Partida Rol por web

Stu puso cara de fastidio cuando les avisó del peligro y el poli le dijo que fuera a echar un vistazo por su cuenta. Si se lo decía era por tener apoyo, pero lo mas raro fue que siguieron hablando como si les hubiera comentado algo del tiempo.

Sacó aire por la nariz y se dispuso a echar un vistazo en el callejón tomando todo tipo de precauciones. En lugar de ir directamente al callejón observo la calle y se cubrió  en la esquina de la manzana contigua y fue avanzando pegado a la pared  contraria a la manzana en que estaba la tienda del traficante Hobston. De ese modo iria abriendo visión progresivamente y tendría una distancia de seguridad por si había algo o alguien allí.

Se sorprendió por lo nervioso que estaba por todo aquello. ¿Que encontraría en el callejón?

Freddy ladeó la cabeza y se acercó a Donovan Clive. Tenía el ceño fruncido y no perdía la mirada del cochero.

—Su cochero no le está siendo del todo sincero, señor Clive. Conozco esa mirada, la he visto muchas veces. Es la de alguien que se está guardando algo. Voy con el muchacho fuera para que usted hable a solas con su cochero si lo desea. A la vuelta, tendré que tomar otras medidas, caso de que usted mismo no haya conseguido que colabore.

El detective salió al exterior en busca del muchacho. Llevaba la mano dentro de la chaqueta, sobre la empuñadura de su pistola pero sin sacarla de ahí por el momento. Se dirigió al callejón, tal y como había hablado Stu y echó un vistazo.

Clive miro sorprendido a Rajhnat tras las palabras del detective. Entendia claramente que su cochero tuviera sus temas familiares a buen recaudo, pero dado que eran objeto de una investigacion, era mas que comprensible que Freddy insitiera. Cuando este salio de la sala y solo quedaban el sacerdote y el arqueólogo hablo.

- Entiendo su situacion joven. Sus problemas son suyos. Pero al parecer estamos en medio de un tema muy turbio, con secuestros de niños, asesinatos y locos cultistas que adoran a dioses paganos. Cualquier cosa, por personal que sea, puede ayudar a evitar mas asesinatos o desapariciones... Le ruego lo medite bien, jovencito...

Apoyado encorvado en su bastón y mirándole directamente a los ojos intento reforzar el vinculo que tenia con el joven. Solo queria ayudarle y que aquella pesadilla terminase cuanto antes.

Stuart se asomó por una esquina del callejón. Lo primero que vio fue el rastro de agua y barro reciente. ¡Y las huellas! Aquellas huellas que tanto lo habían turbado anteriormente ahora estaban frescas. Y era así porque se escuchaba también el chapoteo. Entonces se fijó en que en el fondo del callejón había un trozo de chapa de metal, probablemente un desecho de alguna obra realizada, en el que se reflejaba la parte posterior del inmueble.

Y vio aquello.

Eran dos criaturas humanoides que se encorvaba sobre la puerta trasera del inmueble. Parecían personas que sufrieran algún tipo de deformidad aberrante, cuya piel estuviese escamada y gris por algún tipo de enfermedad. Pero cuando una de ellas miró hacia un lado, como vigilando la entrada del callejón, el pequeño Stu sintió el mareo de alguien enfrentado a un hecho imposible. La cabeza del monstruo, pues no podía denominarse de otra manera, tenía un rostro que mezclaba de forma horrible rasgos humanos y de pez. Sus ojos saltones, totalmente desproporcionados, y una nariz tan chata que sólo eran un mero respiradero hacían juego con las agallas que se movían de forma rápida e insistente en su cuello.

Stu sintió un escalofrío pero pudo recuperarse¹. Mientras observaba a aquellos seres imposibles Freddy llegó a su lado y, siguiendo las indicaciones del pálido muchacho, vio el reflejo de aquellos monstruos.

Ajeno a los horrores que acechaban en la puerta trasera Clive intentaba convencer a su sirviente de que entrase en razón. El joven, sin embargo, negaba con la cabeza.

—Son asuntos privados sahib y nada tienen que ver con lo que puedan estar ustedes...— miró de nuevo el mapa desplegado —Con lo que sea que ustedes estén haciendo.

Stu parecía confundido cuando lo viera Freddy, al verle acercarse le hizo una seña levantando dos dedos y señalando el callejón que estaba mirando, a donde daba la puerta trasera de importaciones Hobston.

