Partida Rol por web

Hermanos  abajo me necesitan. Digo a mis compañeros de cofia mientras doy un paso y me deslizo entre cabos y jarcias a una velocidad endiablada, cambiando de cabo, paso el juanete mayor en apenas un segundo, para seguir deslizándome por los aparejos de la Vela de gavia y me dejo caer  en la vela mayor para usarla como tobogán de salida y caer sobre la espalda del  Isinmores  que estaba mandando al sueño eterno a nuestros marinos con manos desnudas. 

 Cuando mis pies impactan con la espalda del púgil siento la contundencia del impacto y me giro para caer de pie realizando un mortal , al tiempo que desenfundo mis pistolas.  

El tipo de negro hizo caso omiso a tus palabras.
¡Protestar como seniorita! te dijo, preparándose para su siguiente acometida.

Pero antes de que lo hiciera, una voz baja y entrecortada por la máscara sonó a vuestras espaldas.
Got it. dijo, no entendías lo que significa aquello, pero parecía que la enmascarada sostenía algo circular, del tamaño de una manzana, que parecía de oro puro.
Eso hizo que el rubiales cambiara su idea y diera un salto hacia atrás, llegando a la posición de la enmascarada, que dibujó un círculo con la mano libre en el aire y de forma instantánea éste se convirtió en aquella especie de portal reluciente por el que habían aparecido hacía un momento.

Arribederchi... susurró la enmascarada poco antes de que el portal se cerrara.

Virgilia se te quedó mirando sin saber qué había pasado, mientras en el exterior los marineros castellanos comenzaron a celebrar la retirada de los piratas.

Lola hizo gala de su pericia y desvió el espadón de su oponente con gracia, acompañando la pesada hoja a que chocara con las maderas del suelo.
Pero la maniobra no terminó allí, pues en lo que dura un parpadeo, el estoque de la castellana se clavó en el abdomen del enorme Highlander, haciendo que gruñera de dolor.
No parecía entender las pullas de Lola, pero sus gestos parecían haberle hecho comprender a qué se refería.
¡Puta! dijo en una de las pocas palabras que sabía en castellano.

Cita:

Mientras, en la cofia José se despidió de sus compañeros, que se miraron entre ellos y uno se quedó a media frase.
¿Pero qué...? y mientras preguntaba aquello, José saltaba con la agilidad de un gato, rebotando y resbalando por velas y palos hasta aterrizar sobre la espalda del Inismorés... o esa fue su intención.
Por que el maldito púgil se hizo a un lado como si nada, haciendo que José rompiera varios tablones de la cubierta.

Entonces, los gritos eufóricos de los marineros y soldados castellanos os hicieron daros cuenta de un hecho.
¡Se retiran! se oía por todos lados.
Y efectivamente, el barco pirata recogía cabos y emprendía maniobras para retirarse.

¡Shit! gritó el púgil, comenzando a correr hacia su barco.
El enorme Highlander parecía no haberse enterado de esa maniobra, enfurecido como estaba tras las pullas de Lola y el dolor de sus heridas.

El Capitán Rodríguez observó la retirada satisfecho y ordenó que se dejara huir a los piratas, sin dejar de disparar los cañones, no fuera que se lo repensaran.

Mientras esperabas en el pasillo, escuchaste los gritos eufóricos de los marineros y soldados castellanos que celebraban la retirada de los piratas.

 NOT SO FAST DARLING, grito al Isinmores que corre de vuelta al barco al tiempo que descerrajo ambas pistolas sobre su espalda en el momento que comienza su carrera.

 Las dos bocas de las pistolas simultaneamente generan dos nubes humo blanco qeu me imposibilitan ver si he acertado en mi raudo objetivo.

El joven vodacio se quedó como una estatua. -Entonces... ¿todo este asalto pirata ha sido para distraernos del objetivo principal?. Fuera lo que fuese esa bola.-

La mente de Luca comenzó a encajar las piezas y al cabo de un segundo el joven salió a cubierta dando un portazo, corriendo por el barco y gritando algo casi incomprensible mientras sacaba uno de los cuchillos.

Luca salió del camarote del capitán dando un portazo, corriendo a lo loco y gritando.

-¡Presto non escapare. Prendi a uno o due pirati. Non lasciarli escapare.-

El vodacio señalaba a los piratas y corría hacia ellos todo lo deprisa que le daban sus piernas. Tampoco es que se le entendiera muy bien, pues con las prisas le salía más el idioma materno que el castellano, aunque en su tono de voz había urgencia.

Gizur salió fuera, estirando brazos y piernas junto a sus tres compañeros, sonriente. Parecía ser que las náuseas y el mareo habían amainado, posiblemente por la adrenalina liberada luego de estar tan cerca de ser atravezado por una bala de cañón. Rió por lo alto mientras miraba a su alrededor, lleno de piratas muertos, iconscientes o batiéndose en retirada, buscando al capitán.

