Partida Rol por web

Dia 27/03:

La plaza de Taibique, en la Isla del Hierro, la mañana empieza a teñir sus suelos de luz, las vidas de los herreros empiezan un nuevo día, quizá aún no saben que esta luz traera consigo un rayo de esperanza para alguno de ellos pero ¿a que precio?.... Esperemos que sea suficiente como para ser abastecido.

10 personas concretamente han sido iluminadas gracias a este rayo, que a forma de epistola a llegado a sus vidas.

Cita :
 

Esta carta a llegado a la vida de Mat, Alexandra, Claudia, Elena, Mario, Miquel, Sophia, Yuli, Ana y Tomás.

Cada uno de ellos está apunto de llegar hasta las puertas de La Residencia "Le Mont", en una zona apartada de Taibique, entre los cultivos de El Hierro.

La residencia les espera, ahora solo falta su llegada.....

Unos agentes fueron al despacho de Mario y le entregaron una carta que leyó con velocidad e interés....uuummm interesante, Alexandra tambien estará seleccionada...?. Muy bien caballeros, me placerá acompañarles, si esperan un segundo...Toca el botón del interfono. Señorita Martí, voy a salir de viaje, no se la fecha de regreso asi que anule todas mis cintas. Muy agradecido. Luego vuelve a tocar el interfono. Bien, cuando ustedes quieran...podemos partir. Al momento salieron direccion a la limusina que les esperaba, adecuadamente habilitada,  llegaron al exterior de la residencia "Le Mont", una bella residencia de clasicas paredes blancas y un amplio y bello jardin con cuidado cesped.

Como cada mañana salgo a correr un poco mientras el sol comienza a despertarse. La noche anterior me acoste tarde y me ha costado un enorme esfuerzo levantarme temprano para comenzar mi sesion de ejercicio diario pero es necesario. Mi fisico es mi herramienta de trabajo y debo mantenerla lo mejor posible.

Al volver a casa me meto en la ducha y como era de esperar alguien toca el timbre nada ma toco el agua. En mi puerta un par de tipos me entregan una carta que recojo pensando que sera una citacion judicial por escandalo publico o algo parecido pero no... es algo mucho mas serio al parecer. Dejo a los hombres esperando en el salon y termino de ducharme, me seco el pelo y guardo algunas cosas en el interior de una maleta con ruedas. Algo de ropa, enseres personales... Por alguna causa alguien a pensado que mis genes deben resguardarse de la aniquilacion, no pienso debatir eso, estoy de acuerdo.

Una vez lista me dejo conducir hasta la puerta de la mansion. Me impresionaria si fuera la primera vez que veo una asi pero he estado muchas veces en mansiones como esta e incluso mejores.

Miré sorprendida al hombre trajeado delante mía... qué era esto? Era tan... imposible... miré mi ropa...era para mí? Quizá no debería fiarme pero... no tenía nada que perder... eso desde luego... Sí, estoy dispuesta a acompañarlos, por supuesto... cogí mis cosas, mis pocas cosas, y los seguí. No podía separarme de lo único importante que me quedaba...

Me llevaron a una gran mansión, era impresionante... absolutamente... igual... Wau! Me emocionaron los recuerdos... era tan parecida... hacía siete años...

Acababa de abrir la iglesia cuando un gran coche se paró enfrente de la iglesia, yo me encontraba en la sacristia preparandome para la siguiente eucaristica cuando derrepente aquellos hombres ejecutivos entraron y me entregaron la carta, poco a poco la fui leyendo y fue entonces cual era mi labor en todo aquel asunto: La palabra de Dios debía de proseguir, solo Él podía guiarnos tras el desastre de aquella guerra incipiente.

Sin dudarlo, cogi un papel y le deje una nota a mi diacono explicandole que me había surgido un problema familiar inexperado y debia de viajar, no quería que nadie me apartará de aquel lugar dentro de la salvación a través de la palabra de Dios. Sin quitarme la curia me gire y les dije a aquellos hombre: Estoy preparado, cuando ustedes quieran.

