Partida Rol por web

- Mañana será otro día en el que discutir estos asuntos. Que la oscuridad no enturbie nuestros ojos e impida que encontremos el camino. -Con estas palabras la mercenaria intentó calmar un poco los ánimos.- Pero mientras tanto... será mejor que celebremos nuestra victoria y con el día ya hablaremos de lo importante. Venga todos a beber y a festejar.

Esperó a que le sirvieran una nueva jarra y, levantándola, animó a todos los presentes a unirse a la fiesta.

- Audun... ¿dónde está nuestro scalda? Ameniza la noche con tus poemas... queremos oír grandes gestas salir de tu boca. -Pegó un largo trago a su bebida mientras se reía acompañada por los que compartían la mesa.

Miró a la volva sonriendo intentando  con ese gesto que se relajara y se uniera a ellos en la alegría.

Herdis contemplaba como los hechos se sucedian con resignacion. Si hubiera sido por ella, hubiera intentado cerrar el asunto ya pero a Thyra no le faltaba razon. Mañana todos podrian pensar con mas claridad.

Aun asi, se mantuvo alejada de la bebida y se arrimo al fuego. El frio del agua se le habia metido en los huesos.

Audun con una sonrisa hizo una leve inclinación de cabeza y acarició las cuerdas.
- Basta ya de fatalidades, espectros y sacrificios - dijo sonriente el scalda - mañana ya pensaremos que vamos a hacer, esta noche beberemos hasta que nos salga hidromiel por las orejas.
El artista lanzó una sonora carcajada y se vertió el contenido de una jarra sobre la cabeza. Comenzó a acariciar las cuerdas y a continuación se arrancó a tocar una melodía alegre con su cítara con soltura y presteza, melodía popular muy conocida que fue acompañada de las palmadas rítmicas de los oyentes.

Los de la familia Skargärdson corean la proclama de Bjondir, viejos y jovenes, achispados como están no temen a los muertos ni siquiera a los mismos dioses, su sangre esta enaltecida y si ahora mismo les dijeran de coger las armas irian, eso si más borrachos que una cuba. Aunque secundan todos las palabras de Thyra sobre hacer una pequeña fiesta esta noche, con menos ganas que los de la familia de Bjondir, aunque más aliviados por ello, la idea de los no-muertos no les atrae tanto.

Aunque Herdis se queda mirando el fuego de la chimenea, casi vilusbrando los peligros que os espera mañana, es una mujer taciturna y las fiestas no le van mucho y menos con gente que le mira con recelo, aunque ahora al calor del vino le miran más con lujuria. Y la musica de Audun animan la noche, pronto las chanzas, los cantos, las "desapariciones" tras mirar a una mujer y que ella les devuelva la mirada van ocurriendo a lo largo de toda la noche.

A pesar de los miedos y recelos, Thyra disfrutó aquella noche con toda la intensidad de la que era capaz, dejando el frío que había inundado no sólo sus cuerpos sino también sus almas en el exterior de aquellos muros. Se rió, cantó, bailó, recitó historias y levantó en honor a los dioses y a los héroes tantas veces su jarra que perdió rápidamente la cuenta. ¿Acaso importaba? Se había enfrentado a los muertos y había salido victoriosa, lo demás por el momento no importaba, aquella noche era para olvidar los pesares y miserias hasta el día siguiente.

Flirteó descaradamente con Ivar Gunnarson, que por estar convalenciente de heridas pasadas no había podido acompañar al resto de guerreros. A la mercenaria le gustaba aquel hombre, tan reservado, tan fuerte, y a pesar de las múltiples cicatrices que recorrían su cara y su cuerpo, tenía un encanto que a Thyra le atraía mucho, aunque quizás fuera el alcohol...

Se retiró a su cabaña cuando casi se podía oler el amanecer. Lo hizo acompañada y el resto de la noche lo vivió con tanta o más intensidad que hasta el momento, descubriendo que las heridas de Ivar no le impedían retozar apasionadamente bajo las pieles que cubrían la cama.