—¡Capitán —gritó—, enhorabuena! No mentía cuando dijo no necesitar ayuda —miró a Lola y Angelique, quienes por la sangre en sus armas y expresiones de victoria en sus rostros asumía habían tomado cartas en el asunto, y por cómo las miraban algunos marineros, no habían sido cartas de poca importancia—, o a lo mejor sí —le susurró a Aren, uno de sus guardaespaldas, quien le respondió con una sonrisa.

José sacó ambas pistolas y disparó con gran precisión a las piernas del pirata fugitivo. Cuando el humo de la detonación remitió, el Inismorés yacía tumbado en el suelo de cubierta, gritando de dolor.
Se incorporó cojeando y miró atrás al castellano con expresión enfurecida.
Next time I’m gonna kill you!! le escupió antes de superar el último tramo de cubierta y lanzarse a la desesperada a su barco.
¿Lo habría logrado?

Mientras Luca salía del camarote del Capitán gritando como un poseso. Nadie parecía prestarle atención, pues poco a poco el ambiente festivo se apoderó del Santa Catalina.
¡Viva Castilla y viva el Rey! era uno de los gritos que más se escuchaban, con disparos al aire y abrazos entre los soldados.

Pero aún quedaba un combate a bordo.
El enfurecido Highlander, abandonado a su suerte por su barco, parecía empeñado en derribar a Lola.
Su espada esta vez hizo un corte lateral distinto al anterior que Lola tendría dificultades para esquivar.
Sea como fuera, Oleg venía a la carga con su hacha y no muy lejos estaba Zelinda, por lo que el destino del obstinado Highlander estaba decidido.

Gizur se acercó al puente de mando donde El Capitán sonreía junto a sus hombres, que le daban palmadas en la espalda para felicitarle por su aplastante victoria.
Apenas una quincena de castellanos habían caído en aquella batalla, lo cual era un número bastante bajo.
Rodríguez miró a Gizur, y sin variar su sonrisa le agradeció sus palabras.
Gracias maese Hro... Hroleí... dijo, pronunciando con dificultad el apellido vendelio.
Os agradezco que hayáis permanecido a salvo en los camarotes, pues a pesar de su derrota los piratas han vendido cara su piel.
Espero que sus cañones no provocaran destrozos en vuestro camarote, de ser así, haré que os lo acondicionen de forma inmediata. dijo el capitán de forma servicial.
Estaba claro que la fama de noble de Gizur le ayudaba a que le trataran mejor, además de que en el caso del Capitán había otro motivo. Y es que debía llevar de una pieza a todos los hombres posibles que contribuyeran al crecimiento de Santa Lucrecia y la colonización.

Aquella mala bestia no la iba a dejar en paz. El golpe lateral que le lanzó la pilló un desprevenida. Pasó a apenas 1 cm de su cara cuando se dobló hacia atrás desde la cintura dejándolo pasar. Por poco no le cortó uno de sus rizos.
No acababa de recuperar la verticalidad cuando le soltó un nuevo mandoblazo que de nuevo esquivó por la mínima con un paso lateral. Benditas clases de baile...
Otra acometida brutal. Parada con el cuchillo de la diestra, que de tanta fuerza que llevaba el golpe lanzó el cuchillo al aire.
Salto hacia atrás para recuperarlo en el aire antes de que fuera lejos.
Nuevo ataque en cuanto puso los pies en el suelo. Nueva parada, esta vez con la espada, pero su fuerza era tal que amenazaba con clavarle su propia espada al seguir presionando. Necesitaba más fuerza, para lo que apoyo el extremo de la espada en la hoja de su cuchillo para poder resistir el empuje con ambos brazos. Lo había logrado detener, pero le iba a costar salir de esa posición sin bajar la guardia.
- ¿Sabes? Nunca debes menospreciar a la acompañante de una chica. - dijo desafiante y burlona con los dientes apretados por el esfuerzo mientras le dedicaba una mirada significativa a Angy que parecía estar mirandose una manchita en un zapato.
No confiaba en que fuera a arriesgarse en exceso por acudir en su ayuda, pero sí contaba con que se quisiera lucir, máxime ahora que tras alejar a aquel bruto varios pasos este le ofrecía la espalda a la pequeña rubia.

Luca no podía creerlo, ¡estaban celebrándolo!.

-¿No entendieri?. Questos cornudos castellanos cabeza locas.-

Los piratas retiban su barco, no había manera de alcanzarle, de abordarles y retenerlos... de pronto sus ojos vieron a la hermosa Lola discutiendo, con acero, en tono desmedido con un bruto. Era su oportunidad, no dejaría que le pasara nada.