Su mano sostenía una navaja con el filo vuelto hacia abajo, pero no era una intención de ataque al que transmitía todo su lenguaje corporal, sino la de tener la necesidad de defenderse. Y la confusión en sus ojos era dificilmente interpretable. Era como si se convenciera a si mismo de algo 

¿De que aquello que tenía delante era real? No, de lo que se convencía era de que daba igual si podía o no podía ser, delante tenía respuestas que necesitaban.

Se siguió moviendo lentamente para posicionarse en algún sitio donde tuviera algo de ventaja contra aquellos seres por su corpulencia y la falta de corpulencia del muchacho.

Miró a Freddy esperando que decidiera que hacer y como proseguir, 2 contra 1 en situaciones normales sería algo a evitar, en aquellas circunstancias, no afrontaría aquellos adversarios con desventaja ni sin refuerzos.

Espero que el poli, con su pistola iniciara la acción o comenzara a retroceder para prevenir a los demás.

La mirada de Freddy era de sorpresa mayúscula pero mantuvo el tipo sin quitar la mirada de las criaturas. Aseguró su pistola y le susurró algo al chaval.

—Ve a avisar a los demás. Trataré de no perderlos. Date prisa.

El detective se apretó contra la pared manteniendo el campo de visión sobre las criaturas, observando sus movimientos. ¿Qué querrían? Agarró la pistola con las dos manos asegurando su posición.

Stu entró a avisar a los que estaban en la tienda mientras Freddy aseguraba su posición en el callejón. En ese momento una de las criaturas intentó abrir la puerta de atrás pero separó repentinamente la mano del pomo como si aquello le hubiera quemado. La otra pegó un salto hacia atrás con una actitud totalmente humana, como dos maleantes que estuvieran intentando allanar un sitio defendido. Parecían comunicarse entre sí con una especie de gorgoteo gutural y lo que estaba claro es que habían decidido que por allí no podían entrar y se dirigían hacia el callejón.

En ese momento llegó Stu con los refuerzos. El sacerdote no había dudado ni un momento en acudir cuando el muchacho mencionó la presencia de 'criaturas extrañas' y aunque Donovan no creía nada de lo que le estaban contando siguió a ambos con la curiosidad de quien quiere resolver de una vez por todas una confusión o entuerto. Rahjnat los siguió sin decir palabra ni mostrar un especial asombro por la descripción de las cosas que acechaban en el callejón.

Pero una cosa es pensar en criaturas fantásticas y otra encontrarse con ellas cara a cara. Cuando vieron a aquellas dos monstruosidades asomarse por el fondo del callejón cualquier explicación lógica que Cilve pudiera tener para explicarlas se vino abajo aturdida por el temor atávico de encontrarse con lo desconocido¹.

Rahnat sufrió tal impacto por la visión que, instintivamente, desenfundó una navaja de filo largo que guardaba en el bolsillo. El habitualmente apacible rostro del sirviente hindú se vio teñido del nerviosismo de aquel que teme por su vida².

Durante unos segundos, Freddy dudó sobre qué hacer. Aquellas criaturas estaban intentando entrar al despacho de Hobston pero al parecer esos símbolos eran una protección para esas criaturas.

Miró al resto del grupo para valorar sus intenciones mientras sujetaba la pistola cada vez con más fuerza.

Donovan se quedo completamente paralizado de miedo. Era una estatua en medio del callejón.Un blanco perfecto. Es lo que ocurría cuando tus convicciones se derrumbaban cual castillo de naipes. Si alguien estaba lo suficientemente cerca de el habria notado leves movimientos casi imperceptibles en su figura.

El primero eran un leve temblor en sus manos completamente cerradas sobre la cúspide de su bastón, incrustandolo contra el suelo, haciendo crujir la madera del mismo ante la presion que estaba siendo sometido.

Su boca estaba entreabierta y los labios se le secaban por segundos, fruto de lo que sus viejos ojos contemplaban mientras vibraban dilatados dentro de sus cuencas.

El cerebro de Clive intentaba asimilar la "verdad". No lo que la ciencia habia respaldado todo este tiempo atras, sino todo lo contrario. La realidad, SU realidad, se estaba haciendo añicos ante sus propios ojos y su cerebro ya era demasiado viejo para encajar las nuevas pruebas en frio.

