Partida Rol por web

- Matando inocentes, no lo olvides. Además... a mí tampoco me conoces. No sabes lo que soy. Podría ser un mago o bien un demonio. - Le sonreí. - O algo peor. Pero te voy a contar algo que es verdad. En todo el tiempo que llevo viajando sola, que puedes creerme que ha sido mucho, ningún garou, ningún mago se ha plantado delante de mí, me ha dicho lo que era ni me ha atacado. Por lo que se ahora, si me hubiese cruzado con vampiros o demonios no lo hubiese contado. Pero, ¿sabes a quienes temo de verdad? A nosotros mismos, a los humanos. Ellos si me han atacado, si han intentado violarme o matarme.

» Y eran humanos, de ser seres sobrenaturales me hubiesen sometido sin problemas. Nosotros mismos y los zombis somos el problema real ahí fuera. Nos confiamos por naturaleza, por ser semejantes... pero somos los que más abundamos y los más peligrosos para nosotros mismos al final.

Sonreí ante sus palabras a la defensiva cuando le dije que se imaginaba que cambiaba. - Tranquilo. - Le dije con voz conciliadora. - Era que lo imaginaras solamente y pensases en como te sentirías con esa desconfianza hacia ellos. A mí ya se me pasó ese arroz y... bueno, en alguna raza tengo que poner esperanza y viendo como va la nuestra.- Dije señalándole a Seth y a mí alternativamente. - Creo que es hora de abrir las miras.

- Sí, ya veo... molaría ser una criatura sobrenatural, un extraterrestre que se combierte en mono gigante con la luna llena, un tipo que se le conoce como "le brujo" o un motorista que hizo un pacto con el diablo para conseguir sus poderes... Pero los garou o los magos no molan... - Reí con aquello. - Yo también he sido joven y he salido "con niños" - Bromeé. La verdad es que tuve mi parte de lectura de comics y salí con un colgao de Dragon Ball...

- Y me fío de él tanto como de ti. Ambos habéis demostrado que no váis a hacerme daño, sobre todo tu. Jack podía habernos descuartizado en unos segundos, habernos ocultado en tu búnker y traer a los suyos aquí... y eso no ha pasado. Creo que se merece ese voto de confianza. Además, no creo que con tu lanza improvisada y mi cuchillo le asustásemos demasiado. - Le miré de reojo con una sonrisa. - Y menos aún si lo del papel es cierto y solo la plata les hiere...

Sonreí abiertamente cuando le vi tan lanzado en venir con nosotros.- ¡Genial! - Exclamé buscando animarle más. Claro que estaría todo el tiempo con su ojo sobre nosotros y... no podría comerme al garou.- Y tranquilo, si las cosas salen mal, te traeré de vuelta a tu escondite y yo retomaré mi camino cuando estés a salvo. - Yo no iba a quedarme allí ni a ejercer de madre ni de amante de un niño. Me gustaban los hombres de verdad, con rostro de hombre duro, no los niñatos ni los hombres con cara de niñas. Tenía un gusto muy raro pero lo que más me sorprendía era que me atrajese Jack. Quizás fuese algún tipo de atracción animal.

- Yo no quemaría el sofá. - Le dije mientras se colaba por la trampilla. - Podrías quemar la cabaña y además el olor hará que otros decidan no quedarse a vivir aquí arriba. - Jack tenía razón, al menos en la parte de que si vendría con nosotros. En lo de que fuese mago, aún estaba por ver... pero si él había detectado eso, debería estar atenta, porque Seth necesitaría ayuda.

Seth desapareció trampilla a bajo murmurando.- No tendré poderes pero Jack apesta a muerte...Tú no.

Jack no tardo en volver, debió oler que Seth se largaba porqué fue casi inmediato. Volvió empapado. Entro tranquilamente y se sacudió el agua como un perro antes de acercarse al fuego.

De nuevo volvió a cambiar a su forma de hombre

 -Hola de nuevo.- saludo con su mejor sonrisa. Se paso las manos por el pelo mojado para retirarlo de la cara.

- ¿Como ha ido con el chico?.- te pregunto.

Olisqueo el aire y levanto la ceja en tu dirección, como si notara tus feromonas.- Lo siento, no puedo controlar eso.- comento.- Es un efecto natural de las hembras ante los machos de nuestra especie, es la forma en la que Gaia intenta que nos sea más facil... reproducirnos.- aseguro todavía desnudo.

