Partida Rol por web

-Tranqui, Smith -dije, conciliador. Nunca había visto a ese hijo de puta tan fuera de sí, de hecho le tenía por un tipo de nervios de acero, y así me había demostrado comportarse hasta ahora. Sin embargo, parecía jodidamente nervioso y a punto de perder el control-. Estoy seguro de que el señor Black es un hombre razonable, ¿no es así?

El hombre mayor saca una pequeña llave de su bolsillo y abre un cajón cerca de los asientos. De dentro saca un sobre marrón en cuyo interior parece haber dos tacos de billetes.

- Aquí están los dos mil pactados...- Dice mientras lo pone encima de la mesa.- ¿Y...? ¿Y la información?

Solté un profundo respiro cuando Stan me habló. Ver el dinero ya preparado sirvió para calmarme un poco los ánimos. Era una señal de que estaban predispuestos a pagarnos desde el principio. A cambio, solté a Winslow, pero le di un empujón hacia adelante para separarlo de mi y que no intentara nada extraño. El arma seguía alzada y ese gesto no había sido suficiente para ganarme su plena confianza.

Hice un gesto a Carla* para que se la entregara. 

Mark rezaba para que la cosa no pasara a mayores y mas cuando tenia a Max delante, no tenia ninguna gana de empezar un tiroteo con los hombres de Max y si las cosas iban a mayores el tiroteo no se haría esperar.

Ahora solo faltaba que Max se creyera sus palabras y las cosas no pasaran a mas.

Max te mira fijamente y frunce ligeramente el ceño.

- No obstante prefiero echar un vistazo ahí dentro...¿Me permite?

Echa la mano al cinto, donde tiene guardada una pistola en su funda, aunque aún no la saca.

Al parecer eso de las mentiras se le daba un poco mal, pero ya las palabras no bastarían, se lo pensó durante unos segundos, y al no escuchar mas alboroto donde estaban los demás opto por dejar entrar a Max, las cosas ya estaban ya de por si demasiado calientes como para calentarlas más.

Así que suspiro con resignación y le dijo- Adelante, no hay ningún problema, o eso creo- lo ultimo se lo dijo para si mismo, así Mark siguió a Max donde se encontraban los demás, eso si con la mano cerca de su arma por si las moscas.

Viendo que todos daban o mejor dicho nadie se oponía en darle la información al dichoso señor Black, me giro levemente mientras voy sacando de un bolsillo interno la información contenida en el dispositivo de almacenamiento. Con el artefacto en la mano miro la pila de dinero y no puedo evitar emocionarme un poco. Pensar que eso era un vuelto de todos los días antes... Le paso la información a Smith y así podemos cerrar todo esto.

Con el dinero y el disco de información encima de la mesa, parece que el acuerdo está a punto. La tensión se rebaja y aparece algo la relajación, apartando la agresividad.

En ese momento cruza el umbral de la puerta Max.

- ¿Sucede algo?

Smith guarda celosamente su pistola para que Max no la vea, pero se mantiene alerta.

El hombre mayor responde a Max.- Estamos terminando el contrato. Estos caballeros ya han terminado la misión. Si todo está bien pueden retirarse a sus camarotes...

Con recelo abandono la estancia, cruzándome con Max a la puerta y con su mirada, la cual no evito. Como dos perros entrenados que se miran a los ojos para ver quien es el macho alfa. Salgo echando cagamentos en voz baja, difíciles de entender y me voy a mi camarote. Después de la que se ha liado ahí no es la mejor de las ideas pero necesito unos momentos a solas. Ya tenemos el dinero, ahora solamente me importa bajar del maldito barco.

Aunque la tensión en el lugar todavía se podía cortar con un cuchillo, por suerte no pasó a mas. La disputa acabó sin mayor percance, y algunos empezaban a retirarse, así que Mark hizo lo propio y siguió a Smith fuera de la estancia, no había nada mas que discutir, pero seguramente para Winslow la cosa no acabaría ahí, lo mejor sería estar alerte hasta dejar el barco y estar bien lejos de aquella gente.

