Partida Rol por web

Me limite a contestar al señor Poirot, con un tono tranquilo y relajada. – Soy conocida de la Familia Amstrong pero por ahora no tengo a nadie de la Familia Amstrong como clientes. Estaba un poco incomoda en la silla después del el rato largo que llevamos en el interrogatorio.

Que yo sepa no, como mucho puede tener competidores en lo referente a sus empresas, pero eso quizá lo sepa mejor Hector, ya que él sabrá más de sus negocios, pero en lo personal el señor Rotchett no tenía grandes problemas con la gente.

Si no fuera por que la señora Mubbard estaba más arrugada que una pasa pensaría que le estaba haciendo tantas preguntas íntimas para tirrle los tejos... así que volvió a reprimir el instinto de estrellarle el bastón en la cabeza y de paso asestarle otro bastonazo en su ridículo mostachoy contestó con el mismo tono que empleaba cuando alguno de sus alumnos no se enteraba de la lección por poseer capacidades intelectuales limitadas.

-Mi santo marido fue guionista de cine y productor. Dirigía una famosa productora de cine que traspaso a uno de sus más leales socios cuando decidió juvilarse. Con respecto a mi hija y ... su marido-golpeó el suelo con el bastón cuando recordó a su yerno, a la vista estaba que no se llevaba bien con él- es un conde y es diplomático... eso es lo que hace... con respecto a las cosas que no hace le podría hacer una lista, pero la más grabe es no ser capaz de darme nietos-arrugó aún más su gesto, parecía que la mayoría de desavenencias se reducía a eso...-Con respecto al tal Pertin, no lo conozco de nada y sobre los Amstrong sé por el periódico que la pobre niña del matrimonio fue asesinada, fue un echo terrible. No entiendo como puede haber personas... si se les puede llamar así, que sean capaces de hacer daño a una criatura incente-en esta ocasión el ceño de la señora adquirió tristeza, ella era madre y deseaba ser abuela, a pesar del caracter desagradable de la anciana era capaz de sentir empatía por alguien.

Me levanto de mi asiento dispuesto a irme, realmente no tenía nada más interesante que aportar.

- Por ahora no señor Poirot, si me disculpa- le dedico una ligera reverencia con la cabeza y me dirijo a la puerta.

El coronel arquea la ceja, sorprendido, mientras su cara revelaba un signo de entendimiento. Abrio la boca para preguntar algo, pero decidio mantener la compostura y educacion de la situacion, y respondio a la pregunta.

-Si, soy amigo personal del Coronel Armstrong, que reside en nueva york, por su pregunta, me temo que usted cree que hay alguna relacion con el desafortunado incidente de su familia... eso o yo mismo me he montado una quimera ante un recuerdo tan nefasto.

-No, -Suspira Poirot- pego le gevelaré que es sogpgrendente la cantidad de gente que tiene gelación con Nueva York en este tgren. Pego cuenteme ¿estuvo alguna vez en casa del cogonel Amstrong?

- Pego cuenteme ¿estuvo alguna vez en casa de los Amstrong o en alguna fiesta que ellos diegan o fuegan?

-¿Ega el señog Rochett conocido de la famosa familia Amstrong? Ya sabe la de aquel extgraño caso del asesinató de la niña.

- ¿Seguia usted teniendo alguna gelacion con monsieur Rochett? ¿Se habian visto ultimamente?

-¿Conoce o ha tgrabajado paga la familia Amstrong?

¿La familia Amstrong? Aquella pregunta le había tomado completamente por sorpresa. ¿Qué tenía que ver aquellas personas, que ya habían sufrido lo suyo, con el actual asesinato? La expresión de asombro de su rostro fue claramente notoria y, llevándose la mano a la cadenita con la cruz que colgaba de su cuello, intentó mostrar una actitud profesional.

- Mmm... sí, conozco a la familia Amstrong, han sido pacientes míos. Una desgracia lo que le ha sucedido a esa familia... una auténtica pena... pobre niña. -En verdad se mostraba compungida. Aquel había sido un tema que había dado mucho que hablar, la prensa se había cebado con creces y había resultado un gran trauma para la familia.- Pero no entiendo... ¿qué tiene que ver la familia Amstrong con este asesinato?

Que bien le sentaría en aquel momento un buen tragito de su petaca, aquel detective no paraba de hacer preguntas... Que poco considerado con lo bien que estaría ahora ella haciéndole la vida imposible a su yerno... 

- Pues no señor Poirot, no tenía relación últimamente con el señor Rochett y tampoco lo había visto recientemente. Ya le he dicho que estuve dándole clases pero de eso hace ya unos años.

- Disculpe mademoiselle pego aqui las pgreguntas las hago yo. -Poirot finaliza la frase con una leve tosecita que quiere esconder una sonrisa -  Bien, bien, trés bien, ¿egan pacientes suyos los tres miembgros de la familia Amstrong?

- Pego , madame, me llama la atención que al encontgragse en el andén no se hallan saludadó. Ni hallan integcambiado casi palabgra, si la gelación entgre las familias ega tan estrecha.
 

La señora Mubbard puso los ojos en blanco.

- Señor Poirot, no vi al señor Rochett en el andén, si lo hubiera visto odbiamente lo habría saludado... sencillamente él entro en el tren antes de que lo hiciera yo... ¿No entiendo el objeto de sus preguntas? 

El coronel alza la vista, recordando.

-Solo un par de veces, de visita personal.

Cuando me pregunto si conocía a la familia Amstrong, empecé a recordar, cuando mi bisabuelo me llevaba a casa de los Amstrong… Pero recordaba muy poco ya quera muy pequeñita, le respondí seria al señor Poirot. -Yo era muy pequeña cuando iba a la casa de los Amstrong, porque mi bisabuelo era familiar directa de la familia Amstrong. Estuve una vez en case de ellos ero ya le dije que era muy pequeña, y mis padres y mis abuelitos siguen manteniendo contacto con la Familia Amstrong.