Partida Rol por web

-Os doy las gracias dama Scire...-digo mientras hago un gesto de cortesía con la cabeza. ¡Curiosa historia! Pienso rápidamente en toda la información que se me ha dado mientras los otros se alejan...Y escucho a Elenaide. Sus palabras están cargadas de sabiduría...pero aunque pienso esto mientras asiento, no puedo evitar la sensación de que mi camino debe seguir, aunque sea sólo en cierto modo, los consejos de la diosa.

Hago un gesto al cadáver para que me siga, y salgo de la habitación dando largas zancadas, aunque cojeando, como siempre.-Si me necesitáis, estaré en la biblioteca...-digo mientras me marcho. Si hay algún lugar donde se pueda encontrar información sobre la Reina de los Muertos, es en esta ciudad. Por aquí empezaré.

-Retrocede un par de pasos -indicó al elfo, en precaución de lo que pudiera pasar. Scire se sentó de rodillas delante del libro, mirando a este intensamente. Le colocó una mano encima. Vaporosas hebras de oscuridad le rodearon, formando una esfera alrededor del tomo, el cual levantó en el aire un poco para permitir a la esfera formarse del todo y sin problemas. Comenzó a intentar cerrar la mano, que estaba abierta completamente. No estaba atacando el libro, pero si a la protección que tenía y que era evidente lo protegía de dejar de existir. Buscó usar su oscuridad para tomar posesión de la misma, y una vez hecho esto, atacar la defensa, buscando partirla en pedazos al terminar de cerrar la palma del todo, lento y concentrándose. Cerró los ojos, y la habitación dejó de existir para ella. Sabía que las protecciones eran complicadas de romper, y dependía del tipo de magia, pero también sabía que la oscuridad podía absorber todo. Magia,  seres, incluso las plegarias y fé. Todo podía ser consumido.

Scire usa su magia para tratar de destruir el libro, parece que esta a punto de lograrlo, sin embargo en el ultimo instante algo pasa, es como si la magia se anulase, sin embargo si que ha sido capaz de ver algo, una frase que se ha gravado en su mente:

" Solo el colmillo de un gusano de arena impregnado de la sangre de una virgen puede romper este libro"

-Bah...

Se quedó en su sitio y frotó la palma para relajarla nuevamente. Miró al elfo.

-Uhm...creo que tengo una pista sobre esto al menos...

La mañana habia llegado, todos habian dormido bien y se habian recuperado. Las habitaciones que les habian entregado eran comodas, bien mullidas, ademas tenian un escritorio, un armario y una chimenea en la cual habia un cristal en llamas en lugar de madera ardiendo, tambien tenian una habitacion mas pequeña en donde habia una gran bañera y un cristal que les explicaron podrian usar de forma que poniendo la mano encima y manipulando la magia podrian hacer que saliera agua, a aquellos que no eran capaces de usar la magia les ofrecieron activarles el cristal.

Por la mañana una nota identica llega para todos:

"Disculpe por no haber podido estar con ustedes ayer, pero unos asuntos importantes me requerian, espero contar con ustedes al final del dia en el salon donde nos encontramos por primera vez, alli me gustaria mostrarles el agradecimiento por su ayuda y podremos hablar tranquilamente"

La nota estaba firmada por Beremode

Tras darme un baño me tumbé en la cama. No necesitaba dormir, pero quería descansar las piernas, había sido una jornada muy dura y en el vuelo de regreso lo había pasado aún peor. Sin embargo algo me carcomía, era la espada que em había dado Miyu... Me levanté con brusquedad y fui a agarrarla. Era increíble, ni siquiera me atrevía a tasarla, un objeto como aquel podía valer... ¿Vidas? ¿Dónde guardaría una arma como aquella? La comparé con la funda de la espada corta que tenía y dí por sentado que no cabría, así que la envolví en un paño sedoso para que no se viera mucho y salí de mi cuarto.

Quería pedirle ayuda a alguno de los magos para que le echara un ojo, quizás Sycnus o Eliddor podían decirme algo más acerca de la espada. Hice memoria para recordar en que estancias los habían instalado.