El Garou trato de cambiar de tema.

- Aunque bueno, yo ya he cumplido. Tengo dos cachor... dos niños. Los mantengo lejos del Wyrm y sus criaturas, en un sitio seguro, con un amigo. El mayor se llama Liam y la niña menos Selene. Me gustaría enseñarle fotos pero no llevo encima por un tema de seguridad.

Seth se fue refunfuñando. Estaba claro que si quería llevarme bien con el chico, Jack y cualquier tema sobrenatural iban a ser tema tabú. Al menos si le di en los morros con sus criaturas sobrenaturales para hacer el bien...

No me dio tiempo a quedarme sola más que un par de segundos. Enseguida vi entrar al lobo por la puerta y sacudirse el agua de la lluvia. - ¡Cuidado!¡Si quisiera mojarme me hubiese salido fuera! - Bromeé sabiendo que me entendía perfectamente. Y volvió a la forma homínida ante mis ojos y resoplé al verle desnudo ante mí. Todo iba acorde con su cuerpo y esta vez me aseguré de verlo bien antes de mirarle a la cara de nuevo.

- Pues... tenías razón, vendrá. Pero no consigo arrancarle nada de lo que le pasa. Quizás cuando sea algo que no pueda ocultar si quiera hablar de ello. Por otro lado odia a las criaturas sobrenaturales pero le gustaría ser otra completamente distinta para acabar con el mal... está muy confuso y perdido por lo que veo. Lástima no poder hacer el módulo de psiquiatría del FBI cuando estuve destinada en las oficinas... las plazas se cubrieron enseguida y además hubiese tenido que dejarlo a la mitad porque iniciaba mi tiempo de baja de maternidad. - Le conté a Jack sin pensar que estaba hablando demasiado de quien no debía hacerlo: Tommy.

Cuando arqueó la ceja y me miró de aquella manera, diciéndome esas palabras, no pude evitar ruborizarme. - Yo... lo siento... que vergüenza... - Respondí apartando la vista del garou. - Ya se me hacía raro... vale que hace demasiado que no lo hago, que tu estás muy bien físicamente, pero era demasiado... ahora entiendo el porque. Yo... tengo un gusto más... completamente distinto con los hombres. A ver... un ejemplo radical, no se si conoces a Chris Evans, el hombre está muy bien, tiene una sonrisa preciosa, un cuerpo asombroso... pero antes me iría con y ojo, he dicho radical aposta, pero lo cierto es que lo haría... me iría con Michael Ironside que con él. Es esa cara de... cabrón, la intensidad de la mirada lo que me atrae... pero claro, contigo al lado creo que le darían a todos por ahí. - Le dije en un brote de sinceridad. Quizás demasiado sincero y claro, apartando la mirada de su cuerpo una vez más, buscando controlar esos instintos tan bajos y salvajes.

- Al menos tenemos a Seth de carabina y estarás a salvo de mí. - Bromeé con el tema. Era lo único que me quedaba por hacer. Sobre todo con aquel "yo ya he cumplido", que parecía decir "soy casto y puro y nada de sexo conmigo". Pero tenerle así desnudo me seguía encendiendo más y sabía que Seth iba a tardar, porque la otra puerta estaba demasiado lejos... - ¿Y son como tú o no ha habido suerte? - Pregunté tratando de seguir el tema de conversación que había sacado y quitarme los pájaros de la cabeza, así como evitar volver a hablar de Tommy sin querer.

- El chico necesita tiempo, tomar confianza y sanarse por dentro. Tengo la sensación de que ha sufrido mucho y es solo un muchacho. ¿Cuantos años tendría cuando empezó todo esto? ¿cuatro?¿Seis? Esto es lo todo lo que conoce.- comento comprensivo con la situación del chico.- Hubieras sido una gran psicologa, puede que aun puedas serlo. Mi amigo tiene un montón de libros de medicina, puede que también tenga de ese campo. No tendrá una titulación pero si estudia suficiente podrá ayudar a la gente, que es lo que importa a fin de cuentas.

Jack debía ser una de las pocas personas que aun mantenía la fé en un mundo mejor, en que la humanidad podría remontar todo aquello y salir a flote de nuevo, eso era lo que transmitía con su sonrisa y sus palabras.

- No tiene de que avergonzarse.- dijo acercando se a ti.- Solo se lo he dicho porque quiero que cuente con toda la información... por si pasara algo entre nosotros durante el viaje. Yo tampoco soy de piedra y también hace mucho que no siento otra piel debajo de mi.