Con un rápido movimiento atravesó la cubierta y, aprovechando el momento que la rubia montaignesa se estaba dando, se subió de un salto a la espalda del grandullón, entorpeciendo sus movimientos y a la vez, defendiéndole con la espada de cualquier ataque.

Al parecer Lola era más que capaz de mantener a raya al animal del espadón. Angelique empezó a buscar la manera de atacar para aprovechar el hueco que se le presentaba. Bueno atacar tenía claro como hacerlo pero después de su numerito no podía ahora limitarse a clavarle una puñalada en el bajo viente al tiparraco ese.

Sería muy demodé.

Estaba aun observando la situación cuando el vodaccio hizo su aparición y se abrazó con amor y pasión al tiparraco. Por suerte una era una muchacha de mundo y sabía que había hombres a los que les gustan esta clase de cosas. ¡Y mira que estaba convencida de que Luca les había pegado unos buenos repasos visuales!

Pero bueno, no era el momento de ponerse a retozar, así que echando un ojo vió cerca un cubo lleno de agua (o escupitajos, con los marinos nunca se sabía) y pasando el estoque por el asa lo hizo voltear para que su contenido remojara al par de tortolitos que se contorsionavan en su ardoroso abrazo.

Mon Theus Luca! Reservad algo para la noche de bodas. Dijo soltando una risita.

Infantes de marina con las armas cargadas formad una linea de fuego y esperad la orden del fuego del capitán.  Grito para formar un pelotón de ejecución en medio de la algarabía general para restaurar el orden

Highlander, Surrender now, dont die with the deshonor of be defeateted by two women in a lost Cause`, you are alone. Live to for fight another day. Intento hacer entrar en razón  al gigantón y que se rinda.

 Luca sei nel mezzo della linea di fuoco. Digo dirigiéndome al bravo vodaccio.

49/5000

Mademoiselle Angelique s'il vous plaît laissez le pirate pisse. Sigo hablando esta vez par nuestra intrépida angel de la muerte.

 Lola Por favor deje de chotearse del pirata por favor o sera imposible que se rinda. Continuo con lola para acabar con el capitán.

 Capitán señor sería beneficioso  capturarlo con vida, y ello os traería un renombre en el puerto y en nuestra amada Castilla no solo habéis repelido el abordaje si no que capturais a su mas fiero asaltante. Pensadlo. Apoyo la descabellada  actuación del señor Lucca para capturarlo vivo.

-Gracce siniore.- Dijo el vodacio mientras miraba al cielo. -Per fine alguien que comprende. Y que non remojare a Luca para que enferme.- Continuó haciendo alusión a la montaignesa, y su idea estúpida de lanzar un cubo con agua. -Mas nécesitare calore esta noche.- Y acabó con esa sonrisa suya tan coqueta y pícara mientras guiñaba un ojo a la rubia.

Por si tuviera poco con las heridas acumuladas y las pullas de Lola, al Highlander no paraban de martirizarlo.
Primero fue Luca, que le trepó a la espalda y prácticamente no le dejaba moverse. Y lo remató Angelique con un cubo de agua por encima de su cabeza.

Desmoralizado, humillado y frustrado, casi que no era necesaria la petición de rendición de José.

Alright, I surrender... dijo en su vozarrón, dejando caer la espada.
Entonces se percató de que lo habían dejado sólo.
¡¿What the hell?! dijo boquiabierto.

Los marineros se pusieron firmes tras las instrucciones de José.
Y finalmente llegó el Capitán Rodríguez.
Don José, dígale a este energúmeno que será tratado según las leyes de prisioneros en alta mar. dijo en tono severo, ordenando a los soldados que lo apresaran.

Luego os miró a todos en general.
A pesar de que habéis hecho caso omiso a mi petición de quedaros en vuestros camarotes, debo daros las gracias por vuestra ayuda sin la cual probablemente el resultado de la batalla hubiera sido otro.
Cuando lleguemos a Santa Lucrecia informaré debidamente a las autoridades de vuestra colaboración para que seáis justamente recompensados. dijo en un tono ceremonial.

Ahora, debo supervisar los daños, así que sois libres de retiraros a descansar. añadió poco después, preparándose para marcharse.

Justamente recompensados.

Justamente lo que Angelique esperaba oir. Algunas buenas monedas, una recomendación ante la buena sociedad de Santa Lucrecia y una excusa para correrse, de gratis, alguna juerguecilla.

Todo buenas noticias así que con una sonrisa hizo una reverencia al capitán y se dispuso a volver a su camarote.

Un pasito atrás… mejor dos. Leches, tres, que casi le moja la tontería de Angy. Como siempre una pulla bien dada era el mejor remedio contra el mal humor de casi mojarse por lo que fuera la asquerosidad que contenía aquel cubo, pero el pisaverde rastrero que no conocía el honor no hacía más que hablar y hablar y hablar… y todos le miraban como si estuvieran enamorados de él. ¡Así no había manera de tener público para una buena pulla!

