Partida Rol por web

Habían transcurrido unos cuantos días desde el último incidente y el complejo había recuperado una anómala tranquilidad. Por medidas de seguridad se habían suspendido todos los experimentos rutinarios así como las peleas en el patio. Las ducha se realizaban ahora uno de cada dos días lo cual os incomodaba un poco pero la comida era puntualmente traída por Lewis y unos cuantos guardias.

Vuestro escolta pasaba bastante rato con vosotros y ocasionalmente traía algunas noticias de los módulos vecinos. Incluso intentaba haceros más agradable el día a día trayendo algunos juegos de cartas o algunas golosinas que mangaba de la sala de guardia. Incluso convenció a sus superiores para que eliminasen el collar de supervisión de Aren y acompañó a Robbie al quirófano donde le iban a reimplantar sus brazos modificados.

También hubo malas noticias como el anuncio del cambio de modulo de algunos compañeros. Marcus, Jane, Karen y Selene fueron trasladados a otro sector y aunque Lewis se esforzaba en localizar su paradero sus superiores le denegaban la información. Por otro lado Oblivion parecía cada vez mas encerrado en su mundo propio.

No obstante, a pesar de la seguridad reforzada teníais un mal presentimiento. Las luces se habían apagado hará ya unas pocas horas y solo las pequeñas luces de los cascos de un par de guardias brillaban dispersas por la sala. Pero esa noche no podíais dormir. Esa misma tarde habían tenido que sacar a Xin y llevarlo a una celda acolchada para contener una premonición que le había arrojado más allá de los límites de la cordura. Como la última vez había empezado a gritar hasta morderse la lengua y habían hecho falta tres vigilantes para detener el pataleo incesante. Pero una frase se os había grabado a fuego en la memoria mientras arrastraban al vidente a través del umbral.

-          “Vienen de la nada sedientos de vida, cientos de miles como uno solo, rascan y rascan la superficie del agua y si alguien les abre la puerta… corred”

La existencia nunca habia llegado a ser muy agradable en aquel lugar, aunque la fuerza de la rutina la hacia bastante llevable acompañado por los demás habitantes de este dormitorio.

Sin embargo, los ultimos dias estaban siendo especialmente duros y extraños. No paraba de haber ausencias, algunas fisicas; Selene, Marcus...; y otros que simplemente no parecian estar aqui; Xin, Keroth...

Por el lado positivo, volvia a tener mis brazos y el "escolta" nos traia cosas para distraeernos, pero ¿de que nos querian distraer? Eso era lo que más me inquietaba ¿Por que ahora querian que estuvieramos más a gusto? ¿Que estaba pasando? Esperaba poder enterarme de las respuestas de un modo no demasiado violento...

Sin Selen ni Marcus por la habitación, había perdido gran parte de mi vitalidad estos días, había fallado en todo como... -jeh... soy como mi padre... menudo iluso fui al pensar que podíamos salir todos de aquí con vida...- -No!-resonó en mi mente con un tono absolutista -Gah... otra vez tu... ya no tengo ganas de seguir...

Los días pasaron y nadie salvo Lewis entraba en la habitación,  conforme me iba retrayendo dentro de mi mente esa voz que sonaba se hacía cada vez mas insoportable y constante, siempre dándome órdenes siempre diciéndome que me vuelva mas fuerte, que aun no era suficiente, que no debía detenerme por el lastre... pero el lastre era lo único que me mantenía apegado a este mundo, mis compañeros...

Iban ocurriendo muchas cosas y todo parecía voler a la "normalidad", a nadie le parecía importar el seguir aquí, ya lo tenían asumido. pero desde aquel día en el comedor todos se portaban mejor con nosotros, nos habíamos librado de las disputas en el recreo, pero era una pena que se hubiesen llevado al resto a otro edificio, se echaban de menso sus conversaciones y juegos.

