Partida Rol por web

Acaba de esturrear un montón de salsa barbacoa sobre unos aritos de cebolla fritos. Como lo había hecho con emoción se había untado las manos y se empezó a clupetear los dedos: - Siempre desee hacer esto Don Liam.

Tu comentario al dependiente no pareció obtener sus frutos. No sabia de que incidentes le hablabas, pero te indicó, en un plano de la ciudad, donde evitar problemas por ser zonas "chungas" o donde era demasiado pijo como para que una persona normal deambulase sin que lo detuvieran por ser sospechoso. - De todas maneras ¿A qué tipo de "incidentes" se refiere" señor?

- La verdad es que no lo se muy bien, algo fuera de lo normal. Alguna banda nueva, gente recién llegada, no se... - era el primer contacto con un nativo del planeta y realmente Liam tenía muy poca confianza de obtener una pista clara. Posiblemente tendría que acercarse a alguna comisaría de policía y repasar el informe que le habían pasado.

- Termínate eso que tenemos trabajo. - comentó a su pupila con una media sonrisa viendo como la chica disfrutaba. Había hecho un gran trabajo y merecía una pequeña recompensa.

Nada te aclara el hombre.

Estaba claro que no sabía más de lo que podía saber cualquier otro hombre común del lugar. Un lugareño típico que se ganaba la vida de camarero en un sitio ... que podía estar mejor, pero que hacía las delicias de los pequeños. Eso que se lo digan a Elisse, que se terminaría desgastando los dedos a lametazos.

- Si, si, yammm. Y se metió el último bocado entre los dientes, de manera salvaje. Tras eso, un trago de mejunje refrescante burbujeante para pasar todo aquello por el gaznate.

Tras terminar y pagar la cuenta los dos viajeros salieron a la calle, buscando un transporte público que les llevara a un punto en el que empezar a recoger alguna pista que les pudiera llevar a alguno de los dos activos que tenían que recoger.

- Vamos a ir a una de las zonas en las que se vio a uno de los muchachos que tenemos que recoger. En principio es una toma de contacto con el barrio, ver el ambiente y si podemos sondear si ha habido alguna actividad extraña. No tenemos ni imagen ni descripción de sus capacidades, pero hemos de suponer que apenas tiene entrenamiento.

- Quiero que estés atenta a cualquier cosa que puedas percibir, pero se discreta. La realidad es que aún no sabemos hasta que punto este planeta nos tolera.

El transporte les dejó en la zona más comercial del barrio elegido. Era el momento de empezar a moverse.

Un hombre, de sotana larga y negra, predica como si fuera un hombre de milenio y medio atrás. No podía ser, pero aún existían personas que se dejaban regir por creencias, supersticiones y miedos. El miedo es un gran poder, y si además ese miedo está inculcado en el interior del alma de la persona, es un "cáncer" imposible de extirpar ... y que suele extender a aquellos que se le acerca, a su familia y ambiente en general.

Por desgracia, aquel infeliz, parecía ciego. Hacía sonar una campana mientras estaba sobre una caja negra forrada de terciopelo. Viandantes y vehículos pasaban cerca de él, mientras, sobre su caja, en la acera, difundía sus penas, como un creo al que todos han de escuchar.

- El mal se acerca.

- El fin se cierne sobre nosotros.

- Arrepentíos para ser salvados o perecer en las llamas de un infierno que no solo quemará vuestros huesos, sino también vuestras almas.

- Arrepentios y abrazad el único y verdadero credo. La única y verdadera Fe.

- Infieles, alabad a Dios y abandonad ese vida de consumismo e inseguridad.

- Gentes de bien, ....

Así, continuamente, no dejaba de impartir su sermón. Algunos se paraba momentáneamente, y no le escupían por la propia vergüenza del acto en si ... y porque en la otra cera una patrulla de policía, en si vehículo, sin salir, vigilaban de manera curiosa. Uno de la pareja estaba centrado en el predicador, obnubilado. La otra, más diligente y responsable, parecía que vigilaba ... todo lo demás.

