuestro objetivo...que te parece??

Observo como William se coloca la capucha, parece ser que no le gusta llamar la atención, aunque con ese color que tienen en la cara es normal que llame bastante la atención.

- Está bien, rodearemos el mercado, pero si no encontramos la casa de la adivina iremos al mercado a preguntar a alguien.
 

La pareja camina rodeando el mercado, este es realmente grande y les lleva bastante tiempo ya que no solo es por el tamaño, sino tambien por la cantidad de gente que hay en el. Por lo que pueden ver hay cuatro calles principales que llegan al mercado y una infinidad de calles mas pequeñas y mas sinuosas que tambien desembocan en este, estan seguros que si entran en alguna de estas calles y caminan sin conocer el camino podrian perderse facilmente, lo bueno es que no saldrian de la ciudad y estarian bastante protegidos del ardiente sol del desierto

- Bueno, empecemos a buscar la casa, si nos perdemos podemos volver en nuestros pasos y tirar hacia otro lado o preguntar. Por lo menos aquí estamos resguardados y si llega la noche en algún lugar nos podremos quedar a dormir...

William miró alrededor, parece que tenian una tarea bastante ardua entre manos

-En fin, empecemos a buscar, cuanto antes empecemos antes terminaremos

La pareja estuvo un buen rato buscando, refugiados como estaban del sol tardaron en darse cuenta pero cuando encontraron la casa de la mujer ya era por la tarde. Habia pasado practicamente todo el dia buscando y preguntando, las gentes de alli les hacian indicaciones pero les resultaba algo complicado de seguir ya que las calles eran muy sinuosas. Por fortuna a la hora de comer encontraron un puesto donde vendian comida, era una curiosa comida con verduras, carne y una salsa bastante suave y con unos toques de una salsa muy picante, tal vez la mas picante que jamas hayan tomado todo envuelto en una torta de pan fina (un kebab). 

Tras varias horas, llegaron a la casa. Aparentemente era una casa normal, como todas las demas de dos plantas, por lo que podia verse casi toda la actividad durante el dia debia darse en la planta baja mientras que la nocturna en la planta superior. La puerta estaba abierta y una tela de vivos volores servia como puerta.

-Una bruja que adivina cosas y se protege con una cortina de colores...en fin, veamos si en verdad tiene el poder del que se jacta...

William entro lentamente intentando detectar algun hechizo agresivo hacia los que entraban alli, no le apetecia encontrarse con una defensa que le lanzara una bola de fuego en las naricces, aunque tambien lo hacia porque no queria ver a Irina herida...

-Que raro, normalmente me preocuparia solo de mi mismo - con un movimiento de cabeza intentando alejar esos pensamientos William entro en la estancia primera de la casa.

-Hay alguien aqui??

Por fin llegamos a la casa de la adivina, después de la caminata hemos hecho hemos llegado a nuestro destino. Pero era raro, en vez de una puerta tenía puesto una tela de colores. ¿Será algún tipo de encantamiento...? Habrá que tener mucho cuidado, esta casa no me da buena espina... 

- Ten cuidado, no sabemos lo que puede significar esa cortina -agarro del brazo a William

Mientras entran en al casa William no detecta ningun tipo de hechizo al igual que Irina no parece ser capaz de ver nada extraño, parece una casa normal y corriente, de hecho cuando entran pueden ver como hay una pequeña sala principal con una mesa baja y varios cojines a su alrededor, el suelo esta alfombrado y hay dos puertas ademas de una escalera que conduce a la planta superior. De una de las puertas sale una mujer la cual lleva puestas vaporosas prendas, camina descalza pero pueden ver como tiene varias tobilleras, ademas lleva varias pulseras de diversos materiales no todos ellos preciosos, un velo semitransparente le cubre el rostro, una diadema y un adorno en forma de alas de angel que salen de donde deben estar sus orejas.

La mujer les observa y comienza a hablar con tranquilidad mientras se dirige hacia una pequeña mesa auxiliar donde hay una tetera con 3 pequeños cuencos:

- Asi que aqui estais William de los demonios blancos e Irina de los Queruban. 

La mujer coge la tetera y los cuencos y se sienta en uno de los cojines de la mesa baja, sirve te en los cuencos, un te de un marcado color verde que hierve segun lo hecha, la mujer que cuando se mueve suena por los adornos que lleva parece no temer nada de los visitantes y al sentarse hace un gesto con la mano y dice:

- Tomad asiento y tomad un te, creo que habeis venido a saber algo cierto?

Entramos en la casa, parece ser que la cortina de colores que había en la puerta no hacía nada, pero como siempre decía mi padre, mejor prever que curar. Entramos a la casa y había una pequeña sala con una mesita baja y varios cojines alrededor. De una de las puertas que había salió una mujer vestida con prendas vaporosas, estaba descalza y tenía varias pulseras que a la mínima que movía los brazos sonaban. Nos empezó a hablar, sabía quien eramos y nuestras intenciones, era un poco extraño, pero que se le iba a hacer, es una adivina. Nos invntó a sentarnos para tomarnos un té. Yo acepté y fui hacia la mesa. No creo que nos haga nada. Fui hacia la mesita y me senté en uno de los cojines. ¿Qué hará William? ¿Se fiará de la adivina?  Bueno, tendré que hacer que se fié de ella, es la única manera que responda a nuestras respuestas. Miro a William y le sonrió, así verá en mi cara que yo me fío de ella y él vendrá hasta aquí.

- William, ven aquí.

La mujer sonrie levemente y dice:

- Bueno, habeis viajado desde muy lejos y sin duda cada uno de vosotros dos ha vivido muchas cosas durante su viaje y antes de este, pero habeis viajado para verme como otros muchos

La mujer mira a cada uno a los ojos fijamente y añade:

- Y cual es el motivo que os ha traido a mi hogar?