Se puso a un palmo de ti y se inclino para susurrarte en el oído.-Me resulta muy complicado no percibir sus feromonas pero no quiero aprovecharme de usted. Así que usted tiene la ultima palabra en esto...

Jack estaba a punto de besarte, aquello que te atraía, su aura salvaje, parecía crecer por momentos. No tenías que mirar abajo para saber que aquello no era lo único que había crecido en unos instantes.

Al Garou le costa controlarse. Tomo aire y respondió tu pregunta, apenas a unos centímetros de ti.- El si, la niña aun no lo sé...

- Sí. Ya pensé que llevaba demasiado tiempo solo, cuando decidió salir a hablar conmigo sin conocerme de nada. - Le respondí a Jack. - Supongo que al ver que era una mujer y que iba sola, supuso que no le haría daño y la verdad es que tuvo suerte y acertó. Pero todo esto me ha terminado haciendo peligrosa... al menos para mi raza. - Le miré a los ojos, me costaba mucho no mirar el resto de su anatomía.

- ¿Tú amigo el gruñón? Quizás descubra que yo soy peor que él. Pero es algo que prefiero hablar con Seth delante. Si vamos a compartir camino, debéis saber esa parte de mí. Y bueno, no se cuanto tiempo tienes pensado quedarte allí, pero... no suelo quedarme demasiado tiempo en un sitio... quizás el día que encuentre lo que busco, me quede. Pero hasta entonces...

La verdad es que Jack me parecía demasiado buena persona para ser lo que era. Aunque la verdad era que no sabía nada en realidad de los garou, solo lo que me había contado y la cara más amable que me estaba mostrando en aquel momento. Pero no solo  me mostró la cara más amable, sino que sumó la más seductora. Entre el olor que yo debía desprender y tal y como había dejado las cosas de claras... se lo puse demasiado fácil.

Lo peor era que yo era incapáz de detenerle. - Ya podías ser Chris Evans... te hubiera parado los pies ya. - Pensé para mí mientras le veía acercarse cada vez más aumentando mi deseo por él cada milímetro que le tenía más cerca. - Felicidades... ojalá la niña también lo sea... - Le susurré casi rozando sus labios.

Mía era la última palabra, pero esa no existiría, porque su atracción animal, mis ganas y el tiempo que llevaba sin confiar en nadie como para hacer algo así me superaban y mis labios se pegaron a los míos, mientras mis manos comenzaban a acariciar la piel de su espalda, cubierta de cicatrices y terminado de atraer su cuerpo hacia mí. Solo tenía una cosa: que nos pillase Seth. - Tengo la necesidad que pase... - Le susurré al oído con una incipiente excitación en mi voz, rozando con mis labios su oreja antes de volver a besarle y sentir su cuerpo sobre el mío.

Jack mostró una sonrisa distinta, llena de intención. Se giro un segundo y agarro el saco de dormir que Seth te había dado. Antes de que te dieras cuenta ya te había cogido en brazos y te estaba sacando de la cabaña a grandes zancadas. No muy lejos viste un impresionante sauce lloron, cuyas ramas casi tocaban el suelo. 

Te llevo hasta allí como si no pesaras nada. La hierva del interior estaba seca, sus hojas os servían de paraguas bajo la lluvia. Era mejor que arriesgarse a ser interrumpidos en la cabaña y hasta podría decirse que mas higiénico. Jack tiro el saco al suelo y te tendió sobre el con suavidad.

Se puso sobre ti y paso su lengua por tu cuello. Supiste que Jack se iba a tomar su tiempo, que no sería algo rápido para aliviar instintos, era algo que quería disfrutar y paladear con calma, una y otra vez, demostrando el impresionante aguante físico que le hacia una criatura sobrenatural.

En un abrir y cerrar de ojos podía sentir como el agua de la lluvia caía sobre mi cuerpo mientras era llevada por Jack al exterior de la cabaña. No sabía que plan tenía. ¿Alguna cueva cercana? No era posible, puesto que hubiese cogido aquello de refugio antes que la cabaña... Pero pronto me vi bajo las ramas de un sauce llorón, el cual ejercía como un perfecto paraguas. El saco de dormir era nuestro colchón y aquel árbol nuestro refugio de miradas indiscretas.