La rutina había vuelto al complejo tras los últimos extraños incidentes. Pero era una rutina anormal, aquéllo estaba claro. Se respiraba tensión e inseguridad en el ambiente y, de hecho, las premoniciones de Xin no ayudaban en nada a amainar esa intranquilidad, precisamente. A pesar de mis intentos de averiguar qué estaba pasando, todo el mundo que podía saber algo callaba. Aquéllo era cada vez más preocupante, pero cuando trasladaron a Karen, a Selene y a los demás mi paciencia rozó el límite. Estaba harto de esperar con los brazos cruzados a que lo que fuese que tendría que venir llegase. Muchos de mis compañeros parecían resignados, incluso algo asustados por la situación, pero no era el momento de dejarse abrumar por la situación: ¡Teníamos que aprovecharla a nuestro favor!

Aquella noche era especialmente inquietante. Se habían llevado a Xin, casi por necesidad, después de tener unas visiones realmente tenebrosas y, aquéllo, por experiencia, no era bueno. Fuera como fuese ya había tomado una decisión: el segundo, ya, intento de cambio empezaría en el momento en que alguien cruzase, de nuevo, el umbral de aquella puerta...

Sumidos en vuestros pensamientos y dudas en la oscuridad os revolviais incomodos en vuestras camas.

La pequeña luz rojiza de emergencia que señalizaba la posicion de la puerta parecia que iluminaba menos por segundos como si el ambiente se estuviese espesando. Los guardias en cambio no parecian verse afectados por tal efecto optico.

"Rascan y rascan la superficie del agua" - las palabras de Xin invadieron vuestra mente cuando un ruido proveniente de la cama de Keroth os sobresaltó.

Oblivion parecia haberse desvelado, se encontraba incorporado sobre el colchón con la mirada perdida y murmuraba algo en voz baja.

Sentía que algo estaba pasando en este mismo momento, no me encontraba para nada tranquilo...y parecía que Keroth tampoco.

Habia estado raro estos ultimos días, y ahora aún más.

Me acerqué a él para ver que murmuraba e intentar calmarlo si se trataba de algun tipo de pesadilla.

Al sentir el movimiento de Oblivion en la cama de al lado me giro hacia él -Tu tampoco puedes dormir? Qué te tiene en vela?... la verdad que estas camas dejan mucho que desear... hasta el suelo llega a ser mas confortable en ciertas ocasiones...

Te pido un vaso de leche? Dicen que reposa la mente...

Había algo en el ambiente aquella noche que lo hacía tenso, inquietante. Las últimas premoniciones de Xin no tenían muy buena pinta y éso, unido a toda la serie de acontecimientos de aquellos días, se removía incesantemente en mi cabeza. Sospechaba que no era el único...

De repente, un ruido atrajo mi atención. Provenía de la cama de Keroth, dónde éste se encontraba, ahora, incorporado y susurrando alguna cosa, como en trance. Efectivamente, mis sospechas eran ciertas, pues no había sido el único que se había dado cuenta de aquéllo.

- Oblivion - dije, intentando llamar su atención - ¿Te encuentras bien?

Keroth murmuraba palabras inteligibles, apenas una retahila mezcla de susurros sin sentido. No hizo caso de vuestras palabras o acciones, siguió en su mundo tal como habia hecho estos dias. Lentamente extendió la mano derecha hacia delante y la cerró en torno al aire. Y entendisteis lo que dijo.

- Ya te abro la puerta, Lilith. - dijo girando el picaporte invisible.

Sentisteis como la temperatura de la habitación descendió bruscamente, como los guardias medio adormecidos saltaron de sus asientos nerviosos mirando a todos lados, Visteis como de las sombras de debajo de Keroth emergian unas mandibulas gigantescas que engulleron la cama entera y lo arrastraron hacia la oscuridad.

El grito de uno de los guardias al ser arrastrado por algo que solo podria ser distinguible como una humareda oscura hacia uno de los oscuros rincones de la sala seguido del posterior crujido humedo de los huesos al descoyuntarse.

Los gritos nerviosos del otro vigilante. Los llantos de algunos compañeros. Rugidos infrahumanos que venian de todas partes.