Tras el largo viaje, ahora me encuentro en el jardín de una casa en las zonas verdes de El Hierro, me han dicho que debemos de esperar fuera a los demás antes de entrar, mientras ellos venían agradecería a Dios esta oportunidad dentro de su plan, y daría gracias por acordarse de mí.

para cualquiera hbiera sido un caos, peor para mat era parte de la rutina diaria, en la pantalla del comedor se proyectaba el último video de la compañia mostrando los avances que se esperaban para ese año, encima de la mesa los dosieres del personal pero lo que si que ahora mismo tenía centrada su atención era cierta carta que acaba de llegar y en los tipos que la habían traido.

Cita :
Estimado Sr./Sra:

Le envio la presente para informarle de que usted ha sido elegido entre muchos para fomar parte de un grupo de supervivencia humana que sea garante de la continuidad española, y herrera tras el culmén de la presente amenaza de guerra.

Como bien sabrá, las bombas ya han destrozado el noreste peninsular, y la ingenieria química ya a llegado al centro del país, es por ello que debemos de hacer algo, ante tal situación. Ahora no se preocupe por la cuantía de esta oportunidad, lo que atañe ahora es preservar las vidas humanas de personas que puedan garantizar una esperanza de vida tras que todo pase. Si acepta ésta misiva, acompañe a los agentes que le entregaron dicha carta, ellos sabran guiarle hasta la Residencia "Le Mont", Sede de toda este plan se subterfugio donde se evaluará y llevará a cabo dicha protección personal.

Muy agradecido, Sr. Le mont.

Mat se levantó y tras dirigirse a su habítación saco un trole, era evidente que ya lo tenía preparado. el viaje  le pasó rápido, había estado sumido en al lectura del libro de Darwin. Cuando levantó la cabeza vió que estaba en una zona ajardinada, y que un poco mas allá estaba una casa señorial. Dejo que su vista  se posara en algunas de las personas que ya estaban allí. era evidente que no iba a ser el único invitado a la fiesta, sonrió, salió del coche y recogió su trole.

Eran las once de la mañana y todavía, como últimamente pasaba, me encontraba en la cama. Hacía diez minutos que había conseguido que mis ojos se despegaran y estaba intentando obligar a mis piernas a que hicieran su trabajo. Pero no podía negar que estaba tan a gusto bajo las sábanas... Escuché el timbre. Ummhh seguro que es el cartero... Di media vuelta intentando volver a relajarme, cuando otra vez el timbre volvió a escucharse por toda la casa... Qué ocurre? Levanté la cabeza, extrañada. El cartero nunca llama dos veces. Si no le contestas deja la nota del paquete y se marcha. Bueno, habrán cambiado de personal... Volví a recostarme cuando me sorprendió un tercer timbrazo. Esta vez, ya convencida de que no podía ser el correo conseguí sacar mis largas piernas de debajo de las sábanas y  calzándolas con las zapatillas me dirigí hacia la puerta de la entrada. La abrí con una expresión extrañada en mi rostro. Mis cabellos revueltos enmarcan mi cara con los restos de maquillaje de la noche anterior. Ante la puerta se encontraban dos personas trajeadas. Me llamó la atención las gafas oscuras que ocultaban su mirada. Me entregaron un sobre y se quedaron esperando... Nerviosa abrí dicho sobre. En él encontré una carta bastante extraña. Tuve que releerla un par de veces hasta que su información empezó a calar en mi mente... Yo? Escogida para una especie de protección de la especie humana? Por un momento me pasó por la mente Mario; qué iba a pasar con él? Una parte de mí luchaba por ir rápidamente al teléfono para llamarle, pero otra parte me dijo que si él no había sido escogido, quizás sería por algo... Una sonrisa un tanto irónica asomó a mis labios. A los dos agentes les pedí si podían esperar un momento que me arreglara y cogiera unos cuantos efectos personales. Les hice pasar a la salita y fui rápidamente a la ducha... Muchas dudas cruzaban mi mente, pero de un plumazo las borré. YO había sido elegida.

