Partida Rol por web

El conde y su esposa salen de su habitación y se dirigen a la habitación donde se encuentran trabajando el señor Constantine y el señor Poirot.

El conde y su esposa marchaban de la habitación para volver al vagón restaurante, mientras se cruzaban por el camino a la enfermera Greta y a Hector.

La señorita Debenham sale del restaurante para ir en busca de Bouc y el cabalerro Fosacarelli se retira a su habitacion.pp

Henry sale del vagón restaurante para dirigirse a la habitación del fallecido.

Edward sale del vagón restaurante para dirigirse a la habitación donde se encuentra el detective.

La señorita Schmidt (Mildergarder),tras todo lo sucedido, se quedó acompañada de aquellos que no fueron a la habitación del señor Rochett para pedir explicaciones al detective.

En esos minutos que el resto iba allí, ella se quiso dirigir a su habitación para arreglar al gusto de su majestad. Tras estar allí, recibió una llamada la señorita, en la que le comunicaban el fallecimiento de su madre.

Sabía que no podía salir del tren, pero estuvo hablando con Henry para saber la distancia del pueblo o casa más cercana. El joven le dijo que el pueblo más cercano estaba a 6 kilomentros, y que desconocía de alguna casa cercana.

Aún así la joven hizo la maleta, y dejó una nota en la habitación a su majestad de despedida y de adiós.

Henry intentó detenerla, por lo que pretendía hacer, pero no hubo manera de frenarla.

La joven se bajó del tren y caminó a encontrar alguna casa, y poder llamar a que la recogieran.

El caballero Edward tras conseguir hablar o no...con los encargados del caso, se marcha de la habitación hacia el vagón restaurante con el resto de pasajeros.

Su rostro era neutral, ya que es un hombre que no muestra en su rostro si está enfadado o no. Tan solo en sus palabras y en su tono se deduce como se encuentra.

Salieron del vagón restaurante la señora Mubbard, la señorita Ohlsson, y los caballeros Foscarelli y Hardman. Cada uno de ellos a sus respectivas habitaciones.

No querían seguir en el vagón, quería estar tranquilos y tranquilas un rato, hasta saber más noticias.

El caballero Hardman, salía de su habitación para dirigirse nuevamente al vagón restaurante, con el fin de hablar con la señorita Mary.

Mientras este iba el maquinista Michel, dejaba el vagón restaurante para ir a su cabina y poder hacer una llamada a la estación más cerca. Con el fin de saber cuanto más tiempo iba a estar retenidos con este temporal perdidos en la nada.

Mientras el señor Poirot sale del vagón del restaurante para empezar con los interrogatorios. Vosotros salís a la espera en el pasillo del tren.

Foscarelli, camina hacia el vagón restaurante, mientras Bouc, Constantine y Macqueen salen del vagón restaurante. 

En el mismo pasillo pueden ver amos al conde con su esposa, charlando.

- Esta claro que saben más de lo que dicen saber. - me queje deseando que fuera verdad. - Como mínimo tienen huellas.

Aunque apuesto que no van a ser del asesino. Nunca lo son - dije recordando todas las obras de teatro que había interpretado mi madre.

Vi pasar algunos de los viajeros y andrenyi seguía cavilando en su mundo.

Darling... ¿Estás bien? - le pregunté para hacerle saber que estaba allí por si quería compartir algún pensamiento

No tengo tan claro que sepan mas de lo que dicen. Da la sensación de que el detective esta dando palos de ciego... eso no me gusta nada. Me quejo, mirando a Maggie, una vez estamos en el pasillo, despues de que los pasajeros pasaran. No queria hablar con mi mujer con oidos curiosos de que puedieran estar escuchando.

Las huellas... son tan... relativas. Seguramente habra huellas de Masterman y Macqueen por todas partes, amen del maquinista, y los camareros. Dudo que el asesino fuera tan tonto como para no ponerse unos guantes, como dicen las novelas. Y en el peor de los casos, si uno de los asesinos fuera uno de sus allegados, las huellas no demostrarían nada. Hice una pausa para meditar, mirando en la direccion del pasillo que llevaba hasta nuestra habitacion.

Su ultima pregunto hizo que mi mirada se desviara una vez mas del pasillo y se posara en mi mujer. ¿Como? Aunque en un principio dudaba que fuera a saber que pensaba, era mi mujer, y sabia que podia ver a traves de mi a placer. Acabé por sonreir. Estoy bien, no te preocupes. Me preocupa que haya un asesino suelto, que las autoridades pertinentes sean incompetentes, y que estes bien. ¿Tu como estas?