Aquel hombre, con su campanita, había hecho un gesto y su gorro cae al suelo. Nadie se digna en ningún momento a perder un instante para hacer que el invidente recuperase la prenda.

Al caer la gorra del predicador, la reacción de Elisse iba a ser tan clara que Liam la sujetó por el hombro para imperdirle que se acercase al ciego.

- Este tipo de personas son las que pueden ser más peligrosas para nosotros. - comentó Liam en voz baja y a una distancia suficiente para no ser oído - Los "iluminados" son, a veces, personas con un potencial psi no detectado que confunden sus percepciones con "voces divinas" y antiguas religiones. Siendo ciego incluso puede haber desarrollado ese potencial de forma inconsciente.

- Si te acercas, puede que no pase nada y simplemente hagas una buena acción, pero por otra parte puede que perciba algo extraño en ti y haga un escándalo. No nos acercaremos, pero vamos a seguir observando.

- El potencial psi la mayoría de las veces se transmite de forma genética. Puede que los padres no sean psi, pero en algún lugar de su árbol genealógico no es raro encontrar otro psi.

- Observemos. Quizás aparezca un familiar o bien lo podemos seguir en cuanto acabe aquí.

Te mira sorprendida y se detiene de inmediato. Te escucha tan atenta que parece asustada. Luego, queda erguida, a tu lado, expectante y observando. 

El discurso del fanático religioso ya hace media hora que es seguido atentamente por vuestros ojos, pero no cambia en absoluto. Luego, una mujer, vestida como él, pero en falda, se os acerca y amablemente pregunta: - ¿Os interesa el sermón?

Liam saluda a la mujer también con amabilidad.

- Somos forasteros y hacía tiempo que no oíamos algo así. Nos ha resultado extraño. ¿Sabe si por aquí han habido grupos nuevos con ideas fuera de lo común? Estamos haciendo un estudio social para presentar un trabajo universitario para mi pupila.

La señora se sorprende: - Demasiado joven para ser universitaria ¿No? Dejaba un resquicio de duda entre sus palabras. Como si demostrase que era extraño, y tal vez inadecuado, pero también posible y que ella no lo sabía todo. Le acarició la cabeza a Elisse. - Será una mujer bonita e inteligente. Y tras eso preguntó con sincera curiosidad: - ¿Y qué carrera cursa?

Liam sonrió a la señora.

- Se trata de un curso preuniversitario para jóvenes con talento. Es una niña con una gran inteligencia. - Continúo alabando a la niña - Se trata de un trabajo de sociología, algo sencillo pero que requiere de bastante trabajo en las calles.

- Por eso le preguntaba si sabía algo que nos pudiera servir para presentar un buen artículo que le ayudase en las notas finales. Algo especialmente inusual sería lo más adecuado.

Liam miró a su alrededor como buscando algo.

- Pero esta zona parece especialmente tranquila. ¿Sabe usted de algún suceso reciente que pudiera ayudarnos?

Habías esquivado hábilmente la pregunta, pero era una persona sencilla, que no tendía las cosas: - La verdad es que no entiendo que carrera es esa...pero bueno. Tras quedarse poco conforme con lo respondido, te comentó: - Tanto mi marido como yo hemos sido testigos de extraños sucesos en nuestro hogar. Han venido ya en tres ocasiones a exorzizarlo, pero no hay manera. Te miró a los ojos, y parecía que suplicaba ayuda. Una ayuda un tanto especializada a alguien ultracreyente: - ¿Puede ser que usted pueda ayudarnos con eso?

Liam sonrió a la mujer, asintiendo.

- No sabemos mucho de estas cosas, pero quizás si lo vemos "in situ" podemos intentar ayudarla y para mi pupila puede ser un punto más para su trabajo.

Sin problemas se dispusieron a seguir a la mujer a su casa para ver qué pasaba allí.

12:40 del día 19, año 1034. Andorian City. LIIKHAM (2911) - Sector Fornast - Subsector Sanny.