Sentí como me dejaba con suavidad sobre el saco y como se tendía sobre mí. Podía sentir su miembro presionando con fuerza mi cuerpo al tiempo que su lengua saboreaba mi piel. Extendí mi cabeza, dejándole todo el cuello para que hiciese lo que quisiera con él. En ese momento estaba tan excitada, sin a penas haber empezado, que si de golpe sacaba unas enormes fauces y me arrancaba la garganta creo que moriría feliz.

Jamás había sentido una atracción sexual tan intensa como la que estaba sintiendo en aquel momento por Jack y eso hacía que cada vez me resultase más fácil dejarme hacer por él. Desearle cada vez más.

Mis manos se deslizaron por su espalda, bajando con lentitud hacia sus poderosas nalgas, al tiempo que mi boca buscaba jugar con su oreja. Las acaricié antes de clavar mis manos en ellas, empezando a respirar de manera agitada antes las atenciones del garou.

No sabía si realmente aquello estaba bien o mal, si era alguna especie de zoofilia, pues a fin de cuentas, tenía cuatro formas donde era un animal y una humana, pero me daba igual... realmente lo necesitaba y lo que fuese que Jack desprendiese de su cuerpo, me afectaba como si fuese un imán con una pieza de metal.

- Espera...  déjame un poco... - Le susurré moviéndome lo suficiente como para poder quitarme la camiseta y el sujetador deportivo que llevaba puesto, dejando mi pecho al aire y sintiendo el contacto de su piel con la mía cuando volvió a recostarse sobre mí. Mis labios buscaron los suyos y le di un apasionado beso al tiempo que mis manos volvían a perderse por su espalda.

Estaba nerviosa, a fin de cuentas era un desconocido, una criatura sobrenatural y era incapaz de resistirme a él... y lo peor era que mi excitación iba en aumento a cada segundo que pasaba con él a mi lado.

El agudo olfato de Jack, aun en esa forma, percibía los aromas de las hormonas que tu piel despedía. Su instinto solo era reprimido por la promesa de ser saciado pronto, porqué notaba tus dudas de algún modo. 

Su lengua descendió de tu cuello hasta la clavícula para después deleitarse en tus senos. Bajo juguetona hasta tu vientre para seguir bajando, entreteniendo se dentro de ti, sacando te jadeos entrecortados. 

Después su lengua subió de nuevo y busco una mirada cómplice que le diera permiso para empezar con aquello que ninguno de los dos era capaz de reprimir por mas tiempo. 

Enfrenta la tormenta comenzó despacio y dejo que marcaras un ritmo en el que sintieras cómoda pero su instinto le fue ganando terreno y su pasión animal no se contentaba con leves gemidos, exigía llevarte a las cimas del placer, sacar de ti los más incontrolados orgasmos.

Perdiste la noción del tiempo entre los brazos de aquel incansable amante que se había propuesto darte todo el placer que la vida te había negado en un solo polvo hasta que Jack no pudo más y "se derramo" sobre el saco de dormir para evitar un tercer hijo.

- Lo siento.- dijo recuperando un tanto el aliento.- Estoy un poco... desentrenado. Te limpiare el saco.- prometió. 

Jack dirigió aquel momento sin tener dudas, mientras que yo me quedaba algo parada y cortada. Era lo normal en mí la primera vez con alguien, pero más aún sabiendo que a quien tenía encima tenía un instinto animal al cual, seguramente, yo no estaría a la altura. Así pues, me dejé hacer y me entregué a él, sintiéndole en cada momento deslizarse por mi cuerpo y jugar con mi piel, hasta llegar a mis pechos.

El tiempo que se entretuvo con ellos fue glorioso. Yo era incapaz de dejar de jadear de placer y sentir como ardía cada vez más por dentro a cada caricia de sus manos, cada roce de su lengua, la cual no se detuvo ahí y descendió hasta mi sexo al tiempo que me retiraba los pantalones y la ropa interior con sutileza. La habilidad de Jack con sus juegos con su lengua entre mis piernas, la excitación del momento y lo que fuese que me hiciese sentir así, hicieron que no tardase en alcanzar el primer climax de los siguientes venideros.

Le vi sonreír cuando me sintió estallar y gemir de placer, al tiempo que mis propias manos se aferraban con fuerza a mis ahora abandonados pechos. Pero el garou sabía lo que hacía y siguió jugando con su lengua al tiempo que me retorcía de placer con su cabeza entre mis piernas. Por una parte le quería dentro de mí, por otra que aquello no acabase nunca. Jamás un hombre me había hecho sentir así ni disfrutar tanto.