- Todo en orden. - sonreí

Lo que realmente me preocupa - al oírme me replanteé la palabra exacta - me interesaría saber es el motivo del asesino. Saber si mató por matar o por algún motivo. En el segundo caso dormiría mejor.

Hice un además con la mano queriendo borrar esa conversación, ese asesino se había llevado ya demasiado atención.

- Tengo curiosidad por ver que clase de preguntas hace el señor detective. - al decir señor detective quise darle a mi entonación un punto de burla competitiva pero en el fondo agradecía que hubiese un profesional.

Me preocupaba Maggie. Ese "todo en orden" no era el tipo de respuesta que habria esperado de los labios de mi mujer, y eso sin duda queria decir que todo aquello, comenzaba a pasarle factura. A todos comenzaba a pasarnos factura, pero no todos reaccionabamos igual ante las situaciones de presion. Quise pensar que mi trabajo me ayudaba en estos momentos dificiles, en los momentos de trabajar bajo presion y que otras personas, dependan de ti.

Te prometo que te compensaré Le digo a mi mujer, posando la mano en su espalda, con una sonrisa tranquilizadora, y asintiendo con la cabeza, para darle mas peso a mis palabras.

Premeditado sin duda. Fijate bien... Un hombre rico y poderoso, con un secretario y un ayudante. Hay decenas de victimas mas sencillas y menos... visibles. Ademas, el envenenamiento no tiene ningun... placer. Si fuera un descerebrado querria disfrutar de su obra, perpetuarla o seguirla. Y solo mataron al señor Rotchett.

Mas que las preguntas que tiene el Señor Detective... Camino hacia la zona de las habitaciones, y paso de largo de la nuestra, vigilando que no haya nadie por la zona. La idea de lo que estaba haciendo, de lo que iba a hacer, conseguia emocionarme, subirme la adrenalina hasta hacerme sentir presion en la parte trasera de la cabeza. ...me interesa que pueda esconder un asesino en su habitacion. Y con un cuchillo que me habia llevado del vagon restaurante -en animo de proteger a mi esposa y a mi- intento forzar una de las cerraduras de alguna habitacion para poder comenzar a jugar a los detectives por mi cuenta.

....vigila que no venga nadie, por favor.

- ¿Q..que vas a hacer? - susurré girando repetidas veces la cabeza hacía el pasillo y hacia las manos de Andrenyi.

Aunque la respuesta a esa pregunta ya me la imaginaba.

- Why do you have a knife?! - le reñí - Eso es más que sospechoso. - expliqué disculpándome en el tono por haberle gritado.

Solo mataron al señor Rotchett me repetí las palabras de mi marido mientras volvía a girar la cabeza una vez más en dirección al pasillo. Pero algo, en esos últimos 3 minutos me había creado un nudo en el corazón.

- Sweetie ¿confiamos plenamente en Hector?

Hacer algo Me quejo, comenzando a forcejear con la cerradura y la puerta. Y cuando grita, paro un segundo, haciendo gestos para que baje el tono de voz. Si tengo un cuchillo es para protegernos. No me extrañaria que si el asesino se viera acorralado, se comportara de forma violenta. Todo lo que quiero es cuidar de ti...  Mi mirada hacia ella era un poema de lo que pasaba por mi cabeza. Estaba preocupado por ella, y, aunque mi suegra se esforzara en hacer ver lo contrario, me consideraba un buen marido.

Cesé un momento en mis esfuerzos cuando Maggie me pregunta sobre si Hector es de fiar. No lo sé. Pensé, cerrando los ojos. Lo cierto es que es quien mas facil lo habria tenido para matarlo... No lo sé, cariño. No lo sé... Ahora mismo solo podemos fiarnos de nosotros mismos. Por eso llevo esto...  Se refiere al cuchillo. Prometeme que tendras cuidado... vuelvo a decir, mientras sigo intentando forzar la puerta.

Mi dedo pulgar no puede evitar escurrirse hasta acariciar la alianza que celosamente guardaba el dedo anular en el preciso momento en que mis mejillas se sonrojaron.

Asiento con la cabeza - Ten cuidado tu también Andrenyi - no se que haría sin ti termino en mis pensamientos. - ¿Lo tendrás? - pregunto esperando una promesa pues sabía que la emoción y la adrenalina le nublaban el juicio, o eso es lo que a mi me parecía y lo que había demostrando forzando una cerradura de la habitación de un posible asesino.

Pero mi voz interior me reprochó esos pensamientos pues estaba más que encantada con lo que hacía.

- ¿Cede? - pregunté por la cerradura y entonces mi mente empezó a ser útil de nuevo.

¿De quién es está habitación?