Y así como todo empezó terminó y al parecer sin heridos y muertos, no se si alegrarme o preocuparme porque todavía no estamos en tierra y hay que llegar a ella. Me retiro junto al resto de mis compañeros cojeando mientras me tomo el brazo herido par que no se mueva tanto en esta batidora que no deja de ir y venir.

El negocio termina. Cobráis lo estipulado y entrégais la información recogida.

Algunos subis a la cubierta a respirar aire fresco. Allí el señor Black conversa con Max en voz baja. El hombre mayor parece darle unas instrucciones y el jefe de seguridad asiente, llamando de inmediato a uno de sus lugartenientes.
Éste sube con otro par de hombres de nuevo al Darwin, ante vuestra sorpresa. Tras unos minutos vuelven a bajar por la escalinata, pero notáis que el barco avanza lentamente.

Pero no sólo vuestro transporte se mueve. Los motores del Darwin parecen estar encendidos y con pesadez y calma acelera sobre el océano. Gira unos grados a babor y se dirige en dirección sureste, hacia la Nación Confederada. Vuestro transporte se desengancha del Darwin y pone rumbo al Tri-Estado a toda velocidad.

Tras casi un día de navegación, por fin entráis en un puerto y podéis descargar, abandonando a los hombres del gobierno del Tri-Estado, pero con la misión cumplida.

Los minutos que pasamos a bordo del Darwin hasta que nos largamos parecieron eternos. Pasé largo tiempo en mi camarote, tenso y nervioso revisando una y otra vez mi equipo. Limpiando los cañones, montando y desmontando las piezas del rifle... no lo hice por necesidad, sino por tener la mente ocupada totalmente y repetir una tarea mecánicamente, algo que ya había conseguido hacer a una velocidad de vértigo. Pese a todo mantuve los oídos bien atentos a cualquier ruido extraño. Y por extraño quiero decir disparos. 

Cuando por fin volvimos a nuestro transporte me tomé la libertad de encargarme de pilotarlo, no podía permitirme estar sin hacer nada. Incluso estaba sudando más de lo normal, pero con los metros de distancia entre ambos, la calma fue llegando a mi. Una vez sereno, saqué mi pequeño premio, como siempre de entre las capas del chaleco y le predí fuego a uno de esos deliciosos puros que me conseguía mi contacto de contrabando. El humo llenaba mis pulmones de orgullo y alegría. Esa mierda era de la mejor.

-Felicidades, novatos. Os acaban de desvirgar y habéis salido vivos. Eso tiene mérito.- Fue lo único que les dije. El de las felicitaciones animadas y las fiestas era Stan.

Tengo que reconocer que sentí alivio al dejar atrás todo aquel asunto. Menuda puta mierda de trabajo... Pero en fin, teníamos la pasta, y los novatos habían superado la prueba. Alguien iba a sustituir el hueco que habían dejado Derek, Mikail y Lian, y lo habían hecho muy bien. Quizá tuviéramos una oportunidad, al fin y al cabo, de seguir adelante como compañía...

-Cojonudo, muchachos. Vamos a celebrarlo.

Todo había terminado felizmente para el grupo salvando un par de detalles, que mi brazo y piernas tuvieran unas complicaciones "técnicas" pero nada sin cuidado. La pasta estaba en la bolsa y todos volvimos que eso es meritorio teniendo en cuenta lo sucedido.

No me deja tranquilo el destino que le dieron al barco, quizás esa era una segunda misión si no nos hubieramos arrepentido por cierto inconveniente a bordo del Darwin. - Se agradece. - Le contesté a los líderes del grupo por el bautismo.

Por fin habían acabado aquel maldito trabajo y por suerte sin baja alguna. 

El viaje de vuelta fue mas tranquilo de lo que se esperaba, cosa que era de agradecer. Después de tres tediosos días de navegación por fin llegaron a puerto y dejar a aquellos tipos, la verdad es que Mark había esperado que les tendieran una trampa nada mas llegar a puerto, pero por suerte no fue así. 

Ahora como bien dijo Stan solo quedaba celebrar el fin de la misión, así que solo dijo- La primera ronda corre de mi cuenta- la verdad es que si que le apetecía un trago después de la misión.