Necesitaba tiempo, pero no lo tenia. Esas cosas se acercaban hacia ellos, pero Clive era incapaz de ni tan siquiera mover un dedo. Una lágrima cayo por su cuenca.

—¡Mierda! —masculló Freddy cuando vio como el arqueólogo se quedaba pasmado en mitad del callejón. Lo iban a ver y se lanzarían a por él sin piedad.

El detective salió a la mitad del callejón y se puso delante de Clive. Con la mano izquierda empujó al arqueólogo hacia la pared y con la derecha apuntaba a las criaturas. En cuanto una de las criaturas le vio y cruzó la mirada con ella, Freddy apretó el gatillo dos veces, una por criatura.

Joder, sabía que Clive no iba a ser de ayuda, pero aquello era complicado(por que elías parecía necesitar una botella entera de Whisky ahora mismo), lo siguiente lo hizo casi sin pensar, ocupo el lugar que antes ocupaba Freddy, a cubierto, con el puñal bien cogido y cuando esas cosas se abalanzaran sobre el en cuanto disparase el interceptaría a la primera con un tajo para cortar su carrera hacia él y evitar que se le echaran encima, si conseguía qu euna se echara encima de la otra, igual una segunda tanda de disparos, entre freedy y elias conseguían acabar a las criaturas, sino tocaría correr, si podía, claro.

Las criaturas se abalanzaron sobre los que estaban en el callejón. Freddy ni se lo pensó y se interpuso entre las criaturas y el arqueólogo, abriendo fuego de forma inmediata. Stuart no dudó tampoco y se lanzó a por el estómago de una de esas cosas cuando la tuvo cerca. Al desgarrar aquella carne viscosa la sangre que le salpicó no era tan distinta de la cualquier pandillero rival del East End. Por desgracia la criatura reaccionó violentamente golpeando al muchacho y derribándolo al suelo. Por un momento pensó que aquel sería su fin cuando un nuevo disparo impactó en el engendro haciendo que se tambalease. El monstruo lanzó un rugido furibundo apartando en su huida de un golpe al padre Elías, que era quien había disparado, haciendo que el sacerdote se golpease contra la pared.

El otro monstruo todavía intentaba alcanzar a Clive pese a que Freddy lo había golpeado con la culata de su arma después de herirlo con un disparo. El detective sólo buscaba apartarlo lo suficiente como para descerrajarle un nuevo tiro. Y fue capaz cuando el puñal de Rahjnat se clavó en el costado el hombre-pez. Freddy se libró de la garra que le aferraba la mano y disparó nuevamente contra la monstruosidad. Cualquier persona normal ya habría caído al suelo desmayada o muerta, pero la cosa los embistió con una furia redoblada. Por suerte para ellos parecía más ansiosa en escapar que en continuar el enfrentamiento. Con pasos torpes se dirigió hacia el borde del muelle por donde ya había desaparecido su compañero, pero cuando estaba alcanzando el borde dos nuevos disparos, uno de Freddy y otro de Elías, la alcanzaron por la espalda. Se tambaleó un momento al borde del abismo antes de caer al Támesis herida esta vez de muerte.

Stuart se levantó del suelo algo contusionado pero entero. El muchacho recogió la navaja del suelo mirando confundido alrededor. Los monstruos habían escapado pero parecía que todos estaban a salvo. Y habían logrado mantener a salvo a Clive durante toda aquella vorágine de violencia. El arqueólogo aún intentaba recuperar el aliento pues,como todos, intentaba asimilar lo que acababan de ver.

La sangre salpicaba el suelo y el paseo que cruzaba hasta el borde del Támesis. Los tiros se habían escuchado con claridad y ahora algunas luces se encendían en las casas vecinas.

Freddy vio como la criatura caía sobre el río, pero el muchacho estaba herido. Guardó su pistola y se acercó a él.

—¿Estás bien muchacho? Padre Elías, atienda a este muchacho, por favor —dijo sujetando la cabeza de Stuart.

Cuando el padre Elías se acercó a ayudar al pequeño Stu, Freddy corrió hacia la linde del río para ver de cerca a esa criatura. La intentó sacar del río y arrastrarla hasta el despacho de Hobston donde podría observarla con detenimiento.