Jack debió darse cuenta de ello o estar al mismo nivel de excitación que había alcanzado de nuevo, porque se colocó sobre mí y su mirada me lo dijo todo. Asentí con mi cabeza antes de besar sus labios y le sentí entrar poco a poco dentro de mí. Su miembro se deslizaba con suavidad y me hacía extremecerme de placer, haciéndome clavar mis dedos en su espalda con fuerza al tiempo que mis gemidos acompañaban aquella profunda entrada.

Su ritmo lento, sirvió para sensibilizar aún más aquella parte de mí que rozaba constantemente. Cuando comencé a sentir que cada movimiento suyo era un cosquilleo en mi interior, supe que era el momento y comencé a mover mis caderas acompasando su ritmo. Aquella sensibilidad que Jack había generado iba a ser difícil de detener mientras hubiese fricción. Sus movimientos se aceleraron al igual que mis jadeos y nuevamente sentí como mi sexo explotaba y presionaba con fuerza el miembro del garou mientras me extremecía de placer y gemía en cada exhalación.

Me dejó unos segundos para que me recuperase y volvió de nuevo a la carga, primero despacio y luego, al ver como comenzaba a jadear de nuevo, aceleró su marcha de tal manera que me tuve que agarrar a su cuerpo y contener los gritos de placer ahogándolos sobre su cuello.

No supe cuanto tiempo estuvimos así, para mí fueron minutos, pero podían haber pasado horas porque disfrutaba tanto que no me había dado ni cuenta del tiempo transcurrido. Solo se que lamenté que aquello llegase al final y sentí como el semental que tenía sobre mí, salía de mi cuerpo para terminar fuera. Pero en cuanto me relajé un poco, sentí de golpe en cansancio de la paliza que me había dado Jack en aquel saco donde me había ganado por goleada.

- Menos mal... que estás... desentrenado... - Le susurré entre jadeos, tratando de recuperar el aliento. - ... de lo contrario... no hubiese.... sobrevivido. - Bromeé. Luego miré el saco y la verdad es que no le di importancia. - Un poco de agua... y solo tú y yo sabremos... lo que pasó aquí.

Jack sonrió y se retiro el pelo de la cara con las mano.-Si, sera mejor que volvamos.- dijo alcanzando te los pantalones y la ropa interior.- Mi ropa quedo en la cabaña así que tomare forma de lobo para que no sospeche, llegare unos minutos después de ti. Aprovechare para limpiar el saco en el río.- Te guiño un ojo y te tendió la mano para ayudarte a levantar.

Al quedar frente a frente te beso con pasión.- Se mejor que te adelantes, llegar juntos sería sospechoso.

El Garou se río.- Es la primera vez que tengo que esconder mis relaciones a un adolescente que acabo de conocer.

Había sido increíble y no me atrevía a decírselo. Pero él lo sabía, lo veía en su mirada y en aquella seguridad que mantenía. - La verdad es que ahora solo me gustaría estar tranquila y descansando. - Le sonreí y me agarré a su mano para levantarme. - Se dice que cuando alguien se acuesta con un negro ya no cambia... deberían probar entonces a un garou. - Le dije al final sonrojándome levemente.

Su beso me supo a poco y me abracé a él. Necesitaba un abrazo de alguien que me reconfortase lo suficiente, que me hiciese sentir segura y en ese momento solo Jack me daba aquello que necesitaba. A penas duró unos segundos, lo justo para decirme aquellas palabras donde yo me adelantaría.

Me vestí sin dejar de admirar su cuerpo y le vi adoptar de nuevo aquella forma lobuna. Era impresionante verle cambiar de forma. Todo en él cambiaba, sus huesos, su piel, la estructura de la cara. - ¿Te duele cambiar de forma? - Le pregunté antes de separarnos.

- Es la primera vez que conozco a un garou y en menos de una hora he terminado retozando con él bajo un sauce. - Bromeé. - Lo de ocultarme de adolescentes... si lo he vivido antes. - Le guiñé un ojo y tras vestirme corrí hacia la cabaña. Tras entrar en ella y mirar si estaba Seth, me dejé caer en el sofá. No era muy cómodo, estaba dañado, pero cerré los ojos para descansar un poco. Después de aquella paliza me iba a tocar caminar durante tiempo indefinido y si podría descansar y dormirtar un poco antes de irnos, me vendría bien.