El scalda había bebido hasta casi reventar. Sus dedos estaban ensangrentado y la mandíbula le dolía de tanto reír. Había refugiado su miedo en la fiesta, el alcohol y la música. Pero ahora, que estaba solo se sentía eso, muy solo. No tenía realmente un hogar. Normalmente eso no importaba pero la visión de aquel enorme barco y los no muertos era una visión que no le había abandonado. En todas sus aventuras jamás se había sentido amenazado, había sido un mero espectador que recopilaba hazañas que contar. Ahora estaba involucrado en un asunto delicado y ignoraba como iba a acabar todo.

Bjondir se sentía eufórico. Su pecho respiraba henchido y portentoso por tal demostración de liderazgo. Sabía que algún día podría aspirar a ser líder del clan y aquella noche había sido un gran paso adelante en esa carrera.

Paso el resto de la velada bebiendo y cantando con sus compañeros del clan y sus amigos de esta nueva aventura. Se fue emborrachando sin remedio a medida que pasaba el tiempo y ya a altas horas fue cuando se acostó en su cabaña a descansar, sin pensar en lo que le deparaba el futuro cercano.

La fiesta llega a altas horas de la noche y en algunos casos a primeras horas de la mañana, desfogando todas vuestras angustias en ella. Nada mejor que abandonarse al vino y al jolgorio antes de las posibles consecuencias de esta  noche, tendreis toda la mañana y tarde para que vuestra resaca amaine.

El acompañante de Thyra desaparece de buena mañana, muy rapido y sin despedirse, quizás en el calor de la fiesta se le olvido lo de tener mujer e hijos. Audun y Bjondir están algo más libres de conciencia, pero más cargados de alcohol. Cuando os reunis en la plaza ya es muy tarde, tirando casi a la tarde y vuestro estomago todavia no se ha aposentado. Dentro de unas horas volvera la niebla y os tocara enfrentaros de nuevo a los no-muertos.

Audun avanzó tambaleándose durante unos momentos, pero luego recuperó la compostura. La cabeza le dolía y sólo pensar en los no muertos, sufría jaqueca.
- Buenos días compañeros - saludó con su mejor sonrisa.
Esperaba que los demás estuviesen mejor que él, pues hacía minutos antes había echado por la boca todo lo que un ser vivo puede echar. El estómago parecía dar brincos.

Cuando la mercenaria despertó comprobó que su acompañante nocturno se había largado, seguramente Ivar temía más la cólera de su esposa que la del mismísimo Odín. Notaba la cabeza pesada y el cansancio en el cuerpo, pero eso no era nada que no pudiera arreglar un chapuzón en el agua helada y un buen desayuno.

Empezaba ya la tarde cuando se dirigió a la plaza donde había quedado con sus compañeros. Aunque no se sentía del todo bien, cuando llegase la noche trayendo de nuevo a los no muertos ella lo daría todo, sin importarle un simple dolor de cabeza o un malestar por la ingesta de alcohol.

- ¿Preparados para entrar de nuevo en acción compañeros? ¿Qué nos tiene preparado el destino esta noche querida Herdis? Espero que todo sean buenas noticias.

Era por lo mediodía pasado cuando por fin se desperto Bjondir. La noche había sido más larga de lo esperado y se despertó con un fuerte dolor de cabeza y el estomago revuelto. Tras tomarse una cerveza y cordero para asentar las tripas pasó gran parte del tiempo que le quedaba hasta la reunión con sus compañeros buscando por el pueblo unos brazales que pudieran sustituir a los que perdió en el combate contra el espectro. Mas vale estar preparados sabiendo lo que nos espera...

A la hora acordada se encontró con quienes debía compartir el fragor de la batalla si pintaban bastos, Loki no lo quisiera.

- Aun no he oido salir nada bueno de sus predicciones ¡Ja! Con saber si nos metemos en la boca del lobo me bastaría.

Sus compañeros hablaban del destino con humor pero el hado no era cosa de risa. Posiblemente usaban el humor para disipar sus inquietudes pero, aun asi, a Herdis no le parecio una mala idea el realizar una pequeña prediccion. Saco su bolsa de los huesos y empezo a rogar a los dioses.

-guardad silencio y veremos si los dioses preveen derramamiento de sangre esta noche.

Bjondir se prueba los nuevos brazales, no son gran cosa, el herrero esta tan enfermo como el resto y el hierro de la mina tambien parece igual de enfermo como él, por lo que te has tenido que conformar con unos brazales de cuero algo viejos  que has comprado al curtidor por unas pocas onzas de plata, aunque no habrias pagado tanto, la forma de toser que tenía infunde incluso a tí lastima, sobretodo con sus hijos pequeños mirandote.