Stu se levantó y se sacudió el abrigo enérgicamente mientras movía uno de los brazos doloridos por la caída.

- Creo que si - Dijo - Pero no lo estaré del todo hasta que le de un par de buenos besos a una botella de ginebra. La verdad. - Reconoció vigilando por donde se habían ido aquellas cosas

- ¿Qué era eso? - Preguntó - ¿Qué querían?

Pero las luces hicieron que se activara su alarma

- Deberíamos alejarnos de aquí antes de que aparezcan mas polis. - Aconsejó - Pero antes echad un vistazo al pomo de atrás, tiene un símbolo, lo vi la primera vez que estuvimos aquí, pareció quemar a esas cosas al tocarlo, el fiambre de por la mañana llevaba una medalla con ese símbolo grabado también, parece importante. - Explicó Stu

Para el anciano todo lo que acaeciose reducido a un grupo de instantáneas. La primera fue el fogonazo del detective abatiendo a una de esas cosas. Tras lo que para Clive fue un parpadeo que le duro toda una eternidad, pudo contemplar como el joven ratero apuñalada a aquella cosa  y esta le lanzaba por los aires. Y la ultima fue ver Rajhnat apuñalar a aquella cosa, como si fuera lo mas normal del mundo.

Para cuando cuando Clive logro recomponerse del ataque de ansiedad que le habia dejado a las puertas de un infarto. Miro a su cochero, no con desaprobación ni mucho menos, sino como esperando las respuestas a todas las preguntas que se estaba formulando en su mente.

- Chico... tu y yo tenemos que hablar. Y necesito respuestas directas, nada de evasivas, o este viejo te enseñará de que pasta esta hecho de verdad...

Clive se paso la mano por el rostro y busco en su bolsillo la petaca a la que le dio un sorbo. Iba a darle un segundo cuando escucho a Stu mencionar la ginebra

- Whiskie de malta, si le vale... -dijo ofreciéndole la petaca,se la habia ganado- El chico tiene razon, ¿Que eran esas cosas?

Donovan no podia dejar de pensar en lo que Barnacus mencionaba una y otra vez, lo que le hizo perder su prestigio y tacharle de loco. Tras la revelacion de hacia unos momentos, quedaba claro que Barnacus no estaba tan loco y el habia estado muy cegado. Entonces otto nombre le vino a la mente. mientras balbuceaba cosas

- La legion Innombrable... Barnacus... Erick Mallister...

Stu aceptó lo que le ofrecía Donovan.

- Señores, por favor, echen un vistazo al símbolo del pomo y larguemonos de aquí - Dijo nervioso, por lo vivido y por la presión de que pudieran llegar una legión de pies planos en breves instantes, lejos de su territorio la policía se tomaba más en serio lo de aparentar. - Ya buscaremos luego un lugar donde intercambiar pareceres. - 

Dio un trago a la petaca, uno pequeño y noto el alcohol abrirse paso por su garganta y luego los vapores subir. Le hizo poner un gesto por el picor.

- No estoy acostumbrado al whisky, no sé si es bueno o malo, pero gracias, lo necesitaba. - Dijo devolviendo le la petaca a Donovan. 

Aquel vendabal surgido de la nada y aquellos seres de pesadilla y todo con la aparición de la estatuilla o esa gema. Chascó la lengua en un gesto de fastidio.

Y ahora Donovan se ponía a murmurar cosas a las que no encontraba.

Donovan y Elías se acercaron a la puerta trasera. El sacerdote pareció reconocer el símbolo:

—El padre Saúl me lo enseñó. Es un símbolo pagano de protección. ¿Dices que viste a las criaturas afectadas al tocarlo?— se quedó pensativo —A veces el diablo tiene sus propias salvaguardas para los seres que se le escapan. O quizás es que los caminos de nuestro Señor son muy variados.

Después se encaminó a buscar a Freddy, que estaba oteando el Tamesis. El detective esperaba encontrar el cadáver flotante del hombre rana pero las negras aguas del río parecían burlarse de sus esperanzas. No había ni rastro.

—Vayamos a ver al padre Saúl para ponerlo al día de todo esto.

Se giró hacia Clive.

—¿Podemos ir en su coche? Creo que Stu tiene razón: este alboroto atraerá atención indeseada y no estoy del todo seguro de que podamos explicar que ha sucedido aquí.