Partida Rol por web

- "Espera Mackeyn, todavía no nos han soltado de los asientos. Si te intentas liberar ahora puedes hacerte daño o dañar el traje..." -

Ya me parecía a mi que esto no se abría. Supongo que el cansancio de estar aqui esperando sin hacer nada y el golpe me han hecho daño en el cerebro- dijo Dereck ante las palabras de Kurt.

Me río un poco y le hablo a Mackeyn:

- "El daño en el cerebro lo has tenido desde que naciste, Mackeyn. Estás en el escuadrón porque no ha afectado tu capacidad de disparar, pero todo el resto está perdido. ¡Tan jodidamente perdido como todos nosotros!"

Sigo riéndome estruendosamente. Hace tiempo que no disfrutaba un poco de mi buen humor. Un poco negro y con tendencia a aparecer en momentos inapropiados pero con buena disposición para subirme el ánimo.

 Estás en el escuadrón porque no ha afectado tu capacidad de disparar

Eso significa que soy bueno disparando- dice Mackeyn, y mirando al resto de sus compañeros- el sargento mayor me ha lanzado una especie de cumplido- añade, dando a la frase un significado que ni mucho menos es lo que ha dado a entender el sargento- eso significa que vamos todos a morir aquí abajo- sonríe al decir esto último. Un poco de humor viene bien en estas situaciones.

Dejándose llevar por las bromas de su superior y compañero, Burnette rompió a reír. Era una risa limpia, se podría decir que casi inocente, que tenía poco que ver con la escalofriante escena que probablemente se estaba desarrollando en el exterior de aquel transporte improvisado. ¿Quién sabía lo que les esperaba ahí fuera?

La espera ponía cada vez más nervioso al explorador, estado que no disminuyó cuando aquellos golpes alcanzaron al vehículo. 

"Lo que yo decía, papilla enlatada para bicho..."

Pero, justo a tiempo, aquel cachivache se puso en movimiento, con un ruido atronador que le obligó a desconectar la recepción externa de sonido. Aún así, era consciente de la gran vibración del traje en aquella máquina, y no pudo evitar preguntarse si era producida por el movimiento, el sonido, o un poco de ambas. Algunas comunicaciones llegaron conforme se acercaban a la zona, y Mkoll fue destinado a vanguardia, a limpiar el terreno de bichos para el resto. Aquello era buena cosa, si seguía siendo rápido, podría cobrarse algunas cabezas rápidamente. Puso el modo de visión infrarroja al recibir la orden, y escuchó las bromas del resto, exhibiendo unas carcajadas profundas, y con cierto deje siniestro. Aunque quizás no tanto como la risa maníaca al acercarse a tierra que había soltado antes. 

En cuanto se escuchó lo de la presencia de arácnidos, Focker ya estaba en acción, dando órdenes a todo el escuadrón y demostrando una vez más porqué cojones estaba al mando y cómo se lo había ganado a pulso. Sonia se tensó en el asiento, asintiendo enérgicamente y respondiendo:

- ¡Entendido, señor! - acto seguido, a las órdenes del sargento mayor, cambió su modo de visión a infrarrojo y pensando en el restro. Ella estaría en retaguardia con Sonny, a quién ya se le había ordenado antes del descenso que debía proteger a toda costa, Bockman, Billy y el nuevo consejero táctico, O'Flaggerty. Grupo variado y estaba segura de que podía confiar en todos. Salvo James, ya había luchado junto a todos y Hightower, en caso de separarse los tres grupos o de problemas, iba a ser capaz de soltar una buena potencia de fuego junto a ella.

A Wayan todas esas risas y bromas más que tranquilizarle le ponian más nervioso. El teniente juguetea con los mandos, buscando la posición de infrarojo, a diferencia del resto del equipo le cuesta varios intentos ajustar la visión, se mueve despacio y pensando lo que hace mientras que sus compañeros, gracias al continuo entrenamiento, lo hacen de forma instintitiva.

CANAL PRIVADO CON SARGENTO FOCKER:

- "De igual modo, mi Sargento Mayor. Creo que debemos de distribuir en este momento a la Infantería Auxiliar.

Opino que el centro, el Grupo de Mando, será el menos expuesto, y por tanto el que menos refuerzos requiera. Contamos con diez efectivos del Escuadrón Alfa, sugiero asignar cuatro en Vanguardia (incluyendo a su Sargento si lo tienen), dos con nosotros en el Grupo de Mando, y otros cuatro en Retaguardia (incluyendo a su Cabo, si lo tienen), para estar cubiertos en caso de que los bichos nos ataquen por la espalda en esos túneles. ¡Señor!" -

Por fin arrancamos, eso me tiene tranquilo y deseo que nos desplazáramos en ese aparato eternamente, se que es la última pausa, el último momento sentado y algo tranquilo. En adelante todo serán órdenes, gritos y decisiones apresuradas. Debo estar más concentrado que nunca. La luz roja se enciende, ya casi es hora. 