¡Bah! Para cuando acabo el poliglota ya se le habían quitado las ganas de lanzar su pulla. Hasta el gigantón parecía rendirse como una nenaza. Vale, era lo sensato, pero, ¿quién esperaba que un pirata gigante hiciera lo sensato? Vuelta al aburrimiento.

Enfundó la espada y la daga viendo que aquel baile se había acabado. Que se encargasen los hombres de encerrar a aquella mole y que hicieran algo para variar.

El capitán llegó a tiempo de soltar un rapapolvo absurdo por no quedarnos en los camarotes, aunque luego se enmendó reconociendo nuestra singular labor. Tenía que reconocérselo a la pequeña rubia, hacían una buena pareja de baile las dos. Todo se le olvidó en el instante en que mencionó una recompensa. Sonaba como un buen comienzo en ese nuevo mundo. Un buen comienzo para poder comprarse tierras con el tiempo y vivir tranq… nah, tranquila no, a su aire. Sí, eso, a su aire.

Imitó la reverencia de Angelique, que de pelotear a los mandamases sabía mucho, y se retiró con ella cuchicheando sobre las abdominales y los bíceps de la mala bestia que había domado.

 POR CASTILLA, POR EL REY SANDOVAL Y POR EL CAPITÁN. Clamo buscando la contestación del resto de la tripulación

 Highlander, you're under arrest accord to the high seas laws, dont cause problem and perhaps you get clemency.  Digo a la mole e inmediatamente me pongo a ayudar con los heridos, seleccionando los más graves para que pasen al cirujano jefe y atendiendo directamente en la cubierta a los menos graves.

    Una vez acabadas estas tareas me voy a donde esta encerrado el gigantón y comienzo a tratarlo con un par de guardias atentos a si intenta algo.

-Perfecto.- Luca miraba toda la parafernalia desplegada por pepe, el capitan y los marineros, con un deje de ironía en su voz. Si no fuera porque las damas estaban allí, peleando en lugar de los hombres, otro gallo habría cantado.

-Capitán, siniori.- El joven vodacio se puso a su lado mientras caminaba por cubierta. No sabía como abordar el tema sin que entrara en un ataque de histeria o matara al gigantón, curiosamente el único que podía ayudarles ahora mismo.

-¡Questo pelea!. Piriatas, canones, imbriachi... forse que sean tutti tuo viajes, ma non los míos. ¡Una aventura! Sine dudi hemo de celebralo ma,.... -La dramática pausa hizo a Luca chasquear la lengua. -Ie posibile che voi sea el perdedore.- Anticipándose a la respuesta del capitán levantó las manos en alto.
-Soy amico, capitán, noni deseare mal alguno per tuo, mae voi repartía sablazos entre los piriatas, uni extrañi pareja formada per un avalonés- se calló lo de guaperas- e una muyer misteriosa, e puede que molto bella, pero io divago del tema. Eos due aparechieron en tuo camarote mediante magia e robaron una bola... o algo así, y se fueron. Momenti en que decidieron huire de la lucha, abandonando al suo compañiero.- Luca miró al forzudo y luego al capitán. -E posibile sabere a dónde se dirigen. Per questo quería capturalo con vita.-

Gracias maese Hro... Hroleí... dijo, pronunciando con dificultad el apellido vendelio.
Os agradezco que hayáis permanecido a salvo en los camarotes, pues a pesar de su derrota los piratas han vendido cara su piel.
Espero que sus cañones no provocaran destrozos en vuestro camarote, de ser así, haré que os lo acondicionen de forma inmediata.

—Hrolleif —corrigió—. Sí —respondió con fingido desgano—, mi camarote ha sido totalmente destruido, Capitán, sería bueno que estuviese en buen estado lo antes posible —dijo Gizur.Ser tratado con tanto respeto en comparación al resto era algo que producía en todo hombre cierta satisfacción y el vendelaccio no era la excepción; el Capitán, por su resolución del problema y formas mostradas, se había ganado su agrado. Más allá de que finalmente sí pareció necesitar ayuda, Gizur lo veía como alguien competente de todos modos.

Gizur caminó hacia el pirata rendido, hasta ponerse frente a frente. Aunque la mayoría habría tenido que alzar la mirada para verlo a los ojos, Gizur era tan solo un par de centímetros más bajo que el pirata avalonés, e inclinando levemente la cabeza hacia atrás parecía incluso un poco más alto, según de donde se mirase.

—¿Cuál es tu nombre? —le preguntó manteniéndole la mirada con una sonrisa sobradora dibujada en el rostro.