Muy bien.

La intensa lluvia era ahora una llovizna suave. El cielo empezaba a despejar. 

La trampilla se abrió unos diez minutos después de que tu llegaras. Viste asomar varios bultos y mochilas antes de que el pelo rojo de Seth saliera de nuevo a la vista. Llevaba puesto un uniforme militar de camuflaje que le quedaba tan grande que había tenido que hacer dobles en las mangas y las perneras, ademas de ajustarlo con un cinturón. Lo único que parecía de su talla eran las botas.

- Siento haber tardado tanto.- se disculpo el chico.- Tenía que cerrar las salidas, ocuparme de la ropa, recoger la comida por si entra algún ratón o algo.... y hacer el equipaje. He cogido provisiones para los tres y he hecho una mochila para nuestro amigo peludo.

Seth te miro y soltó.- ¿Donde ha ido el chico-perro?

Como si lo hubiera oído el lobo entro por la puerta, sacudiendo el agua de su pelaje justo delante de Seth para después cambiar a su forma humana con intención de vestirse.

--¿Pero que te pasa tío?¿No tienes verguenza?¡Que hay una dama presente!¡Tapa te un poco, exhibicionista!

Jack se río mientras se ponía los pantalones aunque el único avergonzado y colorado era Seth.

-Vale, ¿Cual es plan?¿A donde vamos?

- Vamos a la cabaña de un amigo, es un medico que antes de que todo esto pasaba investigaba una cura para el virus Z, y aun sigue intentando hacerlo. Es un buen tipo, algo gruñón pero buena gente. Es quien cuida de mis hijos cuando yo estoy fuera.

No sabía cuanto tiempo había dormido, pero cuando me senté en el sofá me quedé dormida seguro. Fue Seth quien me despertó, cargado de cosas. Me levanté con una sonrisa y le ayudé a mover todo lo que llevaba a cuestas. Cuando dijo que había preparado una mochila para Jack no pude evitar el hecho de darle un abrazo y besarle su rojizo cabello. - Si sabía yo que en el fondo eras un sol. - Le sonreí y me separé de él. - Aunque aún tienes que crecer un poco para llenar el uniforme. - Bromeé separándome de él y llevando una de las mochilas junto al sofá.

- Guardaré mis cosas y creo que usaré también el traje de camuflaje. - Dije guiñando un ojo al chico. - A ver si me queda igual que a ti. - Cogí mi vieja mochila y la llevé junto a la mía y luego saqué el uniforme nuevo junto con las botas y metí mi mochila dentro de la militar. En ese momento me jodió y mucho no poder ducharme ni lavarme después de lo ocurrido con Jack. En cuestión de horas se notaría aquel olor que quedaría impregnado en los pantalones... pero ya lo había dicho, ahora debía hacerlo.

Me cambié en el rincón y metí mi ropa en la mochila, ajustándome el cuchillo al cinturón y dejando el paquete de bolsas de plástico más o menos a mano, pero bien protegida para no perderla y poder cogerla deprisa en caso de necesidad. Cuando Seth se escandalizó miré a Jack y sonreí.

- Espero que no se me volase el saco de dormir... lo dejé en el porche para que se ventilase un poco. - Dije al ver que no lo traía el garou, esperaba que lo hubiese dejado allí. Terminé de ajustarme el uniforme militar y dentro de lo malo no me quedaba tan mal. - Jack, Seth te preparó un equipo. Creo que te vendrá bien cogerlo. - No quería que le hiciese el feo y quizás su amigo al que íbamos a ver lo agradeciese, puesto que me daba la impresión de que a Jack no necesitaba más que lo puesto para moverse por el mundo.

- Y ahora que dices lo de gruñón... debéis saber algo de mí antes de seguir. Veréis, no es agradable ni para mí ni para nadie. No se si conocéis al doctor Jekyll y mister Hide... o al doctor Bruce Banner y Hulk. - Dije por Seth y su referencia a los comics. - No, yo no soy sobrenatural, no cambio físicamente... pero cuando me estreso, me enfado... llega un punto en el que pierdo el control. Directamente no pienso, soy incapaz de razonar y me vuelvo violenta y agresiva. - Miré a Seth. - Creo que soy peor incluso que un garou, porque no logro parar y puedo hacer daño a quien esté a mi lado...