El Sargento Mayor organiza rápidamente el despliegue. Dos órdenes claras: Debo quedarme en el Mando y mantener con vida al teniente Speedy a como de lugar.

- Entendido, señor!- 

La luz roja se mantuvo encendida por varios eternos segundos los cuales solo hacían que el nerviosismo fuera en aumento. Ya tenían tiempo que no entraban en acción, aunque a pesar de ello, los infantes del escuadrón fox confiaban plenamente en sus capacidades.

El sargento mayor Focker había ordenado ajustaran todos la visión infrarroja, pero pronto se hizo notorio que eso al menos por lo pronto no serviría. Todo el taladro emanaba calor a una temperatura superior a la del cuerpo humano por lo que todo se veía como si el mundo se hubiera tornado rojo vivo¹. Las formas no se distinguían, no podían ver donde estaba la puerta e incluso ni siquiera podían distinguir con claridad a sus demás compañeros.

Durante aquellos momentos solo alcanzaron a escuchar fugazmente un comentario del piloto que les decía que ya estaban cerca, y luego dijo algo más pero nadie le entendió. Unos instantes después, el vehiculo frenó de forma abrupta provocando que todos sintieran un fuerte impulso hacia delante. Si no fuera por sus arneses de protección, todos habrían salido contra el suelo de aquel compartimiento; el cual en realidad era una pared por cuya puerta se accedía a la cabina del piloto.

La maquina se había detenido y no obstante la luz roja seguía encendida al igual que los motores. El taladro entonces entro en reversa aparentemente, aunque no a través del taladro, probablemente se estaban impulsando con las patas traseras que habían visto horas antes. Cuando el vehiculo se detuvo de nuevo, todos escucharon una especie de fuga de aire, tal como si se estuviera abriendo la compuerta del compartimiento que hasta ahora se había mantenido herméticamente cerrada.

La luz roja cambió entonces a un claro tono verde y la voz del teniente Smith se hizo presente al tiempo que los motores del taladro se apaciguaban ligeramente. –Hemos llegado soldados, tienen una misión que cumplir- les dijo al tiempo que activaba el sistema que liberaba a los infantes de los arneses; ahora ya podían moverse con libertad.

Al tiempo que la compuerta terminaba de abrirse, una tenue racha de aire húmedo se esparció por todo el compartimiento para evaporarse en los cascos de los infantes. Además había algo de polvo en el aire, probablemente producto de las perforaciones realizadas por el taladro.

Sin importar esto, los infantes tenían una misión que cumplir y había llegado la hora de hacerlo. –La reina esta hacia él norte, recuerden que todos dependemos de ustedes. Suerte-. Y con ello el teniente se despidió, aunque no sin antes recordarles por que era que estaban allí.

- "Popov, bienvenido al Grupo de Mando. Si le parece bien, yo me mantendré siempre a la diestra del Teniente, usted cubra el lado contrario. Los tres seguiremos al Sargento Mayor y los auxiliares que éste designe nos cubrirán las espaldas." -

Compruebo todo el equipo y los sistemas una vez más, mientras espero a que el Grupo de Vanguardia salga primero antes de seguirlos a tierra.

Al cambiar a visión infrarroja, Sonia tuvo la sensación de que iba a acabar con un dolor de cabeza tremendo. Estando allí dentro, hacía calor y, claro, era eso lo que estaba viendo. Cerró los ojos unos momentos para evitar que aquello le afectara, deseando que frenaran lo antes posible para que aquella modalidad de visión les resultara verdaderamente útil. Afortunadamente para la Cabo, no tuvo que esperar demasiado: el brusco parón la dejó sin aliento un par de segundos, y luego aguardó con la consabida excitación previa al combate a que por fin tuvieran luz verde.

Y cuando la tuvo, no dudó en comenzar a empezar a hacer su trabajo, confiando en que sería capaz de hacerlo. Después de todo... iba a estrenarse con un puesto de oficial.

- Atención: Billy, Sonny, O'Flaggerty y Bockman. Esto lo vamos a hacer así - les dijo -. El Sargento Mayor nos quiere juntos en Retaguardia y juntos vamos a estar en todo momento. Hightower, quiero que vayas el último y estés cubriendo nuestros traseros. James, Wallace, en el centro, pegados el uno al otro y protegeros mutuamente: una lleva la otra carga y el otro es nuestro consejero táctico, así que no os podemos perder a ninguno. Canowicakte, tú vas a ir detrás de mí como si fueras mi jodida sombra, como dijo el Sargento Mayor antes de la bajada. Esta vez nada de ir adelantándote tú sólo, lo siento. ¿Os ha quedado claro a todos?

