-Que ganas de tocar los cojones...
En otro momento la abría abierto a patadas de ser necesario, pero no estaba por la labor, me giré hacia mi compañero y negué con gesto cansado.
-Salgamos por la de atrás.
Os acercáis al portón grande del almacén, donde recordáis que al otro lado estaban un par de gorilas. Os preparáis para abrir y acabar con ellos rápidamente, pero el portón parece atrancado por el otro lado.
De repente, la puerta pequeña de atrás se abre, pero desde allí os lanzan unos botes que comienzan a echar humo por todo el almacén.
Mierda mierda mierda...
-Hay que salir de aquí digo mirando preocupado el humo.- Esto era una trampa y nos la han jugado.- ¡Makarov, pilla los botes y tíralos por las ventanas, deprisa!
Makarov se acerca a uno de los botes y lo aleja, pero de la puerta os lanzan otros dos. En pocos segundos estáis rodeados de una niebla que entra en vuestros pulmones.
De repente, comienzas a perder fuerzas y notas que tus músculos te pesan. Los párpados se te cierran y una somnolencia te invade...
Mierda mierda y mas...
-La madre... que les...- Con un gruñido hice acopio de mis últimas fuerzas y lancé el maletín lo más lejos que pude, estrellándolo bajo una sarta de cajas, quedando semioculto. Puede que me hayan pillado... Pero por mis huevos que no se lo pondré...
Supongo que estoy K.O. ¿No?
Te despiertas cansado, sin fuerzas y con la boca seca. Casi te cuesta respirar pero poco a poco te estabilizas y tus ojos se acoplan a la luz de una vela al otro extremo de la habitación. Estas recostado sobre una cama con algo de ropa vieja desconocida para ti.
La habitación parece pequeña y poco amueblada. La puerta está un poco abierta.
Me llevo ambas manos a la cara para despejarme, y me palpo por el cuerpo buscando los cuchillos que suelo llevar. Muy a mi pesar, parece que me han quitado hasta la última de mis hojas.
-No son tan tontos como para dejarme con un arma...- Musito para mí mientras me levanto y me dirijo a la puerta.
Por la puerta semiabierta observas en silencio a una mujer joven, con aspecto de ama de casa que parece estar haciendo tareas en el pasillo. Al fondo parece haber una escalera que debe bajar al piso inferior.
Algo es algo...
-Buenos dias, señorita.- Dije saliendo sin más de mi prisión.
Con respecto a la ficha... ¿Cuantos puntos tengo para repartir en los atributos y habilidades?
Al levantarte tan en silencio, coges desprevenida a la mujer, que se sobresalta. Te mira y velozmente se marcha a la escalera y mientras baja parece llamar a alguien.
- ¡Señor! Señor, se ha despertado...
Al ver como sale disparada me encojo de hombros mientras examino la sala en busca de algún objeto que pueda serme útil.
Basicamente quiero ver si hay un cuchillo y guardarmelo.
Rebuscas por la habitación pero no ves ningún elemento de ataque. Una cama, una mesilla con unas velas, ropa...
A los pocos segundos escuchas como sube por las escaleras y avanza por el pasillo hasta tu habitación una persona. Por sus pisadas fuertes crees que es un hombre, avanzando en velocidad...
Meto las manos en los bolsillos del pantalon y me quedo tranquilamente esperando a que aparezca.
El hombre entra en la habitación con ímpetu.
- ¡Mikail!
Tiene un aspecto poco cuidado, cansado y estropeado.
-Viejo... Me alegra verte entero.- Digo aliviado al ver a mi amigo.
- Mikail, ¿cómo estás?- Te pregunta con cierta angustia.- Me costó mucho encontrarte y llevas casi un día durmiendo...
Me encojo de hombros.
-Me siento bien, dormir es una buena medicina. ¿Que pasó? No recuerdo nada después del gas en la nave donde estábamos.
- Yo tampoco tengo claro qué ocurrió.- Explica.- Me desperté en el almacén y allí no había nadie. Ni tú ni el tal Jamal ni nadie. Sólo los cadáveres. Así que me largué de allí.
Traga un poco de saliva.
- Mikail…Eso fué hace más de tres semanas...
Alzo ambas cejas con sorpresa ante la noticia.
-Ehhhhh ¿Como dices?