» Por eso tomo pastillas cuando noto ansiedad... debería tomarlas también para dormir, porque me suele resultar imposible hacerlo sin ellas, pero eso solo lo hago cuando me siento a salvo... de hecho... hasta fumo marihuana o hachis si acabo encontrando algo. Quiero que sepáis esto porque no es vicio, es necesidad. He vivido y visto demasiado durante estos años y... mi mente ha terminado tocada. - No iba a hablarles de que mi verdadero horror era Tommy y que aquel acto egoísta fueron los que quebraron mi mente y mis sueños se convirtieron en pesadillas desde aquel día.

Tras decir aquellas palabras, salí al porche, allí estaba el saco de dormir... un poco mojado. - ¡Vaya! ¡Este porche tiene goteras! - Exclamé para disimular, sabiendo de donde venía el agua del saco y lo coloqué en la mochila, extendido, para que se secase durante la marcha y luego me puse la mochila a la espalda. Lo único que no había cambiado fue el calzado. Dejé el nuevo en la mochila y me puse el viejo. Ya estaba sucio y hecho a mis pies. No me generaría ampoyas ni rozaduras.

- Por mí podemos irnos ya. ¿Dejaste la trampilla bien cerrada, Seth? - Pregunté preocupándome por la de la escalera. Que yo no la viese no quería decir que alguien no diese con ella. Luego miré a Jack. - ¿A cuántos días estamos de tu amigo? - Pregunté por curiosidad. Por lo que me dijo antes de salir al exterior, me dio la impresión de que sería una marcha de varios días y tenía curiosidad por saber cuantos más o menos.

Los uniformes militares no eran del agrado de Jack pero no dijo nada al respecto, si hubiera sido lobo habría gruñido o sacado los dientes pero en forma humana controlaba mejor esas sinceras muestras emocionales.

Seth entendió la parte de Hulk, se lo viste en la cara y casi estuvo a punto de preguntarte si se te ponía la piel verde por el entusiasmo que mostró ante la idea. 

Jack fue bastante tajante al respecto.- Eso también nos pasa a nosotros, le llamamos Rabia. En tu caso puede ser una prueba de que perteneces a nuestra parentela. Puede que algún antepasado tuyo fuera un Garou y sus descendientes solo humanos mantuvieran inactivos sus génes que fueran transmitiendo. El estres es lo que suele causar en nuestros adolescentes el primer cambió. En tu caso tu sangre no debe tener lo bastante para convertirte en una Garou pero algo queda, eso es indudable.- dijo acompañando sus palabras de un guiño que Seth no apreció.

Jack se coloco la mochila como si no tuviera peso.- Depende del ritmo que llevemos llegaremos en un par de días o tres.- aseguro.- Si tenemos que dar algún rodeo sera algo más.

Seth asintió y se puso su mochila. Viste que se llevaba su palo de hockey con el cuchillo pegado con cinta americana en la punta. Con paso decidido salió de la cabaña y empezó a andar como si supiera el camino. Jack tuvo que llamarlo para corregir le, ya que estaba caminando en dirección contraría a vuestro destino.

Miré a Jack y recordé su rabia por los militares. - Míralo así, solo es ropa de camuflaje. Nos servirá para ocultarnos si ocurre algo raro de camino a casa de tu amigo. Es un método de supervivencia. ¿O preferieres que vaya con la camiseta fucsia de tirantes que guardo por ahí, haciendo de faro en medio del bosque? - Le sonreí y acaricié su antebrazo con mi mano.

La explicación de Jack sobre mi problema me arrancó una sonrisa. De alguna manera parecía que estaba empecinado en que yo formaba parte de aquella parentela de los garous. Una rama perdida. Pero yo sabía cual era mi mal y no hablaría sobre él. - ¿Quieres decir que hubiese podido ser un garou también sin que mis padres lo fuesen?  - Pregunté con cierta curiosidad. Entendía que no, que su sangre, su ADN se delibitaba según pasaban las generaciones y que la parentela no debía ser capaz de traer garous al mundo sin que uno de verdad formase parte de la pareja, pero... lo cierto era que se me iba demasiado la cabeza.

- Bueno, sea Rabia o no, lo mejor es alejarse de mí si me enfado mucho o mejor aún, no enfadarme. Me ciego y eso no es bueno para nadie. - Me quedé mirando asombrada como Jack se colocaba la mochila. Era como la mía, sabía lo que pesaba y para él no era nada.