Herdis, se apoya en una piedra como asiento improvisado y lanza los huesos en la tierra, unos pases en tanto que entona palabras extrañas hacen que la mujer tenga imagenes de vuestro futuro, aunque no tan claras como le gustaria, las runas hacen referencia a dos hermanos, a una promesa incumplida y sobretodo a la magia negra, son las pistas que os han dejado los dioses, al parecer están atentos a vuestras acciones.

Dos hermanos, magia negra...eso no pintaba bien. Se le puso la piel de gallina.
- ¿Dos hermanos, qué significa eso, volva? - se frotó las sienes - si no les importa iré a comer algo, el estomago está revuelto, pero ahora me pide comida y no puedo pensar en este enigma si no no sacio la necesidad de comer.

Cuando Thyra escuchó la ambigua profecía de la volva no pudo evitar echar mano al Mjolnir que adornaba su cuello intentando alejar el temor que le producía cualquier cosa relacionada con la magia negra.

- Tengo un vago recuerdo de todo lo que se habló ayer pero... ¿Thorbeg tiene algún hermano? ¿Por qué el destino sigue insistiendo en el incumplimiento de una promesa? Creo que aquí hay más cosas ocultas. Si Thorbeg nos dice la verdad entonces tendremos que buscar por otro lado, pero si nos está mintiendo... -La mercenaria no continuó hablando pero el gesto de su mano yendo hacia la empuñadura de su espada era de lo más sifnificativa.

Sonrió al ver cómo Audun se alejaba en busca de comida que aquietara su estómago, desde luego aquel hombre parecía que tenía muy poco aguante con la bebida.

-Las visiones son asi...confusas. Pero recordad que los dioses pueden estar hablando de algo mas que de los espectros del barco. REcordad que en mi anterior vision aparecia una criatura sobrenatural en una cueva...

-No se qué querrá decir este atisbo del futuro por venir pero si que debemos estar ahi para averiguarlo.

La volva se levanto y se coloco la capa de oso que la protegia del frio.

-Y ahora sera mejor que empecemos a preparanos para esta noche ¿No es asi?

- Eso ultimo si lo entiendo -dice Bjondir mientras saca su piedra de amolar de un bolsillo y, tras sentarse en una roca cercana, comienza a afilar su gran hacha- Sea lo que sea lo que nos depare esta noche mejor será estar preparados y Thyra... -su rostro se ensombrece al mirar a la guerrera- A Thorbeg nadie lo toca, pero no os preocupéis, si nos ha mentido... yo mismo hare el trabajo... -la tristeza al declarar esto es evidente en el gran hombre, cosa que incluso parece rara dado su humor.

- Esta noche será mejor que hables tu con ellos volva, no creo que ni a mi ni a Thyra nos tengan mucho aprecio ¡Ja! Además, soy muy torpe con las palabras, por todos es sabido -dice con una sonrisa en la boca.

La idea de volver a plantarse frente a los muertos vivientes hacia que Herdis se sintiera diminuta. Solo de pensarlo se le encogia el corazon. No hacia tanto que habia enterrado a la unica persona que habia tenido. Y ahora ella era la responsable de toda la aldea? Algo le decia que aquella noche no iba a dormir bien.

- Estoy de acuerdo con Bjondir, es preferible que hables tú Herdis. Nosotros estaremos dispuestos y preparados por si tenemos que utilizar las armas, pero de las palabras... mmm... será mejor que te encargues tú.

Se quedó en silencio sin poder apartar de su mente las palabras de la völva. Dos hermanos... magia negra... ¿quién pueda ser tan imprudente y tan loco como para hacer tratos con magia negra?

- Por mi parte ya tengo todo dispuesto, mi espada está engrasada y afilada, mi cuerpo descansado y mi mente lo suficientemente despejada para enfrentarse a lo que haga falta... o eso espero. Así que por mi parte nos vamos cuando vosotros digáis.

El bardo permaneció en silencio. La situación se iba poniendo cada vez más difícil y dudaba que el futuro le deparara mucho más que sufrimiento y angustias. La suerte estaba echada.