"Ding Dong, Ding Dong, Aqui está la cena, venid a por ella" - Os pareció escuchar la voz de Xin justo cuando la alarma empezaba a sonar iluminando la habitación con su parpadeante luz roja.

Joder!

Robbie queda por un momento bloqueado ante lo que está viendo. Keroth desaparece y el guardia...

Venga, no hay tiempo para sorprenderse!!

Con gesto decidido saca las garras y salta hacia la puerta golpenado con toda la fuerza que puede. No mira a los lados, tan solo golpea y golpea intentando que esa puerta se abra.

Miro perplejo lo ocurrido y retrocedo sobre la cama apoyandome sobre la pared... y eso? ... qué ha ocurrido? ... Xin? - Miro a todos los lados buscandolo por todos los medios viables... no han podido llevarselo sin más!

Efectivamente no, no se encontraba bien.

Justo cuando me iba a acercar a Keroth para ver qué le pasaba, éste extendió la mano y pronunció unas extrañas aunque esta vez comprensibles palabras. Antes de que pudiera preguntar qué le pasaba y quién demonios era Lilith, un gélido escalofrío recorrió mi cuerpo de pies a cabeza. En menos de un suspiro las sombras bajo mi compañero cobraron vida y, trasformándose en unas grotescas mandíbulas, le engulleron hacia la oscuridad.

- ¡PERO Q...!

Antes de que pudiera recuperarme de mi estupefacción vi cómo una oscuridad similar se tragaba a uno de los guardias ante los gritos de horror del resto.

¡Piensa Aren, piensa!

Mi mente se encontraba paralizada, espesa, horrorizada por lo que estaba pasando. ¿Qué podíamos hacer?

Sombras... Luz... ¡Fuego!

Estábamos atrapados como ratones en aquella maldita habitación poseída por un tenebroso ser, así que necesitaríamos tiempo, al menos hasta que alguien acudiese en nuestra ayuda o, como mínimo, hasta que pudiésemos abrir la puerta de alguna manera. Sin perder ni un segundo, pues, e inseguro de lo que hacía, pronuncié unas palabras y creé una hoguera de fuego en el polvoriento suelo de la habitación. Con suerte aquéllo no le gustaría demasiado a aquel ser...

El fogonazo de Aren iluminó la habitación resaltando los contrastes de las sombras de vuestros compañeros devolviendo una rapida quietud a la habitación. El rincón donde habia sido arrastrado el guardia estaba teñido de rojo por la sangre aunque no quedaba ni rastro del desafortunado vigilante.

Robbie cruzó la estancia dispuesto a salir de alli tras pelearse con los cierres de seguridad y de paso comprobar la eficacia de sus nuevas armas. Solo necesito un movimiento y la barra de seguridad de cierre cayó troceada al suelo como si estuviese hecha de papel mojado.

Aunque la agradable sorpresa duró poco. La luz que habia creado Aren habia borrado la oscuridad de la habitación, pero si uno se detenia a mirar con tranquilidad, habia mas sombras que personas a las que correspondian. Quizá podria haberse tratado de un efecto optico, de no ser que una de vuestras compañeras comentó a gorgotear a un par de pies del suelo sostenida por un algo invisible que la estrangulaba retorciendole el cuello. Tras un segundo vistazo a la extraña escena, una de las sombras de aspecto menos humanoide estrangulaba a la chica a través de su propia sombra en una macabra escena de chillidos pataleos y desagradables crujidos.

Las nuevas garras parecían funcionar muy bien, pero no era momento de ponerse a echarse flores.

Robbie agarró con fuerza la puerta e intento abrir la ancha plancha de metal.

Debo.... abrir .......esta jaula...

No se que es lo que pasa pero esto es muy extraño... Yo me encargo de estas sombras mientras intentais abrir la puerta... aquellas combras no eran normales, parecian seres sin cuerpo pero eso no me impediría darles su merecido... determiné el más proximo me dirigé a él con intenciones nada buenas, sufriria la fuerza de mis puños...