- Pues acerquémonos. Aconsejó la señora. - Además, ya va siendo hora de marchar ... comentó muy animada ... ya que no he preparado la comida y va siendo hora. Os miró un momento y luego fue a por el el hombre. Cuando regresaba le decía: - ... un señor y su hija, que están en viaje de estudios y puede que nos puedan ayudar ...

Os tocó más de media hora de paseo. No era un ritmo alto, pero si constante. Sabían perfectamente llegar. Os adentrásteis por las callejas, y tras unos minutos de paseo entre viejas y sucias edificaciones de tres o cuatro plantas, aceras llenas de mugre y de basura sin recoger, accedisteis a un portal. Era una de las viviendas de tres plantas y el hogar de esta parejita era el último. La cada estaba adornada con típicos elementos religiosos, históricos y familiares, todos muy modestos y llenos de historia, suciedad y recuerdos.

- Pasen, pasen y siéntense. Os indicó un pequeño comedor, con una tele que tendría mil años, una mesita redonda con dos sillas, a las que acercó dos taburetes y una cómoda con las fotos de los ancestros. Una colección como de unos 20 retratos. Todos pequeñitos, y con la misma solera y limpieza que todo lo demás. Sentó al señor en una de las sillas y os mostró los taburetes. Marchó a la cocina y al regresar, frente a los tres, sirvió un baso con agua. El señor, a tientas, tomó el suyo y con tragos tranquilos bebió. Lo necesitaba. Tras eso regresó a la cocina y se dispuso a cacharrear. En la distancia se le oyó decir que : - En unos veinte minutos estará listo.

Liam siguió a la pareja hasta su vivienda. El barrio era humilde y un tanto destartalado, algo que había visto en muchas de las megaciudades de la mayoría de mundos una vez te separabas un poco del centro comercial.

Asintió con una sonrisa a las atenciones con que su anfitriona les obsequiaba y observaba a su pupila para que no hiciera ningún gesto extraño o de desprecio. La chica estaba callada a su lado y se comportaba de forma respetuosa.

Tras beber de su vaso, rompió el silencio que había mantenido hasta el momento, hablando con el caballero.

- Es muy amable por recibirnos en su casa. ¿Qué tal viven aquí? Aparte de por lo que hemos venido ¿han notado algún cambio adicional en el barrio?

No habías terminado tu pregunta y el hombre pone, como asustado las manos sobre la mesa. Es como si quisiera o agarrarse a ella o evitar que levitase. Confesó: - Ya empieza otra vez.

Ves que la niña que te acompaña se ha puesto tensa. Tal vez ella no se hubiera dado cuenta de su reacción, tal vez incluso natural, pero .... también estaba alerta.

Liam miró a su alrededor, esperando ver o percibir algo.

- Elisse... ¿notas algo? - mirando de nuevo a su interlocutor, igualmente le preguntó - ¿qué pasa? Descríbame lo que sienta.

La niña se está preocupando por momentos. Se está asustando.

El señor enseguida se pone rígido. Una luz azulada destella desde la cocina. No hay ruido alguno. Nada suena, pero parece que te tiembla el culo como si fuera un discreto y silencioso terremoto. El señor también parece asustarse. - ¿No lo notas? comenta, como a escondidas, temiendo algo. - Se me eriza la piel, me duelen los ojos y me tiembla .... todo.

De alguna manera a Liam no parecía afectarle lo mismo que a los demás.

- Elisse... disciplina... relaja tu mente. Tienes que superar tus miedos.

Habiendo alentado a su discípula, Liam se levanta de su asiento y salta hacia la cocina.

La mujer chilla.

La chiquilla, por "osmosis" o "simpatía" también.

Un gran fogonazo sale de la cocina. Luz azul. Ha temblado el edificio.

Liam no había conseguido llegar a la cocina cuando Elisse y la mujer gritan a la vez que un fogonazo de luz llena el ambiente procediendo de la cocina.

Interrumpiendo su movimiento se gira hacía Elisse.

- ¡ Elissse ! ¿Estás bien? ¿Qué ha pasado?