Recogí en una bolsa mis efectos personales. Me di una rápida ducha y me puse un tejano cómodo y una camiseta de tirantes algo ajustada. Sin embargo una duda no paraba de carcormerme. Qué pasa con Mario? Y si él no sabe dónde voy? Qué va a ser de mí si no está presente? Me miré al espejo, una sombra de duda marcaba mis ojos. En mi mirada encontré la respuesta. En cuanto llegara pediría que me dejaran un teléfono y de esta manera poder llamarlo. Bajé a la salita principal. Ya estaba preparada.

...

Acabamos de llegar a la mansión Le Mont. A través de los cristales observo la gente que ha ido reuniéndose en su jardín. Siento como la sangre se me hiela al observar a Mario entre ellos. Por una parte mi corazón late emocionado. Temía que me hubiesen separado de él. Pero por otro lado un temor casi indescriptible se hace mella en mi. La pequeña euforia que creció dentro de mí al sentirme escogida se esfuma como un plumazo... Recojo la bolsa con mis efectos personales y me acerco a él. Entre los asistentes me sorprende encontrar un poco apartado al Padre Tomas. En mi rostro se refleja la confusión. Todo parece una broma. Le dedico una sonrisa amable. Llego junto a Mario, acerco mis labios a los suyos y le doy un suave beso. Cielo, me alegra encontrarte aquí...

Otro día como otro cualquiera en la mente de la pequeña Ana, dentro de sus fantasias albergaba algo de lucidez, los médicos decían que su retraso mental era severo, pero no todos pensaban aquello... ella sabía que podía ver, escuchar y oir a los demás, los comprendían pero ellos la trataban como un mero mueble, nisiquiera le decían buenos días.... ¿Para qué? Seguro que no se enteraría.

Era lo que siempre repetian. Hoy al igual que siempre llegaron y la visitieron pero despúes del desayuno no la dejaron ir a la plaza a pasear, sino que la metieron en un coche y apareció en un jardín precioso.

Al bajarse del coche pudo reconocer a una chica que siempre veia en la plaza tocando música con su violín, fue entonces cuando sin pensarlo se acerco a ella se agarró a sus piernas y le dijo tirandole del vestido y mirandole a la cara con gran felicidad Otra más...

Noto un suave beso y escucho la voz familiar de Alexandra. Me giro y la encuentro a unos centimietros de mi. Oh, mi vida, vaya sorpresa, me alegra tanto tenerte aqui, cerca, que estés conmigo en estos momentos tan especiales, oh mira, el Padre Tomás, vaya eso, eso si que es grato e inesperado, deberiamos ir a saludarlo, vamos, no seamos maleducados y saludemos al hombre que nos unió.... Cojo a Alexandra por la cintura y ando unos pasos con ella hasta quedar frente al Padre Tomás. Hola, buen dia Padre Tomás, Alexandra y yo estamos encantados de verle y mas en unas circunstancias, digamos tan inesperadas y especiales como estas...

De entre los asistentes veo que una pareja conocida se me acerca a saludarme: Oh, hijos mios, que alegria veros aqui en las situaciones en que estamos, estoy seguro que el Señor ha decidido que sean personas como vosotras puras de corazón, las que perduren tras esta calamidad.... pero bueno hijos mios, este no es lugar para las penas, sino para las alegrias, la esperanza ilumina nuestra vidas..... y eso hay que agradecerlo