Tras terminar de hablar, comenzó a levantarse una vez el asiento la dejó, lista para salir.

Controlar la respiración, concentrarse en su sonido, en cómo se acompasan los latidos del corazón a sus pensamientos. Mirada limpia, pensamientos abiertos, concentración... un ritual que había perfeccionado durante su entrenamiento y que hoy iba a dar nuevamente sus frutos. Iba en Vanguardia, sería quien haría de rompeolas junto a sus compañeros para las oleadas de bichos que llegaran a ellos. Recibirían una lluvia de fuego y acero...

En cuanto las puertas se abrieron y los arneses se liberaron, saltó como un resorte, como había aprendido a hacer durante el entrenamiento previo, y se dirigió a paso ligero hacia la salida mientras cambiaba el visor nuevamente. No quería estamparse contra una roca nada más salir.

Junto a Walace en el medio del grupo, mi cabo, cubriendo el lado que me toque, a la orden. Dicho en tono conversacional. ¿Los compañeros de la ligera, mi cabo? Sugiero posiciones poco expuestas.

James conecta el canal de mando. Habla en voz baja.

Sargento mayor, pido permiso para desactivar el infrarrojo hasta que salgamos. No veo un pimiento, porque hace demasiado calor. Si intentamos salir así corremos peligro de pisarnos los unos a los otros. Sugiero encender las lámparas en el momento de la salida, igual conseguimos deslumbrar al comité de bienvenida, si es que hay. La ultravioleta también nos cegaría. Otra opción es visión nocturna, aprovechando el resíduo de luz que deje la nave, o las lámparas a potencia mínima. Pero eso no dejaría opción de ataque a larga distancia.

No me encuentro nada bien. El golpe me ha dejado un fuerte dolor de cabeza, que me preocupa mientras nos movemos. Espero no haberme hecho demasiado daño y que el atontamiento se me vaya pasando.

Escucho las indicaciones a duras penas y de forma torpe cambio el modo de mi visor, lo que provoca que tenga que cerrar los ojos ante la luminosidad del aparato.

-Mierda...

La cosa no empieza bien, y esta es una misión demasiado importante para no estar a pleno rendimiento. Apenas me doy cuenta de lo que sucede con el taladro, pero nos hemos detenido. 

Tomo aire. Se acerca el momento de la acción y en cuanto siento cómo los seguros se liberan me libero con la destreza que he adquirido en el entrenamiento, pero con la torpeza de no ver bien lo que hago y que no he dejado de sentir ese feo dolor de cabeza. Todos comenzamos a movernos hacia la puerta, me muevo como un pato mareado, pero avanzo más o menos mientras doy una palmada a un compañero que aún está cogiendo las cosas. Creo que es Burnette (por la posición) e iremos juntos en la vanguardia, le ayudaría, pero probablemente estorbe más que ayude, así que sigo a la salida.

-Debemos posicionarnos cuanto antes.

Pacientemente, aguardo mi turno para salir con el Grupo de Mando.

Ya habian llegado, el motor se paro mientras el artillero mantenia los ojos cerrados a causa del resplandor rojizo que veia a causa de la vision infrarroja. Tuvo que volver a poner visión normal y rezar por que hasta que pudieran usar la otra las luces de los cascos fueran suficientes. Se preparo, las luces se habian vuelto verdes y las ordenes comenzaban a subir. - Mierda parece que me toco el palo largo... - Si Cabo, mia su retaguardia. - Si los atacaban por detras iba a tener la suerte de sentirlos muy cerca.

Respiró profundamente para calmar los nervios, su cuerpo se moveria sin el pensarlo pues habian entrenado deñasiado para no hacerlo y cuando eso sucediera ya no habría nervios. Por desgracia la espera solia ser lo más duro, ese momento era cuando las palabras de los compañeros te salvaban de la locura pues te hacían olvidar durante unos segundos tu estado tan tenso. Por fin - Clic- Se habían soltado. Agarró sus armas para que no se movieran y se levantó. Intentaría ser de los primeros en salir pues debía ser  primordial hacer hueco al resto cuanto antes. Con el rifle preparado pues no sabía lo que ahí se podía estar cociendo fuera comenzó a descender tan rápido como pudo las escaleras. Todo parecia ir perfecto y debía de ser de los primeros en estar saliendo. - Vamos muchachos no querréis estar metidos en una lata para siempre verdad?

El explorador aún estaba algo aturdido por lo movido del viaje y su desmayo, y éso se notó mucho más de lo que a él le hubiese gustado. Su tiempo de reacción fue nefasto, a pesar de haber hecho un buen papel en los entrenamientos, no avanzaba con rapidez y parecía especialmente lento y espeso. 

-Maldita sea, ¡concéntrate!-se dijo a si mismo, en un tono que reflejaba frustración, sabiendo que seguramente estaría ralentizando demasiado todo aquello.