- He estado caminando tres días bajo la incansable lluvia... ahora nos tocará caminar sobre un barrizal, así que ya iremos con paso lento solo por eso. Así que contaré con que serán tres días. - Miré a Seth. - Suena duro, pero... será peor. - Bromeé sabiendo que el chico lo pasaría mal. Si no estaba acostumbrado a salir, ni a dormir fuera ni a caminar durante horas... lo iba a pasar muy mal.

Salí tras Jack y vi como Seth comenzó a caminar a su bola, sonriendo nuevamente a Jack cuando le corrigió la dirección. - Creo que será mejor que nos guíe él. - Le dije al chico. Hacía tiempo que no me sentía cómoda con nadie y de golpe daba con dos personas, de dos razas distintas, con las cuales estaba a gusto y confiada.

Quizás demasiado confiada.

Seth no estaba muy contento con la idea de seguir a Jack pero no le quedaba otra. Algo colorado por asumir que se confundió de camino trato de explicarse.- Pensé que tomaríamos el río como referencia.- murmuro.- Es lo que hacen todos los exploradores veteranos.

- Eso es buena idea si te pierdes y estas buscando una ciudad o un lugar habitado, los pueblos y las ciudades se suelen construir cerca de los cauces de agua para abastecerse... solo que el río esta por allí y tu te ibas por ahí.- dijo el Garou señalando dos direcciones opuestas.

Seth le saco la lengua en respuesta, un gesto sumamente maduro que Jack lo tomo con humor.

El Garou te explico por el camino.- Algunas veces pasa, se salta varias generaciones y de pronto aparece un Garou sin que nadie sepa de donde salió, nieto o tataranieto de alguno de los nuestros, así que tampoco se puede descartar a la primera.

Tal como habías predicho los pies se hundían hasta el tobillo en el barro y costaba andar pero Seth no se quejaba, se movía bien por el terreno.

Al medio día, cuando todo rastro de lluvia hacia horas que había cesado, el sol empezó a calentar con todas sus fuerzas y el cansancio se hizo mayor.

En ese momento Jack se desvió un tanto del rumbo buscando una sombra para comer y descansar.

 Creo que este es un buen sitió, podemos comer algo, darnos un baño, descansar un rato...

¿Que os parece?

Me gustaba Jack. Tenía paciencia y sentido del humor. Yo no sería capaz de aguantar los incesantes puyazos de Seth, eso lo tenía claro. Al final terminaría explotando y... bueno, al menos les había avisado a los dos.

La respuesta de Jack me dio en que pensar durante bastante tiempo, por lo que parte del viaje lo pasé en silencio, quejándome por lo bajo o bien por la cantidad de barro almacenado en mis botas que hacía que mis pies pesasen toneladas o quizás lo peor, cuando hundías la pierna casi hasta la rodilla. Claro que los patinazos... Al menos Seth lo llevaba bien, pero yo estaba cansada por el esfuerzo debajo de aquel sauce y me costaba moverme con comodidad.

El cielo se despejó y el sol comenzó a apretar. Era junio y ya hacía calor, así que el traje de camuflaje completo comenzaba a sobrar cuando llegamos al mediodía. Sudaba y sentía como la tela se pegaba a mi cuerpo. De no estar Seth, seguramente me hubiese quitado la camisa y me hubiera quedado en sujetador. Pero si se escandalizó con Jack desnudo, volver a verme a mí en ropa interior le iba a suponer un sobrecalentamiento que quizás no pudiese aguantar demasiado.

Seguía a Jack, cansada y acalorada y oí el sonido del agua del río cerca. La verdad es que el lugar era precioso y se veía tranquilo. Ideal para un picnic romántico. En ese momento el garou sugirió quedarnos allí a comer, descansar y darnos un baño. Y Dios! Necesitaba ese baño. Quería quitarme todo el calor de encima, el sudor y de paso lavarme.

- Que dudo que encontremos otro lugar mejor para detenernos. - Respondí bastante animada. - Necesito quitarme las botas y limpiarlas un poco y un baño... no os imagináis el tiempo que hace que no me doy uno en condiciones. Y con este calor... realmente me hace falta.

De paso me cambiaría de ropa, necesitaba ir cómoda y no achicharrada con aquel basto uniforme. Tenía ropa de color verde, al menos una camiseta y los pantalones beige con tonos negros de grasa, serían el complemento ideal.

Seth se sonrojo con solo pensarlo pero trago saliva y dijo.- ¡Vale! Yo haré un fuego y el lobito puede cazar algo para no gastar provisiones.