El despacho de Ana Valdés, responsable del centro Guaranay, es sobrio y elegante. Una mesa noble separa a Elena de la Sra.Valdés. Aunque las ventanas están abiertas, la luz del exterior no traspasa el plomizo ambiente de la sala. Al fondo, rodeado de librerías, un cuadro de San José María sonrie complacientemente.
- "Elena, es lo mejor para la obra. Has sido la elegida y debes estar feliz por ello, a pesar de que sea duro. Cristo se encuentra también en las penalidades. Recuerda que tu sacrificio es lo más bonito que puedes ofrecerle."
- "Mi alma está entregada a la obra y a Dios. Haré lo necesario. Por favor, dígaselo a mis padres."
- "Tu familia está muy orgullosa de que seas la elegida para continuar la obra."
- "¿Cree que podré volver para los exámenes?"
- "Dios dispondrá."
Tras recoger sus pocas pertenencias, que no ocupan más de una maleta, Elena se dirige hacia la recepción. No puede evitar derramar una lagrima al pensar que no va a volver a ver a Javier. Silenciosamente, aprieta sus manos a sus muslos, por encima de su falda gris hasta los tobillos. No puede controlar otro par de lagrimas. Aprieta el paso y sale por la puerta principal de la residencia.

Justo en la entrada, Elena no se fija en los dos hombres que le abren la puerta del coche.
- "Srta. Uribe, por favor acompañenos."
Tranquilamente, Elena realizó el viaje, mirando por la ventana y estudiando Macroeconomía II.

Al bajar del coche vió a un grupo de gente en la entrada de la finca. "¿Estaremos todos por el mismo motivo? ¿Esa chica rubia no es..? Ahora si que no entiendo que hago aqui. Y esa parece Alexandra. ¡Qué alegría, es el padre Tomás! Parece que no voy a estar tan sola."

Elena se acercó al padre Tomas, "No sabía que usted estaría aqui. Ahora estoy mucho más tranquila. Alexandra, me alegro de verla."
 

Estáis de broma verdad? hablais de alegría, pero ahi fuera la gente se muere. ¿ que es lo que os hace pensar que merecemos mas que ellos el estar aqui? Vos padre mas que nadie debería saberlo.- Mat observó a cada uno de los presentes.

Deberian preguntarse quien es Le Mont antes de alegrarse de estar aqui- Dijo mientras mostraba una ligera sonrisa y se colocaba bien las gafas

Mi mirada avanzaba de uno a otro de los presentes... La mayoría de los presentes se conocían entre ellos, y no pude evitar sentirme un poco sola...

Mientras mi mente caminaba entre recuerdos, ni dulces ni amargos, de una vida demasiado lejana como para preguntarme si realmente fue real, o si fue siquiera una vida, algo tiró de mi vestido...

Al bajar la mirada vi una carita hermosa y conocida, una carita inocente que me recordó a Mike y a lo que había perdido, y me recordó a mi música... esta niña me había salvado la vida, indirectamente, quizás, pero lo había hecho... Cuando mis esperanzas se desvanecían, cuando creía que no podría sobrevivir porque a nadie le gustaba lo que hacía, su dulce carita apareció ante mi, mirándome, oyéndome... y seguí tocando y tocando, mejorando... Nunca habíamos hablado, pero ya le tenía cariño...

Me agaché hasta quedar a la altura de sus ojos y le di un abrazo. Cielo, ahora no puedo... cuando el dueño de la casa nos reciba y nos diga lo que tenemos que hacer, te tocaré algo, vale? Cómo te llamas, cariño?

Miré al hombre que había hablado, antes de que la niña me contestara, con los ojos entornados. Quizá se alegran de que sus conocidos estén aquí, de no estar solos ante lo que sea que nos espere... Estoy segura que dentro de poco sabremos qué es lo que pasa, y si no le parece bien, podrá irse... Volví a girarme hacia la niña esperando su respuesta.