Llamé a la puerta de Sycnus e inmediatamente irrumpí en las estancia. Sabía que al mago que gustaba estudiar en tranquilidad y quizás no hubiese respondido.

- Hola Sycnus, lamento molestarte, no te robaré mucho tiempo.

Desenvolví la negra espada de Miyu y la dejé a la vista del encapuchado.

- Necesito saber qué puedes decirme de esta espada. Después de las palabras de Katsu sobre lo traicionera que es Miyu casi me da miedo usarla.

Realmente ya les habia dicho todo lo que sabia, esperaria al dia siguiente, que pensaran lo que les habia dicho, lo del dragon negro y tal. Realmente, a quien mas cosas le habia dejado por pensar a Yui. Se le ocurria una cosa más que tratar con las chicas, en especial con Elenaide:

-Elenaide-dono, he mejorado bastante con el manejo de Ki, pero me gustaria revisarlo, porque seguro que hay cosas que se me escapan... cuando podamos, me gustaria hacer alguna practica o algo... y bueno, cuando terminemos de hablar... si me pudieras dejar a solar con Yui...

El chico esperó la respuesta de al elfa samurai y diria poco más, la verdad solo queria recordar a las dos feminas, lo que habia pasado:

-Solo os pido que penseis lo que os he contado y mañana volvamos a hablar, me inquieta los cambios que haya producido el Varander, y ver el dragon legendario negro destruir una ciudad, y que una Diosa me diga que algo mas oscuro y peor esta por llegar... no se, algo se mueve pero no se que es... vosotras sois mas sabias que yo... normalmente no creeria a Miyu, pero lo del Dragon Legendario Negro me impacto mucho...

Con más o con menos, la noche había pasado. Estaba bien, lo de poder descansar tranquilo y saber que las personas que te importan están bien. Ya habia recalcado a Yui que pasara lo que pasara, él estaria con ella, que la queria y que la ayudaria siempre. Era lo que tenian que saber los dos. Después de asearse un poco y cambiarse, se fue a buscar a la chica arisiana. Ella era la maga y seguro que le podia enseñar todos los rollos magicos de esa asamblea y explicarselos en terminos que el entendiera.

Quería saber como estaba, por el rollo ese de recuperar los recuerdos, y tenía que saber que alguien estaba a su lado. Esa tal Beremode ¿debería sonarle de sus viajes?¿la conocia? Era tanta gente la que conocia, pero hasta que no la viera, no se acordaría. Y queria saber como podia ayudar a Eliza... el chico fue directamente a la habitacion de la chica, pico a la puerta y esperó pacientemente a que responderia a ver si estaba lista.

He pasado gran parte de la noche en vela, pensando, inquieto, nervioso. Antes de que el día comenzase a iluminarse, intenté escribir algo. Nada. La mitad de una hora ante una página en blanco. Cerré el libro y volví a colocarlo en su sitio.

Cuando la puerta se abre, casi ni me inmuto. No recuerdo cuanto tiempo llevo sentado, acariciándome la barba, con la mirada perdida, meditando sobre la diosa, el lago, la Reina de los Muertos... Sobre el próximo paso.

"Si te otorga algo, te arrebatará otra cosa."

¿Cuáles serán los verdaderos propósitos de Miyu? ¿Realmente debería fiarme de ella? ¿O quizás debería continuar mi camino como hasta ahora, solo, cautelosamente, hasta que encuentre a algún antiguo ritual que me conceda lo que deseo? No lo sé.

Cuando Ducky desenvaina la espada, salgo un poco de mi ensoñamiento.-Saludos buen Ducky...-digo con voz ronca.-La espada...sí...Bueno, no soy un experto en armamento...-digo distraídamente-pero como usuario de la magia quizás pueda sentir algo, ya sabéis...-entonces la cojo con cuidado, la examino. Paso la mano por encima suyo, sin tocarla, cerrando los ojos, buscando algún tipo de energía que me pueda decir algo.