Una mirada triste se puede ver reflejada en mis ojos, nos acercamos al padre Tomas. Un hombre ya en la recta final de su vida... Qué hace él aquí? Si lo que quieren es asegurarse de algún modo la continuidad de la especie humana, por qué ha sido llamado él? Preguntas que se me formulan en el fondo de mi mente y se reflejan en una expresión extrañada en mi rostro. El hombre parece feliz de haber sido escogido, no se da cuenta de que está ocupando el sitio de alguien que podría ser más joven y vital... Intento esbozar una sonrisa con mis labios, sonrisa que no sale del interior de mi corazón, donde tantas preguntas y dudas se formulan. Escucho las voces de los hombres, intento mantener la calma aunque un sentimiento de pesar crece en mí. Ya no soy tan especial, seguro que me han escogido por ser la mujer de Mario, o mejor dicho, seguro que él ha pagado para que fuesemos escogidos, y de esta manera poder mantenerme a su lado...

Miro confundida a la gente que se está reuniendo en el jardín. Mis ojos se posan brevemente en ese chico con el que me he cruzado tantas y tantas veces. Nunca hemos llegado a ser presentados pero sonrío al verle a él allí. Rápidamente vuelvo a mirar a Mario, enfrascado en la conversación con el padre Tomás no ha sido consciente del breve intercambio de miradas. Un suspiro casi imperceptible sale por mis labios. Miro hacia la entrada del jardín y veo a Elena que se acerca a nuestra posición... Yo también me alegro de verla, vaya sorpresa. En mis labios se puede apreciar esa sonrisa helada, tanto tiempo entrenada para no mostrar mis sentimientos más profundos. Pero en mis ojos se puede leer la confusión...

Mi cara expresa toda la felicidad que siento en aquel momento, la chica del violin quería saber de mí.... mi retraso mental no era barrera para poder expresar mi gratitud, cogi su mano la bese y posicionandome al lado de ella sin soltar su mano mirandole a la cara le dije,: Ana, la nena es Ana... Ana, yo soy ana.... jejejej.

Mis ojos se mueven entre los presentes. Hay personas que no conocco y otras que fingen no conocerme, eso es algo a lo que estoy aconstumbrada, mas me intriga conocer los motivos por los que han reunido a este grupo.

La iglesia siempre a tenido un gran peso en la sociedad española por lo que supongo que meter a un cura no es nada extraño, seguramente querran que la proxima generacion crecca en la fé y si hay que procrear un sacerdote no es menos hombre por vestir una tunica. Tambien llego a comprender la razon por la que me han llamado a mi pero el resto son menos faciles de explicar, esperaba genios o atletas... algo que mereciera la pena "guardar" pero son personas normales a simple vista... a excepcion de la pequeña que por como se expresa parece sufrir algun tipo de retraso.

Cada cual comienza a hablar con quienes conoce, no creo que esto sea casual, alguien se a preocupado de que no todos seamos perfectos desconocidos.

Yo no dudo, caballero que usted crea que no merece sobrevivir, que es muy triste que la gente muera, si, que es una gran trajedia, tambien, pero estar aqui, a priori, es salvar la vida, y por eso, los que somos digamos mas lineales mentalmente, o no tan complejos nos alegramos de estar aqui, sobre todo, si como en mi caso aqui se tienen a conocidos o familiares como mi esposa o el hombre que nos casó...aunque si usted lo quiere podemos mostrar nuestro dolor y respeto con cinco minutos de silencio por los que no han tenido tanta suerte como nosotros...por cierto, mi nombre es Mario...

Caballeros, no empecemos con las discursiones.... lo unico que tenemos que hacer es estar agradecidos por la suerte que correremos, Dios a sí lo ha querido o a caso no podemos seguir viviendo por la muerte de algunos, esas muertes son las que nos deben animar a seguir adelante...

Me acerco a Elena y cogiendole las manos le digo: Sabía que siguendo el camino que sigues no se olvidarían de ti, me alegro de verte aqui hija, no te preocupes todo esto terminara pronto eso espero....